Video Relato

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Miedo antes de la boda

Hola mi nombre es Ruth, actualmente tengo 21 años y hace poco mas de dos que me case, aunque estuve a punto de no hacerlo.

Comenzare por describirme, a pesar de mi edad todos dicen que tengo una cara muy bonita casi de niña, y un cuerpo aunque nada espectacular si bastante bien formado, un par de tetas bastante apetecibles y un culo nada despreciable para mi edad pero mejor miren una foto mia para que se den una mejor idea.

Me case a los 18 años me faltaban solo un par de meses para cumplir los 19 años, y aun era virgen ya que a mi futuro esposo le habia dicho que quería llegar virgen al matrimonio, cosa que el no entendía pues es algo mayor que yo, mi hermano fue quien nos presento y me llevaba algo asi como 7 años.

Todo paso el mismo día de la boda, se suponía que la fiesta religiosa seria a eso de las 7:00 de la tarde y de ahí nos trasladaríamos hasta el salón de banquetes.

Como todavía faltaban cosas por arreglar, mi padre dijo que el me esperaría en la iglesia pues el y mis hermanos, pasarían primero por el salón de banquetes para ver que todo estuviera en orden, y mi madre y mis hermanas irían a revisar los arreglos de la iglesia, ya saben las flores y todo eso, asi que mi primo Juan seria quien me llevaría hasta la iglesia, pasaría por mi un par de horas antes para no andar con prisas.

Por fin el día de la boda todos parecen andar de prisa, cada uno se enfoca en sus cosas, mis padres se marchan a sus diligencias y me dicen que no valla hacer esperar a los invitados, Juan ya esta aquí asi que arréglate y nos vemos halla dice mi madre.

Le pido a Juan que espere un poco que ya casi estoy, apenas y termine de ponerme el vestido y de arreglarme escucho a Juan que me llama desde la sala, Ruth que se nos hace tarde ya son las 5:00.

Bajo las escaleras vestida de novia.

"¿pues creo que es todo, no?"

Juan se limita a mirarme en mi vestido de novia, de enorme escote, que deja ver el canal de mis senos y mi espalda al descubierto casi hasta el inicio de las nalgas, el velo me llega a los pies, calzados con unos zapatos de taco alto que me estiliza la figura.

Y de pronto dice:

"¿No es un poco atrevido?"

Fue el que le gusto a Enrique (que es como se llama mi esposo, por cierto)

Lo miro y camino hacia el, no se si son los nervios o que pero me falta la respiración, y sin saber porque me suelto a llorar y corro de vuelta a mi habitación.

¡¿Ruth?! ¡¿Ruth?! ¿Qué pasa? Es lo único que atino a escuchar tras de mi.

Ni bien entro a mi habitación, Juan entra tras de mi…

¿Te encuentras bien, te pasa algo?

No voy a casarme, le digo…

¿Qué? Pero si ya eta todo listo dice el.

Supongo que tendras un motivo, vamos cuéntamelo…

S…So…Soy…V…Vi…Virgen…

El me mira y suelta una sonora carcajada, jajajajajajjajajaja

Y ese es el problema, anda límpiate las lágrimas y vamos para la iglesia.

No, ya te dije que no me caso.

Y que tal si no lo hago bien en mi primer noche de bodas, que tal si no le gusta a enrique, el tiene mas experiencia que yo, yo…

Entonces dijo algo que me sorprendió.

Y si pudieras practicar un poco antes de tu noche de bodas, eso te ayudaría…

Antes de que reaccionara Juan se acerco a mi y me bajo el cierre del vestido el cual caso como si quisiera ser nuestro cómplice cayo al suelo sin esfuerzo.

Juan me hace dar unos pasos hacia el, y desabrocha su bragueta, liberando su enorme pene, para luego hacerme arrodillar frente a el.

Lámelo, es tu primera lección, me dice, y yo obedezco ávida de aprender, paso la lengua, pero el me dice, " Chúpala, chúpala como si fuera un barquillo" me ruega gimiendo.

La meto en la boca, y le mamo la pija.

Me quita el velo que cubre mi cabeza, y agarrándola quiere imprimir mayor celeridad en la chupada.

Juan me dice que la saque de mi boca y que me ponga a cuatro patas como una perrita, para ese momento mi vulva se encuentra toda mojada y espera su ataque.

Se arrodilla tras de mí, y siento la cabeza de su pene tanteando la entrada de mi vagina.

La mete de un golpe, y yo grito por el dolor, intento apartarme pero el me sujeta por las caderas y comienza a bombear, primero despacio y poco a poco aumenta el ritmo, el dolor se convierte en placer, sus embestidas son rápidas, profundas, me llegan hasta lo más hondo de mi cuerpo, me agarra fuerte de las caderas, y su ritmo se vuelve enfebrecido cuando las oleadas del orgasmo nos invaden a ambos, y siento su leche que se descarga en mi cuerpo.

