Video Relato

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Primera experiencia

Estuvo dando vueltas en mi cabeza todo el día el acontecimiento ocurrido en casa de Maria Luisa. Aquella morbosa experiencia me había sacado de la rutina en la que la vida cae abriéndome, sin saberlo, un mundo nuevo de sensaciones que se había dormido en la normalidad cotidiana y que empezaba a desvelarse a través de la obsesión por el recuerdo repetido de cada una de las escenas vividas el día antes. Hacía tiempo que no sentía las cosas con la intensidad y el nerviosismo presentes en aquel encuentro, solo comparable a las primeras experiencias, casi juveniles, cuya intensidad superaba, con mucho, la manera de sentir las emociones en que hoy percibo las cosas. Reconozco que he dejado que la vida me domine y que la normalidad dicte su tiránica monotonía diluyéndome en la pasividad, de la que de golpe, sin haber hecho yo otra cosa que estar ahí empujada por las circunstancias, me han despertado con un sonido de gong que me ha trasladado al deseo.

He empezado a recordar esos momentos de iniciación, allá por los 18, cuando todo estaba diluido en una fantasía construida desde mucho antes, en donde un fantasma recubría a los hombres dotándolos de un poder y un contenido cuya aureola invisible los recubría aportándoles una apariencia que me hacia percibirlos con una intensidad obsesionante. Me debatía entre el deseo y la norma, entre cumplir con formalidad y esperar que me alcanzaran en una mezcla de ensueño donde lo obsceno hacía una extraña mezcla con lo platónico. Me había imaginado do mil veces en brazos de Apolo deseada y gozada en el silencio de mi pensamiento, mientras trataba de mantener una imagen para mi entorno que no rompiese con el perfil de lo aceptable. Me debita en la duda entre el impulso y el temor. El impulso de sentir y el temor de ser rechazada. Solo en la fantasía se relajaba la censura para dar rienda suelta al pensamiento y gozar de las imagines creadas por mi deseo. Ahí, podía sentirme acariciada, pensar en las sensaciones que sobre mi cuerpo producirían el tacto de una manos masculinas, o sobre las mías la sensación de un cuerpo musculado y poderoso. Imaginaba que no eran mis manos las que acariciaban mis pechos ni mis dedos los que se colaban por los bordes de mis bragas, y sí, ellas las que pasaban sobre bulto duro en el pantalón de mi imaginado amante. Y con todo ello había ido construyendo la suposición de lo que habría de encontrar mi deseo en el momento menos esperado. Como todo, los acontecimientos se dirigían una y otra vez en a ese destino cuando de pronto se troncaban: algún chico te invitaba despertando toda la ansiedad de la espera para que luego no pasara nada y lo esperable se diluyese en la frustración de un individuo que creías que era otra cosa y donde los mejores momentos, antes de disolver el encuentro en la vulgaridad, eran aquellos de la aproximación al encuentro, con especial satisfacción en los de los bailes, después de esperar largo rato las piezas lentas y sentirte abrazada y atraída a un cuerpo fuerte y sensual del que, aunque me resistía, esperaba especialmente notar el roce que la excitación provocaba bajo su pantalón, avisando de lo que yo era capaz de traer en él. Ese deseo de conocer aquello de lo que yo carecía que siempre se me había presentado como el objeto fantasmático de su goce y la causa del mío, por su prohibición y por su suposición era el destino de mi atención, de modo que sin hablar jamás de el lo suponía y lo fantaseaba despertando mi curiosidad y llamando con ello mi mirada distraída cuando la oportunidad ofrecía alguna forma que lo apuntaba: un bañador justo, una postura marcada... y que se yo, por el que algunas chicas no podemos dejar pasar sin atender.
A veces, lo que hace falta para que las cosas ocurran es que las circunstancias sean las apropiadas para que los acontecimientos no encuentren la resistencia de la costumbre. Un lugar donde el control de los padres y la mirada de las amistades no este presente puede dar lugar a un momento en el que esas censura naturales bajen un poco la guardia dando paso a cierta libertad de los impulsos, a una menor resistencia. Así que cuando marche a Salamanca, en vacaciones de Semana santa, para acompañara a mi tía, hermana de mi madre, convaleciente de una operación, aunque salí de mala gana no esperaba lamentar tener que volver. Lo cierto, es que en un pueblo pequeño de la sierra, la presencia de alguien de fuera suele llamar la atención particularmente por aquello de la novedad, mas si algún aspecto destaca sobre el resto de los iguales a ti del lugar. Y mi manera de vestir, algo mas liberal, -no creáis que demasiado- era suficiente para los chicos y no tan chicos, destinaran ciertas miradas lascivas sobre mi cuerpo, de lo que yo por otra parte simulando no enterarme estaba encantada, al destacar mis formas femeninas, sobretodo mis pechos y mis piernas. Los primero por estar bien marcados en mis ajustados vestidos y las segundas por quedar bien dibujadas bajo mis cortas faldas. Sobre todo Toldo, secretario del Ayuntamiento, donde mi tío era el alcalde, lo hacia de una manera especial. Un mocetón de unos 25 años, mas bien bajo y delgado en su torso, que por el contrario contaba con un tren inferior desproporcionado, con unas piernas y unos glúteos que se adivinaban algo mas que poderosos. Me dijo que pesaba 88 Kg, midiendo 172, y estando delgado de cuerpo, por lo que no era difícil adivinar que la masa muscular de su piernas y culo era barbara dándole casi una figura cómica a la vez que atractiva. Lo cierto es que tenia una tendencia permanente a mirarme en cuanto notaba que no lo veía, a la vez que se adivinaba el deseo en sus ojos, mezcla de una lascivia y un enamoramiento que acompañaba con conversaciones insinuantes e intencionadas que conseguían que yo las ladease pero que me mantuviese un hilo de comunicación siempre sin romper, a la expectativa de la evolución de los acontecimientos. Así que cuando me fue a buscar para colocar y recoger algunas cosas en la casa de campo de la familia, a petición de mi tío el día anterior, esperaba ver como los que pasos daba, como avanzaba poco a poco, por lo que salí al sonido del claxon, para montarme en el coche percibiendo como sus ojos se fueron, por un instante, a mis piernas cuando se levanto el vestido al sentarme.
- Buenas tardes Ana Maria. Bonitas piernas. -Añadió con descaro.-

- Buenas tardes. No se si entender un piropo o incomodarme.

- Mi intención es un piropo. No quiero que te molestes. Es lo que veo.

- No, no me molesta. Solo era un comentario. Es que como saludo, así de pronto, me sorprendió.
- No he podido dejar de ver lo que he visto, que esta muy bien.
- Gracias entonces.

- De nada. Pero supongo que comentarios así no son nuevos para ti. Alguien mas ha debido ver lo mismo que yo. ¿No?.

-No se que decir. Supongo que si, alguien mas claro. Pero no creas que todos están en disposición de comentarlo. Alguna mirada he visto pero poca manifestación.

- Pues vaya unos amigos sosos, los tuyo. Si hay algo digno de admiración, lo normal es admirarlo y a ser posible comentarlo, entre otras cosas por que gusta saber que se ve. ¿O, no?.
- Bueno, bueno. Ja,Ja,Ja. Así es, eso suele gustar.

- Claro, la cortesía a de estar presente y creo que no se debe de perder la galantería. Quizás esta un poco anticuado pero creo que sigue teniendo cierto caché.

- Que duda cabe, siempre que no caiga en lo cursi, ni se haga pesado.

- Así es pero eso depende mas del lugar desde el que te mira ella que del lugar en el que tu estas.
- Me cuesta trabajo entender eso.

- Que si quien te dice que tienes una bonitas piernas es Brad Pit nunca se pondrá pesado, pero si soy yo, seguro que corro el riesgo de pasarme.

- JaJaJa.... Bien pensado. Pero no, no te preocupes, tampoco tu te pones pesado.

- ¿Así puedo correr el riesgo de repetirme sin miedo a pasarme?. Mira que cuando algo me gusta soy muy pesado y lo que veo me gusta.

- No será para tanto.- Dije con cierto aire de falsedad y falsa modestia, en a una conversación que a estas alturas; teniendo en cuenta la diferencia de edad, su mayor grado de madurez que rompía con la inocente simpleza de mis compañeros habituales; estaba tomando un tono de intencionalidad que me hacia estar nerviosa a la vez que excitada por la previsión de que los acontecimientos cabalgasen en la dirección de una experiencia que deseaba, dadas las condiciones de libertad y falta de control que ya he comentado-

-Yo creo que si. Tu lo sabes y te estas haciendo la despistada como si no supieses de que estoy hablando.
Me había dado cuenta que, a medida que los días habían pasado, estas conversaciones, en su reiteración, se iban cargando de intencionalidad. De un contenido libidinoso velado que estaba presente de manera evidente aunque insegura. En particular hoy su mirada cuando se desviaba del la carretera y giraba sobre mi, podía notarla cargada de deseo. Pasaba de mis piernas a mi escote como una ráfaga, para alimentar la imagen de esas piernas y esos pechos en su memoria. Me imaginaba que se estaba excitando con esa visión, generando una lascivia que no podía evitar que me excitase, haciendo que mis respuestas adquiriesen un tono y una cadencia que estaba segura que él estaba leyendo como seducción. Así que cuando llegamos al caserón, bajamos del coche y iniciamos nuestros quehaceres, todo estaba impregnado de un aroma sensual inevitable. En cualquier gesto casi me rozaba y yo no me apartaba, me ayudaba a pasar de un lado a otro colocando una mano en mi cintura como cediéndome el paso, o simplemente bromeaba sobre algo agarrándome por el brazo en un gesto de familiaridad, mientras que yo le devolvía cada acción quitándole alguna mota de pelusa de la camisa, o apoyando la palma de mi mano sobre su pechera. De tal modo todo fue rodando, de manera que cuando nos pusimos a ver un antiguo álbum de cromos de hace muchos años que había en un viejo escritorio, no dejo de ser normal, que mientras yo pasaba las hojas él, a mi lado tuviese la mano sobre mi cintura. Normal para las apariencias de no se sabe quien, por que en nuestro interior, al menos en el mío, en lugar de ver los cromos lo de lo que estaba pendiente es de su mano que notaba como poco a poco descendía a mediada que las paginas pasaban sin que yo dijese nada. De la cintura a la cadera y de la cadera andaba ya cerca de las nalgas, por lo que los colores de los cromos se había difuminado el un golpeteo del corazón que amenazaba con estallar y que al poco lo hace cuando sus labios se apoyaron en mi cuello y su mano terminó por apoyarse en mi culo. Le dejé hacer por que en ese momento los nervios no me permitía ni moverme, aparte de que se estaba realizando una fantasía.

Se coloco detrás de mi, después de un rato, mordisqueándome el cuello y apretando su cuerpo contra el mío que quedo aprisionado entre el suyo y escritorio, coló las manos bajo mis brazos y los subió hasta mis pechos a las que me resistí por unos momentos para dejarle después. No tarde en notar como alfo se inflaba empujando entre su cuerpo y el mío ayudado por una leve presión de sus caderas que teniendo en cuenta la fuerza de sus piernas se notaba sobradamente. Me busco los pezones, con la habilidad de quien no esta en esa situación por primera vez, me los pellizco con suavidad y me masajeo los pechos consiguiendo que no tardase demasiado en notar la humedad sobre mis bragas. Saco la parte de delante de la blusa de mi falda y coló su mano bajo ella, pasando suave y lento por mi cintura, vientre, y subiendo hasta el sujetador del que levanto una copa para cubrirlo entero con sus dedos cuya palma me rozaba el pezón con intención excitándome mas aún. Deseaba sentirlo a el, así que alargue una mano con lentitud y cierto temor hasta su cintura, la baje un poco, como si temiese ser atrapada por un cepo, buscando el lugar de su erección. Se giro un poco de lado ayudándome y me la encontré de repente, un bulto duro y largo debajo del pantalón sobre el que coloqué la mano sintiendo y tratando de reconocer, para al poco empezar a recorrer extasiada por la novedad de lo que hasta ahora había sido percibida como una presencia fugaz en algún escarceo anterior con amigos que no me decía nada de la realidad. Yo ya tenia una mano suya bajo la falda recorriéndome los muslos y acariciándome sobre las bragas, estaba empapada y deseante, había abierto las piernas ligeramente apoyando el trasero en el borde del escritorio y al sentir sus dedos sobre la suave tela entre los labios, rozándome el clítoris di un repingo de gusto que le hico cambiar el ritmo. Me arrastro, materialmente, hasta un sillón protegido por una tela contra el polvo, que descubrió, me sentó en el, me quito las bragas, a lo que me resistí hasta que me dijo que no ocurriría nada por que no había traído protección, me abrió las piernas se coloco entre ellas y llevo la boca hasta mi vulva donde empezó a entretener la lengua, lentamente pero sin miramientos, provocándome una excitación que casi no me dejaba respirar. Me abrí mas, empujada por la necesidad e intente sentirle mas aún. La intensidad de las sensaciones ante la experimentación de actos no solo nuevos si no esperados y fantaseados largamente, hicieron que el placer se precipitase como un torbellino en mi interior.

Con los pechos duros como balones, me sentí invadida por una gusto profundo que me diluía las entrañas en almíbar aflojándome las fuerzas y disolviendo mi alrededor. En una elevación de placer perdí la noción del tiempo y cuando lo empecé a recuperar me encontré jadeando, en voz alta, mientras se restauraba en mi interior en decrecimiento a un nivel de placer tolerable, que me permitió silenciar progresivamente los gemidos de satisfacción.

Nos recostamos en el sofá del al lado sobre la misma sabana de cobertura, y tras desnudarlo de medio cuerpo para abajo y abrirle la camisa, reposé la cabeza entre su hombro y el pecho mientras el me mantenía sujeta por la espalda con ese brazo, lleve la mano hasta su erección y comencé a acariciar aquel duro falo que le llegaba hasta el ombligo. Con suavidad descubría y cubría su glande admirada del estado en el que estaba. Ahora relajada, me satisfacía en sentir entre mis dedos el cuerpo duro y caliente que le excitación le había puesto. Había imaginado mil veces como sería y en repetidas ocasiones lo había sentido presionando ambiguamente entre la ropa en el baile, incluso en cierta ocasión me lo habían llegado a rozar fugazmente en un juego juvenil, pero no tenia conciencia plena, a pesar de las mil imágenes vista en fotos y videos. Sentirlo y verlo ahí, a mi alcance, notar su estado y saber que era yo quien provocaba la situación de aquel macho, me encantaba. Me encantaba notar la suavidad con que se deslizaba entre mis dedos un cuerpo tan duro e intenso. Ver como tieso, mas grueso en la base, algo arqueado terminaba en una punta de flecha rosada y suave por la sedosidad su propia humedad. Notar sus testículos duros apretándose contra su base y notar como cada vez que aceleraba la caricia le obligaba a elevar el culo mientras se le endurecía mas la polla. Estaba deseando notar como explotaba, cuando el me pidió: despacio... despacio.. por favor. Seguí lentamente masturbándole, sintiendo como la piel se deslizaba con suavidad a lo largo de su tenso falo que se endurecía mas por momentos con cada descenso del prepucio sobre el glande. No creía que se pudiese poner tan duro, note como las piernas contraían los músculos, sus testículos habían desaparecido de la base ocultándose y su polla paso a un punto que no parecía carnal y, de pronto, entre los dedos, tras un largo gemido de su garganta sentí una convulsión, un espasmo que me dijo que estaba en el climax. Casi, sin darme cuenta, en una segunda escupió un espeso cuerpo liquido lechoso que le llego hasta el pecho manchándome la frente y sorprendiéndome. No me había percatado de lo ocurrido cuando otro llego al mismo lugar, y otro le marco un hilo acabado en gotas sobre el vientre. Los espasmos, sorprendentes y brutales, empezaron a relajarse, y el derrame correo sobre el exterior de mis dedos sobrepasándolos sin que estos hubiesen dejado de acariciar en masturbación aquel asombroso empalme. Estaba extasiada por las sensaciones y el espectáculo, cuando el mojó uno de sus dedos en el blanquecino seme y me lo llevó hasta los labios, que chupe concierta curiosidad y algo de asco, comprobando un sabor húmedo y saldo que me sorprendió.

