Video Relato

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Forzada en clase

- Forzada en clase -

Cerré los ojos un par de segundos, tratando de concentrarme al máximo posible, tenía que terminar de leer ese texto si quería volver a sentarme en mi mesa, al final de clase, lo mas alejada posible de el. Pero su mano no dejaba de rozar mis muslos una y otra vez y eso, claramente, me despistaba.

- Continua -

Invito el, el profesor, mi amargura desde que llegó. Continué leyendo, pero realmente no prestaba atención a las palabras, mi verdadera atención estaba en mis piernas. Como de costumbre, me tocaba salir a leer los textos, según el, tenía una voz preciosa y morbosa y era fácil entender si yo leía. Como hoy no quería leer, había mentido, diciendo que se me había olvidado el libro y a consecuencia ... el me dijo " ven a mi mesa y ponte delante de mi, lee del mio ", fue peor el remedio que la enfermedad. Así que allí estaba yo, delante de 20 alumnos de mi clase, de pie tras la mesa del profesor, con el detrás, acariciando con disimulo mis muslos.

Al principio, había pensado en quejarme, pero dejar ver a mis compañeros que ese profesor abusaba de mi, era darles una razón para pensar que mis altas notas, se debían a los favores sexuales que podía hacerle, poca gente aprobaba su asignatura y yo, por desgracia, era una de ellas. Me gustaba mucho la economía y me resultaba fácil, pero aún así, declarar públicamente que ese profesor me metía mano, era un suicidio escolar.

- Vamos, continua -

Escuche que decía, no me di cuenta de que me había vuelto a quedar callada, tratando de escapar de sus caricias, a consecuencia de esto, le dio la escusa perfecta para acercar aun mas su cuerpo al mio.

- claro, estas incomoda, así no puedes leer, no te preocupes, siéntate -

Sin que yo pudiera evitarlo, sus manos se posaron sobre mis caderas y haciendo una fuerza excesiva, me sentó sobre sus rodillas. Instantáneamente me puse colorada, vi como mas de un alumno se quedaba tan o mas alucinado que yo ...

- Ahora, continua -

La voz me tembló a la hora de volver a leer, quería acabar cuanto antes, mientras antes lo hiciera, antes acabaría de ese horror. Sus manos pasearon por mi cintura y volvieron a mis muslos, los cuales ahora, podían ser accedidos con mayor facilidad, otra cosa que maldije enormemente, fue el llevar falta ese día.

Sus manos, ambas, bordearon mis rodillas, cerré las piernas de golpe tratando de escapar a sus caricias pero el hizo fuerza hasta que consiguio entreabrirlas lo suficiente para colar una mano entre ambas piernas y acariciar el interior de mis muslos, apretando suavemente, como si me castigase por querer rechazarle.

Trague saliva, mi voz oscilaba lo suficiente como para que la gente no continuase la lectura y nos mirase, por suerte, la mesa del profesor, era todo un bloque de madera y no se veía que pasaba bajo ella, pero por mi cara y por mi voz, seguro que intuían algo

- ya he terminado -

Temblé, quise levantarme pero no me dejo, sus manos acariciaron mi vientre bajo mi camiseta, ¿porque me torturaba de aquella manera? quería gritar, insultarle, pegarle ... pero desde luego, no era la mejor opción, no allí, delante de mis compañeros de clase

- Bien, continua con la pagina siguiente -

Su voz era calmada, sus uñas comenzaron a arañar mi vientre sin herirme, pero haciendo la suficiente presión como para saber que en cualquier momento podría herirme. Indefensa, continué con el siguiente texto, era una tontería, nadie estaba atento a mis palabras, solo a mis gestos y a mis muecas, tenía ganas de llorar, pero tuve que hacer de tripas corazón y ser lo suficientemente fuerte como para salir de aquello sin montar un escándalo.

Ahora, sus manos subían y bajaban por mi espalda, ¿acaso no se daba cuenta de que 20 alumnos estaban viendo como me estaba forzando?

- Si os mantenéis quietos y callados, aprobado general -

Sonrió con declividad en la voz, de nuevo, quise gritar, no podía ser ... esa era la asignatura mas difícil, la que mas suspensos tenía ... si ellos le hacían caso, iba a forzarme allí, delante de todos ellos, todos me entregarían por un misero aprobado

- continua -

Repitió una vez mas dirigiéndose al texto del libro, tenía la garganta tan hinchada que no era capaz de seguir, sus manos viajaron hasta el broche de mi sostén y lo soltó de forma rápida, note como mis pechos se liberaban de la presión del sostén y como sus manos, volvían a mi vientre y subían hasta mis pechos. Notaba mis pezones erectos, pero no precisamente por la excitación, quizás por la vergüenza de saber que todo el mundo me observaba, que estaba indefensa.

- Continua te he dicho -

Su voz se volvió dura a la vez que sus dedos pellizcaron mis pezones de tal forma que me hizo sentir mucho dolor, los estrujo y tiro de ellos, un gemido de dolor escapo de mi boca y eso pareció gustarle, porque volvió a repetirlo con mas fuerza, aunque miraba hacia adelante, no era capaz de ver la cara de mis compañeros. Intente leer y tal como volví a hacerlo, dejo de herirme y volvió a acariciarme.

Sus manos volvieron a mis piernas, intente juntarlas de nuevo pero sus manos volvieron a mis pezones y me hirieron nuevamente, las abrí, no quería sentir aquel dolor tan agudo

- bien -

Susurro pegando su boca a mi espalda y empezando a morder mis hombros por encima de mi camiseta, notaba detrás de mis nalgas como algo comenzaba a crecer, algo duro y palpitante, sentí un gran terror ... ¿hasta donde sería capaz de forzarme?

Sus manos volvieron una vez mas a mis muslos, ya abiertos, aunque temblorosos, y los araño superficialmente, sobre todo la zona interna. Paso sus dedos por mi sexo, por encima de mi tanga y sentí como traba profundamente

- Estas caliente y todo -

Susurro mordiendo mi nuca, ¿caliente? claro que no estaba caliente, para nada estaba excitada, aunque seguramente mi sexo no sabía diferenciar cuando iba a disfrutar y cuando iba a ser forzada, para el, todo era placer, incluso el sexo de las tías tenía pensamientos propios.

Note como se contraía cuando hizo presión con sus dedos acariciando el borde de mi tanga, me aferre al borde de la mesa queriendo escapar pero mordio mi nuca fuerte, de modo que solte otro gemido de dolor, eso había dolido.

Sus dedos, ágiles, retiraron el borde de mi tanga y acariciaron mis labios exteriores, perfectamente depilados, me gustaba estar depilada, era mas cómodo e higiénico.

- Como una niña pequeña -

Me estremecí, pensé que volvería a morderme, pero esta vez, me lamió la nuca hasta llegar a mi oreja, sentía su abultado bulto presionando mis nalgas y su torso empujándome hacía adelante. Me empujo tanto que note como el borde del escritorio del profesor se me clavo bajo el pecho, en las costillas, se levanto, retirando la silla de un golpe y dejándome medio recostada en la mesa, su mano derecha, siguió acariciando mi sexo, aun sobre mi tanga, su mano izquierda hizo algo que me dio terror, escuche como su cremallera comenzó a bajarse.

Mire al frente, la mayoría de los alumnos miraban impactados la escena, ¿es que nadie iba a ayudarme? al parecer, no. Pude ver como mas de uno, empezaba a acariciar sus penes erectos, era repugnante ...

- Bien, esto es lo que pasa cuando pido que alguien lea y no lo hace -

El profesor era un hombre maduro, de unos 40 años aunque siempre me había parecido sexy, aunque ahora, me parecía un monstruo al que iba a matar cuando todo eso acabase. Su mano derecha se metió al fin bajo mi tanga y empezó a acariciar mi clítoris, lo note abultado e hinchado y para mi fastidio, excitado.

Su mano derecha, subió mi falda y empezó a azotar mis nalgas produciéndome dolor. Pego su cuerpo al mio haciendo que la mesa me golpease los muslos y me doliera. Siguió azotándome, tan fuerte que volví a gemir, de dolor, siempre de dolor. Sus dedos apretaban mi clítoris haciéndome gritar mas aun, estaba apunto de comenzar a llorar, ¿porque me pasaba esto a mi?

Sin ningún tipo de reparo, note como agitaba su pene contra mis muslos y como lo coloco entre mis nalgas para masturbarse con ellas, movía sus caderas de adelanate hacia atrás, provocandome un dolor intenso cada vez que la mesa se clavaba en mis muslos.

La gente, frente a mi, se masturbaba, las chicas tocaban los penes erectos de los chicos, pude ver incluso como alguna estaba haciéndole una mamada a otro, que era eso, ¿una orgía? ME ESTABAN FORZANDO

Sus dedos empezaron a acariciar la entrada de mi cuerpo hasta que de golpe, dos de sus dedos se metieron sin reparar en mi dolor

- Estas mojada, eres una grandiosa calentorra -

Me insulto cogiéndome del pelo y haciendo que mi cabeza mirase hacia el techo, coloco su miembro erecto en la entrada de mi ano y de un golpe seco lo metió de golpe.