"Lo vez primita no es tan difícil satisfacer a un hombre, te aseguro que lo haras bien"

Apoyo mi cabeza en su hombro, y le agradezco por la lección, al mismo tiempo que me arrepiento por todo el tiempo perdido.

La boda fue un éxito, papá contento me llevó al altar, y mi esposo bebió tanto que ni siquiera noto que su mujercita ya no era virgen en su noche de bodas.

Secuestro Fingido

Eduardo Esparza regresaba a su casa luego de un día de trabajo agotador. Toda la semana en sí había sido muy agotadora pero Eduardo siempre tuvo en mente las vacaciones que le esperaban en compañía de su hija, Samantha, quien recién había cumplido los 18 años de edad, y el saber lo que podía ocurrir en dichas vacaciones le daba fuerzas para seguir. Sabía que probablemente serían las últimas que su hija quisiera tener en compañía de su padre así que sin duda alguna haría de ellas unas vacaciones inolvidables tanto para ella como para él.

Eduardo tenía para ese entonces 45 años de edad y 10 de divorciado. Era contador en una empresa que absorbía la mayor parte de su tiempo pero aún así siempre buscaba mantenerse en forma yendo al gimnasio todos los fines de semana y una que otra vez entre semana. Mantenía relaciones sexuales con tanta prostituta se le cruzaba pero siempre prefería masturbarse pensando en su mujer más deseada.

Su ex mujer, Adriana, tenía 44 años de edad y aunque tenía un físico despampanante y excitante, su mal genio y su poca dedicación como esposa habían terminado por quebrantar la relación amorosa que alguna vez había sido de las más envidiadas.

Ambos terminaron en no muy buenos términos; peleando por la custodia de la hija, pensión alimenticia y un sin fin de bienes que ambos compartían en propiedad. Después de llegar a un arreglo, Eduardo terminaría con la custodia completa de su hija pero sin ningún bien; cosa que a Adriana parecía alegrarle más que nada en el mundo y a Eduardo le haría volver a comenzar desde cero eso sí, con la compañía del ser más querido para él: su hija.

Samantha a sus 18 años estaba hecha con el mismo molde que su madre. Y, aunque tenía edad corta, ya compartía los mismos atributos que tan bien caracterizaban a su madre: senos grandes, 36 D; un rico trasero, levantadito y bien proporcionado que volvía locos a los jóvenes y; una cara de niña fresita, que daba el aspecto de inocente pero a la vez de perversa, con aquellos bellos ojos azules, labios carnosos y su melena rubia que brillaba con el sol haciéndola parecer una diosa!

En ese entonces Samantha no se encontraba estudiando debido al poco interés que siempre había mostrado por los estudios. Pero tampoco era una buena para nada pues en lo que decidía bien que hacer con su vida trabajaba en una tienda de accesorios femeninos en la plaza comercial por las mañanas y por las tardes asistía al gimnasio dónde se corría el rumor ya había compartido cama con la mayoría de los socios y del dueño. La chica realmente era una rebelde y aunque su padre siempre la había visto como su niña consentida e inocente, muy en el fondo sabía la clase de chiquilla mal educada que era su hija. Ya sea porque se hubiese enterado del comportamiento de su hija con los vecinos, con sus amigos o incluso porque él la hubiese pillado en plena faena; como aquella vez en la que su padre la había encontrado mamándole la verga a su mejor amigo pero en fin, creo que eso bien sería motivo de otro relato…

La mañana en que Samantha y Eduardo partieron rumbo a la playa, su destino vacacionario, Eduardo iba más que animado por compartir aquél viaje que prometía ser inolvidable a lado de su hija quien por más intentos que hizo por convencer a su padre de ser ella quien manejara nunca lo logró convencer.

Al partir y llegar a la carretera estatal, Eduardo por alguna extraña razón, y digo extraña ya que Samantha quien decía conocer a su padre perfectamente sabía que a su padre no le gustaba tomar atajos, decidió tomar un atajo al norte; tomando con ello caminos poco transitados y llenos de curvas.

Luego de estar discutiendo con su hija el cómo tomar las vialidades, las cosas salieron tal y como Eduardo lo intuyó pues él terminó manejando sólo, sin compañía alguna, ya que su hija se puso los auriculares y se desentendió del mundo.

Desafortunadamente para ambos las cosas no saldrían del todo como lo habían imaginado ya que después de un par de horas de viaje una camioneta azul, vieja y sin placas se les pegó mucho y después se les cerró causando con ello que Eduardo diera un volantazo que casi los hacía salirse de la autopista.

-Estúpido! Acaso estas loco?- Gritó Eduardo al tiempo en que Samantha se quitaba de golpe los auriculares y protestaba también.