La maestra


Tengo 48 años, soy dos veces divorciada y un hastío infinito me mantiene atrapada en una trampa de gelatina con olor a frambuesa. Era una excelente profesora de Instituto, lo era. Mis fracasos matrimoniales dieron al traste con la afición, con el entusiasmo y con la imaginación para mantener mi puesto a salvo de los depredadores jóvenes que, cada año, llegaban en forma de masivos envíos de Curriculas a la mesa del Director, ese jilipollas que no logró, a pesar de bregar por ello, metérmela en la garganta como ha deseado durante años. Ahora me conformo, a la fuerza ahorcan, con dar clases a estos macacos de dieciocho años que no respetan a la madre que les parió, y no exagero ni un tanto así.
Mala edad los dieciocho, muy mala. Ni son, ni dejan de ser. No son los críos de doce, ni los adolescentes de veintitantos. Cuando preguntan no quieren saber, tan sólo conocer los límites de la ignorancia, del desconocimiento, de su maestra. La vieja y solitaria maestra de casi medio siglo. ¡Hijos de puta! Les he oído más de una vez hablando de mí como si lo hicieran de una vieja puta retirada de la profesión. Son malos, malos y venenosos sus pensamientos, y más sus palabras. Hay uno, como en todas clases, que es, o cree ser, el líder natural del grupo de los matones y claro, ha de ejercer. No descansa ideando putadas contra sus propios compañeros, compañeras o, ¡especialmente!, contra su profesora favorita: Mistress Lewis.
Esta tarde le he invitado a pasar por mi casa, quiero mantener una conversación sobre su futuro en el colegio si no respeta las mínimas reglas. Pero eso será más tarde, ahora quiero descansar, dormir un rato la siesta. La comida y la copa de vino frío me provocan un sopor típico de la estación que se avecina. Me quedo adormecida hasta que, algo después, me invade la sensación de no estar sola en la habitación. Quiero abrir los ojos pero el sueño me tiene atrapada y no lo consigo.

La mujer de mi jefe


Cuando mi jefe me dijo que fuera aquella tarde a su casa a tomar una copa, no me sorprendió. Tengo muy buena relación con mi jefe y estas cosas son normales. Mi jefe tiene cincuenta y muchos y está casado con una mujer también cincuentona, aunque se conserva bastante bien para su edad. La he visto un par de veces y no me importaría echarle un polvo; ya sé que es cerca de 30 años mayor que yo pero es que me gusta todo tipo de mujeres: jóvenes y maduras.
Llegué a casa de mi jefe, me recibió y nos sentamos en el salón a tomar una copa: yo en el sofá y él en un sillón enfrente. Al poco apareció su mujer: llevaba un jersey muy finito y muy ajustado que le marcaba perfectamente el sujetador, una falda muy por encima de las rodillas y unos zapatos de tacón muy alto. Se nota que tiene 50 tacos pero como ya he dicho tiene un muy buen cuerpo, es alta, no gorda pero sí un poco rellenita, con piernas largas y bien torneadas, unos pies muy bonitos y sobre todo unas tetas enormes. Se sentó a mi lado y charlamos los tres de cosas intrascendentes. En un momento se levantó a por otra copa y al agacharse a recoger algo me excitó la visión de sus bragas marcándose en la falda y sus tetas casi queriendo salirse del sujetador. Fue a la cocina a por algo y entonces mi jefe me preguntó qué opinaba de ella. Le dije que era muy simpática, por supuesto.

-Ya, pero ¿qué opinas de ella físicamente? ¿Crees que está buena? Me quedé muy sorprendido por la pregunta y no sabía muy bien cómo responder, pues no quería ofender a mi jefe, así que dije que sí, que estaba bastante bien. -¿Te la follarías? Me quedé sin habla. –Tranquilo, con confianza, ¿follarías con ella? –Pues sí, no me importaría tirármela.
Entonces empezó a explicarme la situación: -Verás, a mi mujer le gusta el sexo, tiene necesidades, y yo ya no estoy como para complacerla siempre que ella lo necesita, así que siempre que podemos buscamos a alguien que a ella le guste y a mí me inspire confianza para complacerla. -Me gusta la idea. –Pero hay una pequeña condición, a mí me gusta estar presente, me gusta mirar mientras se follan a mi mujer. ¿Qué te parece?

En ese momento volvió ella y volvió a sentarse a mi lado. Mi jefe le dijo: -Le estaba hablando de ti, cariño, y dice que eres muy atractiva. Mientras decía eso ella puso una mano en mi muslo y empezó a acariciarme en dirección a mi polla, y me dijo: -Tú también me pareces muy atractivo. Con una voz sexi y lujuriosa. Entonces mi jefe le dijo: -¿Por qué no te quitas el jersey a ver si así le convencemos? Y se quitó el jersey, mostrándome sus enormes tetas que a duras penas tababa el sujetador. Me cogió una mano y me la puso sobre uno de sus pechos: -Tócamelas. Y eso hice, se las sobé bien con las dos manos, las agarré y las chupé, sacándole los pezones por encima del sujetador. Eran unas tetas increíbles. Yo ya estaba super empalmado y ella se dio cuenta, alargó la mano y me acarició la polla por encima del pantalón. Le quité el sujetador y luego dejé que ella me desabrochara el pantalón, me sacó la polla, la acarició suavemente y me dijo: -Ahora vas a ver lo que una mujer madura como yo puede hacer. Se agachó y empezó a chupármela. Fue una mamada fantástica, lo hacía mejor que cualquier jovencita. Estaba en éxtasis, alargué la mano y la intenté acariciar su gran culo, ella se incorporó y me dijo que me lo iba a poner más fácil. Se levantó y se quitó toda la ropa, se acercó a mí y yo hundí mi cara en su coño, se lo chupé y le metí un dedo en su culo, después se volvió a agachar y siguió chupándomela.

Mientras mi jefe se había desabrochado el pantalón y se la estaba cascando con gran placer. Yo no podía más, pero ella iba a putearme un poco, cuando notó que me iba a correr se levantó y se sentó encima de mí clavándose mi polla de lleno en su coño, yo no la follaba, me follaba ella a mí, controlando que no me corriera antes de lo que ella quería. Era cruel pero al mismo tiempo la mejor follada que había tenido en muchísimo tiempo. La besaba en la boca, la chupaba las tetas, los pezones, duros y morenos, se los mordía, arrancándole gritos de placer, la sobaba el culo. Se corrió ahí mismo una, dos veces, pero no dejó que yo me corriera todavía.

Se levantó y se tumbó en el sofá: -Cómeme el coño. Me agaché sobre ella y se lo comí, metiéndole los dedos en el culo, tenía el coño empapado. Fui bajando por los muslos hasta los pies, le quité los zapatos y le lamí los pies, eso la volvió loca, gritaba como poseída. En ese momento mi jefe, que había seguido pajeándose, se corrió entre jadeos y se acercó a su mujer con las manos llenas de semen para que se las chupara. Ella lo hizo, mientras se pajeaba el coño y yo le chupaba los pies.
Yo ya no podía más, la agarré con fuerza y la di la vuelta poniéndola a cuatro patas en el sofá. Me arrimé por detrás y se la clavé con fuerza en el coño. La estaba follando así cuando me dijo: -Fóllame el culo y llénamelo con tu leche. Fue la orden más deliciosa que me habían dado, se la clavé en el culo y la penetré salvajemente, los dos gemíamos y jadeábamos de placer, hasta que no pude más y me corrí dentro de su culo. Le solté un chorro enorme, hilos de semen le caían por los muslos. Ella también se corrió de placer en ese instante. Me senté y ella me la chupó otra vez para aprovechar hasta la última gota de semen. Agotados nos tomamos una copa mientras descansábamos.

Ese mismo día continuamos follando y a partir de entonces empezamos una estupenda relación los tres.

Calentura

Me van a matar, todos.. estoy más que segura, pero ayer estuve agarrando jodidamente con Alberto, el chico que me insulta, todo surgió de la nada, cuando me subí a una combi y el fue detrás mio... se sentó a mi lado y me empezó a molestar...No es feo, pero tampoco es simpático, sus rasgos son feos pero algo de armonía tiene, así que no me pareció mal agarrarmelo un rato.. fue tan bueno el agarre que terminamos yendo a su casa, nos hechamos en un sillón que tiene y empezamos a rozarnos y a besarnos y a jugar...No hablamos casi nada, simplemente agarrabamos y agarrabamos, ya me estaba dejando llevar, ya le iba a decir.. tiremos y ya.. pero él tuvo que abrir su bocota.. "estás gordita ah..." y me bajó todo...- aj, eres un imbécil, que tiene que ver que esté gordita... - le digo malhumorada..- pero estás gorda pues, que quieres que te mienta? - me dice con su sonrisita cínica- vete a la mierda.. eres un cabro mata pasiones- y tú eres una gordita bella... - me sigue besando pero yo lo alejo.- cual es el problema ahora?- me dice mientras yo me voy...De casualidad volteó y me doy cuenta que me vuelve a mirar como una puta, está vez no aguanto y le meto una cachetada, tras otra y tras otra... hasta que él reacciona...Me empujó contra el suelo y se hecho encima mio.. me besó y forcejeamos, hasta que se dió cuenta que me había asustado y se separó...- Por favor Alberto, no le digas a nadie...- Sabes Carla, no basta tener el himen para ser virgen, tu sabes bien que no lo eres... estás recontra manoseada... porqué no simplemente ya pierdes el himen seria lo mismo...- Eso que tiene que ver contigo..- Quiero ser tu primero...- Eres un vulgar..- Me arrechas tanto ...- Aj, no me muerdas la oreja- Te muerdo lo que quiera..- Ya sueltame...- Tu ya eres mia sólo que no te das cuenta- Yo no soy de nadie y muchooo menos.. tuya.. Ubicate ya?- Ubicate tu, acá encima mio..- A estas alturas, ya sólo me das risa en serio..- Risa? yo quiero llenarte de adrenalina y de otra cosita más..- Basta me voy...Pero no puedo.. me quedo..