Grite como nunca antes había echo, sentí como me desgarro, era la primera vez que hacían eso con mis nalgas y dolía, dolía muchísimo, pero a el no le importo, lo disfrutaba, movía su cuerpo de adelante a tras, dentro de mi ano, sin importarle que yo estuviera llorando de dolor y de humillación. Me soltó el pelo y con ambas manos, empezó a penetrarme mi sexo, podía notar 4 dedos dentro, des de su mano izquierda y dos de su mano derecha, no era nada placentero, no lo estaba disfrutando, era horrible

De pronto, dejo de moverse y me giro, me forzó los hombros hasta que mis rodillas débiles toparon contra el suelo y sin darme explicación alguna, introdujo su asqueroso y duro miembro en mi boca, quise morderle,pero el vio mis intenciones y me cogió del cuello, como si fuera a ahogarme

- vamos, de ti depende -

Lo dijo como si mi vida dependiese de lo que mi boca hiciera en su miembro, seguía llorando de dolor y humillación, pero comencé a chupar cuando note que sus dedos impedían la entrada de aire en mi cuello, como yo no movía la cabeza, el movió las caderas, haciendo que su cuerpo entrara y saliera de mi boca, asfixiándome, llego un momento que se movía tan rápido, que me sentí mareada, el sabor era asqueroso, salado y asqueroso.

Cuando pareció estar satisfecho con el sexo oral, me cogió de nuevo y me tumbo sobre su mesa, clavándome los libros en la espalda, de forma brusca.

- Martinez, ven -

Llamo, el no tardo en venir, era uno de los que se estaban masturbando

- Disfruta chavalote -

Rió, martines me cogió de los pechos y trato de meterme su miembro en mi boca, era asqueroso, quise defenderme pero el profesor me abrió las piernas y me metió su miembro de una sacudida brutal, desvirgandome e hiriéndome de nuevo.

Martinez se echo hacia adelante y empezó a morder mis pezones, era tan doloroso ...

Todo se volvió borroso, quizás por el dolor, quizás por la angustia, solo podía notar como mancillaban mi cuerpo, delante de la presencia de todos mis compañeros de clase, como el maduro pene de mi profesor profanaba mi cuerpo una y otra vez, como mi compañero, Martinez, mordia mis pezones mientras agitaba su pene contra mi mejilla, lo peor de todo fue cuando empece a escuchar gemidos, ¿acaso todos lo estaban disfrutando?

Todos gemían, el que mas, el profesor, que movía su cadera contra mi interior de forma cada vez mas rápida, de pronto, note algo cálido y asqueroso manchando mi cara

- NO -

Grite, Martinez estaba corriéndose en mi cara, el profesor aumento la velocidad hasta que también se corrió, en mi interior, humillándome mas aun.

Araño mis piernas mientras se vaciaba dentro de mi y gemía, aun sacudiéndose ..

Poco después, la sirena sonó, marcando el final de la clase

- Bien, todos aprobados, marchaos -

Poco a poco todos se corrieron y dejando sus fluidos esparcidos por clase, se marcharon, yo me encogí, me hice un ovillo y el profesor se vistió, estábamos solos

- Suspendida, por ser la única que no colaboro, mañana te are una recuperación, haber si eres capaz de estar a la altura -

Y sin decir mas, se marcho, dejándome desnuda y herida sobre su mesa ...

La crisis me metió en la peor humillación

Ante de nada, contaros que soy Javier, a mis 35 años pensaba que ya había cumplido con mis metas en la vida, cuando a mis 16 años deje de estudiar y me dedique a machacarme en el gimnasio y a formarme como monitor de gimnasio tenía como objetivo montar un negocio propio que me permitiera no tener que trabajar para nadie y tapar la boca a todos los que se rieron de mi por abandonar el instituto y no darme mucho futuro; pero la vida me sonrió porque por un préstamo, de esos que ahora no dan, monté mi propio gimnasio, pequeño pero que me permitía al principios con colegas y luego con clientes del barrio empezar a ganar algo de dinerillo para empezar a vivir solo fuera de la casa de mis viejos.

Poco a poco amplié el préstamo para pillar casa y empezar a ampliar el gimnasio, a mis 25 años ya había logrado cumplir varias metas; si andaba mal de dinero, no me faltaba curro de portero en varias discotecas de la ciudad y así no debía de preocuparme de muchas cosas. Tan solo encontrar una pareja estable para dejarme de polvos de una noche que no me aportaban mucha estabilidad. Una noche mientras trabajaba y tonteando con un grupo de niñas conocí a Ana, una chica de 19 años, un poco joven para mi, pero que tenía un cuerpo de escándalo y unas tetas de infarto, pero fue su espíritu rebelde lo que más me enganchó a ella, tan rebelde como lo era yo a su edad, pasaba de estudiar, quería vivir libre de padres y la gustaba todo el rollo del gimnasio, me vi reflejado en ella y pensé que era al tía ideal para compartir mis cosas.

No fue el sexo brutal que tuvimos esa noche, sino como al día siguiente, en la cama mientras se apoyaba en mis pectorales me decía lo que me admiraba por todo lo que había conseguido, era como haber logrado una meta; no os explico lo fácil que fue convencerla para que se viniera a vivir a mi casa, luego me ayudara en el gimnasio, abriéramos una cuenta corriente juntos y finalmente decidiéramos casarnos, pese a diferencia de edad, la gente nos veía como encajábamos y sin las familias con alguna gente del gimnasio como testigos decidimos formalizar nuestra relación.

A partir de entonces siempre la cuide como una reina, por el gimnasio solo la dejaba ir para entrenarse y verla darse caprichos me encantaba, disfrutaba presumiendo con los clientes de la mujer de categoría que tenía y en casa era lo suficientemente morbosa como para olvidarme de salir por ahí con colegas; sabía poner un punto de picante a cada momento en casa y darme la autoridad que sabía me gustaba; se arrodillaba ante mi para que gozase con ella y su escultural y juvenil cuerpo hiciera las delicias de mis fantasías, no nos privábamos de nada y me dejaba comprobar juegos que pocas mujeres se dejan; incluso en algunos momento llegue a pensar que sus perversiones me superarían y no podría seguir en su nivel.

Ella mientras me asesoraba, me incentivaba para arriesgar y apostar por mi instinto: que el gimnasio no daba todos los beneficios que podía dar, que podía invertir más en él y así mejorar nuestro nivel de vida; pero las hipotecas en vigor impedían pedir más, así que la única solución era buscar socios, y no era fácil, con nuestras familias teníamos el contacto roto, cada vez me había alejado de mis amigos de la infancia y casi no tenía contacto, tan solo los clientes del gimnasio eran con los que mantenía un contacto mas cercano para sugerirles una idea, pero no me atrevía.

Al cabo de unos meses, Ana se mostraba disgustada por mi ineficacia para dar el paso de mejorar nuestras situación, cada vez me obsesionaba más la idea de que viera como un fracasado, más aún que me considerara uno más y perdiera mi atractivo, mi cuerpo musculado y mi carácter duro ya no eran suficientes, quería un tipo emprendedor y con éxito, tanto para darle cada vez más caprichos y poder regocijarse con su familia de lo bien que hizo pasando de ella, al igual que hace unos cuantos años ya hice yo.

En pequeños gestos visualizaba su desprecio hacia mi falta de acción y decidí hablar con algunos clientes, al principio no encontré ninguna receptividad, invertir en mi negocio no les parecía atrayente y más cuando sabían la manera personal con que lo llevaba; cuando ya no veía la posibilidad de tener socios para meter sauna, masajes y otros servicios que mejoraran las cifras, un grupo de clientes nuevos que me habían escucho tratando el tema me dijeron que están interesados, eran un grupo de chavales que se dedicaban algo de informática y que sabía habían ganado algo de dinerillo con Internet, pero que no imaginé que diera para meterse en un tema así.

Como ocurre en muchos gimnasios, los mayores desprecian a los jovencitos que aparecen con ganas de pavonearse y de parecer que se van a poner a tope para parecer los más duritos del barrio, así que estos chavales desde el principio los miré con cierta altanería y no les presté mucha atención, incluso alguna vez les había recriminado que ocuparen mucho tiempo alguna maquina impidiendo a otros utilizarla, por todo ello, me sorprendió que se interesaran en echarme una mano y apostar por ser mis socios.

Pero aunque la idea no me fascinaba mucho, Ana tardo poco en convencerme de que sino aceptaba es que me estaba haciendo mayor y con pocas ganar de prosperar, sabía mi punto débil y lo aprovechó, no tenía casi a nadie más de confianza para comentárselo y cuando ellos me dijeron que la oferta era limitada en tiempo, accedí a quedar con ellos y un amigo suyo abogado para firmar su incorporación al negocio, pero eso sí, gestionándolo yo con plena autonomía, ante lo cual no se opusieron y firmé los papeles.