-Vaya que esta loco ese tipo…- dijo Samantha agradeciendo no haber sufrido un accidente.- Tranquilízate papá, no vale la pena discutir con un demente.- le dijo a su padre al verlo sumamente enfadado con la actitud del chofer de aquella camioneta tan misteriosa.

Aún así, con todo y las palabras de tranquilidad de su hija, Eduardo decidió elevar la velocidad y ahora ser él quien se le cerrara a la camioneta kilómetros más adelante.

-Papá que estas haciendo? Eso no resolverá nada…- le dijo su hija al ver sus intenciones.

-Hija no me digas como conducir! Ese estúpido casi nos mata… sólo quiero enseñarle una lección!

El pequeño juego, lleno de peligro, entre Eduardo y el chofer de la camioneta misteriosa se prolongó por casi 10 minutos y varios kilómetros hasta que, repentinamente la camioneta se detuvo en un camino lleno de tierra y bastante reducido imposibilitando con ello que Eduardo continuara avanzando por lo que éste tuvo que pisar el freno de golpe antes de impactarse de lleno con la camioneta.

-ése hijo de perra ahora si me va escuchar. Le voy a dar su merecido!- Dijo Eduardo a punto de bajarse del carro dispuesto a pelearse con el chofer de la camioneta.

Samantha en ese momento estaba en completo silencio; sumamente espantada. Sabía que su padre tenía un carácter muy fuerte y que el hablar con él en ese momento no serviría de nada.

Eduardo a punto estaba de llegar a la camioneta para bajar al chofer cuando ésta arrancó de nuevo y tuvo que volver al carro para perseguirla. En ese momento mientras más le aceleraba la camioneta más le aceleraba Eduardo para intentar alcanzarla. La camioneta, kilómetros más adelante, se desvió de la carretera principal tomando un empedrado y Samantha pensó que hasta allí llegaría la obsesión y el coraje de su padre pero se equivocó pues éste continuó siguiendo a la camioneta y parecía estar cada vez más enojado.

-Papá… por favor detente… no sabemos a donde va ese tipo… ni si quiera sabemos quién pudiera ser… no creo que sea una buena idea papá…

Eduardo ni si quiera le puso atención a su hija y continuó su persecución. En su mente tenía pensado enseñarle una lección al tipo de la camioneta. No fue si no hasta que notó la presencia de un mercedes negro detrás suyo que comenzó a preocuparse por su actuar. No tenía idea de en que momento los había comenzado a seguir el mercedes pero lo único que sabía era que la cosa se podría poner fea y con ello la vida tanto de él como de su hija peligraba.

El nombre del conductor del mercedes pocos lo sabían, pues era mejor conocido en el bajo mundo como el calvo. Un peligroso criminal que aunque ya varias veces había estado en la cárcel siempre se las había ingeniado para salir.

El nombre del conductor de la camioneta era Bustamante, era el hijo del calvo y tenía 29 años de edad. Era la clase de persona que podría pelearse con cualquiera que lo viera feo en la calle.

En ese entonces Eduardo no tenía idea a donde se dirigía la camioneta vieja y aunque ya no le importaba, tampoco podía retroceder debido a la presencia tan cercana del carro tipo mercedes y la angosta carretera.

Después de varios minutos, llegaron a una casa vieja y abandonada en medio de la nada.

La camioneta se detuvo justo en la entrada y el mercedes le imposibilitó en todo el momento el regreso a Eduardo quien al detener su carro intentó arreglar las cosas de la mejor manera pero ya era demasiado tarde para eso.

-Señor! Es que acaso usted no se dio cuenta de que casi nos mata?

Eduardo al ver a los dos hombres bajarse de sus respectivos vehículos supo el enorme error que había cometido. Perfectamente sabía que esos tipos eran muy peligrosos pero con el solo hecho de mirarlos ahora entendía hasta donde eran peligrosos. Ahora más que nunca comenzaba a arrepentirse de su decisión.

-Yo sólo quería decirles que tuvieran más cuidado la próxima vez al manejar… no quiero ningún problema… en verdad, ya no quiero nada… mejor vamos a dejar las cosas así… no se preocupen por nada… todo lo de ustedes sigue igual… no sufren ningún perjuicio con ello así que nos vemos.- Dijo Eduardo mientras regresaba a su carro para retirarse.

Samantha no había entendido nada de lo que su padre había dicho y es que si no fuese porque uno entiende que con miedo las palabras salen sin pensar cualquiera diría que Eduardo estaba hablando en clave…

El calvo, quién parecía haber entendido perfectamente lo que Eduardo acababa de decir pensó en dejarlo ir en paz pero al echar un vistazo al auto se percató de la presencia de una jovencita hermosa y, por lo que sus ojos pudieron ver a través del cristal, sumamente pechugona! Fue en ese entonces que supo que él tenía el control de la situación y bien podría sacar ventaja de ello.

-Hace cuanto que no me follo a una mujer…- pensó el calvo al ver a Samantha.- Por dios que nunca me he follado a una así de sabrosa!