LA EMPLEADA DEL HOGAR

Esta es un preludio de un hecho real, que me ha sucedido hace poco tiempo.
Soy un hombre de 60 años sexualmente muy entero, con una pincha larga,gorda y siempre con unas ganas de folletear muy grandes (cuando no follo,me masturbo una o dos veces al día)
Llevo casado 30 años, con una mujer a la "superantigua" que en lo todo lo concerniente a sexo es pecado mortal, solo sirve para tener hijos.- De hecho, nunca me ha dicho:esta noche, vamos ha hacer el amor (es muy fina), jamas la he visto tener un orgasmo, ni me ha dejado nunca tocarle el coño, ni el clítoris y mucho menos me ha dejado comerle la cachucha, ni por supuesto jamas me ha mamado la polla. - El único que folla, soy yo, ellano.- Yo creo que es frígida !Vaya suerte que he tenido ¡Así que os imaginareis el suplicio que he pasado durante estos años, pues aparte de follar, lo que me gusta mucho, es ver correrse a mi pareja con la manera que sea (lengua, dedo, polla, consolador, etc).-Mi mujer lo que ha conseguido con esto, es que yo folle fuera de casa todo lo que puedo y con ella llevo 8 años sin echarle un polvo.
Pero he aquí mi historia:
Todos los martes de cada semana, desde hace varios años, viene una mujer a mi casa ha realizar la limpieza con ayuda de mi esposa.- Esta mujer no es una belleza, es normal, pero tiene un cuerpo hermoso, redondo y de un blanco limpio y que muchas veces la he mirado con ganas de follarla, le miro de soslayo sus hermosas tetas, le veo las piernas cuando se sube a la escalerilla, pero en casa, si no hay por su parte una pequeña iniciativa por su parte, es un poco peligroso el lanzarse a la piscina (¿me entendeis?) Pues como iba diciendo, en una ocasión, al pasar cerca de ella por el pasillo, que es bastante estrecho, ella se puso cara a la pared para dejarme pasar, momento que yo aproveché para hacerle un ligero roce con mi herramienta y vi con estupor, que ella no se retiraba, sino que aguantaba el puntazo y encima, respondía a él apretando su hermoso trasero contra mi bragueta haciendo que mi polla vibrara y se pusiera mas dura que "la polla del caballo del Espartero" y pensé: a esta mujer me la follo cuando tenga la menor ocasión.-
Unos días después, mi esposa debía de salir en la mañana en que Juana (así se llama) debía de venir a las 9 de la mañana. Y mi mujer salió, y nos dejó solos, pues tiene mucha confianza conmigo (que equivocada está).- Juana se puso el babi que tiene para realizar su labor doméstica, que se abrocha por delante, y comenzó su tarea.- Cuando limpiaba los cristales, a contraluz, se le clareaban sus hermosos muslos, lo que hacía que yo me pusiera a 100.- Entonces le dije:
-Juana, se le clarean los muslos y deben ser muy bonitos y duros.-
Ella respondió:
-Pues si le gustan (hasta ahora nos hablábamos de Vd.) y los quiere ver, no tiene mas que decirlo.-
Yo le dije:
-No es que quiera verlos, sino también tocarlos.-
Entonces, ella bajó de la escalerilla , se subió el babi y pude ver lo que tanta ilusión me había hecho, durante tanto tiempo.-
Yo estaba sentado en un sillón, y ella se acercó con la falda levantada enseñando las bragas, por cuyos lados se le salía un montón de bigotes que hacía imaginar lo allí se ocultaba.-
Yo ya no podía mas y sin mediar palabra, tiré suavemente de ella y la senté encima de mí, nos abrazamos, nos besamos.- Después, le metí la mano bajo las bragas y palpé todo su coño haciendo el arriba y abajo en su raja para calentarla hasta el limite.- Le quité el sostén y salieron al aire, dos grandes y hermosas tetas entre las que hundí mi cabeza.- Le comí los pezones y al mismo tiempo ella me agarro la polla con una mano y empezó a hacerme una paja muy toscamente, pues según me dijo después, no tenia experiencia.- Pero no era eso lo yo quería.- Le dije que me la mamara y me contestó, que ella nunca había hecho eso ni aún a su marido.- Le dije que no sabía lo que se perdía.- Convencida, por fin, se arrodilló delante de mí y me cogió con sus labios la cabezota hinchada de mi capullo y al notar lo suave que estaba, poco a poco se lo iba introduciendo cada vez mas adentro.
Siguió chupando hasta que yo ya no pude mas y le llené toda su boca con mi leche después de una gran corrida. Después me confesó, que con su marido no había alcanzado nunca un orgasmo y no sabía lo que era aquello, pero debía ser muy bueno por que oía de sus amigas ya que su esposo se limitaba a pegarle un polvo, y hasta mañana.-
Poco a poco la fui convenciendo y la llevé hasta la cama donde acabé de desnudarla completamente.-
- Si no has tenido nunca un orgasmo, hoy vas a tener, no uno sino varios-le dije.
Me dijo que eso era imposible, pues si con todos los años que llevo casada, no he tenido ninguno, no creo que vaya a tener hoy varios.-
No sabía lo que decía, creía que yo era como su marido.
La senté en la cama, y despacio la fui echando hacia atrás, de manera que yo tenía ya, su peludo y hermoso coño, a 20 cm. de mi lengua.- Empecé a lamerle los muslos, primero uno, después otro, todo ello muy despacio, para que se relajara.-
Cuando vi que empezaba a jadear, y a oscilar la pelvis de arriba a bajo, acerqué la lengua a sus labios hinchados, que guardaban celosamente su gran clítoris, por el placer que le empezaba a dar.-Los lamí , chupé y mordisqueé, y ella empezó a dar grititos de gusto.- Le cogí el clítoris con la lengua y lo empecé a lamer y chupar con gran placer por mi parte y por la suya.- Se le había pasado, por entonces, el momento de timidez que al principio tenía.- Nos tendimos los dos en la cama y sin ascos ni prejuicios de ninguna clase me cogió la polla y empezó a darme una mamada, que para ser la segunda vez que lo hacía, fue histórica.- Mamando y mamando, me lamía los huevos, me metía la lengua por el uréter, me lamía el culo, en fin todo.- Con todos los revolcones que nos estábamos dando, de pronto nos dimos cuenta que estábamos cerca del un 69 (que no es un autobús) de lo mas genial.- Puso su grande y peludo coño sin depilar, en mi boca, le abrí los muslos con los dedos e introduje mi lengua hasta que ya no podía hundirla mas y al mismo tiempo le metía un dedo en su pequeño orificio cular.- Mi polla estaba como una piedra, hinchada como un globo, ella gemía como una gata, y estando a punto de corrernos los dos, ella se incorporo diciendo:
-fóllame, fóllame, fóllame, pero fóllame por detrás, como los perros, por el culo lo haremos otro día pues tu mujer está al caer y no tenemos tiempo.- Quiero probarlo todo, mi marido no me hace sentir nada (repetía una y otra vez)
Se puso de rodillas, a cuatro patas y acerqué mi polla a su coño, le di una pasadas por la raja con la punta del capullo para excitarla mas, e introduje lentamente mi tieso y duro pene en su caliente, húmedo y hermoso agujero.- Empecé despacio acelerando poco a poco las embestidas que se iban acoplando a las suyas, pues parecía que quería que le metiera hasta los huevos. Ella estaba como loca. No hacía mas que gemir. Sus hermosas tetas se balanceaban al ritmo de las embestidas. La incorporé hacia mí y sin dejar de joderla, le cogí ambos pechos con mis manos retorciendo sus pezones con mis dedos. Con tanto movimiento, nos caímos de la cama y en el suelo seguimos con el mismo ímpetu. A sus 50 años nunca la habían follado de verdad, como ahora. Yo tardo en correrme, por lo que el mete/saca, duró casi 10 minutos, ella se corrió 3 veces y yo exploté una sola vez derramando una gran cantidad de leche que se salía por los bordes de su chocho.- Después de, a mi parecer, echar el gran polvo, mientras hacia su trabajo, me contó nuevamente que su marido nunca la había hecho correr, que nunca le había comido el coño y tampoco le había dejado chuparle la polla y que el día de hoy no lo olvidaría en su vida. No sabía como darme las gracias por lo le había hecho disfrutar.-
El polvo de su marido, era : -Oye abre las piernas que hoy quiero follar.- Ella abre las piernas, el se la mete, se corre y hasta mañana.-
Oímos el ascensor que subía, y por la hora que era, pensamos que era mi mujer, lo que así fue.- Ella siguió con sus trabajos, pero ya no se recataba en taparse las piernas y disimular el canalillo donde yo había metido la cabeza entre las hermosas tetas.-
Ahora, cada vez que viene y está mi esposa, lo único que hacemos, disimuladamente, es darnos algunos toques de tetas, coño, refregones de bragueta contra las bragas que tapan su hermoso y peludo coño.-
Unos días después, mi esposa también salió por la mañana, y Juana que sabía esta situación y que tiene llave de la casa, abrió la puerta de la calle y se fue directamente al dormitorio, pues yo estaba durmiendo, se desnudó y se metió en la cama conmigo y sin dudarlo un momento rápidamente se fue hacia mi polla, se la puso en la boca y empezó a chupar, chupar, chupar, chupar, lamer, lamer, lamer, hasta que tuvo toda la boca llena de leche.- Tuve el despertar mas caliente que he tenido en toda mi vida.- Me dio la 2ª gran mamada de la temporada, y esta vez no paró hasta engullir totalmente toda la leche que salió de mi polla.- Hoy me dijo que se quería poner encima, pues tampoco lo había hecho así nunca.- Cuando después de comerle su peludo coño y el culo y estar mas calientes que un buñuelo recién hecho, se puso a horcajadas sobre mí, y como tenía el coño muy mojado mi polla resbaló suavemente hasta el fondo de su vagina.-
Al principio empezó a moverse pausadamente, haciendose la interesante. Yo le tocaba las tetas, y cuando se agachaba un poco se las mordía y nos besábamos con gran placer.- Dando verdaderos berreos, y acelerando el movimiento de mete/saca, llegó a un gran orgasmo, que le duró bastante tiempo quedando casi inconsciente y completamente agotada y sudorosa y echada encima de mí.-
Yo seguía sin correrme con la verga como una caña de bambú.- Ella se fue reanimando poco a poco y me pidió, como me dijo la vez anterior que se la metiera por el culo, pues había tiempo, ya que mi mujer tardaría en venir y que aunque le doliera, era algo que también quería probar pues también sus amigas le habían dicho que era fabuloso.- Se puso de rodillas, a cuatro patas con el culo en pompa esperando mi embestida.-
Pero antes de joderla, le puse la pija delante de sus labios, y como si hubiera tenido imán, se encontró dentro de su boca, chupando como si fuera un polo y me la puso todavía mas gorda e hinchada, tanto que casi me dolía.
Al cabo del rato se la saqué de la boca y me puse detrás de su culo. Como tenia el agujero muy pequeño, pues me había dado cuenta de ello cuando se lo estaba chupando y lamiendo, me levanté de la cama y fui al botiquín para coger un tubo de vaselina.- Cuando volví !1 minuto mas o menos¡ ya se estaba haciendo una paja con los dedos.- Coño,-me dije- esta mujer tiene orgasmos atrasados y quiere recuperar todo el tiempo perdido. La puse nuevamente con el culo en pompa, al filo de la cama y suavemente fui extendiendo la vaselina e introduciéndola en su agujero del culo con el dedo y frotando también el coñazo para calentarla y ponerla nuevamente a tono.-
Ella se iba encendiendo nuevamente, hasta llegar casi al paroxismo
-Metemela en el culo, metemela en el culo. .........ya......ya.......ya....., que no puedo mas.-
Le dije que no apretara el culo, que se relajara, pues la primera vez que se mete, instintivamente se aprieta y la polla no entra y suele hacer un poco de daño.- Me puse detrás de ella, cogí mi capullo y lo acerque a su negro agujero, lo apoyé y apreté un poco.- La vaselina estaba dando resultado, pues ya le había metido la cabeza y ella no cesaba de gemir.- Fui empujando suavemente, hasta que toda la polla la tuvo dentro casi sin darse cuenta.- Yo empece a apretar y aflojar, ella me masajeaba los huevos, gritaba, gemía y dando un gran berrido, tuvo el último orgasmo de la mañana al mismo tiempo que yo, y solté como un sifón, toda la leche que llevaba en mis depósitos dentro de su culo, quedando extenuado y hecho cisco, porque el polvo había sido impresionante.
Las escenas se repiten, siempre que hay ocasión.- Solapadamente y ha hurtadillas me pregunta ¿La semana que viene? ¿Que?¿Hay salida de tu mujer? (Ya nos tuteamos)
Yo, que no había tenido una vida sexual completa ni a mi gusto, a mis años ya lo he conseguido.-