La verdad es que fue bien la cosa, ellos ganaron en el gimnasio en reconocimiento, aunque seguían acudiendo juntos y no se relacionaban con otra gente; tan solo a fin de mes tenía una reunión donde les decía como iban las cuentas, y como los nuevos servicios empezaban a arrojar beneficios.

Con el paso del tiempo todo iba mejorando, y las reuniones la teníamos en mi casa para que Ana pudiera deleitarse con el éxito empresarial que yo tenía, y que ellos comprobaran la clase de socio que tenían. Empecé a trabajar más duramente mi musculatura, apuntarme a certámenes y adquirir una dimensiones desproporcionadas que llamaran la atención de todos, quería presumir, mi ego había crecido mucho.

En plena ola de suerte, apareció la puta crisis, primero unos clientes que se desapuntan, luego la falta de nuevas inscripciones y finalmente los que se mantienen que no te pagan, total, es necesario tomar nuevas medidas y me doy cuenta que no estoy preparado para afrontar las deudas y menos aun para decirselo a Ana o cortarle el grifo de los ingresos; toda una tragedia que mis socios no tardaron en empezar a notar y a reclamar soluciones.

Tome la postura más fácil y cobarde, refugiarme en la musculación de mi cuerpo y pensar que todo se solucionaría de alguna manera, pronto todo mejoraría y que llegaría dinero y clientes cuando menos me lo esperara; pero cuando desde el banco recibí la llamada del director y de su voz escuche palabras que implicaban el derrumbe de todo por lo que había luchado, me hundí y me puse nervioso.

No sabía que hacer, todo era muy raro, y decidí convocar en mi casa una reunión para contar a todos mi problema, incluida Ana.

Esa tarde bebí un poco para que pudiera soltar todo sin problemas: no hay dinero, hay deudas y esto va a pique… la cara de ellos no se inmutó, debían de intuirlo, pero la cara de Ana era de cabreo, tanto por enterarse así como por haber acabado nuestro patrimonio en estas circunstancias.

La verdad, me temía que me dejara allí en ese momento, que esas bromas suyas de decirme que si me hundía ella no iba a estar conmigo, ahora lo veía como algo probable y posible.

En medio de la tensión de la reunión, los chavales sacan un papel y me lo muestran, con los nervios no podía leerlo y lo cogió Ana, lo leyó más que atentamente y al final, miró con una sonrisa picara a los chavales y les dijo sois unos cabrones, para luego mirarme y decirme, esto te pasa por entupido, yo que tu aceptaba antes de hundirte del todo.

Uno de los chavales se levantó y me dijo, te resumo lo que hay en el papel, te ofrecemos la posibilidad de que nos pases tus deudas a cambio de cedernos el gimnasio, tu casa y de depender de nosotros plenamente; me quedo mirándole y le digo " joder pues está muy bien, el gimnasio es vuestro con la deuda y si nos dejáis quedarnos en la casa mientras buscamos otro trabajo o negocio nos habéis salvado la vida, pero lo de depender no lo entiendo, pero da igual"

Fue mirar a Ana con cara de felicidad y ella responderme con cara de decepción, y me dijo: " pensaba que no eras tan bobo, ellos te salvan el culo de ir a la carcel por las deudas y a cambio vas a tener que renunciar a todo por ellos, serás su perrito faldero"; uno de ellos se levantó y dijo, vamos a aclararos nuestra propuesta: si decidimos invertir inicialmente era para limpiar un dinero que no podíamos de otra manera, nadie sospecharía de meter un dinero que no tenía un origen muy legal en un gimnasio, además no había vínculos de ninguna clase contigo que hicieran sospechar a Hacienda; siempre nos caíste mal, los chuloputas como tú dais asco y encima los que sois tan tontos como tú solo me producen ganas de daros vuestro merecido; ahora no te estamos ofreciendo un salvavidas, todo lo contrario, te ofrecemos cogerte más de los huevos, todo lo que tienes nos va a pertenecer y para pagar los plazos de tus deudas, como te ha dicho tu mujer, mucho más lista que tú, tú nos vas a compensar estando a nuestra plena disposición.

No daba crédito, me la habían colado de lo lindo, pero mi cabeza decía ni loco aceptar el ofrecimiento, mientras mi cuerpo se estremecía por el riesgo de no coger esa oportunidad, ante mi duda Ana intervino.

Se acercó a mi, me dijo: veo que te lo estás pensando y voy a aclararte una cosa cariño, yo no pinto ya mucho contigo, como las deudas son de los dos, decide si quieres tenerme cerca o que tenga que denunciarte por que me estafaste, ya que seguro estos chavales alegarán lo que yo les diga con tal de verte solito y jodido.

Vi como confraternizaba con ellos, como había confianza, y al ver que no decía yo nada, uno de ellos dijo: Ana se sincera y ayúdale a responder, es bueno que lo sepa; miré a Ana buscando una respuesta, no entendía nada, ella pensativa valoraba lo que el otro había dicho, me levanté y la grite: explícate.

Fue el ultimo grito que dí, porque cuando dijo que dos de mis socios se habían convertido en sus amantes mientras me iba de certámenes y que ella estaba más a gusto con ellos que conmigo, me desplomé.

Esa tarde firme los papeles y me fui con el coche a una discoteca de carretera a emborracharme hasta perder la conciencia.

Fue al día siguiente cuando con un dolor de cabeza de resaca infernal, Ana me sacó de la cama porque había visita, eran ellos, mi nueva vida "a su disposición" había empezado.

Estaban el sofa de casa tomando algo, entonces Ana me dijo, he hablado con ellos de cómo será todo y yo por mi parte he aceptado el trato, y teniendo en cuenta que tu ya no tienes voz.

Fui a hablar cuando uno de ellos me dijo: tú a partir de ahora, no dices nada, tú no tienes voluntad, eres de nuestra propiedad, te costará entenderlo pero si dudas nuestro abogado se encargará de acojonarte.

Asentí con la cabeza, para gusto de ellos que vieron que entendía el mensaje.

Entonces me dijeron que había tres instrucciones iniciales:

la primera, que tendría prohibido coger una pesa, a partir de ahora dejarían que perdiera el vigor que tenía, así para evitar tentaciones, luego me prepararían para evitar ningún contratiempo, ahora quedaría a su disposición;

la segunda, que Ana no mantendría conmigo ninguna relación sexual, solo con ellos, que viviría aquí conmigo pero nada más, en la casa se viviría como ellos dijeran;

que me dirigiría con respeto a ellos como si fueran mis jefes y aceptaría cualquier trabajo o obligación que me mandaran;

Uno de ellos se acercó y me dijo al oído: dinos gracias por haberte dado estas ordenes; con mucha rabia, opté por decirlo; mis brazos podrían haberle estrujado pero la situación me sobrepasó, no era normal que nos les destrozara con mi potencial fisico, pero era consciente que no sacaría nada en claro.

Uno de ellos, el que el día de antes me manifestó la antipatía que me tenía, se acercó a mi y me dijo, hoy te vendrás conmigo y mataremos dos pájaros de un tiro, por un lado traerás dinerito a casa y te pondremos en tu lugar.

Me mando ponerme el chándal de entrenar al gym y me dijo q bajara al coche que nos íbamos a ir; me llevó a un polígono industrial, donde casi no había gente, excepto en una nave, donde se notaba ambiente, entramos por la puerta de detrás a unas habitaciones, nada más verlo supe donde estaba, yo mismo en el gimnasio había hablado muchas veces con los clientes sobre esta actividad: peleas clandestinas donde la lucha libre casi sin reglas, la gente apuesta y casi hay que machacar al rival para ganar.

Me llevó a una habitación donde estaban los luchadores, la mayoría de países del este, dispuestos a ganar un dinerito por dejarse linchar, el único consuelo era que parecían menos fuertes que yo, me vi en condiciones de cargarme a mi contrincante y no sufrir mucho.

Me quite el chándal y me puse un boxer de lucha que de dieron, entonces oi anunciar mi nombre para el próximo combate y que apostaran, nos sacaron para que nos vieran a la pista, y la gente no dudo en invertir por mi; cuando volvimos a los vestuarios para prepara el combate vi como mi socio estaba apostando un dineral por el otro, lo que me dejó estupefacto, y se dirigió hacia mi con un vaso, me dijo bebe, sin decirme que era, pero nada más tomarlo noté como mi cuerpo se hacía pesado y perdía algo de reflejos, mientras hablaba con mi contrincante riéndose.

Al salir y luchar, en menos de un minuto había recibido mucho más de que yo había podido responder, me estaba convirtiendo en un guiñapo del rival, recibía por todos lados y mi músculos ya casi no podían resistir sus envites y en poco mi cara era el reflejo de su furia, no sentí nada hasta que el arbitro paró el combate y entre cuatro me llevaron al vestuario, allí estaba mi socio contando el dinero que había ganado.