En eso, el calvo comenzó a reírse y haciéndole la seña a Eduardo de que apagara el motor del auto que ya había encendido le dijo:

-No, no, NO! Lo siento mucho pero ustedes no van a ir a ninguna parte! Han traspasado mi propiedad y eso suele salir muy caro…

El calvo comenzó a acercarse al carro y Eduardo en ese momento pensó en arrancar e irse a toda velocidad de allí pero el vehículo mercedes obstruyendo la salida y la enorme arma en la cintura del calvo lo hicieron reflexionar las cosas y sin más remedio apagar el motor.

Samantha en ese momento veía como el calvo se acercaba lentamente con ojos llenos de terror puro.

Una vez más, Eduardo intentó hacer entrar en razón al calvo diciendo:

-Mira… creo que no has entendido bien… no quiero nada… dejemos las cosas así… las cosas ya no son como antes… dejémoslas así… si se trata por el dinero tengo suficiente en la cajuela del auto… solo tienes que pedírmelo e inmediatamente te lo doy mejorado… si me entiendes?

Por primera vez Bustamante, el hijo del calvo, habló.

-Lo siento mucho señor pero el dinero es lo de menos. Los modales son indispensables a la hora de convivir con los demás… usted no puede andarse metiendo en la propiedad ajena así como así…

El calvo, después de bajar a Eduardo del auto, le dio un enorme golpe en el estómago que le hizo caer al suelo inmediatamente. Fue en ese momento que Eduardo supo que se encontraba en serios problemas.

El calvo caminó hacia la puerta del copiloto y tras abrir la puerta le dijo a la bella joven que se mostraba asustada y sin saber que hacer:

-Baja del auto preciosa, papi se ha portado muy mal y es momento de que pague por sus errores. –Después de bajarla con sumo cuidado y desnudarla con la mirada le dijo- Entra a la casa… ahorita llevamos a papi también.

El hijo del calvo al ver a Samantha no pudo evitar dar un aullido como de lobo y gritar:

-Mira nada más que par de tetas tiene esa hembra! No cabe duda de que encontramos un tesoro!

Eduardo para ese entonces aún se encontraba en el suelo revolcándose del dolor. Quería ayudar a su hija pero le dolía tanto el golpe que no se podía poner de pie.

Los planes de los criminales comenzaban a tomar forma cuando el calvo, acercándose a Samantha le dijo en voz baja casi al oído:

-Tú si eres más comprensiva que el estúpido de tu padre. Si te portas bien pronto estarán de vuelta en casa… todo depende de ti hermosa. Ahora entra a la casa en lo que nosotros metemos a tu padre.

A Samantha no le quedó otra más que hacer lo que el calvo le pedía y se dirigió a la casa.

Mientras tanto el calvo y su hijo cargaron a Eduardo y lo llevaron a la casa.

La casa por dentro era un absoluto desorden. Olía horrible, había basura por todos lados y trastes en el suelo. No había señal de que pudiera haber algún teléfono o televisor, de hecho parecía que no había energía eléctrica pues estaba muy oscura. Tan solo iluminada por la luz del sol que entraba por algunas ventanas rotas.

En ese momento Samantha ya presentía lo peor.

El calvo con dificultades colocó a Eduardo de pie, recargado sobre un enorme mueble, mientras a Samantha le decía:

-Éste es el trato. Si haces exactamente lo que te diga los dejaré ir a los dos. Te doy mi palabra y créeme que la mía si vale no como la de tu padre quien es un maldito cobarde. – el calvo miró fijamente a los ojos a Samantha y le dijo: Quiero que empieces quitándote la ropa.

Samantha no iba a desobedecer a ese hombre que se veía tan peligroso y agresivo y que además de ello tenía una pistola y sabrá dios que cuantas cosas más escondidas así que sin contradecirle en nada, comenzó a quitarse lentamente y con mucho miedo la ropa tal y como le había sido ordenado.

-Al parecer la zorrita fresa no es tan fresita después de todo…

Samantha temía mucho por su vida y con justa razón. Al quitarse la blusa sus tetas parecían querer salirse del sostén por sí solas de lo grandes que estaban.

Su padre, quien ya se había recuperado un poco del golpe y permanecía en silencio amenazado por la pistola del hijo del calvo, apenas y podía creer lo que veía. Las tetas de su hija eran idénticas a las de su ex mujer cuando ésta tenía su edad. Tenían unas aureolas gigantes y unos pezones rosados deliciosos.

Samantha no podía entender porque su padre la miraba de aquella manera a las tetas pero no había tiempo para eso ya que el calvo conforme más tardaba en quitarse la ropa más se desesperaba y parecía ponerse más agresivo.

Una vez desnuda, Samantha agachó la mirada y permaneció en silencio esperando la siguiente instrucción.