La primera vez de Estefanía

Hola amigos y amigas cibernautas! Les saluda Carlos y el relato que les voy a contar ocurrió hace algunos años en Lima, durante mi época de estudiante con una linda chiquilla de 19 añitos, dulce y tierna como el cielo, muy cariñosa, de una sonrisa encantadora y que me robó el corazón y el alma por mucho tiempo… la llamaré Estefanía, tenía un cuerpecito menudo y frágil, delgadita, de estatura mediana, de pechos esplendorosos para su edad, suaves como dos copos de algodón, su mirada era de una niña traviesa, esas que te cautivan y embelezan con su picardía mezclada con cierta inocencia… esta es la diosa que me dio la dicha de regalarme su virginidad…
Todo se inicio con bastante anticipación. Primero la invité a salir al cine, y si bien ya habíamos jugueteado antes, todavía no habíamos llegado a la intimidad y yo me moría de ganas de hacerla mía. Durante la película que de paso ni me acuerdo de qué se trataba, la pasamos de maravilla y poco a poco mis manos empezaron a juguetear por su cuerpo suave, tierno, lleno de pasión contenida. Casualmente, nos sentamos en una de las últimas filas en donde la oscuridad era más intensa y muy a propósito para mis planes.
En medio de la película mis manos juguetonas y traviesas empezaron a recorrer su cuerpecito…¡qué delicia y qué suavidad!, de pronto, desabroché el botón de su pantalón jean que le quedaba muy ajustadito y eso me dificultaba bastante para seguir avanzando hasta mi objetivo… que estaba allí esperándome, llamándome, entonces cambié de estrategia y en vez de atacar por adelante, empecé por la retaguardia…¡ji,ji,ji!... por allí estaba más fácil….. mi mano izquierda empezó a ir más y más adentro por debajo de su pantalón……sentí su calzoncito chiquito y eso me éxito aún más… mi mano traviesa empezó a sumergirse por debajo de su calzoncito…y empecé a avanzar más y más… sentí las curvas de sus pompis, ¡qué delicia y calor que experimentaban mis manos! … poco a poco seguí avanzando y sentí una humedad que me llamaba…hasta que llegué a acariciar su intimidad…..¡ahhh!…..¡qué delicia!………estaba húmeda y gritaba a pasión desenfrenada…..mis dedos acariciaban como se acaricia a una flor, a una rosa delicada y fresca…..explorando, sintiendo y gozando cada milímetro de su intimidad, disfrutando de la suavidad de sus pliegues mientras sentía una creciente humedad fruto de la destilación de sus fluidos todavía de niña, mientras un perfume íntimo y excitante me iba envolviendo por momentos…de pronto, mis dedos empezaron a explorar más adentro aún, dentro de su sexo…… hasta alcanzar a acariciar y sentir su más profundo secreto…… mis dedos descubrieron su secreto más íntimo de mujer… que mi dulce y tierna Estefanía era virgencita …… sentí cómo una delicada tela de seda me impedía avanzar…su himen estaba allí….esperándome…llamándome…. sentí cómo su himen me impedía avanzar y entonces sentí que ese no era el momento ni el lugar para hacerla mujer… tenía que ser algo muy especial para ella, para que sienta toda su sensualidad y el placer que brinda el amor entre dos personas… entonces, mis dedos se retiraron y prometieron volver otro día…. mi corazón latía rápido y mientras todo esto pasaba, la abrazaba y mis labios la cubrían de besos dulces y apasionados…..así pasaron las dos horas en el cine, que más parecieron unos minutos……
Fue entonces en que sentí deseos desesperados de hacerla mía, de hacerla mujer…. Ahora, ¿cómo convencerla y decirle todo esto sin asustarla?, no quería asustarla ni que me tuviera miedo, al contrario, quería buscar una forma para que me aceptara con amor, con pasión y deseo, para que su primera vez sea el recuerdo más perdurable y dulce de su vida....
Pasaban las horas y los días y ese pensamiento me perseguía en todo momento, en cada segundo y minuto que pasaba… entonces, conectándome una noche en el chat encontré a mi dulce amada……y conversando y conversando, le dije que quería contarle un sueño sensual…. y para mi gran alegría, ella aceptó escucharlo…brevemente, era la historia de una parejita que habían ido de campamento a la playa y como suele pasar entre un chico y una chica que se quieren, iba a ser la primera experiencia en la intimidad de la chica…. así, le empecé a contar cada detalle de lo que pasó en mi sueño, agregando otras para ponerle más condimento al asunto y hacerlo más interesante……
Mientras contaba esa historia sentía cómo ella, al otro lado de la computadora, se ponía más y más calentona y excitada…… hasta que reuniendo todo mi valor y fuerza le pregunté si quería llegar a la intimidad conmigo…y después de un momento casi infinito... llena de duda me dijo que ¡¡¡si!!!
Mi alegría era desbordante y casi creí enloquecer de júbilo…. desde ya estaba muy excitado y de inmediato quedé con ella para recogerla en su academia de idiomas al día siguiente, por la noche… esa fue la noche más larga que sentí en mi vida, no pude dormir y sólo quería que ya fuera el día siguiente a las 6:30 de la noche…
Llegó el dia siguiente, por la noche…al fin, la espera había terminado……..
Llegué al lugar, la esperé por unos minutos… estaba muy nervioso y al mismo tiempo lleno de alegria y ternura por la importancia de lo que iba a pasar… y entonces, en medio de mi gran ansiedad…. la ví llegar… Estaba radiante, con su vestido chiquito y rosadito, tal como se lo había pedido y un saco negro porque hacia frío… nos besamos con pasión al saludarnos y sentí su nerviosismo…… por un momento pensé que había cambiado de parecer … y me sentí tan desubicado que me estacioné a dos cuadras de allí, doblando la esquina y le pregunté de nuevo si quería que esa noche fuera su primera vez ….. porque no quería que se sienta obligada o presionada o algo así… quería que ella lo quiera hacer tanto como yo…… y al escuchar su respuesta afirmativa, me llené de alegría infinita y empecé a arrancar el auto e ir de inmediato a buscar un hotel por el centro de la ciudad de Lima….. y después de muchas vueltas, encontré uno muy acogedor y bonito.
Ahhhh…….mis ojos ya empezaban a adorarla con pasión……y mientras manejaba no podía evitar mirar sus lindas piernas que se descubrían al levantarse el vestidito chiquito que traía puesto……¡que delicia!……… mis ojos no se cansaban de admirarla a cada segundo…..
Después de registrarnos en la recepción del hotel, subimos a la habitación asignada y sentía que a medida que subía estaba subiendo al cielo…. Entramos y me sentí muy nervioso……. no quería asustarla, quería que fuera todo tan hermoso y bello para que siempre lo pueda recordar con alegría, amor y deseo…… Para tratar que se pusiera más cómoda y relajada sobretodo, ya que la noté muy tensa, puse una grabadora con baladas en inglés y dejé que la escuchara cómodamente reclinada en la cama, mientras me daba una ducha fría para calmar mis excitaciones y para estar fresquito para ella…….
Al salir, la ví recostada en la cama, de costado, con los ojos cerrados y con su vestidito chiquito que se le había levantado hasta sus muslos y que me permitían ver su intimidad de niña, suave, redondito, se había puesto un calzoncito blanquito y chiquitito, y al verla así, me llené de un inmenso amor y también de excitación…… pero controlándome, me propuse hacerla sentir mujer poco a poco, con suavidad, amor, dulzura y pasión……
El saquito que traía puesto lo colgué en una silla, y me dijo que tenía una crema que era muy buena para la piel…. tomé la crema, y mientras ella estaba recostada en la cama de espaldas, con los ojos cerrados, empecé a cubrirla con la crema…. suavemente….delicadamente….. mientras mis manos recorrían primero sus pies y luego sus piernitas……. sentía la suavidad de su piel y el calor que despertaba poco a poco en ella…….. mis manos empezaron a explorar sus apetecibles piernas y poco a poco subieron por sus rodillas, muslos……… hasta que rozaron el borde de su calzoncito blanco …….. y ella ya completamente relajada, me dejó que hiciera todo, entregándose por completo a mi…… a mis manos, a mis deseos, a mi amor, a mi pasión y a mi sexo……
Luego, le quité el vestidito rosado y la recosté de nuevo de espaldas, entonces empecé a cubrirla de besos, empezando por sus labios, mientras que sentía cómo el calor de su piel me envolvía…. después de darnos largos besos llenos de ternura, empecé a besarle el cuello y poco a poco fui bajando por su cuerpo mientras besaba cada milímetro de ella…… mis manos le quitaron el brasier….. y empecé a besarle sus dulces y tiernos pechos……redonditos, rosaditos y suaves… sentí cómo sus pezones se iban agrandando y poniéndose més duritos y rosaditos, como dos capullitos de rosas que quieren abrirse. Mientras tanto, mis manos le iban bajando su calzoncito poco a poco, hasta que le quité por completo y pude contemplarla en toda su desnudez, ¡qué maravillosa vista que se deleitaban mis ojos! A continuación, bajo el influjo de las suaves baladas de la radio que había prendido, me desnudé por completo y me puse la protección….. ¡¡el gran momento iba a venir!!
La sentí muy relajada y eso era muy importante, había investigado en internet sobre la primera desfloración de una virgen y en todo momento decían que la parte subjetiva o emotiva era muy importante, ya que la chica debe de estar completamente relajada para que no sea para ella una experiencia traumática, y además se enfatizaba bastante el hecho que debe de estar bien lubricada su intimidad y eso era lo más importante.
Entonces, mientras besaba sus labios de miel, le acariciaba su intimidad y sentía que estaba cada vez más mojadita y entonces decidí que ¡había llegado el momento más ansiado!
Le puse una almohada debajo de sus lindas caderas, luego levanté sus piernitas en alto y las apoyé sobre mis hombros y así, tranquilizándola en todo momento, empecé primero a acariciar su vagina con mi pene, frotándola y sintiendo cómo sus fluidos se escurrían por su intimidad…… Con mucha delicadeza, mi pene empezó a ingresar en su vagina, primero entró la cabecita, sentí cómo su intimidad me aprisionaba y se ajustaba a mi sexo, en una sensación maravillosa, y como sentí que ella se quejaba por el dolor que sentía, retiré momentáneamente el miembro y abrí un sachet de gel, lo calenté en mis manos y se lo puse en toda la entrada de su linda vagina para lubricarla aún más y así no sintiera tanto dolor al estar su intimidad más lubricada……mientras tanto, admiraba las incipientes motitas de vellos suaves que la cubrían.
Empecé de nuevo……primero mi pene entró ahora con más facilidad sólo un poquito en su vagina que me recibía ansiosa y cada vez más mojadita….. sentía cómo su intimidad aprisionaba mi sexo y lo ajustaba………. seguí avanzando poco a poco, muy suavemente hasta que llegué a sentir el himen que cubría la entrada de su vagina…. entonces con suavidad, poco a poco y metiendo y sacando mi sexo de su intimidad, mientras sus piernas levantadas se apoyaban sobre mis hombros…… sentía cómo el calor nos invadía…… así estuve por un rato hasta que suavemente empecé a empujar mi pene más adentro de su vagina, cada vez más y más adentro……. sentía cómo su himen se estiraba y se resistía a romperse……… era una lucha entre su himen y mi sexo hasta que finalmente sentí cómo de pronto mi pene ingresaba hasta el fondo de su intimidad mientras ella me abrazaba fuerte y me agarraba de los cabellos con fuerza, cerrando los ojos y lanzando un quejido ahogado que vino de lo más profundo de su ser, haciendo un esfuerzo para contener el dolor que sentía……yo, por mi parte, le decía que era natural sentir un poco de dolor la primera vez y que para aliviarla, le decía que podía gritar si quisiera, que podía inclusive morderme, jalarme el cabello o arañarme la espalda para que así pudiera liberar el dolor y disipar la tensión que sentía……lo que pasó enseguida me tomó por sorpresa……. mientras nos seguíamos besando me mordió el labio inferior con muchísima fuerza, tanto que creí que me lo había partido….. soporté todo como hombre y no exclamé ninguna queja, sólo fue una mordedura cuya hinchazón luego desapareció….. Lo más importante de esto, es que ahora ya la sentía más relajada, más tranquila y entonces con su vagina cada vez más dilatada, el dolor empezó a desaparecer y poco a poco empezó a gozar del sexo, ahora era ella quien movía su pelvis al compás de los empujes de mi sexo, mientras mi pene la penetraba hasta el fondo en medio de un concierto de gemidos y jadeos cada vez más fuertes…… estuvimos así un buen rato, ella cada vez gozando más y experimentando nuevas sensaciones antes desconocidas para mi linda y tierna chiquita….. sentía cómo su cuerpecito se arqueaba y se doblaba cada vez con más intensidad, cómo nuestros cuerpos se fundían en un prolongado abrazo de amor y pasión, llegando a ser uno solo, mientras yo la seguía penetrando ahora con más fuerza e intensidad, llenándola toda ya que sentía que mi pene chocaba hasta la entrada de su útero y eso la excitaba aún más, al mismo tiempo mi mano le acariciaba y le frotaba el clítoris que para este entonces había crecido como un botón…..La seguía penetrando rítmicamente ahora ya con una pasión desenfrenada mientras que con sus jadeos me pedía que la penetrase con más fuerza hasta que de pronto su cuerpecito empezó a temblar, dio un grito y su espalda se dobló hacia atrás mientras sus piernitas me aprisionaban la cintura con fuerza……..¡¡había tenido su primer orgasmo!! ……de inmediato sentí cómo su intimidad se llenaba de sus fluidos que se escurrían por sus muslos, mientras al mismo tiempo eyaculaba dentro de ella…… era un sentimiento tan maravilloso que no hay palabras para explicarlo, sentí como descargaba mi semen en su vagina.… yo estaba dentro de ella y ella estaba en mi…… sus fluidos vaginales envolvían mis partes viriles y sentía que mi corazón estaba a sus pies…… mi dulce y tierna niña, ahora ya era una mujer…… Si te gustó esta historia y vives en Lima y quisieras compartir o pasar momentos como los que he contado con mucho cariño, escríbeme a mi correo: angel.4u_forever arroba yahoo.com Espero tu mail, cariños. Carlos.

Primera vez en el metro

En este espacio relatare algunas experiencias sumamente excitantes de lo que se ha convertido en un vicio para mí, este comenzó cuando leí algunos relatos eróticos sobre el tema, de gente que hacía lo mismo, pero hasta que lo experimente en carne propia me di cuenta de lo delicioso que es hacer esto, y me refiero a esos toqueteos que le puedes dar a las mujeres en el metro de la ciudad de México.
He tenido la suerte de hacerlo ya varias veces; incluso con colegialas, que son las niñas que más me ponen caliente, algunas veces sólo les rozo las nalgas con mis manos, o les pego mi pene en su culito cuando nos subimos al vagón. Pero entremos en el tema; la primera vez que me ocurrió esto fue precisamente con una colegiala, yo venia de regreso a mi casa, esto pasó como en el 2005.
Ese día había llovido así el metro iba muy lleno, era la hora pico, hay mucha gente en la estación; comienzo a caminar para atrás de la estación, me dispongo a esperar el metro, pasan dos pero no logro subir, en el tercer intento por fin consigo subirme e intento agarrarme de algún lado, cuando lo consigo, me doy cuenta que estoy detrás de una colegiala, algo flaca pero de buen culo, bajo mi mirada y veo que lleva puesta un falda gris arriba de las rodillas, calcetas y un blusa blanca, a lo mucho tiene 16 años; con los movimientos le doy unos arrimones, ella no dice nada y a mi se me comienza ha levantar la verga, llegamos a la estación y sube más gente, la gente me empuja hacía ella, lo que hace que pegue completamente mi pene en su culo rico, ella vuelve a voltear pero no dice nada, yo me comienzo a recargar más en sus nalgas, bajo mi mano y acaricio sus caderas, mi verga ya esta en medio de sus nalgas, siendo mordida por ellas, al parecer ella siente mi tronco en su culo y trata de moverse pero sólo consigue ensartarse más mi verga, se la estoy dejando ir toda a la rica colegiala que tengo enfrente.
Así nos vamos como dos estaciones hasta que siento que ella se comienza a mover y a pegar más a mi, con una mano la tomo de la cintura y con otra acaricio sus nalgas y piernas, la tengo para hacerle lo que quiera, pero los nervios no me dejan, aunado a que era la primera vez que me ocurría algo así, finalmente llegamos a la terminal y cada quien toma su camino, espero comentarios y que les haya gustado mi primer relato, ya después contare cosas más perversas que me han sucedido en el metro.
Pero si eres mujer y quieres que te haga lo mismo nos quedamos de ver para que disfrutemos juntos en el metro

Mi profesor y mis malas notas

La primera vez que sentí atracción sexual por un hombre fue excitante, pero mas al tratarse de mi profesor.
Yo estaba en mi último año de secundaria y faltaban 4 meses para el día de mi graduación. Estaba emocionada por eso pero mas por lo que sentía por mi profesor de historia;
No se si la obsesión que tenia por él, fue la que me hizo ser de las que iban mal en su clase, yo nunca puse atención a lo que decía, solo ponía atención a como movía sus labios y como quería imaginármelos rozar con su lengua todo mi cuerpo, cada rincón de mi; pero muy en el fondo sentía que era imposible.
Así parecía ser hasta que decidí que él iba a ser mió fuera como fuera. Estaba dispuesta a todo y parecía no tener limite, hasta que busque la excusa perfecta para acercarme mas a él; mis malas notas en historia. Fingí una preocupación terrible y le decía que quería mejorar y obtener buenas notas. Él me escucho atento pero abrió de golpe los ojos cuando le dije "quiero que seas mi tutor personal de historia". Por supuesto me dijo que no podía porque era una norma del colegio no tener ningún tipo de relación entre alumna y profesor.
Pasó una semana y perdí cuantas evaluaciones pude. Mi profesor en un receso se me acerco y me dijo "Laura tus notas me preocupan bastante que pasa?" Invente todo lo que se me vino a la cabeza y todo concluyo en que me ayudaría con unas tutorías fuera de clase, pero no podía decirle a nadie sobre eso.
No le conté ni a mi mamá, ni a una amiga, mejor dicho a nadie! Una tarde cuando casi todos se había ido me dio su dirección y casi a las 5:.30 pm llegue a su apartamento. Nos sentamos en la mesa del comedor y me empezó a hablar de historia. De repente nos quedamos mirando fijamente y acerco sus labios a los míos. Nos besamos al principio delicadamente pero después de un rato fueron más apasionados. Se retiro como si se sintiera avergonzado pero con unas ganas de seguir que no podía ocultar.
Le dije que no había problema y trato de seguir con lo que hablaba pero no pudo, era evidente que los dos queríamos más que un beso. Lo mire de nuevo y le dije que el me gustaba que desde que había llegado al colegio me tenía loca, el me dijo:
-Laura yo también siento algo por ti pero no pensé que fuera posible todo esto.
Por supuesto luego de que dijo eso, no lo podía creer y yo solo pensaba en que quería ser suya en ese mismo instante.
Entonces lo hice; le empecé a besar el cuello y sus orejas y el hacia lo mismo de repente puso unas de sus manos en mis piernas (yo estaba en falda) y con la yema de sus dedos me empezó a acariciar. Las cosas se fueron dando y me llevo a su cama, era grande cómoda todo lo de él era perfecto.
Me desabrocho la camisa y mi sostén quedo al descubierto yo le quite su playera y vi sus pectorales tan marcados que me excite más. Paso sus manos por mi espalda y quito mi sostén, mis senos quedaron al descubierto y el los empezó a lamer con la punta de su lengua…
-Laura no, lo que hacemos esta mal.-Me dijo
-Ajj no esta mal solo nos gustamos eso es todo, nadie va a saber-conteste
Pareció convérsense y siguió lo baje su cremallera y desabroche su pantalón, sus boxers quedaron al descubierto, note su polla algo dura lo cual me encantaba.
Metió sus manos por debajo de mi falta y bajo mi tanga yo le quite sus boxers y arrodillada y el de pie empecé a mamárselo como nunca, él gemía de vez en cuando no aguantaba más ni el ni yo metió sus dedos en mi cueva húmeda, rosada yo gemía y quería algo mas…el sabia.
Abrió mis piernas se puso sobre mi pecho y empezó a metérmelo despacito y luego con fuerza, me dolió no lo voy a negar, pero después solo salían gritos de mi boca y el también gritaba. Luego aun con su polla dentro de mi nos sentamos (pose de la Diosa del Kama sutra) y me sentí mejor que como estaba antes. El me besaba desesperado pidiéndome más. Así duramos una hora aproximadamente. Luego los dos empapados de sudor descansamos.
Ya eran las 6:40 y no podía irme en bus sola a esa hora así que el se ofreció a llevarme a casa sin que nadie se diera cuenta, era muy fácil. Decidió coger una vía rápida y de pronto puso su mano en mi pierna, paró en un pequeño potrero, puso los seguros al carro y empezamos otra vez, esta vez me gusto más y tuve el orgasmo más impresionante que jamás sentí. El carro solo tenia empañados los vidrios y se movía de un lado a otro…

Monica: Mi primera vez, ¡Fue con mi perrito!