Me quede drogado un rato, sin enterarme de nada, hasta que desperté en el coche, íbamos a otro sitio antes de casa me dijo, nada más ver que volvía en si, que no me preocupara del sueño que eran por los calmantes para soportar el dolor de las heridas por los golpes.

Paró en una tienda de belleza, y me mando entrar, las dependientas que debían conocerle, le saludaron efusivamente, y el les dijo que aquí traía a su amigo, me pasaron a una habitación y se fueron a por unos materiales, mientras se acercó a mi oído y dijo: creo que si estás tatuado no puedes volver a participar en un concurso de los tuyos; no podéis imaginar como me sentó eso, menos mal que mi cuerpo dolorido no podía casi moverse, sino mi orgullo hubiera saltado contra él sin duda alguna.

Allí tumbado me quitaron la ropa para dejar mi cuerpo desnudo y hacerme algo de lo que no era consciente, les dijo reservadamente que tenían que hacer mientras él se marcha, seguro que a mi casa, y lo peor, a jugar con Ana, a aquello que tenía yo ya prohibido.

Entro la dependienta y me dijo: espero que te portes bien, voy a tardar poco…

Esta parte 1, contiene poca actividad sexual, pero es solo la introducción…

Espero comentarios y sugerencias

En mi auto en el estacionamiento de la oficina

Desde hace algún tiempo yo, Miranda, seguía con una relación incontrolable por mi parte, con mi jefe Alfredo, un hombre casado, de mi edad, a quien siempre admire por su gran habilidad para los negocios, para lograr lo que se proponía, tanto para el, como para su equipo de trabajo.

Lo grave de esta situación, es que como familias nos conocíamos bastante bien, tanto a Manuel mi marido como a Karina su esposa, pero Alfredo no solo lograba lo que deseaba con los negocios, también lo hacia, y bien, con las mujeres, de esta vez debo confesar que me toco a mi!

La relación ya llevaba algún tiempo, no teníamos sexo tan seguido, pues Alfredo tenia otras amantes que yo conocía bien, pero eso a mi no me importaba en lo mas mínimo. Para mi la exclusividad no era una prioridad, la verdad quien me buscaba constantemente era el, pero confieso que siempre encontraba en mi una respuesta positiva a sus juegos eróticos, que me tenían totalmente desnalgada como una niña de prepa!

Estos juegos con Alfredo que en esa época nadie mas sabia, llegaron a causarle varias pequeñas escenas de celos conmigo como fue con Paúl y Martha en una presentación y con el ingles Dereck en 1986.

Estábamos entrando a la primavera en el mes de abril, a finales de los 80 y el calor permitía que me vistiera lo mas ligero posible, tomando en cuenta que trabajaba en una importante empresa en la cual siempre hay que andar vestida con cierto rigor, por si se ofrece alguna junta imprevista.

El andar con ropa de verano era muy agradable pero era un hecho que hacia con que mi jefe, no me dejara en paz, y en la primera oportunidad tenia sus manos recorriendo el interior de mi falda, por debajo de la blusa y bra, también cada que podía me quitaba los calzones y se los quedaba todo el día, como premio, o como prueba del poder sexual que ejercía no solo sobre mi, también con las otras mujeres que caían en sus hábiles manos, siempre bien apoyadas por un verbo de alta calidad para convencer a la mas conservadora!

Era un día como cualquier otro, Alfredo venia de un viaje a USA y se sentía como otras veces un ambiente tenso, con alto grado de erotismo entre los dos. Debo confesar que esa vez, no era solo el, yo misma estaba mas caliente que lo normal y sabia que ese jueves no iba a terminar sin alguna sorpresa sexual, que hacia con que mi cabeza se concentrara mas en la calentura de ambos, que en mi propio trabajo.

Los roces ya eran descarados, por veces hasta peligrosos pues podían delatarnos ante cualquier compañero de trabajo, o alguna de nuestras secretarias que siempre estaban cerca y atentas a todo!

La suerte es que ambos teníamos oficinas privadas, a pesar de que las dos tenían partes de vidrio que permitían ver para afuera pero también corríamos el riesgo de ser vistos que los del exterior.

Desde la mañana temprano me busco y me pidió unos proyectos de música que yo manejaba, pues sufrirían cambios con las instrucciones recibidas en su viaje, había que cambiar la presentación en 24 horas para volver a enviarla a USA.

En las veces que entre en su oficina en esa mañana los juegos eróticos estaban a la orden del día, la humedad en mis chones era notoria, en la cara sentía el calor natural producido por lo que ambos deseábamos, hasta que a medio día nos prendimos en un estrepitoso beso, sentados en su ya bien conocido sillón, en el que nuestras lenguas, labios, saliva y manos exploraban todo lo que podían.

Sus siempre hábiles dedos penetraron a lo mas profundo de mi mojada vagina, frotaron el clítoris, y alcanzaron mi difícil de localizar, punto G dejándome dos veces al borde del orgasmo, pero por algún motivo totalmente insospechado por mi, no me dejo terminar, jamás?

Mi respiración durante la tarde era muy fuerte, al punto de que me llego a dar miedo que mi secretaria, Lupe, se pudiera percatar de mi crítico estado, que era de de una total disponibilidad y urgencia sexual.

Por la tarde hable un par de veces con Manuel por teléfono, jamás se dio cuenta de mi estado, le avise que llegaría tarde pues Alfredo y yo teníamos que trabajar por una presentación urgente que teníamos que enviar el día siguiente a USA. Mi marido sabía perfectamente que mi jefe venia de un viaje de trabajo.

Ya tarde como a las 19.30 horas había poca gente en la oficina, Alfredo intento de todo, sin embargo yo no quería un fajecito, me urgía sexo de verdad, y no en la oficina, lo que provoco el enojo de mi amante y decidimos que ya no haríamos nada para no caer en alguna tontería, que seguramente nos saldría cara?

Ya era tarde y decidimos irnos cada quien a su casa y ambos tendríamos que quitarnos nuestras calenturas con nuestras respectivas parejas, Manuel y Karina, lo cual para mi era mas que satisfactorio!

Mi estacionamiento no estaba exactamente en el del edificio, pues mi puesto no lo permitía, ya era totalmente oscuro al salir de la ofi, por lo que como siempre caballeroso mi jefe se ofreció a acompañarme pues ya en esas épocas, finales de los 80, se hablaba de algunas señoras violadas por la zona a esas horas?

Al entrar al estacionamiento Alfredo hablo con los policías y yo fui al tercer piso por mi flamante Golf verde, que siempre dejaba en una esquina para evitar los puertazos de los que no les importan sus coches.

La intención era dar un aventón a mi jefe de nuevo a la oficina y cada quien seguiría su camino, en lo que al abrir la puerta me percato que Alfredo estaba detrás de mi, y me pidió se le permitía llevar el coche esas dos cuadras de regreso a la oficina, pues jamás había manejado un Golf , (Caribe en esa época).

Entramos al coche, el por el lado del piloto, yo por el otro lado con cuidado para no rayar la puerta en la pared, pero Alfredo jamás puso el auto en marcha, y con voz entrecortada me dijo:

-- Miranda ya no puedo mas, tengo que hacer el amor contigo hoy, gustes o no?. Yo también lo quería!

No fue necesario decir nada mas, nos volvimos a fundir en otro impresionante beso, como dos enamorados en la banca de un jardín, mientras nuestras manos buscaban ávidamente encontrar las partes del cuerpo uno del otro. Yo traía un vestido ligero unos calzones blancos de algodón Calvin Klein que me gustaban mucho, pero estaban totalmente manchados de toda una mañana y una tarde de calentura, junto con un brasier blanco de la misma marca. Los calzones fue lo primero que perdí, quitados una vez mas, por las hábiles manos de mi amante con toda mi anuencia, al levantar ligeramente las nalgas del asiento del coche con tal de facilitar su trabajo a Alfredo, apenas los tiro en el asiento trasero cuando ya tenia el bra desabrochado en la espalda y fui yo misma que me lo quite por la manga del lado derecho del vestido.

Mis manos se metieron en su pantalones y no pude aguantar nada mas, fui directa a buscar su pene, me urgía tenerlo en mis labios y jugar con el con mi experta lengua, que fue algo que Alfredo siempre me dijo, que ninguna lo mamaba como yo, ni la experta de su esposa Karina. No se si era verdad, pero en esa época yo lo creía todo!! No se que era, creo que amor no, pero si una entrega total al erotismo!!

Apenas logre sacar su pene de adentro de los pantalones y me agache a besarlo, chuparlo, jugar con el, sentir las palpitaciones de su venas, morder y lamer sus testículos hasta que logre meter ambos en en interior de la boca, que los dejo totalmente empapados de mi saliva.