-Debo admitir que nunca había visto unas tetas así!- dijo el calvo saboreándoselas. En eso volteó a ver a Eduardo y le dijo: Si intentas cualquier estupidez juro que te mato.

Samantha comenzó a gritar y llorar como histérica al ver que el hijo del calvo comenzaba a quitarse la ropa. Seguramente Samantha ya adivinaba lo que estaba por venir.

Bustamante, una vez desnudo, tomó a Samantha de la mano y la llevó hasta una silla que había puesto en medio de la habitación. La sentó y después, sin perder más tiempo, le agarró una teta y comenzó a chupársela.

Luego de unos segundos en los que Samantha no pudo más y echando su cabeza hacia atrás cerró los ojos mientras seguía llorando, Bustamante seguía comiéndole las tetas con bastante esmero, poniendo cada vez más interés en el pezón y la aureola de la enorme teta.

Samantha tenía los ojos cerrados, le daba mucho asco el hecho de que un animal como Bustamante le estuviera comiendo las tetas a su antojo y peor aún, enfrente de su padre! Quería morirse de vergüenza, de asco y de coraje pero después de varios minutos de que el animal de Bustamante le estuviera comiendo las tetas, su cuerpo comenzó a traicionarla. Por más que intentaba impedirlo sus pezones comenzaban a ponerse duros como una roca, su respiración se hacía cada vez más agitada y no podía creer lo que estaba sucediendo! En ese momento Samantha comenzó a perder el control total de su cuerpo:

-Ohhhh Noooo NO! Nooo por favor no! Hmm

Nadie en la habitación podía creerlo! Mucho menos Eduardo al ver que la tetona de su hija estaba disfrutando la mamada de tetas que aquella bestia salvaje le estaba dando!

Bustamante al ver la reacción de la chica decidió llevarla más lejos y con una fuerte mordida en el pezón casi la hizo acabar.

-Ohhhh Hmmmm!!

El calvo y su hijo solamente se burlaban de la pobre chica. Eduardo estaba sumamente molesto con su hija y recordaba una y otra vez cómo ésta le había chupado la verga a su mejor amigo hacía pocos días en su propia casa!

Bustamante comenzó a besar el estómago de Samantha y así fue bajando hasta llegar a su concha. Le comió la concha como nunca antes se lo habían hecho y de inmediato comenzaron a fluir una enorme cantidad de jugos vaginales.

En cuestión de segundos el culo de Samantha se levantaba una y otra vez de la silla al ritmo que la lengua de Bustamante penetraba en su conchita. Sus tetas se movían descomunalmente en el aire y ya tenía bien levantadas las piernas para facilitarle la labor a Bustamante. Pobre de Samantha quien ya había perdido el control de sí misma…

-Hmmm oohhhh ssiiiii asiiii que rico se siente! Hmm

Bustamante en ese momento dejó de mamarle la concha y poniéndose de pie reveló una verga descomunal! Debía medirle al menos 22 cm’s y era muy ancha.

Samantha al ver la verga de Bustamante no pudo evitar expresar una cara de admiración. Ninguno de sus novios tenía la verga de ese tamaño, ni si quiera el amigo de su papá la tenía así. En ese momento sintió miedo pero de que la fuera a partir a la mitad con tan tremendo trozo de carne gruesa.

Samantha fue "forzada" a tirarse en el suelo pero ella misma se traicionó cuando separó las piernas como si en verdad lo quisiera. Su concha estaba empapada y más que lista para ser penetrada. De inmediato Bustamante le clavó la mitad de la verga en la concha y Samantha gritó inconsolable:

-Aaauuuhhhhh! Hmmm

Después de un rato ya tenía toda la verga clavada hasta el fondo y con su cabeza echada hacia atrás ya no era consciente de nada. Se había olvidado de todo. Incluso de la presencia de su padre en la habitación. Ahora simplemente sus tetas se movían frenéticamente al ritmo de las embestidas de Bustamante.

-Sssiii Assíiii Cógeme así!!! Hmmm- gritaba Samantha descontrolada e incluso en un momento dado tomó a Bustamante del trasero y lo presionó más contra ella para que le hundiera más la verga.

Samantha estaba siendo violada delante de su padre pero lo que era aún peor es que lo estaba disfrutando!

El calvo en ese momento se percató del enorme bulto que había en los pantalones de Eduardo que no paraba de mirar sin perder detalle como su hija era follada por aquel bandido. Se acercó a él y le dijo en tono de burla: Al parecer le tienes más ganas de lo que me imaginaba verdad?

Eduardo no podía creerlo. El hecho de estar viendo a su hija ser violada lo había terminado excitando como nunca.

Pero el calvo no se iba a quedar guardando el secreto así que gritándolo a los 4 vientos dijo:

-Vaya, vaya, al parecer papi esta disfrutando mucho ver las enormes tetas de su hija follada como una zorra!