Esta es la historia de cómo fue mi primera experiencia sexual y fue con mi perrito "Juguetón". Yo soy Mónica y mi infancia la pase en el campo, teníamos un perro muy bonito de raza Pointer Inglés, blanco con manchas rojizas, era muy juguetón, le encantaba correr por la granja y en varias ocasiones tuvimos que correr tras de él para alcanzarlo y evitar que se escapara.
No sé bien como fue que comenzó mi fascinación hacia él, no sé si seria la soledad en la que me encontraba, tenia catorce años, no tenía amigas y ni mucho menos un novio. La única con la que pasaba el tiempo era mi hermana, aunque ella me apoyaba, aun así yo me sentía muy sola. Así pues comencé a pasar mas tiempo con Juguetón, todas las tardes al regresar de la escuela, me ponía a jugar con él hasta que mamá me llamaba a comer, convencí a mi papá de que lo dejara quedarse toda la noche en mi cuarto, me costo mucho trabajo convencerlo pero al final como casi siempre termino accediendo a los caprichos de su princesita.
Una noche después de haberme bañado y aun estando desnuda en mi habitación, justo en el momento en el que me agache para ponerme mi ropa interior sentí su hocico frió y húmedo en mi colita, sentí su aliento cálido en mi piel, me quede sorprendida e inmóvil, fue una sensación muy agradable, pero en un instante la idea me pareció demasiado guarra, enfadada me volteé hacia él y con tono firme le reprendí.
- Eso no se hace Juguetón, no es divertido – pero la realidad fue otra, esa nueva sensación despertó en mi un instinto casi animal que terminaría entregándome completamente a él.
A costada en mi cama trate de no darle importancia a lo que avía sucedido, trate de dormir pero casi me fue impasible, en mi mente daba vueltas una y otra vez la idea de sentir otra vez el húmedo hocico de mi perro en mi rajita. Comencé a excitarme y paso por mi mente la idea de ¿porqué no? Me senté en la orilla de la cama, mi cuerpo temblaba de la excitación que sentía, me quite el pantalón del pijama y comencé a frotarme la conchita por enzima de mi calzoncito.
Juguetón parecía estar dormido, pero comencé a llamarlo, después de un par de intentos él alza su cabeza y camina hasta mi cama. Yo seguía acariciándome, mis pezones sé sentian duritos y mi calzón comenzaba a humedecerse.
- Vamos, Juguetón, ven chiquito, ven quiero que me pongas tu naricita en mi cosita otra vez- pero Juguetón, no reaccionaba.
- Vamos, acércate, no tengas miedo esta vez no te voy a regañar- le decía mientras me quitaba el calzoncito. Se me ocurrió que tal vez si se lo daba a oler el se acercaría.
Le puse el calzoncito en su hocico justo donde estaba húmedo con mis fluidos y el los olfateo, se acerco asta mi entrepierna pego su nariz fría a mi vulva. Al sentirlo me estremecí, metí mi dedo índice un poquito en mi rajita y se lo acerque a su hocico. Él lo comenzó a lamer, se acerco mas a mí, olía como desesperado mi sexo como si buscara de donde salía ese olor rico que le había gustado. Y cuando menos me di cuenta comenzó a lamerme de una forma tan impresionante que casi de inmediato comense a gemir, sentí un poco de miedo que mis papás y mi hermana me escucharan, así que con mi mano derecha me tape la boca para silenciar un poquito mis sollozos.
Su lengua recorría todo mi sexo asta llegar a mi colita, en cada arremetida mi cuerpo se convulsionaba en un estado casi hipnótico de placer. Sentía mis pezones casi a reventar, con mi mano izquierda los pellizcaba y jalaba aumentando así las sensaciones, que en un momento se juntaron; fue como si el tiempo se hubiera detenido y una explosión de energía se acumulara en mi cuerpo hasta que ya no pude más. Termine en un orgasmo que me hizo llorar, con los ojos llorosos y el cuerpo empapado en sudor me quede completamente dormida, esa noche ya no supe mas solo dormí.

...

Estaba fascinada con lo que sucedido la noche anterior, me humedecía tan solo de pensar en lo que había sentido. Esa mañana no pude concentrarme en la escuela, solo contaba las horas y los minutos para que fuera el momento de regresar a casa, solo quería jugar con mi perrito y hacer las travesuras que había descubierto anoche.
Para no variar esa mañana el descanso fue más insoportable que como de costumbre, sentada sola en el patio, mientras miraba como las demás chicas jugaban o platicaban reunidas en grupitos de amigas, me sentí más sola que nunca, quería que mi perrito Juguetón, estuviera ay con migo. Por fin sonó el timbre de la escuela, ya eran las dos de la tarde y sentí una gran emoción porque podría jugar con mi perrito, Llegué casi volando a casa, aventé mi mochila al sillón de la sala, le avise a mama que ya había llegado y que saldría a dar una vuelta a la hacienda con Juguetón.
Salí al patio, Juguetón estaba echado como siempre bajo el limonero, al verme alzó la cabeza y moviendo su cola se acercó a mí.
-Me extrañaste- le pregunte mientras le acariciaba la cabeza y el cuello – vente bamonos- y como siempre él me siguió.
Me sentía muy nerviosa pero a la vez excitada, mi cuerpo temblaba como si tuviera frió a pesar de que hacia mucho calor. Camine con mi perro lo mas lejos que pude, no quería que mi padre o alguno de sus empleados fueran a encontarme jugando de esa manera con Juguetón. Así me dirigí asta donde no pudieran encontrarme, ya una vez segura de que nadie podía vernos me senté en el pasto y comencé acariciarlo en la cabeza y en el cuello, como de costumbre Juguetón lamía mi cara y movía su cola.
-¿Te acuerdas de lo que hicimos anoche? Hoy vamos a jugar otra vez.
Me levante del suelo y tras revisar con la mirada por ultimas vez, me quite mis calzoncitos y los arroje a un lado de Juguetón, una cosquillita rica salía de mi clítoris y parecía viajar hasta mis pezones, poco a poco sentí como se iban endureciendo hasta que se podían notar por enzima de mi blusa, Me senté de nuevo en el suelo, pero esta vez con las piernas separadas, podía sentir el pasto fresco en mi entrepierna y la cálida brisa del viento hicieron que deseara tocarme. Con mi dedo índice comencé a rozar poco a poco mi clítoris, me estremesi de placer cuando sin que lo esperara Juguetón comenzó a pasar su lengua áspera por mi vulva, no pude menos que lanzar un acallado pero lleno de placer gemido.
Cerré mis ojos y mientras Juguetón me comía con su enorme hocico, mis manos acariciaban mis pechos, redondos duros y tan sensibles que no podía creer lo que estaba sintiendo. Mi respiración se fue volviendo mas y más agitada, de mi boca no salían mas que suspiros, y de repente convertidos en un lloriqueo casi infantil tuve un orgasmo.
Juguetón no paraba de lamerme, en cada embestida podía sentir como si su lengua ásperamente llegaba casi hasta mi útero. Yo quería mas, jamás pensé que pudiera gritar tanto de placer o que mi perrito pudiera dármelo; pero así era, tuve un segundo orgasmo justo en el momento en el que embriagada en placer, lujuria y sexo; mi vagina comenzó a contraerse y empapada en sudor quede exhausta en el suelo.
Extenuada tarde algunos minutos en reponerme, me senté de nueva cuenta en el suelo, mi respiración aun era un poquito agitada, me ardía mi conchita y al tratar de levantarme las piernas me temblaban; fue entonces cuando vi a Juguetón a unos pasos mas adelante echado en el suelo, cual grande fue mi sorpresa al ver que él se lamía un enorme pené que le salía de entre las piernas. Era enorme, roja y se le notaban un montón de venas; asombrada me acerque asta él, llena de curiosidad intente agarrarlo, pero me entro un poco de miedo al pensar que talvez se enfadaría y me lanzaría una mordida, el problema era que me sentía tan excitada que en verdad quería tocarla, quería sentir como era y me preguntaba en mi mente sí seria como tocársela a un chico. Decidida lentamente fui acercando mi mano asta su pené, solo me atreví a ponerle un dedo enzima, pero al notar que él solo me miraba y sacaba la lengua como cuando le acariciaba la cabeza, me dio el valor suficiente para agarrarlo con toda mi mano; se sentía muy dura y era tan gruesa que apenas y lograba rodearlo con mi mano.
-¿Quieres que te masturbe?- le pregunte excitada. Pero la verdad es que aun que Juguetón me hubiera dicho que no, mi mano ya había comenzado con esta tarea. Quede sorprendida al darme cuenta que entre mas lo estimulaba su pené crecía y se ensanchaba aun más.
Estaba tan emocionada, jamás pensé que Juguetón reaccionaria de esa manera ante mis caricias, era como si le gustara lo que le hacia, pero... ¿Seria lo mismo que masturbar a un chico? Y si se lo chupaba ¿Qué pasaría?
Cerré los ojos y acerque su pené a mi boca, trate de rozarlo con la punta de la lengua pero no pude. Tenia miedo, hasta ese momento, había fantaseado e incluso planeado como seria mi primera vez.
-¿Qué estoy haciendo? – me pregunte, así no era como lo había planeado... ¡así no!...

...

Por primera vez en los últimos meses Juguetón; no paso la noche en mi cuarto, me sentía tan confundida que lo mejor que pude hacer era no tener al perro cerca, por lo menos un tiempo. Pero pase una noche muy extraña, despertaba continuamente masturbándome y soñando casi despierta que Juguetón me hacia el amor, como si fuera un hombre. Desperté sudorosa, con la mano entre mis piernas y completamente excitada, me sentía extraña y confundida.
¿Cómo saber, que mis sentimientos no estaban influenciados por mi soledad? No lo sabia, pero tampoco me importaba; me había dado cuenta que durante esos dos días mi corazón latía de excitación, me emocionaba al extremo tener que cuidarme, para que no me viera nadie con mi perro y sobretodo me di cuenta que ya no me sentía tan sola. Ese día decidí que por más malo que fuera yo no podía estar peor.
Decidí esperarme asta la noche, por que en el día seria imposible que nadie me descurieran. Espere a que mis padres y mi hermana se durmieran, salí cuidadosamente de mi habitación y tras revisar que mis familiares dormían, llame en voz baja a Juguetón, salimos juntos al patio y caminamos hasta la parte de atrás del ático, a solo unos cuantos metros de mi casa, pero lo bastante aislado como para que nadie nos escuchara. Las ansias me hacia temblar, el roce de mi
camisón sobre mi piel desnuda me hacia sentir como en un sueño, sentía mis pezones duros y estos se notaban a través de la fina tela blanca.
-¿Te gusto?- le pregunte a Juguetón, mientras el camisón se deslizaba por mi cuerpo asta el suelo.
Que de desnuda frente a Juguetón, me sentía tan húmeda, salvaje e increíblemente para mí, lo único que en ese momento quería, era tener el enorme y grueso pené de mi perrito en mis manos, quería chapárselo y una ves que él estuviera a mil, quería que me penetrara, tan salvaje como lo hacia con sus perritas. Me puse en cuclillas, lo mas cercas a él que pude, con mi mano derecha comencé a masturbarlo, pero pasados unos minutos no sucedía nada y Yo me volvía loca de deseo.
No aguante mas y me acosté sobre la hierba, separe las piernas lo mas que pude y mientras me acariciaba, lo llame.
-Ven, chupame la colita, vamos chiquito ven- Juguetón se acerco a mí, y de inmediato comenzó a lamerme la vulva, de una manera tan brutal que casi de inmediato comencé a llorar de placer. A cada lengüetaso suyo, mi cuerpo se estremecía, sentía entrar su lengua áspera hasta lo mas intimo de mi ser. No tarde mucho en tener el primer orgasmo de esa noche.
-A hora me toca a mí- le dije juguetonamente a mi perrito mientras me levantaba, todavía agitada por la tremenda lengüeteada que juguetón me acababa de dar. Le acaricie el lomo, la sensación de su suave pelaje en mi mano, se hizo sentir reconfortada y mucho más segura de lo que estaba por hacer.
Con suavidad baje mi mano hasta su pancita, y no me sorprendí al ver que esta vez su pené asomaba una puntita roja de su funda de piel peluda, se notaba ya bastantemente excitado y sin pensarlo mucho la tome con mi mano, con un suave movimiento de arriba a bajo comencé a masturbarlo llena de placer. Me encantaba la sensación de su pené, duro como si fuera un palo, pero tan sube y cálido al tacto, que estoy segura que cualquier chica enloquecería al tener un pené así en su mano. Juguetón se excitaba cada vez mas, lo notaba porque su pené empezó a ponerse enorme, entonces cerré mis ojos y sin pensarlo mucho lo metí en mi boca; Apenas y cabía en mi boca, estaba caliente y su sabor salado al principio me pareció chocante, pero conforme se la iba chupando y Yo me iba excitando llego a gustarme.
Comencé a notar que su pené se iba engrosando cada vez mas en mi boca, y de este salía un liquido calientito, que aunque no-tenia mal sabor, empezó a provocarme horcajadas y me vi obligada a sacármelo de mi boca. En verdad se había puesto enorme, aun sorprendida y recuperándome de la asfixia, Juguetón se puso como loco, daba vueltas alrededor de mí, y a aprovechando que quede a gatas, él se monto en mi agarrándose fuertemente con sus patas a mi cadera. Frenético bombeaba queriéndome penetrar, su pené chocaba contra mis nalgas y en una de sus embestidas por poco y me penetra por la colita; Me espante muchísimo, no quería que me la metiera por ahí, trate de safarme pero lo único que conseguí fue que me gruñera e intentara morderme el cuello.
-detente Juguetón me haces daño- le implore al perro. Me quede inmóvil un momento, estaba aterrada, comencé a llorar e intente safarme de nuevo, pero la repentina violencia con la que Juguetón intento detenerme, hicieron que lo reconsiderara una vez más.
Pero mi esfuerzo no fue tan en balde, en el segundo intento de quitármelo de enzima, mi colita quedo mas arriba y mis pechos quedaron al ras del suelo. No tardo mucho en atinarle a mi vagina, y una vez que entro la punta, me la metió completa asta el fondo, sentí un dolor horrible, como si me destrozara todo por dentro, mis lloriqueos se intensificaron tanto que temí que mis padres me escucharan llorar, pero ya no podía hacer nada, Juguetón me había penetrado y en ese momento me poseía como su hembra, me cogía de una manera tan salvaje que me arrepentí de todo, afortunadamente para mi el dolor empezó a desaparecer y cuando menos me di cuenta se había convertido en placer. Lo sentía tan rico dentro de mí, que se me olvido el mal rato que pase, en un instante mis sollozos dejaron de ser de dolor para convertirse en gemidos llenos de placer, que salían de mi boca, acompañados de palabras que inconscientemente y a causa del estado en que me encontraba, le decía a mi perro: -¡Ay que rico, que rico... sigue perrito, así cogeme cogeme...!
Los orgasmos no se hicieron esperar, aun que suene exagerado llegaron uno tras otro, asta sumar tres, sumida en una cascada de erotismo zoofilico y en un estado semiinconsciente, no note el momento en el que mi perro quedo abotonado a mí, ni tampoco el momento en el que paso su pata por encima de mi espalda y quedamos mirando hacia lados opuestos del campo, me di cuenta asta que comencé a sentir como se llenaba mi vientre con un liquido que parecía estar hirviendo, era tanto que sentía como escurría por mis piernas. Pasados unos minutos, Juguetón tiro hacia adelante intentando zafarse, sentí un dolor como si me desgarraran por dentro, intente agarrame de la hierba para evitar ser arrastrada por el suelo, pero entre mas me sujetaba mas tiraba el perro y me hacia daño, no se cuento tiempo mas estuve abotonada, pero no tardo mucho en poder zafarse. Quede rendida en el frió pasto aquella madrugada, mientras que de mi vagina salía un rió de esperma mezclado con sangre.
Había sobrevivido a mi primera experiencia Zoofilica y sexual en mi vida, estaba completamente rasguñada de las caderas, tenia las rodillas raspadas y mi vagina estaba tan adolorida que tardo un par de días en recuperar su estado normal. Desde ese día las cosas cambiaron entre mi perro y yo, me había convertido en su perrita y él lo sabia, en varias ocasione Juguetón intentaba montarme y en otras hasta llego a gruñirme para que le obedeciera, lo tuve como amante un par de años mas asta que él ya no pudo.