Mientras esto sucedía, las manos de mi amante buscaban mi cuerpo, me subieron el vestido casi hasta el cuello, me sentía totalmente desnuda en un lugar publico, lo que no deja de ser altamente erótico, sus dedos exploraron el interior de mi vagina, mis senos, y algo algo fuera de lo común, buscaron intempestivamente el interior de mi ano, pero la urgencia y calentura de ambos era tan fuerte, que como normalmente me sucedía, yo me dejaba hacer, sin oponer resistencia alguna, al contrario, cuando me di cuenta que por lo menos dos de sus dedos se introducían, profundo y fuerte en mi recto, busque su culo, por la parte posterior de sus testículos, y con algo de recelo, también introduje mi dedo índice de la mano derecha lo mas que pude en el interior de cuerpo de este hombre que tanto erotismo, trajo a mi vida, mientras que con la mano izquierda seguía masturbando su pene envuelto en mi lengua y labios.

Como no podía dejar de ser esto no iba a durar mucho, por el lugar, el riesgo, la calentura y el poco tiempo de que dispondríamos hasta que alguien de vigilancia subiera al tercer piso, para investigar porque seguíamos en el interior del estacionamiento sin retíranos, y sin siquiera prender el auto?

Alfredo me separa de su cuerpo, me recarga en el asiento del lado derecho, con la perilla, baja el respaldo a quedar medio acostado, me levanta los brazos y me despoja totalmente de mi vestido gris, quedando ahora si ,totalmente desnuda y expuesta, solamente con unas pequeñas sandalias del mismo color casi sin tacón. Me dio algo de miedo, pero el momento, y yo, ya estábamos en otro asunto!! me seguía dejando llevar, en lo que me separa las piernas, me da un beso en la vagina, como reconociendo mi estado de calentura, y totalmente vestido, con todo y corbata, solamente su ya bien conocido pene relucía brilloso al exterior de los pantalones de su bonito traje Hugo Boss , y con su cuerpo, me abre las piernas todavía mas!

Era eminente la penetración, ambos la deseábamos, y así fue, mas rápido de lo que acostumbrábamos en pocos segundos ensarto su pene lo más adentro posible de mis entrañas, iniciando el cadencioso movimiento sexual que tanto nos gusta a las mujeres!!! El placer era inmenso y rápidamente llegue un un ansiado primer orgasmo, interminable, que de inmediato se junto con el segundo.

Mis senos sudaban copiosamente, pero estaba dispuesta a algo más, y era un hecho que a pesar de que ya me estaba dando miedo el lugar donde estábamos, Alfredo no se iba a quedar sin terminar, por lo que se separa de mí, me detiene la mano izquierda, y cambiamos de posición con algunas dificultades por la falta de espacio. Mi amante se sentó en mi lugar y yo me acomode arriba de el con las piernas totalmente abiertas viendo para la parte posterior de mi Golf verde.

En esta posición mi pierna derecha quedaba algo incomoda con la palanca de velocidades, pero a los pocos segundos, se me olvido totalmente y volvimos a hacer el amor, teniendo mi jefe mis senos a total disposición de su boca y manos, con las que me apretó y mordió los pezones hasta causar dolor!! Algo que solía hacer como para dejar bien claro quien era el que llevaba el control de esta relación de infidelidad.

No teníamos mucho tiempo para terminar pero tampoco lo requeríamos, pues a los pocos minutos nos volvimos a venir, ahora si, juntos y al mismo tiempo, en lo que nos abrazamos y nos volvimos a besar como amantes que éramos, hasta que nuestras miradas se encuentran en ese pecaminoso coche con un fuerte olor a sexos mezclados tanto femeninos como masculinos, y sin saber porque al vernos los ojos nos batamos de la risa como dos niños pequeños al dar por terminada con éxito alguna buena travesura!

Todavía abrazados y riéndonos con su pene ya mas flácido pero aún en el interior de mi cuerpo, medio levanto la cabeza, para reincorporarme y puedo detectar una sombra que se movía, se lo dije a Alfredo, ahora si asustada, y era un hecho, por lo menos uno de los policías del estacionamiento, subió, al no bajar mi coche y se quedo viéndonos todo el tiempo mientras hacíamos el amor a menos de3 metrosde nosotros escondido detrás de una Dodge Ram roja estacionada en el siguiente cajón!!.

Yo estaba totalmente desnuda, el se salio de mi, y con el pene empapado lo metió en los pantalones, su corbata estaba manchada por mis fluidos, pero el problema era mi vestido que lo encontré en el asiento trasero, todo arrugado, me lo puse de inmediato sin buscar ni los calzones ni el brasier, sin salir del coche nos cambiamos de lugar uno sobre el otro, que era lo menos grave de todo, arranco mi cochecito rechinando llanta, y salgo hecha la mocha del estacionamiento, casi sin ver a los ojos al policía de la caja que me sellaba el boleto todos los días, por la pena que me dio el hecho de ser literalmente cachada???

Dejo rápidamente a Alfredo en la puerta de la oficina, le recordé que guardara la corbata para que yo la mandarla el siguiente día a la tintorería, no la fuera a cachar Karina, nos despedimos de la mas normal posible para tratar de guardar apariencias, lo que no habíamos logrado ni siquiera intentado antes¡¡¡

Manejando por Reforma hacia al poniente, no era muy tarde, el trafico totalmente fluido, empecé a sentir que el semen de mi jefe brotaba de mi vagina, lo que me preocupo pues no quería mancar mi coche, y en el semáforo de Palmas a la altura del restaurantela Mansión, logre agacharme, encontré los calzones debajo del otro asiento, y con ellos me limpie todo lo que pude, dejándolos entre mis piernas para que pudiera absorber todo lo que todavía faltara por escurrir, que debo confesar, esa vez fue interminable?

Llegue a la casa como a las 9.30, Manuel no había llegado, uuffff.... pude guardar y poner todo en su lugar, ya me preparaba para bañarme cuando llega unos minutos después de mi, y ahora si con todas las ganas de hacer el amor conmigo, lo que para evitar cualquier sospecha accedí con todo el entusiasmo pero medio con miedo de que detectara la gran humedad de mi vagina, lo que si fue un hecho, pues me lo llego a comentar en esa noche, pero como si fuera algo normal por mi grado de calentura!!!!Gran suerte la mía.

Lo que si es un hecho, es que mi esposo solo se entero que me hizo el amor en donde mi jefe se había venido y llenado mi vagina de semen, apenas una hora antes, unos años después cuando en una noche de decirnos y contarnos las “netas” se lo tuve que relatar con lujo de detalles, pero les aseguro que valió pena.

Gracias por el tiempo dedicado a leer historia que sucedió más hace de 20 años!!

Espero sus comentarios: mirandamig@yahoo.com Miranda

En la chimenea de la casa de mi jefe

Lo que voy a relatar el tuvo lugar en México, DF en 1987 y sucedió una vez mas con mi jefe Alfredo, quien

puedo asegurar fue ni único amante en los más de 20 años que llevo casada con mi esposo Manuel, quien en esa época no tenia ni la menor idea de mis constantes amoríos, con una sola persona en la empresa para la cual trabajaba en esas fechas, de mi etapa de curiosidades y de experimentación misma que no terminaba de terminar, y la verdad aprovecho para confirmar que aprendí, de sexo, y me divertí mucho!

Era el mes de julio, había mucha gente de vacaciones, las tardes de la ciudad de México en ese mes siempre son lluviosas y en mi área no teníamos así que digamos mucho trabajo como en otras veces.

Yo sabia que Karina la esposa de mi jefe estaba en USA en casa de sus papas, por lo que mi jefe se encontraba totalmente disponible para mis antojos sexuales, y de esta vez la que tomo la iniciativa fui yo, no el, como ya era una costumbre, por lo que como a las 4.30 PM llegue a su oficina y con toda la intención de provocarlo, no sin antes encontrar el momento oportuno, para no ser vista por los demás.

Entro en su oficina, doy una última mirada por los alrededores, y con mi mano derecha, le aviento arriba de su escritorio, mis calzones de algodón negros que recién me había quitado en mi privado, y le digo:

- Alfredo, espero que con mis calzones te puedas percatar que ya llevamos un buen rato sin portarnos mal, haz estado demasiado ocupadito con las demás mujeres de esta compañía??

- Miranda, estas equivocada he tenido mucho trabajo, Karina no esta, yo mismo te iba a proponer que nos fuéramos hoy a mi casa, pero ya que tu lo sacaste el tema, no te lo voy a proponer, nos vemos en mi casa a las 5.30, hoy te va a salir bien caro tu jueguito de aventarme tus chones apenas manchaditos ¡!

- Ni se te ocurra en tu casa eso si que no…Ya lo habíamos platicado varias veces, ni en la tuya ni en la mía!

- Ya te lo dije, nos vemos en mi casa, ya ni lo discutas mas, sabes que es mi fantasía… y es el momento.

Alfredo me saca de su oficina, agarra su saco y portafolio, y se dirigió al elevador??

En ese momento no supe ni que hacer, sentía mi estomago revoloteando y un dolor en la parte baja del vientre, señal inequívoca de que mi grado de calentura, era mas fuerte que la cordura.

