Video Relato

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Atame

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- Sácame de aquí - le dije apurando la cerveza. Llevábamos más de dos horas hablando y nunca había conocido a nadie como él. Inteligente y seguro de sí mismo me psicoanalizaba a las tantas de la mañana en un antro. Tenía algo, no se bien el qué, que hacía que me excitase su forma de hablarme, de mirarme y de tocarme sin llegar a rozar mi cuerpo. Me agarró de la mano y me sacó del bar.

Fuimos a su casa, un 5º sin ascensor, llegué arriba sin aliento. “yo te presto el mío” dijo mientras me besaba con tanta pasión que me hizo apretar las piernas. Me llevó contra una pared y apretó su cuerpo contra el mío, noté su calor y su respiración entrecortada, su miembro peleando por salir del pantalón. Le desabroché un botón de la camisa, “juguemos” me dijo y sujetó mis manos por encima de mi cabeza mientras me mordía el cuello con fuerza. “Si te hago daño o no te gusta me lo dices” nunca pensé que me excitase el sexo duro, no llegaba a hacerme daño solo era fuerte, lo justo para hacerme gemir de placer. Me agarró por el culo y me subió a sus
caderas, se frotó contra mí con la ropa aún puesta, movía sus caderas y me movía a mí al compás. Me llevó al borde del orgasmo y paró en seco.
-No te pares ahora por dios!
-Ahora te tengo donde quería
Me llevó a la habitación y me tumbó en la cama. Empezó a desnudarme despacio, tanto que me hacía retorcerme mientras buscaba su cuerpo con el mío. No dejaba que yo hiciese nada, solo estaba allí, tumbada en la cama, deseándole cada vez mas. Me dejó en ropa interior.
- Quiero atarte, me dejas?. - Una mezcla de suspiro y gemido de placer salió de mi garganta, si, deseaba que me atase, me gustaba ese juego. Ató mis muñecas a la cama con unas cinchas de cuero. En la parte de las muñecas tenían espuma, no apretaban, no hacían daño, eran como él firmes y suaves a la vez. Se desnudó y acarició mi cuerpo con el suyo, no me tocó con las manos, sólo con su cuerpo. Acercó su boca a mi tanga, solamente noté su
aliento, el calor de su boca en mi sexo y tuve algo parecido a un orgasmo, algo corto, intenso que me dejó con ganas de algo más fuerte. Me quitó el tanga despacio, mirándome a los ojos y sonriendo mientras se mordía los labios. Deseaba notar su boca en mí, su lengua, su calor. Me dio un beso en los labios, me mordió el cuello, jugó con mis pezones entre sus dientes, se entretuvo con el piercing de mi ombligo, cuando creía que no podía aguantar más, noté su boca en la parte interior de mis muslos y tuve un orgasmo sin que llegara a tocarme. Atada a la cama, gimiendo de placer, le supliqué más y noté su lengua en mi sexo alargando ese orgasmo tanto que me hacía temblar. Me besó en los labios, me llamó bonita y puso mis piernas sobre sus hombros. Noté como su miembro entraba en mí, primero despacio, luego cada vez mas fuerte, entrando entero hasta la base, duro y firme, cada vez mas dentro y cada vez mas fuerte. Cerré los ojos sintiendo otro orgasmo mientras le sentía entrar y salir de mi.
-Abre los ojos, mírame, no pierdas el contacto, que no se te olvide que estas conmigo.
Terminamos los dos al tiempo, como en las películas, en un orgasmo mutuo mirándonos a los ojos y jadeando. Me soltó y secó el sudor de mi piel con sus manos.
-Habrá que repetirlo
-Si…. - le dije mientras me metía dentro de las mantas. Era la primera vez que me quería quedar a dormir con alguien.

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