Video Relato

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मार्टिन Mrs. Pink

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Jolín, ¿y cómo empiezo yo esto?, no sé, se me hace difícil, nunca antes se me habría pasado por la cabeza escribir acerca del sexo, sobre mis experiencias, mis fantasías o historias curiosas que les hayan ocurrido a los que me rodean. Sí, es cierto, para todo hay una primera vez, incluso para escribir sobre sexo en todas sus variantes.

Y me pongo a pensar sobre ello, e intento recordar cada una de mis experiencias eróticas, de mis amantes, y llego a una pregunta que antes nunca me había hecho antes. ¿Quién fue el mejor? O ¿Quién fue el peor?.

Esta última pregunta es la más fácil, lo tengo clarísimo, sin duda alguna fue Martin, un inglés con el que estuve unos cuatro meses y del que lo único bueno que extraje fue el montón de inglés que aprendí.

Follaba como un conejo, mete, saca, mete, saca a una velocidad de infarto, yo me aburría como una ostra, no sólo por lo mal que lo hacía, también por la duración del polvo, no soy una mujer de sexo largo, prefiero algo más corto pero con mejores resultados. Eso de estar follando toda la noche no es lo mío.

Tampoco me gustaba demasiado su pene, no sé, tal vez un poco antiestético: Largo, muy largo, y algo delgado para mi gusto, a mí me gustan grandes y más robustas, poderosas, a esta, a simple vista le faltaba fuerza y garra. . Por lo general todas tienden a irse hacía un lado, pero esta se iba demasiado hacía el lado derecho. No, no era un pene bonito.

Mientras follábamos, porque no puedo decir que hiciésemos el amor, me imaginaba a mi misma leyendo un libro. Él encima mío, follándome como si el mundo se fuese a acabar y yo, mientras tanto, ojeando una bonita revista de moda, me faltaba el bostezo.

Creo que jamás tuve un orgasmo con él, pero jamás quise herir sus sentimientos, así que me introducía de lleno en el método interpretativo de Stanislawsky, sacaba esa gran actriz que llevo dentro y fingía unos orgasmos alucinantes.

¿Y porqué me gustaba este hombre a pesar de las malas artes amatorias que tenía?. No sé, es una pregunta que me hago a menudo. Quizás era la forma salvaje con la que deseaba, su manera, rozando lo pervertido, que tenía al mirarme. Cómo me susurraba al oído, mientras cenábamos en algún, restaurante, “I wanna fuck you right now”. Porque si hay algo me me gusta sobre casi todas las cosas es que me deseen, sentir como alguien me radiografía con su mirada, como me desnuda y como fantasea conmigo, aunque supongo que esto nos gusta a todos.

Antes dije que jamás había tenido un orgasmo con él, no es verdad, ahora acabo de recordar la primera vez que él fue “down on me” (vamos, que me hizo un cunilingus).

Igual que hacía unos polvos largos, también, y es de agradecer, hacía unos cunilingus largos, y eso a mi me encanta. En esto no le quitaré merito, no recuerdo a otro hombre que se recrease tanto es este campo. Su lengua era larga y muy ágil, el primer contacto de ella con mi clítoris era estremecedor. Sí, en esto era bueno, y mucho, ¿cómo me podía haber olvidado de algo así?.

Martin, creo que aún tengo su teléfono, quizás le llame algún día de estos, aunque sea sólo para saber si no ha perdido esa facultad suya de ir tan bien “down on someone”.

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Todo asombroso