Me metí a mi Golf verde, y lo arranco sin saber bien a donde ir, ni que hacer, pero al pasar las vías del tren de Reforma a la entrada de Las Lomas ya estaba decidida, por lo menos a casa de Alfredo tenia que ir:

Ya en Cuajimalpa, toco el interfon de la vigilancia del condominio de mi jefe, y el policía, que ya me conocía de algunas visitas familiares o de trabajo, me dijo:

- Sra. Miranda… el Licenciado ya la esta esperando y me dijo que puede subir su coche hasta su casa!

Llego hasta la casa, estaciono mi coche en el lugar de Karina, al lado de Le Baron negro de Alfredo.

Ya había entrado en esa casa una infinidad de veces, pero por algo estaba nerviosa y no muy segura de lo que haríamos en esa tarde, a media semana. Para eliminar el estrés, me recibió mi jefe, ya con una bata, azul marina, que me permitía, imaginar que no traía nada abajo, además me coloca en mi mano un vaso de tequila doble sabiendo que no estaría tan fácil el convencimiento para tener sexo en su casa?

-Miranda vamos para arriba, esta medio lloviendo y por esta zona hace mucho frió, nos metemos en mi cama, platicamos un ratito, y te garantizo que no hay nadie que hoy por la tarde pueda venir a la casa ¡!!

- Querido Alfredo, estas completamente loco, se me va a bajar toda la calentura si me meto encuerada contigo, en la cama de tu mujer, que es mi amiga…… Que te pasa… mejor ya me voy a mi casa.!!

- No te vayas, nos quedamos aquí en la sala, prendo la chimenea, y nos tamamos un par de tequilas??

Y así fue, nos quedamos en la sala, salio a la bodega por leña, pero al agacharse para prender el fuego al no traer boxers debajo de la bata, sus huevos salieron a relucir ante mi mirada, que no perdía detalle.

Antes de prender el fuego yo ya me había acomodado por detrás de Alfredo le acariciaba los testículos, y le di un masaje de ano, que después de tanto tiempo, jamás se me olvidará, y a el tampoco.

Le bese los testículos, y el pene, mientras que con toda la paciencia me fue despojando de mi traje sastre, primero la falda, que me dejo totalmente expuesta, al no traer calzones desde la oficina, lo que fue una rara sensación, el estar desnuda de la cintura para abajo, y vestida con saco, blusa y brasier ¿?¿?

Pero no duro mucho, pues yo mismo lo ayude a despojarme de lo que quedaba de ropa, lo que me permitió sentir con agrado el calor que ya expedía la chimenea de la sala, recién prendida.

Teníamos tiempo, yo ya estaba mas tranquila, y segura de lo que sucedería a continuación, pues si así no fuera, porque había ido a casa de Alfredo? Y, aunque nunca lo admití, me calentó mucho el hecho de que en pocos minutos estaría haciendo el amor con el esposo de Karina, en la sala de su casa ¡!

Ahora si, ya totalmente desnuda, acostada boca abajo en la alfombra de la sala, lo mas pegada posible a la chimenea, pues todavía se sentía algo de frío, Alfredo con la bata puesta pero abierta, dejando ver todo su cuerpo, inicia un delicioso masaje en mi cuello y hombros, tratando de tranquilizarme, lo que no logro, pues en la forma que se sentó sobre mi espalda, podía sentir su pene rozando todo mi cuerpo en los movimientos que forzosamente tenia que hacer para seguir con estas deliciosas caricias que me tenían ya muy caliente!

Yo misma fui levantado el culo para encaminarlo a una penetración vaginal por atrás que tanto le gustaba a mi jefe, y en pocos segundos ya podía percibir la cabeza de la verga de Alfredo merodeando mis labios vaginales, que muy suavemente y con todo el tiempo de mundo se fue abriendo paso por el interior de mi cuerpo, ofreciendo una intensidad de placer que no siempre era posible obtener por la obvia falta de tiempo.

Tardamos un buen rato en este juego, que nos permitía disfrutar el juego sexual, pero al mismos tiempo estábamos platicando de nuestra gran infidelidad con nuestras respectivas parejas, en lo que aproveche para encaminar el tema a sus otras amantes y finalmente logre sacarle todos los nombres de las demás mujeres de la compañía con las cuales el ya había tenido sexo, tanto casadas como solteras, me calenté todavía mas al saber de algunas que ni me imaginaba, y visualizarlo mentalmente metiéndosela a varias de mis amigas!!

Ya hacia mucho calor, sudaba copiosamente, podía sentir las gotas en mi espalada y axilas, trate de alejarme del calor del fuego, me acosté boca arriba pues ya me incomodaban las rodillas en la alfombra, y de nuevo me volvió a penetrar mi jefe, que al sentir que yo estaba al borde del orgasmo, me beso, y no dejo de introducir su pene fuerte y furiosamente en mi vagina hasta que explote en sus brazos, temblando todo mi cuerpo. Algo diferente sucedió pues Alfredo tenia la habilidad de lograr venirse siempre en mi interior, al mismo tiempo que yo, pero de esta vez logro controlar su yaculacion, algo seguramente tendría en su mente.

En eso estaba mi cabeza, cuando mi jefe se retira de mi, de nuevo me voltea, nos alejamos apenas tantito del fuego, coloca unos cojines del sillón en el piso y me pone perfectamente de frente a la chimenea con las rodillas sobre los recién incorporados cojines y me la vuelve a meter por detrás en la vagina, lo que aplaudí pues por lo menos quería un orgasmo mas!!! Pero de esta vez si me equivoque? Quería mi culo, por primera vez, por lo que con su pene, “mojado en mi”, como dice la canción, inicio el trabajo de lubricación de mi ano, metiéndome un dedo luego dos, y al final ya perdí la cuenta, no sin antes repelar, suplicarle que no lo hiciera, que me dolía mucho cada que lo intentaba con Manuel, el único hasta ese día que ya me había hecho sexo anal, ( al día de hoy solo han sido tres!! ), hasta que con su sabido verbo, mirándome a los ojos, que brillaban no solo por la lujuria del momento, pero por la luz producida por el fuego, me tranquiliza y dice:

- Miranda, se que tienes ganas, te da miedo porque si te duele porque no te lo hace bien tu marido.

- Te voy a poner mucha vaselina como lo hago con Karina, y el truco es uno solo, para que a ustedes no les duela! Primero te hago tener un orgasmo vaginal, y solo después, ya flojita y cooperando, te lo meto en el ano, y te va a encantar!!!, si te duele no te lo hago, no te preocupes..

- Alfredo, porfa si me duele te quitas?!!!!

Apenas se lo acababa de decir, y para sorpresa mía metió la cabeza de su verga, en mi ano casi sin dolor, y lo demás, con los movimientos, mis humedades, y la enorme cantidad de vaselina colocada en mi culo, me dio la enorme sorpresa y satisfacción de que si puedo tener sexo anal, sin el terrible y temible sufrimiento!

La primera enculada de Alfredo no podía dejar de ser memorable, y así fue, el placer, el erotismo, lo prohibido, la primera vez, en su casa, la vaselina, etc, fueron los ingredientes para que saliera de maravilla.

El con la mano derecha me agarraba la cintura y me jalaba para tras, con la izquierda me amasaba ambos senos que revoloteaban, por la posición, por los movimientos, además para acabar con todo el panorama yo me masturbaba con mi mano derecha mientras con la otra me apoyaba, hasta que ahora si nos venimos al mismo tiempo sintiendo yo como su pene adentro de mi se contraía y expandía hasta que su semen inundo todo mi interior, en frente de una agradable y caliente chimenea, que ayudaba a calentar todo!!!

Nos quedamos juntos en esa posición un ratito, subí a su cuarto y me di un rápido regaderazo en su baño, me regreso los calzones negros, y con una enorme tranquilidad me fui manejando a mi casa, a la que llegue a muy buena hora, antes que Manuel, me puse a ver la tele hasta que a las 9.30 llego a casa mi marido…y ese dia recien enculada si me senti culpable de mi gran infidelidad!!!

Espero sus comentarios: mirandamig@yahoo.com Miranda

La piscina

Estaba en la tumbona bocabajo junto a la gran piscina, cuando oí que alguien se capuzaba en el agua recordé que Dámaso me había dicho, que junto con su pareja Fabio pasarían el sábado fuera, al llegar no los vi y como tengo la llave de la casa de los antiguos guardeses, tampoco fui a la casa principal a tratar de encontrarlos, las enérgicas brazadas cruzaban la piscina y cuando cesaron junto al borde oí la voz de Fabio que me decía.

Chiquilla que haces con este sol y sin ponerte crema.

Le respondí que si era tan amable me la pusiera él, no respondió solo oí como salía del agua y vi su sombra como avanzaba hacia mí, yo mantenía los ojos entornados y le dije que la crema estaba en el bolso, vi como soltaba una toalla sobre otra de las tumbonas y pronto note sus manos sobre la espalda aplicando la refrescante crema, los pezones se endurecieron producto del “contraste” de temperatura, entonces continuo aplicando crema por los cachetes del culo.