Historia real

No estaba segura de contar este suceso que me acaecio hace algun tiempo atrás, mis dudas para hacerlo estaban dadas en el credito que mi testimonio pudiese tener, en la divulgación de ciertos aspectos de mi intimidad y la condena social. Luego de charlarlo con mi pareja y desde el anonimato por razones obvias, creo que vale la pena dejar documentado este echo por la veracidad del mismo ya que leido infinidad de textos , relatos e historias donde la mayoria rayan con lo fantastico del anecdotario popular sin profundizar la verdadera realidad de estos echos, salvo algunos casos concretos que demuestran fehacientemente haber vivido tan maravillosa experiencia en la cual me incluyo y puedo dar fe de la misma.
La infinidad de estos textos, relatos e historias, sean verídicos o no, nos indica claramente lo habitual de esta fantasia en el sexo femenino y su frecuente practica cada vez mas admitida.
Mi testimonio esta dirigido especialmente a las mujeres y a ellas les preguntaria, quien no se excito alguna vez observando fornicar a perros o caballos ?. Sean sinceras con uds mismas. ¿Y se preguntaron el porque? Porque esta latente en nuestro interior, en nuestras fantasias, lo podemos admitir o no.
En mi caso las cosas se sucedieron después que con mi pareja observamos como nuestro perro, se cruzaba con la perra de un vecino, cosa que nos excito de sobremanera y comenzamos a fantasear en este aspecto.
A partir de alli comenzamos a buscar información a traves de lecturas, relatos videos y demas, una en especial nos llamo la atención, debo confesar que la lei varias veces, escrito por Susana Torres, un texto explicativo de cómo se debe hacer para coger con un perro, y todo lo relacionado con eso. Incluso coincidente con otras historias que me parecieron reales, sobre el placer incomparable que esta practica produce, acrecentaron enormemente mi curiosidad.
Fue entonces que decidi enviar E-mail a las relatoras de estas narraciones para averiguar mas, establecer la realidad de estos actos y consultar mis dudas y porque no mis temores tambien, hubo quienes ni siquiera me contestaron y otras si, contándome de sus experiencias detalladamente, coincidiendo en el enorme placer que les provocaba la penetración total sobre todo cuando insertaban el bulbo dentro de ellas.
A partir de alli comence a mirar con otros ojos a nuestra mascota.
Con mi pareja, esposo y padre de mis hijos, estamos juntos hace muchos años, el grado de confianza es superlativo, lo que me hacia sentir segura que el miraba con total agrado esta fantasia y me incentivaba a ella.
Curiosamente, le gustaria verme involucrada con algun otro hombre pero siempre me decia que tenia miedo a los celos que pudiese tener y desistia de la idea, pero nuestra mascota le era indiferente en ese sentido y lo excitaba muchísimo imaginarme poseída por nuestro can. Y fantaseábamos continuamente con esta situación y nuestra pasión crecia dia a dia fortaleciendo cada vez mas la tentación de llevar a cabo semejante trasgresion.
Nuestra mascota es muy apegada a nosotros, sobre todo hacia mi ya que soy quien la atiendo todos los dias, es un labrador negro de buen porte y tamaño, de buen caracter y sumamente jugueton, llamado Black por el color de su pelaje.
Un dia en que estabamos solos mi marido y yo mirando una película hot se acerco Black echándose a mis pies, mi marido que estaba ya algo encendido y yo igual, me dijo que lo acariciara para ver su reaccion, asi lo hice, me puse a acariciarlo, suavemente por el lomo y fui bajando las manos hasta provocar suaves roces en sus testículos y leves caricias en su funda , a lo que Black pareciendo entender el agradable desafio, comenzo a descapullar su miembro brilloso de color rosado intenso y puntiagudo, al verlo no me parecio gran cosa, tendría unos 5 cm por 2 de diámetro, en la medida que yo acariciaba su funda, asomaba y guardaba el brillante lapiz.
Mi marido que atentamente observaba, dijo que me animara y lo agarre con mis manos, y me anime y se lo agarre, lo note muy caliente, sumamente mojado y resbaladizo, comence a deslizar mi mano en el, cada vez mas salia de su capullo y comenzo a crecer e incharse en la palma de mi mano, ya no tenia nada que ver con el tamaño inicial, habia crecido desmesuradamente y mi mano no podia abarcarlo, se habia convertido en un falo gigantesco, grueso y duro, su color rojo fuerte violáceo, mis manos no dejaban de sujetarlo y Black arqueo su espalda y comenzo un rapido vaiven con su inchado garrote entre mis manos, mientras chorros de amarillento semen no paraba de escupir, en ese momento empezo a incharse una bola al final de su miembro, tomando unas dimensiones asombrosas tanto ese bulbo como el resto de su pija. Mis manos se corrieron tomándolo por esa bola inflamada mientras el seguia moviéndose aceleradamente y no dejaba de eyecular chorros de leche.
Yo entre asustada y asombrada por la dimension que habia tomado esa pija, creo tendría unos 22 cm de largo como por 8 de ancho y y el boton mucho mas ancho aun, pero se sentia suave, terso , resbaladizo pero de una rigidez asombrosa y muy muy caliente, imagine si todo eso realmente entraria dentro de mi y hasta pense en el dolor que me produciria esa bola inchada en mi vagina y si se abotonaria , pero en ese momento tenia unas ganas de sentirla adentro que ni se imaginan. Sentirlo en mis manos y verlo asi de cerca me hizo humedecer de una manera increíble y ni les cuento la erección que tenia mi marido viéndome como acariciaba la pija de nuestro Black, quien a esta altura habia dejado de moverse quedándose quieto con su pija aun entre mis manos sin dejar de escupir chorros de leche, que se desparramaban en una gran mancha sobre la alfombra.
Solte a Black me incorpore hacia mi marido quien estaba con sus pantalones bajos, con su miembro totalmente enhiesto , esperando mis favores, asi con mis manos mojadas y pegajosas por la leche de Black tome su pija y me la lleve a la boca propinándole una soberbia chupada imaginadome que era la de mi Black.
Asi estuve un ratito regocijándome con ese chupetín en la boca hasta que estallo en una increíble acabada derramándome una cantidad enorme de rica leche que trague hasta la ultima gota. Echo esto me incorpore, baje mi pequeña bombachita y me sente encima de el aprovechando su aun altiva erección procurando mi propio placer mientras mi dedos humedecidos todavía por el semen de black restregaban mi inchado y sensible clítoris, arrancandome un inmediato y fascinante orgasmo.
Black entretanto echado en un costado reposaba jadente observándome con mirada agradecida ( eso pense yo) por tan soberbia paja que le propine.
Yo ya mas tranquila, con un sentimiento de impureza por lo que habia echo, que no tardo en esfumarse cuando medite lo mucho que me habia gustado tocar, acariciar y ver la pija de Black en mis manos. Esa sensación que aun me duraba, mas la charla y comentarios de mi marido termino por calentarnos nuevamente. Nos fuimos a nuestro dormitorio dando rienda suelta a toda esa excitación con el pensamiento y las ansias puestas en como seria ser cojida por Black.
Pasaron varios dias y el recuerdo de esa situación era continuo, tenia la impresión que Black me rondaba solicito y no era solo impresión ya que cuando estaba solo me miraba y dejaba asomar su punta roja como incitándome y solicitando mis favores y confieso que eso me calentaba de sobremanera, se lo dije a mi marido que se puso eufórico de saberlo y comento que no veia la hora de que estuviésemos nuevamente solos.
La oportunidad se dio cuando mi hija partio en viaje de egresados a Brasil y mi hijo mayor fue a pasar un fin de semana al campo de unos amigos, asi que al fin solos nuevamente.
Esa tarde estuvimos con mi marido propinándonos todo tipo de caricias y comentarios incitantes, esperando que se haga de noche a fin de evitar cualquier visita inoportuna y tener el tiempo, la tranquilidad e intimidad necesaria para consumar todos nuestros deseos y ansias que tanto nos desvelaban.
Cenamos frugalmente y casi apurados en compania de Black a quien ya habia echo mas que sugestivas caricias, que entendio instintivamente, nos fuimos los tres a nuestro cuarto y desplace por el piso alfombrado un acolchado para evitar asi las manchas en la alfombra como habia ocurrido la vez anterior en el living.
Por precaucion pusimos musica a un volumen que no se filtraran nuestros ruidos y con mi marido nos desvestimos entre caricias toqueteos y besos, quedándonos totalmente desnudos los dos a la vista de Black.
Comenzamos a jugar los tres entre besos y caricias, mi marido me tocaba, acelerando mi fluidez que ya mojaba mi entrepierna, mientras yo besaba suavemente su miembro con mi boca y mis manos buscaban el miembro de Black que dócilmente se dejaba disfrutar.
Mi marido me puso en cuatro patas y por atrás me empalmo como ejemplificándole a Black que tenia que hacer, mientras mis manos se deslizaban en los primeros fluidos de la caliente y rosada vara de nuestro amante canino.
Verlo me tento y quise experimentar a que sabia el esperma de Black asi que me incline y dirigi con mi mano la vara del perro a mi boca, con cierto prejuicio, y le pase la lengua un poquito, su gusto era agradable y diferente , senti en ese momento como crecia su pija y tentada se la chupe, largo en ese momento un fuerte chorro caliente que se esparcio en mi boca que trague gustosa. Como decirles cuanto me gusto esa escena, mi marido penetrándome en cuatro patas mientras yo se la chupaba a Black, sintiéndolo acabar en mi boca y a mi marido eyeculando en mi vagina a la misma vez. Me aparte de Blacky quien estaba nervioso y caliente, en tanto mi marido salia de mi, yo estaba ardiendo de las ganas y de la calentura, sentia la leche de mi marido y mis propios jugos escapar de mi cuevita deslizándose por mis nalgas, me di vuelta y ofreci mi preciado hornito a Black, quien ni lento ni perezoso comenzo a darme unos fuertes lenguetazos por mis nalgas y subiendo cada vez mas hasta mi vulva recojiendo en cada lenguetazo los jugos que me inundaban. Ese lambeteo fuerte, veloz y cada vez mas profundo que se deslizaba entre mis labios y un intermitente, largo y aspero roce en mi clítoris me desesperaba.
Asi estuve segundos o minutos que fueron apabullantes al borde del orgasmo, cuando de pronto se subio arriba mio agarrandome con sus dos patas delanteras la cintura en un fuerte abrazo, sintiendo un repiqueteo caliente y mojado en los costados de los labios de mi vagina, fueron cuatro o cinco intentos, cuando de pronto lo senti deslizarse en mis jugos de abajo hacia arriba entrándome con fuerza de una sola estocada hasta el fondo de mi canal, provocándome un escalofrio de placer que me recorrio todo el cuerpo arrancandome un gemido de satisfacción.
Inmediatamente senti sus ganas en los furiosos y sumamente ligeros movimientos metiendo y sacando su miembro que ya comenzaba a tomar una rigidez y tamaño increíble, yo recordaba lo descomunal que era y mas me placia. Me sentia terriblemente mojada y comence a sentir en cada estocada como se desprendian chorros de leche que rebotaba en las paredes, me inundaban y suavizaban el deslizar del cada vez mas inflamado pedazo caliente del animal.
Sentir esa pija tan grande, tan dura a una temperatura casi quemante es tan inusual y tan gozoso, jamas lo hubiese imaginado, sumado a eso, sentirte tan llena de jugos y percibir los constantes chorros desparramarse en tu interior, sentir tu cavidad totalmente llena y el roce constante y veloz en toda la superficie interior, es de verdad increíble e incomparable, aparte cada momento se incha y se inflama mas y mas y es tanto el placer que se siente.
Cuando apenas me penetro, lo senti incharse y desparramo el primer chorro eyeculatorio me produjo un orgasmo sensacional que se potenciaba en cada empujon y se intensificaba cada vez mas que me hizo gritar , jadear, temblar, apretar, no era yo.
Creo que mi temblor y mis movimientos incitaban a Black , porque cada vez se movia con mas fiereza, mas fuerte y velozmente, sentia su roce cada vez mas penetrante e invasivo, una dureza golpeteaba y masajeaba toda mi zona clitoreana, estaba embelesada, cuando de pronto senti que por el aro de mi vagina entro algo mas grueso y comenzo a agrandarse adentro mio, una dureza terrible se inchaba cada vez mas, presionana mi ano, hacia que se dilate y se contraiga, era su boton latiente que presionaba toda mi vagina, en sus movimiento sobre el aro interior y la parte superior del mismo sentia una terrible pero agradable presion, que me hacia contraer con fuerza, provocando multiples sensaciones increíbles, si bien suelo tener orgasmos multiples tres o cuatro cortitos, estos eran de una intensidad desconocida, cada vez mas fuertes y largos, tenia la sensación de tener varios a la misma vez y no paraban, eran tanto y tan grande el placer que me embargaba, que temblaba cada vez mas, mis gritos iniciales , eran gemidos entrecortados, me sentia poseída. Black no paraba de desparramar su leche dentro de mi, esa pija enorme latia en mi ser totalmente inundado, y ese boton que me tenia aprisionada era delirante, estaba tan llena que tenia la sensación que mi vagina se expandia como si fuera una bolsa de plastico que la van llenando de liquido caliente mas de lo que su capacidad aguanta, el placer que experimentaba era infinito, indescriptible, no podia compararlo con nada conocido.
No se cuantos orgasmos tuve, me senti desmayar del placer, estaba narcotizada por el gozo de tener esa pija canina dentro de mi.
Cuanto tiempo paso no lo se, Black se movia pero ya no con movimientos de penetración, sino queriendo desprenderse de mi, ese movimiento de presion hacia fuera era alucinante, pero no podia salir de mi por lo contraida que yo estaba, por momentos se quedaba quieto hasta que volvia a tironear y me provocaba oleadas de placer, esto era sublime.
De golpe dio un tiron y se desprendio de mi con un seco ruido y senti como torrentes de leche caliente y espesa corrian por mis nalgas, de rodillas como estaba , me desplome agotada de placer, ahí me di cuenta que estaba mi marido con una erección increíble tratando de penetrarme analmente y deje que me gozara y lo goce se lo merecia., me lo merecia.
Luego me comento que mientras Black me cojia el se masturbo y acabo dos veces, desparramando su leche encima mio, y que yo estaba tan extasiada que ni cuenta me habia dado.
Por supuesto que esa noche no termino alli, la llamo la noche del milagro, por lo que descubri, lo que senti y lo mismo le paso a mi amadísimo marido
Solo quiero agregar, que a pesar de las lecturas y testimonios a los que accedi , sabia el placer que los canes brindaban, pero nunca me imagine que fuera asi, tan grande y con tanta intensidad, no puedo compararlos respecto de los placeres que me brinda mi marido, por que son diferentes e incomparables.
El placer con mi marido es el placer eterno e infinito del amor racional
El placer con Black es la excelencia del placer gozado desde lo mas instintivo y primitivo y esa sensación de irracionalidad placentera supera cualquier otra.
Pero creo personalmente cuando estas dos situaciones se complementan dentro del mismo esquema se vive el placer desde una dimension diferente.
Este fue mi testimonio y lo quise dejar documentado con el permiso y el aliento de mi marido y creo que vale la pena por la veracidad del mismo, ya que lo narrado aquí es tal cual lo experimente y lo vivi , y de esta manera diferenciar la realidad de lo fantastico y que sirva de aliciente para aquellas mujeres indecisas que sueñan, imaginan pero no se animan.
Nota de la autora: no se citan nombres salvo del can que no es el real, ni lugar, edades y fechas con el proposito de que no exista parecido u asociación alguna y de ser asi es mera casualidad. El echo de desarrollo en un determinado lugar de la pcia de Bs As argentina.
Si alguna de mis colegas mujeres cree tener alguna duda, necesita consultar algo al respecto o algun consejo, pueden escribirme a:
Luisabsas@hotmail.com
Con gusto responderé.
Un beso a todas.