Lo único que pudo hacer Eduardo fue agachar un poco la cabeza pero sin dejar de ver a su hija quien al ser follada parecía no darse cuenta de nada de lo que ocurría alrededor.

-No cabe duda, eres el papá del año!- le dijo el calvo burlándose- ahora que veo cuanto te gusta tu hija porque no tomas el lugar de mi hijo y así terminamos todos felices?

Eduardo estaba aterrado. Acaso el calvo estaba a punto de revelar…

En los últimos 2 o 3 años, Eduardo había estado deseando a su hija en secreto. Su cuerpo lo volvía loco y en más de alguna ocasión se había metido a su habitación para oler su ropa interior y empaparla de semen después de masturbarse. Y es que el solo hecho de pensar que su hija pudiera usar ropa interior con semen suyo lo excitaba sin límites.

En pocas palabras, en todo ese tiempo, Eduardo se había vuelto loco! Loco por su hija! Y vivía deseándola a diario. Fue por ello que por más que pensó como lograr follársela nunca obtuvo una idea que le convenciera, bueno, al menos no hasta hace poco pues fue por eso que había planeado las "vacaciones" con la única intención de contratar a unos secuestradores que los raptaran y los terminaran "forzando" a tener relaciones sexuales.

Y es que esa parecía ser la única forma de poder cogerse a su hija. Y el teatrito fue muy bien montado desde la persecución a la camioneta. En pocas palabras el plan había dado frutos hasta que vio que alguien más, de quien ya había contratado, lo seguía pues en ese momento se dio cuenta de lo que podían ser capaces esos bandidos que seguramente de profesionales no tenían nada y de peligrosos mucho. En pocas palabras el miedo lo había traicionado y todo se salió de control. El trato había sido solo con el calvo y por teléfono pero cuando llevo a su hijo todo parecía complicarse.

Aún así, con todo y ello, ahora, el cogerse a su hija en ese momento en que estaba tan caliente parecía ser una forma de retomar el plan, lo único malo sería si su hija se enteraba del plan inicial pues nunca se lo perdonaría.

-Escúchame bien imbécil. No voy a decírtelo una vez más, quiero que vayas allá y le des verga a tu hija de una buena vez!

Eduardo al oír al calvo comenzó a llorar. Estaba indefenso y con mucho miedo de que su hija se enterara de que por su culpa había terminado violada por Bustamante; aquél hombre gordo y tan repugnante. Aún así, con miedo de hacer enojar al calvo, Eduardo caminó hacia donde estaba su hija quien ya había dejado de ser follada por Bustamante y ahora solo veía acercarse a su padre llorando.

Eduardo se detuvo frente a su hija desnuda y se quedó congelado, no podía moverse.

El calvo una vez más molesto le dijo: Eres estúpido o que? Quiero que te quites la ropa y le metas la verga a la putita de tu hija! Anda!

Eduardo, con las manos temblorosas, comenzó a quitarse la ropa. Luego de unos segundos ya se encontraba completamente desnudo frente a su hija. El calvo al ver la escena lo único que hizo fue burlarse más aún de ellos.

-WOW Al parecer papi sigue excitado!...

Eduardo sintió mucha vergüenza y arrepentimiento. Lo único que logró hacer conscientemente fue mirar a su hija hacia abajo y decirle en un susurro: Lo siento mucho cariño… por favor perdóname.

Samantha sabía que su padre no tenía otra opción alguna así que trato de calmarlo un poco:

-No tienes de que pedirme perdón papi… hagamos lo que nos piden para que esto termine pronto y poder irnos a casa…

Apenas y terminó de decir eso, Samantha tomó en sus manos la verga de su padre y la llevo hasta su boca para comenzar a mamarla. Mientras lo hacía sus tetas grandes y gordas se abalanzaban de adelante hacia atrás de una manera excitante!

Eduardo no podía creerlo! La boca de su hija se sentía tan rico en su verga! Trato de resistirse a sentir rico mientras su hija se la chupaba pero eso era prácticamente imposible!

Samantha en cambió, en un principio sintió asco pero poco después su mamada se incrementó y tomó una velocidad impresionante. Nuevamente estaba perdiendo el control de sí misma y aquella verga flaca y larga que tenía su padre comenzaba a simple y sencillamente fascinarle! Miró a su padre y éste tenía sus ojos cerrados pero su cara expresaba mucha emoción y excitación.

El calvo por supuesto que se percató de la situación y de inmediato comenzó a decir:

-Chúpale la verga a tu padre maldita zorra!... mámasela anda!

Por alguna razón, las palabras del calvo lo único que lograban era excitar más y más a Samantha que a cada vez chupaba con más intensidad la verga de su padre. Incluso pasaba su mano izquierda por las bolas de éste para masajearlas y aumentar su excitación.