Cuando bajaba por las piernas se me antojo, que se recreaba demasiado en el interior de los muslos, no le di importancia pues sé qué hace como ocho años que son pareja, y en otras ocasiones ya he estado desnuda ante ambos sin sentirme incomoda, cuando llego a los tobillos me dijo que ya me podía dar la vuelta para seguir por delante, mientras me disponía a hacerlo recordé como había conocido a Dámaso en la Universidad.

Al quedar bocarriba, solo podía ver la silueta de Fabio pues el sol quedaba a su espalda, me llamo la atención que a pesar del poco rato que hacía que había salido del agua le “veía” bastante más cabello del que recordaba desde la semana anterior, al comentarlo me respondió.

Pero como, Fabio ¿no te dijo que estaría yo aquí? Pensé que te habría hablado de mí, soy Basilio su hermano gemelo, he venido a pasar las fiestas con ellos, hoy querían que los acompañara a visitar a unos amigos suyos, pero el año pasado fui y no son personas de mi agrado, evidentemente no porque sean gay, ya que asumo perfectamente la sexualidad de mi hermano sino no estaría aquí, es que esos tipos son unos prepotentes, siento mucho el mal entendido, ellos si me hablaron de ti ayer, ¿Macarena verdad? pero te veo muy joven ¿Qué edad tienes?

Le respondí que ya tenía 20 con una risita nerviosa.

Estaba desnuda ante un hombre heterosexual, con una voz idéntica a la de su hermano gay y a poco que el físico fuera semejante, se planteaba una situación como poco embarazosa, si no la llevábamos bien, pero Basilio lo soluciono pronto preguntando con una mirada intensa.

¿Tienes inconveniente en que te siga poniendo crema, o quizás piensas que no sería adecuado?

Con una sonrisa le dije que mejor continuara, se sentó en la tumbona que había al lado y fue cuando repare que también estaba desnudo y que gastaba una buena verga, continuo poniéndome crema empezando por la cara, unos toques en la frente y después directamente al cuello, de ahí paso a los pechos que se limitó a untar alrededor, hasta que note que me estaba mojando de una forma bárbara y por su mirada comprendí que él también se estaba excitando por momentos, entonces simplemente agarre una de sus manos y tire ligeramente de él.

Lo que sucedió a continuación fue del todo inesperado por mí, pensé que se tiraría encima de mí y que me penetraría de forma salvaje, tengo un buen físico y muy pocas manías en cuestión de sexo, algo que en su momento comente con Dámaso y Fabio, que con toda seguridad habían “olvidado decirme” que estaría él allí, mientras que a Basilio, seguro que le habrían informado hasta de mis gustos, para que fuera un buen regalo para él.

Se arrodillo sobre una toalla que tiro al suelo y comenzó a besarme los pezones sin compasión, mientras acariciaba mi vientre con suaves movimientos, cada vez estaba más excitada iba alternando los pezones, pero cuando los abandono fue para ponerse entre mis piernas y comenzar a lamer de una forma hasta entonces desconocida para mí, primero la vulva con largos movimientos.

Poco después fueron los labios mayores los que iba separando un poco cada vez, para que los lametones fueran más adentro y en este caso sí que llegaban hasta el clítoris, que apenas rozaba pero que en cada ocasión me arrancaba un profundo suspiro, tiro de mis piernas para que quedara mi culo justo al final de la tumbona, tal como estaba arrodillado coloco mis pantorrillas sobre sus hombros y comenzó a pasarme la punta del capullo arriba y abajo desde la sombrilla que tengo sobre el coño, hasta el final del culo entre los cachetes.

Entendí que era el momento, en que pararía para ponerse un condón, pero la sorpresa fue cuando de un solo y fuerte empellón me penetro hasta el fondo, me quedé con un lamento pugnando por salir de mi garganta, pero es que me había quedado sin aire en los pulmones, antes de poder reaccionar, alargo las manos con las que comenzó a estrujarme las tetase, que se le resbalaban por efecto de la crema, para evitarlo cerro un poco las manos en forma de garra y me clavo algo las uñas, dolían un poco pero comencé a notar una serie de sensaciones, del todo desconocidas para mi hasta entonces.

Su duro capullo que coronaba la gruesa polla, golpeaba el cérvix cada vez que llegaba al fondo, miraba la cara de Basilio, pero el solo estaba pendiente de mis pechos y de cómo con los brazos mantenía los muslos en su lugar, para poder seguir follándome de forma brutal, con un metisaca que llegaba casi a fuera del todo lentamente, para entrar con rapidez, con un enérgico caderazo hasta el fondo, en varias ocasiones trate de decir algo, pero en cada penetración me cortaba la respiración.

Alargue las manos y las situé sobre las suyas, que estaban sobre mis pechos, con intención de que me prestara atención y aflojara un poco el ritmo, para darme la oportunidad de acoplarme a él y gozar ambos, lo interpreto de otra forma, pues enlazo sus manos con las mías y tirando de ellas me levanto de la tumbona, estaba en una postura del todo “imposible”, clavada en él mis piernas sobre sus hombros y los pechos casi se tocaban mis rodillas, entonces se venció hacia atrás, hasta conseguir el equilibrio de pesos suficientes y se puso en pie.

Andando lentamente se dirigió a una de las puerta-ventanal que comunicaba una habitación con la piscina, pude ver por el “rabillo” del ojo una cama, antes de que me depositara cruzada en ella, entonces simplemente se dedicó a manchar con más ímpetu, hasta que sin apenas aliento alcance un orgasmo muy exagerado, el siguió sin darme tregua, generalmente necesito un tiempo para reposar después de un orgasmo, antes de continuar cualquier actividad, nunca me considere “multiorgasmica” pues es algo que nunca había experimentado.

En ese caso Basilio ni se planteó algo así, simplemente me bajó las piernas y cuando me acomodó en la cama a lo largo, creyendo que podría descansar por fin y gozar en paz de las réplicas del orgasmo, me dio media vuelta y sin demasiadas contemplaciones, me coloco un par de almohadas bajo el vientre, quede a “cuatro patas” y sin ninguna clase de lubricación, solo colocando una mano sobre los riñones mientras con la otra apuntaba el duro capullo, a la entrada de mi “casi virgen” culo, pues solo dos veces había tenido sexo anal y además de una forma muy “suave”, con mucho mimo por parte del chico con quien lo hice.

De un solo empellón metió más de la mitad, de esa polla que solo había visto unos instantes a contra sol, pero que me había parecido inmensa, además es la sensación que me dio antes, solo que la vagina es bastante más flexible que el culo, y admite una gama mucho más amplia de tamaños, la entrada fue acompañada por un profundo lamento que se me escapo, desde lo más profundo del alma, me sujeto fuertemente por las caderas.

Con otros tres o cuatro empellones, llego a darme con la pelvis en los cachetes del culo y entonces fue cuando tomé conciencia de lo que realmente estaba pasando. Basilio me estaba “reventando” de una forma salvaje y yo lo estaba gozando, a pesar de que estaba segura que me haría alguna fisura, continuó pero a partir de entonces comencé a animarlo, algo del todo innecesario, pues ya estaba más que decidido a seguir pero le gritaba. Sigueeee Dameeee más, con fuerzaaaa has---ta el fondooooooooo y eso lo enervo de tal modo, que cuando comenzó a correrse, siguió dándome tanto o más fuerte, de modo que notaba las descargas de semen inundándome las entrañas, al tiempo que una parte resbalaba por mis piernas.

Cuando parecía que todo había terminado se clavó hasta el fondo, tumbado sobre mi espalda de forma que me “cubría” por completo y me besaba la nuca, eso me encanta, mientras me retorcía los pezones, algo que hasta el momento, no me habían hecho pues le temo mucho al dolor, tenía todo el cuerpo embotado, notaba muy bien lo que me hacía, pero no el dolor hasta después, la siguiente sorpresa pero no la última, fue cuando pensando que pronto se retiraría, note como la erección se “reanimaba” y creyendo que seguiría, me prepare a aguantar otra serie de fuertes envites, grande fue mi desconcierto cuando sin más, comencé a notar como comenzaba a circular por mis entrañas, una gran cantidad de líquido, se estaba meando dentro……………..

Cuando se retiró de golpe y me dio una zurra en el culo, solo pude colocarme una mano a modo de tapón y como pude fui hasta el baño, donde apenas llegue, para soltar una mezcla del todo desagradable, poco después llego él y me dijo.

Pensé que estarías ya “limpia”, espero que no te hayas enfadado conmigo.