Atrapada en el concierto

ATRAPADA EN EL CONCIERTO
Casi por casualidad, mi novio y yo habíamos acudido a un concierto de rock, nos habían regalado las entradas a través de un amigo. El caso es que allí nos presentamos los dos sin ser muy seguidores de ese tipo de música.
El concierto se celebraba en un pabellón de baloncesto, no muy grande por cierto, pero nos quedamos muy sorprendidos cuando al llegar a las puertas había una fila enorme de gente esperando para entrar, desde luego había más expectación de la cabría esperar...
Tanto Cesar (mi novio) como yo, no habíamos acertado en los pronósticos del tipo de música y mucho menos con el tipo de gente que allí se congregaba, casi todos chicos más jóvenes que nosotros y muy distintos a nosotros en todos los sentidos, amantes de las motos, el rock, las litronas, alguna pastilla y seguro que bastante más violentos de lo que podíamos imaginar.
Nada más llegar a la cola uno de ellos hizo un comentario sobre mí
- Mira que rubita ¿está buena eh?
Me agarré fuertemente del brazo de Cesar, sabía que se podía irritar por eso, pero muchas veces he intentado convencerle de que no se metiera en un lío por culpa de un simple comentario sobre mí, pero lejos de hacerme caso, se enfrentó a aquel chico que no debía tener más de 17 años.
- ¿que te pasa a ti gilipollas? -le dijo en tono amenazante muy propio de su chulería.
El chaval y los que estaban alrededor se rieron. Parecía inevitable que aquello acabase en bronca y volviendo a tomar a Cesar por el brazo tiré de él hacia dentro del pabellón intentando poner fin a lo que se avecinaba. Aún podían oírse las risas de aquellos chavales cuando desaparecíamos entre la gente, afortunadamente no pasó nada más.
Yo le dije a Cesar que no hiciera tonterías, que sabía lo hombre que era y que no tenía que demostrármelo, que enfrentarse a esa gente traería problemas para él y nada más, así que sería mejor divertirnos y disfrutar del concierto.
Al final pudimos entrar en el abarrotado pabellón en el que no cabía ni un alma más, estábamos tan apretados que podía olerse la humanidad y el calor se cortaba con cuchillo.
Desde luego no encajábamos para nada en ese tumulto y yo ni siquiera iba vestida acorde a las circunstancias ya que llevaba un vestido blanco corto en vez de haberme puesto unos vaqueros mucho más apropiados para ese tipo de eventos.
Total que el concierto comenzó entre ensordecedores gritos del líder del primer grupo que saltó al escenario para goce de todos los jóvenes que allí se congregaban y que vitoreaban y saltaban al ritmo de la batería.
No paraba de entrar más y más gente en aquel abarrotado local y cada vez estábamos más apretujados, podía notar como a mis espaldas alguno se apretaba a mí más de la cuenta aprovechando la situación, pero lejos de decirle nada a Cesar intenté concentrarme en el concierto y disfrutar dentro de lo posible.
El calor era sofocante y apenas se podía respirar entre el gentío. Para colmo los chavales que estaban detrás nuestro se quitaron las camisas y cuando volví mi cabeza estaba rodeada de torsos desnudos y sudorosos. El grupo, formado por seis o siete chicos me miraban y se reían por mi cara de susto. El más cercano a mi me sonrió y me ofreció dar un trago a su botella de cerveza que con una forzada sonrisa rechacé. Cesar estaba a mi lado y no me soltaba la mano pero era ajeno a lo que pasaba a mi alrededor.
Cada vez me adaptaba mejor a la ensordecedora música cuando uno de los chicos del grupo me dijo al oído:
- Oye tienes un polvazo...
Yo me hice la desentendida, no quería problemas, sabía lo celoso que se pondría Cesar y no le contesté. Pero él insistió:
- Digo que estás muy buena...
Volví a hacerme la sorda y dejar pasar aquellos comentarios como si no fueran conmigo. Pero como aquel chico no tenía bastante colocó una de sus manos en mi culo y empezó a sobármelo descaradamente, di un bote y Cesar me preguntó:
- ¿Que pasa?
- Nada, nada....
En buena hora nos metimos en aquel lugar, pero ¿cómo no nos habíamos marchado cuando llegamos a la puerta?
La mano del chaval volvió al ataque, me puse de costado y le dije con cara seria que se parase si no quería problemas.... Aquello pareció divertirle aún más y se lo comentaba a sus amigos que reían a carcajadas...
Volvió a comentarme al oído:
- Te voy a follar bonita, te la voy a meter hasta el fondo....
Me volví, puse mi cara lo más seria que pude y le contesté:
- Párate ya, si no quieres que se lo diga a mi novio... ¿vale?
A todo esto Cesar seguía de mi mano pero sin percatarse de nada, seguía mirando tranquilamente el concierto.
- Díselo a tu novio, así aprenderá como se folla a una rubia como tú. - insistió mi acosador.
Volví mi mirada hacia delante, más asustada que otra cosa, ya que imaginaba que como Cesar se diera cuenta de todo, aquello podía terminar en algo muy desagradable para nosotros, pues los chicos eran seis o siete...
- Oye ¿el culito lo tienes virgen?
Otra vez hice oídos sordos....
- Me gustaría metértela por ese culito y que vieras como entra una polla de verdad....
Sus palabras cada vez más fuertes estaban empezando a ponerme cachonda de verdad, yo quería concentrarme en el concierto y olvidarme todo, pero el chico continuaba una y otra vez, para colmo su mano volvía a sobarme el culo pero esta vez apretujando mis posaderas con toda la cara del mundo, le daba igual todo, seguramente de lo medio borracho que andaba ya. Yo no entendía muy bien que pasaba dentro de mi cuerpo, pero lejos de rechazar a aquel extraño, sentía cierta sensación de gusto por sus palabras, por su atrevimiento, por sus caricias....
- Muñeca, debes tener el coño bien mojadito ¿a qué sí?
Cesar me miraba de vez en cuando y me sonreía, ajeno totalmente a la situación, ¡ si tu supieras ! - pensaba yo...
El chico se apretujó contra mi cuerpo y podía notar su abultado paquete contra mi culo, sus manos fueron subiendo de mi culo por mi cintura para llegar a mis pechos que comenzó a acariciar por los costados, para luego tocarme las tetas a placer, primero suavemente y luego con más fuerza hasta pellizcarme los pezones por encima de la tela del vestido. Como yo no llevaba sujetador el contacto de sus manos contra mis tetas era delicioso para él y también, aunque me pesara, era delicioso para mí..
Intenté por todos los medios separarme de él:
- Párate ya, cabrón.. - le corté quitándole las manos de encima bruscamente.
Entre todo el lío Cesar al fin se dio cuenta que algo sucedía:
- ¿Que pasa?
- No, nada, que me han empujado... - contesté quitando importancia al asunto para evitar males mayores.
Cesar se volvió hacia los chicos:
- Oye tener cuidado, no molestéis ¿eh?
El chico que estaba detrás de mi se envalentonó y también se encaró con mi novio.
- ¿Que dices mamón de mierda? ¿quieres ver como te pego dos hostias?
Agarré fuertemente la mano de Cesar, porque sabía que iba a empezar un follón que se iba a descontrolar.

A ver, venga, empieza ¿a que esperas? - se ponía todo gallito Cesar.
- Déjalo cariño, por favor... solo me han empujado, sigamos viendo el concierto, no les hagas caso, por favor no te metas en líos. - me interpuse entre él y los chicos porque sabía que saldría mal parado, si es que siempre se lo digo que tiene la boca muy grande y luego no es consciente del peligro que corre.
Las aguas se calmaron, al menos momentáneamente, ya que el tipo volvió al ataque volviendo a susurrarme cosas al oído.
- Lo que le pasa a tu novio es que no se le pina, por eso te tiene desatendida, lo que tu necesitas es un buen rabo.... tenías que ver que pedazo de polla tengo yo para darte...
Yo tragaba saliva y esta vez ya no me volví para evitar que la cosa acabase en pelea. Yo ya no sabía que hacer, si se lo decía a Cesar se podía armar un buen follón, si me callaba estaba a expensas de lo que me hiciera a aquel tipo... Era mejor no hacerles caso, así depondrían su actitud, pero.... ¡qué equivocada estaba!
Otra vez mis tetas fueron rodeadas por sus potentes brazos, mientras seguía susurrándome al oído.
- Verás que polvo te voy a echar, vas a ver las estrellas, bomboncito....
Me volví hacia Cesar y le pedí que nos fuéramos de allí.

Ahora no cariño - me contestó - va a salir un grupo muy bueno y cuando acabe nos vamos ¿vale?
Estaba metida en un buen lío del que seguro no podría salir bien parada, hice de nuevo oídos sordos a todo lo que me decía aquel chico pero él insistía una y otra vez.
- Me gustas mucho rubita, tengo el rabo como una piedra, verás que polvo te voy a echar...
Entre sus frases y sus sobeteos a mis tetas, que cuando me las acarician como él lo estaba haciendo, toco fondo, ya no podía evitar sentirme cachonda y como mis pezones se ponían cada vez más duros.
- Vaya tetas que tienes nena, casi no me caben en la mano, duras, redondas, como a mí me gustan...mmmmmm, vaya pezones más duros....
Cerré los ojos, pues el gusto me iba en aumento, los latidos de mi corazón se aceleraban y mi chochito empezaba a humedecerse, no podía evitarlo, quería que todo aquello acabase pero por otro lado deseaba que no tuviera fin.
Tan abarrotado estaba aquel pabellón, que aunque Cesar mirase de vez en cuando, estabamos muy pegados y no podía ver nada de lo que sucedía. De vez en cuando yo le apretaba la mano ya que no podía tenerme casi en pie debido a las caricias que me estaba proporcionando aquel extraño.
Las manos de aquel tipo volvieron a mi culo y siguieron con su labor de sobar y sobar sin cortarse un pelo, pero más allá llegó su atrevimiento cuando una de sus manos se introdujo por debajo de mi vestido y comenzó a acariciar la parte interna de mis muslos. Se me escapó un suspiro...
- Mmmmm, que muslos tienes, suaves, como terciopelo.... verás que bien lo vamos a pasar... - volvió a susurrarme el muchacho.
De pronto noté como hurgaba en mis braguitas, desde luego que se proponía quitármelas el muy cabrón, yo intentaba moverme para separarme de él, pero lo hacía con movimientos no muy descarados para que Cesar no se percatara de nada, si en algún momento les pillaba, la cosa acabaría en pelea.
- Déjame quedarme con tus bragas bonita, al menos tendré un recuerdo tuyo ¿no? - me decía el tipo mientras seguía intentando bajármelas.
Yo me resistía y me sostenía mis braguitas por encima del vestido con la mano que tenía libre, pues la otra estaba de la mano de mi chico.
- Para ya, por favor... - suplicaba yo y poniéndole cara de pena.
El tío seguía en su intento cada vez con más voluntad, metió sus dedos en mis caderas bajo mi vestido y tiraba de mis bragas hacia abajo mientras todos sus amigos parecía divertirse y se reían sin parar... La situación les debía parecer muy cómica, pero yo estaba asustada, aunque al mismo tiempo esa situación me provocaba un gusto tremendo, me odiaba a mi misma porque el placer me invadiese, pero era inevitable, ¡ estaba atrapada !
En el tira y afloja de bajarme las bragas, el tío lo hizo por ultima vez de un tirón que en el forcejeo llegó a rasgar parte de la tela de la prenda, eso pareció gustarle, así que en vista de que bajarlas le resultaba difícil, lo que intentaba ahora era arrancármelas, tiraba una y otra vez hacia él y mis braguitas iban rajándose cada vez más, las costuras iban cediendo y las braguitas se pegaban a mi piel, al mismo tiempo la tela se metía en mi coñito y eso me proporcionaba más gusto todavía, siguió tirando y tirando, hasta que las rasgó por completo llegando a hacerme daño, quedando prácticamente en una tira pegada a uno de mis muslos, pero el chico dio un último tirón y al fin me las arrancó de cuajo, haciéndome tambalear hasta llegar a empujar al que tenía delante.
Cesar volvió a percatarse de algo, pero no entendía muy bien de que iba todo aquello:
- ¿Que te pasa? - volvió a preguntarme...
- Nada, nada, que he tropezado.- contesté azarosamente.
Aquel tipo había conseguido arrancarme las bragas y ahora se las iban pasando entre todos y olisqueándolas como gatos en celo.
Yo sentía como el aire fresquito se colaba por debajo de mi vestido, que era la única prenda que llevaba sobre mi piel.
De nuevo aquel muchacho introdujo sus manos bajo mi vestido subiendo por la parte exterior de mis muslos.
- Mmmmmm, qué caderitas, que culo tan suave....
Yo cerraba los ojos y aquella sensación me tenía confundida, parecía todo un sueño, pero era real, demasiado real como para poderlo evitar.

Cesar, por favor, vámonos - le supliqué de nuevo a mi novio.

Espera un poco, media hora y nos vamos ¿vale?