Después de largas y ricas mamadas de verga, Samantha sacó la verga de su padre de su boca y comenzó a darle lengüeteadas en la punta, cosa que volvió loco de placer a Eduardo que terminó acabando en un rico orgasmo en la boca de Samantha.

-Aaahhhhhh!!! Nena! Que rico la chupas!! Se siente tan ricooo!! Hmmm

Samantha tragó casi todo el semen de su padre y lo poco que no pudo contener en su boca fue a parar a sus tetas.

El placer había sido tan intenso para Eduardo que se colapsó y terminó cayendo al suelo.

El calvo caminó hacia donde estaba tirado Eduardo y le dijo:

-Vaya que eres perverso! Pero no es momento de que te quedes allí tirado… creo que la tetona de tu hija también necesita un poco de papi no crees?

Eduardo en ese momento supo que no había terminado todo. Muy en lo profundo, desde hacía años, se moría por comerle las tetas a su hija y estaba seguro de que sería lo primero que haría en ese momento.

Samantha, después de todo, estaba muy excitada y necesitaba de un hombre que la aliviara. Para ese momento de poco le importaba que ese hombre fuese su padre.

Cuando su padre comenzó a mamarle las tetas su cuerpo comenzó a convulsionarse lleno de excitación. Jamás se había sentido tan excitada.

Eduardo chupó las enormes tetas de su hija como si fuera un bebé recién nacido. Y entre más lo hacía más se excitaba. Su verga pronto estuvo de pie nuevamente.

-Aahhhh papi… hmmm- eran los gemidos que dejaba escapar Samantha al sentir que su padre le comía las tetas.

Eduardo por su parte ya no pretendía estar disgustado con el momento. Ahora simple y sencillamente se dedicaba a disfrutar del manjar que era su hija.

Samantha se tiró boca arriba en el suelo y su padre se abalanzó sobre ella para seguir comiéndole las tetas.

El calvo en ese momento dijo:

-Confiesa papi… quieres cogerte a tu hija no es así?

Eduardo ya sin importarle nada dijo:

-Si… si quiero!

El calvo soltó una enorme carcajada y le dijo:

-Así esta mejor… dime, desde hace cuanto quieres cogértela?

Eduardo no contestó, tan solo siguió chupando las tetas de su hija que se mostraba confundida con la pregunta del calvo y atenta a la respuesta de su padre.

-Si no me contestas no voy a dejar que te la cojas y en tu lugar me la voy a coger yo…- le dijo el calvo.

-No por favor… deja que yo me la coja… la deseo desde hace tanto tiempo que…

-Entonces hazlo…- le dijo el calvo.

Y sin darle tiempo a Samantha de reaccionar, Eduardo colocó su pene en la entrada de la conchita de su hija y se la hundió de un solo golpe.

-Aaaahhhh!!!- gritó Samantha al sentir la verga de su padre hasta el fondo de su ser.

-Hmmm nena hermosa! Samanthita linda! AAAHHHHH- gimió su padre.

De pronto, sin sacarle la verga aún, Eduardo pudo colocarse recostado de espaldas con su hija arriba de él. Samantha de inmediato entendió la posición y comenzó a cabalgar a su padre como nunca en su vida lo habían hecho.

Literalmente se podía oír como el pene de Eduardo taladraba la concha de Samantha.

Las enormes tetas de Samantha se movían sin control hasta que Eduardo las tomó en sus manos y comenzó a masajearlas y chuparlas como loco.

-Ohhhh papi… siii asiii cógeme, cógeme papito!- Gemía sin control Samantha al sentir como su padre le chupaba su punto débil.

Samantha se colapsó sobre su padre. Sintió estallar en un rico orgasmo mientras acariciaba el pecho peludo de su padre y éste la penetraba sin temor.

-Que tal coge?- Preguntó el calvo con una enorme sonrisa.- Estoy seguro de que coge genial esa tetona rica!

Eduardo explotó en un orgasmo inmediatamente inundando la concha de su hija de semen.

Samantha por su parte cabalgó un poco más a su padre y después se aventó sobre el pecho de éste a descansar.

-Coge genial… como ninguna otra- fue lo único que dijo Eduardo contestando la pregunta del calvo.

El calvo le hizo una seña a su hijo y al instante los dos se retiraron. Minutos después tanto Samantha como su padre se pusieron de pie y tras vestirse salieron al exterior de la casa donde ya los esperaba su carro encendido y un enorme letrero que decía: Lárguense de inmediato!

Obedeciendo la indicación, ambos de inmediato abordaron el vehículo y se fueron a toda velocidad.

Unos kilómetros más adelante Samantha le dijo a su padre:

-Listo para ir a la playa mi amor?

Su padre sorprendido por el nuevo comportamiento de su hija le dijo:

.

-Claro mi vida…

Luego de ello sus vidas cambiaron para siempre. Samantha siempre tuvo la sospecha de que su padre ya conocía a aquellos hombres pero nunca se atrevió a preguntarle, después de todo su padre la había hecho gozar como ningún otro hombre lo había hecho antes.