Lo mire y simplemente negué con la cabeza, pensando que sería lo próximo, y muy pronto me entere, al salir del baño tenia junto a la mesa de la piscina un carrito de licores, una cubitera y sobre la mesa unos vasos, me preguntó que me apetecía tomar y por tomar algo, pedí un ron con cola, preparo otro para él y cuando me lo sirvió me indico una cómoda butaca bajo la sombrilla, pensé que hablaríamos de alguna cosa intranscendental, pero simplemente espero a que tomara el primer trago, para acercarme la verga a los labios y decirme.

Trata de hacer lo que puedas, sé que es un poco grande pero te enseñare algo, que aprendí el año pasado de una colega tuya.

Comencé a besar el inmenso capullo y darle tímidos lengüetazos, aunque en mis oídos resonaba eso de “colega tuya” como algo extraño, pero no le di más importancia porque definitivamente, y a pesar de que mamadas sí que había hecho unas cuantas, nunca a una verga tan grande y comprendí que no podría llegar más allá, de lo conseguido hasta el momento, entonces vi como agarraba un par de hielos de la cubitera, con ellos comenzaba a pasarlos a lo largo del tronco, que enseguida comenzó arrugarse para quedar de un tamaño “casi ridículo”, entonces sí que la engullí, y comencé a tratarla como a cualquiera de las que antes había tenido en la boca.

El resultado fue que comenzó a crecer pero dentro de la boca, tal como estaba me sujeto la cabeza y note como me atragantaba, al hincharse el capullo y “atascarme” la garganta con él, falto poco para vomitar pero conseguí aguantar a pesar de que costaba mucho respirar, logre hacerle una “media mamada” y lo mucho que había tardado antes en eyacular, lo compenso entonces con una temprana e inmensa eyaculación, con la que no me ahogue gracias a que se retiró un poco.

Notaba las mandíbulas anormalmente abiertas y sus potentes descargas se estrellaban por doquier, sería incapaz de precisar si en el paladar, directamente en la garganta o si resbalaban por la lengua, pero el caso es que me vi obligada a tragarlo todo, a pesar que no me ha gustado nunca más que un poquito, para notar el sabor, cuando por fin termino y se retiró un poco, tan solo para que terminara de limpiarle bien la polla, algo que aunque no dijo con palabras intuí, pues seguía con mi cabeza entre sus manos, lo hice y cuando se dio por satisfecho me dijo.

Bueno Macarena hemos terminado, dime cuanto te tengo que dar, porque este año no quiero que seas un regalo como la chica del año pasado, que pagó mi hermano Fabio, tenerte aquí y que seas una sorpresa tan agradable, ya ha estado bien.

Me quede helada, ese tío me había follado como a una puta, convencido del todo, no tenía ganas ni ánimo para aclarar nada, le dije que lo que estimara conveniente estaría bien por mí, que iba a lavarme un poco y vestirme, me dijo que lo dejaría sobre la mesilla de la habitación que habíamos empleado, que él iba a echarse un rato porque aún le duraba el jetlag.

Me vestí sin apenas lavarme, y evidentemente NO tome el dinero, cuando llegué a mi casa no dije o hice nada que mostrara el mal humor que traía, a las nueve de la noche me llamo Dámaso y tras asegurarse que era yo y sin darme ocasión de decir nada tan solo dijo.

Pásate por casa mañana a la hora que te venga bien, creo que te debemos una disculpa pero no por teléfono, estaremos nosotros dos solamente.

Me falto poco para romper a llorar, pero no me lo podía permitir en casa, delante de mis padres que habrían preguntado y entonces sí que rememore con detalle como los había conocido.

Dámaso accedió a la Universidad como “mayor de 25 años” ya tenía los 33, al principio fue difícil pues ser gay todavía es un estigma, se diga lo que se diga y pronto nos hicimos amigos, cuando un día me sugirió ir a su casa a conocer a su pareja “Fabio”, me pareció bien y al ver la gran casa que tenian, me di cuenta que era una pareja que vivía muy por encima de lo que estoy acostumbrada.

Le dieron mucha importancia, al hecho de que no me “molestara” estar con ellos, más bien me gustaba, porque entre otras cosas nunca vi nada entre ellos que me ofendiera, se aproximaba la Navidad y con ella el buen tiempo en Argentina y las vacaciones, fue cuando me ofrecieron emplear la casa y la piscina, cuando me apeteciera incluso cuando ellos no estuvieran, para ello me dieron llaves de la verja y de la antigua casa de los guardeses, que empleaban ahora como “casa de invitados”.

Pero en esa ocasión algo había fallado, no los creía tan “mezquinos” como para hacerme eso, precisamente a mí que los trataba con mucho respeto, y entendía muy bien su situación como pareja.

Dije en casa, que me habían invitado a pasar el domingo con ellos unos amigos, a media mañana llegue a su casa, fue Fabio quien me abrió, no quise emplear las llaves y toque el timbre de la entrada, al verme me beso en las mejillas como siempre y sin decir nada me acompaño hasta el gran salón, allí estaba Dámaso quien de forma muy educada como siempre, me indico que tomara asiento, después de ofrecerme una bebida comenzó a hablar Fabio.

Lo sucedido con Basilio no tiene escusa, le contamos que estarías aquí, pero en todo momento dejamos claro que eras una amiga, una buena amiga y en ningún momento dimos a entender que eras otra cosa.

Cuándo al llegar, nos dio las gracias por “tenerte aquí”, le contamos la situación y el pobre quería ser quien te llamara para disculparse, lo que sucedió el año pasado, fue porque hacia pocas semanas que lo había dejado su pareja, después de tres años de vivir juntos y SÍ, contratamos a una profesional para estar con él.

Me quedé bastante sorprendida, pero entendí el comportamiento de Basilio, de todas formas seguía dolida y no solo físicamente, también en mi fuero interno y parece que se notaba, cuando fue Dámaso quien intervino para preguntar.

¿Habría alguna forma de compensarte por esa ofensa que no mereces? No te hablaremos de dinero, pues sé que sería algo ofensivo, pero sí que estamos dispuestos a lo que sea por desagraviarte.

Mirando a los dos que estaban enfrente de mí, sentados muy juntos en el filo del sofá les dije ¿lo que sea? Eso que estáis diciendo ya lo habréis hablado me imagino.

Casi al unísono respondieron que si lo habían hablado, y que harían cualquier cosa que se me ocurriera, no estoy segura si ya habían pensado en esa posibilidad, pero no les extraño para nada cuando les dije.

¿Entre los dos seríais capaces de darme sexo, de modo que “olvide” lo que me hizo Basilio?

Se miraron ambos, y dijo Fabio.

Solo será esta vez y quizás alguna otra, en que alguno de los tres lo necesite, pero esto no PUEDE salir de aquí bajo ningún concepto, ya sabes porque te lo contamos, que nuestra tendencia hasta que nos conocimos era heterosexual.

Cuando nos enamoramos hace ya ocho años dejamos de tener relaciones con mujeres, pero ambos poseíamos una cierta experiencia, que a pesar de todo aun conservamos, y que vamos a aplicar contigo si aceptas, pero seremos los dos para evitar equívocos de cualquier clase.

Desde ese momento hasta media tarde, cuando llame a casa para decirles que me quedaría a pasar la noche, viví un tipo de sexualidad que nunca imagine que existiera, después de llamar y descansar un poco Fabio me abrazo tiernamente desde detrás y me murmuró al oído.

¿En serio quieres ser tratada como nuestra putita particular? Porque en ese caso ahora tenemos que cambiar el rol.

Asentí y como un resorte me vi tumbada sobre el sofá con la cabeza sobre el reposabrazos, Fabio con una rodilla entre mis piernas, y las manos en los pechos tirando levemente de los pezones, mientras Dámaso acercaba su polla a mis labios, solo que esta era aunque larga, de un tamaño “más normal” con lo que la engullí siendo yo quien apoye las manos en sus nalgas, para marcar el ritmo en que me follaba la boca, en algunos momentos me plantee seriamente si “esos dos”, no era una mujer lo que necesitaban en su vida, para que fuera plena.

Desde luego cuando me dormí esa madrugada, ya rendida del todo entre los dos, estaba del todo satisfecha y con el incidente de Basilio casi “olvidado” y si no olvidado si perdonado, cuando al rato me desperté un poco “vi” que estaba sola, ellos se habían ido a estar juntos a otra habitación, cediéndome la suya, cuando nos levantamos a la mañana siguiente, estábamos todos de muy buen humor, tanto que después de desayunar dije de tomar un baño y me acompañaron.

A los pocos minutos de estar en el agua, estaba emparedada entre Dámaso que me tenía clavada la polla en la vagina, mientras que mis piernas abrazaban su cintura y Fabio magreaba mis pechos mientras subía y bajaba restregando su pecho con mi espalda y su rica verga hacía estragos en mi “dolorido y agradecido” ano, cuando se quedó quieto para poder fundirse en un lujurioso beso con Dámaso, iniciando una guerra de lenguas con la que instantes antes exploraba mí boca, comprendí que seriamos tres por bastante tiempo y así fue.

Esta parte de mi vida, nunca la contare a nadie.

Tampoco la creerían.

Todo asombroso