Es que tengo mucho calor....
No me hacía caso, estaba destinada a caer en las manos de aquellos desconocidos sin desearlo ¿o realmente lo deseaba?
- ¿Tienes calor preciosa? - me decía el tío - Yo voy a apagar ese fuego, verás...
Esta vez sus manos se metieron por la cara interna de mis muslos y comenzó a subir su mano, notaba su calor y su sudorosa mano ascendiendo centímetro a centímetro en mi piel. De pronto noté como uno de sus dedos llegó a mi sexo. Se detuvo, acarició mis ingles lentamente, hasta que su dedo acarició mi húmeda rajita pudiendo captar mi calor. Volvió a mi oído y me dió un pequeño mordisco en el lóbulo de la oreja mientras me susurraba:
- Vaya.... estas caliente, bien caliente y mojada, verás que bien te entra mi dedo....
Se volvió a sus amigos:
- Esta zorrita esta que se funde....
Su dedo siguió jugando con mis ingles, con mis pelitos y de pronto se introdujo en mi vagina sin apenas dificultad, debía ser su dedo corazón, muy largo por cierto.
Fue inevitable que yo soltara un nuevo suspiro y un gemido casi inaudible.
El vestido se me pegaba por el sudor y con su mano libre seguía palpando mi culo, mi cintura y a continuación volver a restregar sus dedazos entre mis tetas. Yo miraba de reojo a Cesar pero no se daba cuenta de nada, pobrecillo... me estaban metiendo mano de lo lindo y él mirando al tendido como si nada.
El habilidoso dedo de aquel desconocido se introducía una y otra vez en mi coñito, proporcionándome un gusto tremendo.
- Vaya coñito tan estrecho, que rico, que rico... -me repetía una y otra vez al oído.
El tío dejó de tocarme de repente, por un momento creía que todo había terminado, pero no era así, estaba hablando con sus amigos y preparando alguna otra estratagema. Efectivamente, hizo colocar a sus amigos tapando a Cesar para asegurarse de que no veía nada, además como la gente bailaba y saltaba, tropezábamos una y otra vez y aquello parecía formar parte del tumulto de gente.
El chaval volvió al ataque pero esta vez no era su mano la que estaba entre mis muslos, era su aliento el que notaba en mi culo, al principio cerré las piernas, pensaba que aquello había ido demasiado lejos y quería detenerlo, al menos en parte, ya que cuando su lengua rozó mis glúteos creí morirme, pero más aún cuando con sus manos separaba mi culo y esa misma lengua exploraba mi agujerito posterior, entonces si que había perdido totalmente los papeles, estaba totalmente entregada. En un abrir y cerrar de ojos aquel chico estaba bajo mis piernas chupándome lo más intimo de mi cuerpo, iba del culo a mi coño una y otra vez, cuando su lengua rozó mi clítoris, un pequeño grito se escapó de mi garganta, afortunadamente parecía sordo, pues en el griterío de la gente apenas nadie lo oyó y mucho menos Cesar que seguía agarrado de mi mano y moviendose al ritmo de la música.
Otra vez aquella maravillosa lengua exploraba mi conejito, instintivamente yo abría más mis piernas y la desconocida lengua continuaba jugando con mi clitoris hasta que inevitablemente me vino un orgasmo intenso y maravilloso. Tuve que apoyarme en el de delante que tampoco se enteraba de nada.
El tipo salió de debajo de mi falda y volvió a chuparme en la oreja al tiempo que me decía.
- Mmmmm, que coño más delicioso tienes.... ¿Que tal ? Lo has pasado genial ¿no?, ahora verás que tengo una polla como una piedra, no como la de tu novio.
Levantó la parte de atras de mi vestido y noté como algo duro y húmedo se metía entre mis muslos, sin duda que el aparato era descomunal. Bajé mi mano libre y le agarré de la punta con mis dedos, comencé a jugar con esa maravilla de polla y la restregaba una y otra vez contra mi sexo. Nuestros jugos se mezclaban y él no dejaba de chuparme y morderme en el cuello. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué había llegado hasta allí..? No podía parar, estaba como una moto.... Estaba cachondísima y deseosa de que aquel potente miembro se introdujera dentro de mi, comencé a masturbarle con mi mano por debajo de mis piernas, notaba como su capullo sobresalía de mis dedos, él hacía movimientos hacia atrás y hacia delante para favorecer la maniobra.
Yo no aguantaba más y él parecía que tampoco.
- Quiero metértela, quiero follarte, vas a ver como entra un hierro candente en ese agujerito....
La posición casi no lo permitía, ya que los dos estábamos de pie y yo tampoco podía inclinarme mucho hacia delante pues ni había espacio y podía resultar sospechoso para Cesar, en cambio deseaba con todas mis fuerzas que me follaran, lo necesitaba....
Seguimos jugando, yo con mis dedos acariciaba su glande y los pliegues de la piel de su impresionante polla, él me mordía en el cuello y apretaba su pelvis contra mi culo, el contacto de su piel contra la mía era impresionante. Nuestras respiraciones iban en aumento y nuestro gusto también.
El tío volvió a susurrarme.
- Te la tengo que meter, te tengo que follar, aunque sea lo último que haga en mi vida...
Eso me encendía aún más y se me ocurrió la brillante idea de decirle a Cesar:
- Cariño, tengo que ir al lavabo, no me aguanto...
- ¿Ahora?, pero si no vas a poder llegar, esto está a tope - me contestó.
- Es que no me aguanto...
- Vale, te acompaño.
- No, no, ya voy yo sola, sigue viendo el concierto, así iré corriendo, no te preocupes.
- ¿Sola?
- Si, si, no te preocupes...
Asi fue como me pude librar por un momento de él, estaba fuera de mis cabales, me estaba comportando como una chiquilla pero no me importaba nada ni nadie, quería sentir aquella polla dentro de mí, así que me di la vuelta, tomé de la mano a aquel tío que me había puesto tan caliente y salimos corriendo entre el gentío hacia los baños. Sus amigos nos acompañaron, pues no querían perdérselo.
Nos costó lo suyo abrirnos camino entre tanta gente, pero al fin lo conseguimos, yo estaba como una moto y no me importaban nada los golpes y roces que nos dábamos al pasar entre tanta gente. Al fin llegamos a los servicios, los de las chicas estaban completos y había fila, entramos en el servicio de los hombres y tan solo había dos chicos. Mi acompañante les dijo algo que les hizo salir de allí sin rechistar, y sus amigos hicieron guardia en la puerta para que nadie nos molestase. Allí mismo en el centro de aquel maloliente lugar comenzó a meterme mano por todos lados, esta vez sin ningún impedimento y yo naturalmente me dejé hacer. Nos besamos como dos condenados, jugando con nuestras bocas y nuestras lenguas, su mano se metía bajo mi vestido y acariciaba los pelitos de mi pubis, luego su dedo jugaba con mis labios vaginales...
- Fóllame, fóllame . - le rogué.
Abrimos la puerta de uno de los urinarios y a pesar de estar mugriento no me importó lo más mínimo, estaba tan deseosa de ser poseída por aquel extraño que no me importaba nada. El tío se bajó los pantalones hasta los tobillos quedando desnudo frente a mi, me encantó ver su torso desnudo y sudoroso, su polla completamente en erección y una cara de vicio fuera de lo normal. Empezó a desabotonarme el vestido, lo hacía con tanta rudeza que me arrancó dos botones, tuve que terminar yo de quitármelo para evitar salir medio desnuda de allí. Lentamente me solté todos los botones de mi pequeño vestido hasta quedarme completamente desnuda frente a aquel desconocido y sus cinco amigos que estaban a las puertas de ese pequeño recinto para no perderse detalle.
- Ostras tía, que buena estas.... que pedazo de cuerpo.... - repetían todos.
El tipo se quedó mirándome de arriba abajo, admirando mi desnudez. Su polla apuntaba al techo y yo la deseaba tener dentro de mi cuanto antes. Le entregué el vestido a uno de sus amigos y me agaché frente a su polla, comencé a jugar con ella, la tomé por su base con mi mano y con mi lengua subía y bajaba por su parte externa, él cerraba los ojos y yo le sonreía....
- Como me pones pedazo de puta....
Sus palabras podían sonar de lo más groseras en otro momento, pero a mí me encantaba oírlas, realmente me sentía como una puta y en ese momento lo era...
Seguí jugando una y otra vez con su erguida polla hasta que me suplicó que me la metiera en la boca, no le hice sufrir mucho más y empecé a hacerle una mamada monumental, aquel enorme instrumento desaparecía dentro de mi boca hasta llegar a mi garganta y mi cabeza subía y bajaba una y otra vez...., de vez en cuando me la sacaba de la boca para observarle y dedicarle una maliciosa sonrisa.
- Sigue zorra, sigue... que te gusta comértela... que bien lo haces....
Seguí un buen rato dale que te pego comiéndome aquel enorme falo, recreándome con él, hasta que el tío se sentó sobre la taza del water y me dijo:
- Ahora súbete aquí muñeca que vas a ver lo que es tener una polla bien adentro.
Obedecí como una niña buena, me incorporé, me di la vuelta dándole la espalda y abriendo mis piernas todo lo que pude al tiempo que me agarraba a las paredes de ese habitáculo, me senté sobre aquel excitado muchacho, agarré la punta de su miembro con mis dedos y lo orienté hacia mi coñito, primero lo pasé de arriba abajo por mis labios vaginales y mi cuerpo se estremecía por esa sensación de gusto que no podía detener, de un golpe me senté sobre él sintiendo como se metía centímetro a centímetro dentro de mi. El gusto era increíble...
- Ahhhhh, Dios, que gusto..... - gemía yo.
Empecé a cabalgar sobre aquel poderoso miembro viéndolo desaparecer dentro de mi chochito, parecía increíble que aquello entrase con tanta facilidad, pero yo estaba tan cachonda y tan mojada que me entraba de todo.... El chico me apretujaba las tetas mientras su pelvis se movía hacia atrás para luego apretar e intentar atravesarme con su caliente daga. Nuestros cuerpos sudaban, nuestras lenguas se enredaban y nuestros cuerpos se fundían en un magnífico polvo.
- Toma, toma, toma... - repetía una y otra vez mientras me penetraba.
Los músculos de mi vagina se apretaban contra su poderoso miembro y mis manos se aferraban a las paredes, sus amigos nos jaleaban sin parar y se masturbaban delante de mí, la vista era espectacular, ver a cinco tíos delante haciéndose una paja era maravilloso.
El tío me seguía follando con gran maestría, todo su cuerpo se arqueaba, se echaba hacia atrás para volver a clavármela bruscamente...
- Si, si, fóllame, fóllame... -gritaba yo.
El espectáculo debía ser increíble y los chicos no se limitaban unicamente a masturbarse, pues comenzaron a acariciar mis muslos, mis tetas, mi coño... Yo cerraba los ojos e intentaba sentir todas esas caricias que me maravillaban. No pude aguantar más y dando fuertes resoplidos tuve un orgasmo en medio de jadeos y gemidos.
En pocos segundos estaba rodeada por los seis chicos, uno me estaba follando y de qué manera, otro me chupaba las tetas, otro los muslos, alguno hasta mis pies... que gozada, que maravilla...
- Uff, ufff... Guaauuuu... - resoplaba el que tenía debajo y que me estaba penetrando hasta las entrañas.
El muchacho seguía en su empeño de destrozarme y vaya si lo hacía bien, sus músculos se tensaban y sus dientes mordían mi cuello, yo miraba hacia abajo para ver desaparecer su preciosa polla dentro de mi coñito insaciable.
De pronto frenó en seco, dio una última embestida dentro de mi y se corrió abundantemente dentro de mí mientras repetía una y otra vez:
- Que polvo, que polvo, Dios, que bien follas.....
Giré mi cabeza y seguí besándole mientras él permanecía inmóvil y sintiendo los últimos coletazos de una larga corrida dentro de mi coño. Yo no quería que acabase tan pronto, necesitaba más y más y más, estaba tan caliente que no tenía suficiente con ese polvo.
El tipo me agarró por las axilas y nos separamos al tiempo que les decía a sus amigos:
- Joder como folla esta tía, ir pasando por taquilla que os va a destrozar...
Ni cortos ni perezosos fueron sentándose uno por uno sobre la taza del water y yo sobre cada uno de ellos para sentir sus grandiosas y juguetonas pollas juveniles.
El primero, el segundo, el tercero, el cuarto y el quinto fueron pasando por la piedra y con cada uno de ellos yo gozaba más y más, me hicieron correrme varias veces, en unos polvos de los más salvajes. Mientras uno me follaba los otros me acariciaban, me mordían, me besaban, me chupaban por todos lados...
Mi primer acosador y lider del grupo jaleaba a sus amigos:
- Follarla bien, darle caña, que está necesitada....
Ellos se animaban más y más y al mismo tiempo yo estaba en la gloria, nunca me habían hecho gozar de esa manera.
- No pares, no pares, que esa puta no tiene bastante... - repetía el líder al amigo que yo tenía debajo.
Así terminaron todos bastante agotados, incluída yo, porque a pesar de tener todos los músculos agarrotados y mi sexo más que irritado, quería más y más, follar a lo salvaje como nunca había hecho. En vista de que mis pensamientos parecían ser leídos por mi primer amante, alcanzó a decirme:
- Verás bonita, ahora te voy a meter este pollón por el culo y vas a ver las estrellas...
Me asusté, francamente, ya que apenas lo había intentado una vez con mi novio y no fue muy gratificante, pero por otro lado quería pasar por ese nuevo reto y ser sodomizada era lo que más deseaba en ese momento, pobre de mí, me había convertido en una muñeca, en un títere de todos aquellos chavales.
Me hizo tumbarme boca abajo sobre la taza del water y apoyar mis manos contra la pared, escupió sobre sus dedos y me restregó la saliva por mi estrecho culito, primero un dedo, luego dos y hasta tres, lo que hizo que mi agujerito se dilatara rápidamente.

A continuación colocó su glande entre mis posaderas y empezó a forzar la entrada suavemente, hasta que la cabeza de su enorme miembro entró por completo. Yo chillaba, el dolor era punzante, pero poco a poco mi esfinter se iba relajando, para convertir ese dolor en un gusto que iba en aumento. Él continuó metiendo solo la punta mientras me agarraba por las caderas. Después seguía apretando para que centímetro a centímetro se fuera colando. Mis gritos debían ser ensordecedores, aunque dudo que nadie, aparte de los que estábamos allí, puediera oírlo pues la música del concierto tapaba cualquier otro ruido.
- Bien bonita, ahora vas a ver como te entra toda en ese precioso culo.... - me dijo.
Me agarró fuertemente del pelo, tiró hacia él y de un golpe me acabó de meter todo su aparato en mi dolorido culito. Creo que perdí la noción del tiempo, no sé si incluso llegué a perder el conocimiento, pero de pronto todos mis dolores y escozores desaparecieron para experimentar un gusto que desconocía. Mi espalda se arqueaba y mis caderas se movían al compás para recibir esa daga detrás de mi. De verdad que estaba viendo las estrellas y yo le repetía:
- Sigue cabrón, sigue.... párteme el culo....
Él seguía mis instrucciones y no dejaba de bombear mientras tiraba de mi pelo. Mi vello se ponía de punta y un escalofrío recorría todo mi cuerpo, llegué a no sentir mis dedos, mi cara ardía, era una sensación extraña, pero notaba como se acercaba un orgasmo diferente, empecé a gemir fuertemente, cada vez más fuerte, hasta llegar a gritar, a decir cosas sin sentido, a insultar a todos los que me rodeaban y ese orgasmo me invadió desde la cabeza a los pies... fue increíble. El tipo se corrió dentro de mí casi al mismo tiempo que yo, hasta que sus piernas no le sostuvieron y cayó sobre mi sudorosa espalda.
Sus amigos para no ser menos quisieron probar de aquel manjar y uno por uno me terminaron de destrozar el culo con sus largas, cortas, gruesas y extrechas pollas.
Me dejaron tirada allí en medio de aquel maloliente lugar, sin ni siquiera despedirse de mi, tan solo riéndose y jactándose de haberse tirado a una tía con toda la facilidad del mundo.
Mi cabeza daba vueltas, me sentía muy mal, sudorosa, sucia por dentro y por fuera, completamente desnuda sobre aquel asqueroso water después de haber sido follada y sodomizada con ganas por seis chavales, sin haberlo buscado, sin ser premeditado, pero comprendí que había caído en la trampa del placer, sin apenas darme cuenta y por una parte sentía remordimientos, pero por otra recordaba el gusto que había soportado y había merecido la pena, al menos como una experiencia que no voy a olvidar y creo que nunca más podré repetir....
Me puse mi vestido sobre mi desnudo y sucio cuerpo y cuando volví en busca de Cesar, éste ya no estaba, supongo que después de haber tardado más de una hora, estuvo buscándome por los servicios de chicas, pero entre el gentío no podíamos encontrarnos ni yo a él ni el a mi.
Salí a la calle y fui andando con la vista ida, perdida, desorientada, era como si hubiera vivido un terremoto. Hasta que no llegué a casa y me metí en la bañera no me di cuenta de lo que había sucedido realmente....
Lydia
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Todo asombroso