Eduardo por su parte se sintió dichoso de tener una joven como su hija compartiendo su cama por el resto de sus días. De poco le importó que el calvo y su hijo le hubieran robado todo el dinero que traía en la cajuela; después de todo hacerle el amor a su hija no tenía precio

Una noche con mi primo...

No recuerdo precisamente la hora en que llegó, pero sabía que algo sucedía entre los dos, recordaba sus miradas llenas de morbo a mi silueta, me quitaba por completo la ropa y me imaginaba completamente desnuda, con mis senos entre sus manos, seguramente me acariciaba cada noche entre sus constantes masturbaciones que algún día pude ver…Apenas tenías 2 semanas con nosotros, y aún siendo mi primo, estoy segura que me miraba diferente, y aquella noche era única para poder cumplir su meta de follar conmigo…

Muy dentro de mí lo deseaba tanto, era un hombre con un cuerpo escultural y una polla riquísima, ya varias ocasiones la vi en su mayor encanto, deseaba que fuera mía, tenerla dentro, ardía locamente entre mis sábanas recordar e imaginar ese hombre dentro de mí, entre mis piernas, vaya placer que sentía, pero me faltaba hacerlo realidad, me mojaba una y otra vez tan sólo de pensarlo. Tuve quizás 6 días de masturbaciones constantes con aquella polla hermosa y gruesa, unos 22 cm de larga, y la quería para mí, retomando el tema de aquella noche, él llegó como de costumbre después de irse de farra con sus amigos, y entró directamente a su recámara, para eso yo me levanté sin saber que estaba por ocurrir, fui a la cocina y tomé un poco de agua, cuando estaba acomodando de nuevo la jarra en la nevera, sentí un roce en mi trasero, fue algo rápido, pero contemplé una polla durita, lista para follar, me di la vuelta y comprobé lo que sospecha, era el tremendo de mi primo, me dijo –Primita, ¿qué haces despierta y con esa batita?- a lo que yo únicamente respondí con una sonrisa, y él sabiendo que aquel roce fue placentero para mí, metió una mano entre mi bata y acariciaba una teta, y la otra mano fue bajando a mi tanga, (por cierto, era negra, pero apenas cubría alguna parte de mi vagina.) y llegó a mi clítoris, ¡Qué manera de mover esas manitas! –Exclamé!...Mi respiración se agitaba más y mi primo dejaba notar una polla mucho más dura entre su bóxer, yo estaba gimiendo entre cortada, alguien podía escucharnos, pero era tan deliciosa la sensación de sus manos, que le pedí ir a su recámara, así lo hicimos, llegando al lugar, Nos besamos con pasión, observando nuestros cuerpos con la desnudos, acariciaba cada parte de mí sin dejar lugar libre, tomó de mis senos, los jugó, los acarició, los besó, los mordía, era algo realmente excitante, me tenía a su merced, luego con un movimiento me hizo bajar y mamar de aquella rica polla, la metí como pude a mi boca, y realmente se la chupaba como una verdadera puta, acariciaba sus testículos y el gemía y gemía de placer, pasaron algunos minutos y yo estaba tan mojada que ya quería sentir esa polla dentro de mí, que se lo hice saber, y me tiró salvajemente sobre el piso, y sin más llevó su polla a mi entrada, yo estando tan mojadita, que le dije sin pensarlo dos veces, métemela toda, la quiero ya, y no pasó un segundo cuando la sentí por completo, vaya que disfrutaba meterme semejante carne en mi coñito, era un placer tremendo, se movía con un frenesí incomparable, jamás había disfrutado tanto con una polla, la metía y la sacaba a su antojo, era ir y venir en mi cuerpo, cogía sin comparación alguna, ya no soportaba más y me vine con un grito entrecortado por la almohada, mis flujos estaban entre su polla y mis piernas, estaba a mil, me hizo cabalgar sobre él, me cogió mucho tiempo y yo disfruté tremendas corridas, yo esperaba el momento de que él se viniera y al avisarme me dijo: A ver putita, quiero que tengas mi leche en tu boca, me la mamas de nuevo y me corro…Y así fue, como una puta experta volví a mamar esa polla venosa y a nada de correrse, la metí por completa y con mi lengua jugaba, cuando no aguantó más y se corrió en mí, no sé cómo pero me comí toda su lechita, (la más rica hasta ahora.), me levantó del piso donde me había tirado, y me dijo al oído…¿Te gustó mi linda primita? Y yo ardiendo aún y llena de placer, apenas respondí que sí, nos acostamos un rato en su cama y luego salí para irme a la mía, hasta hoy seguimos teniendo buen sexo con él, es un tipo extremadamente salvaje y tan rico para hacer el amor, que no me canso de tenerlo entre mis piernas…

Mi primer relato, espero les guste.

Todo asombroso