Video Relato

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La prima borracha

Todo fue hace dos años. Fuimos a festejar el cumpleaños número diecinueve de una prima mía. Fuimos a un bar mi prima, una de sus amigas y yo. Tomamos mucha cerveza. Al final, mi prima fue la más afectada y terminó bastante mareada.

Al llegar a mi casa (vivimos a tres casas de distancia) quiso vomitar. Entramos y vomitó bastante en el baño. Pero, como se agachó para vomitar, estaba enseñando todo el trasero y eso me empezó a excitar.

De ahí nos fuimos a su casa los tres. Subimos la escalera a su cuarto, pero en el trayecto ya la iba manoseando, agarrándole el trasero, sus senos, que son enormes.

Llegamos a su cuarto. Pidió una cubeta para vomitar. Se la llevé.

Otra vez estuvo vomitando, quedándose medio dormida. Yo la tenía que detener.

La amiga se acostó a dormir y me dejo con ella.

Así que mientras la detenía le seguía acariciando los senos, apretándole los pezones. Ella todavía estaba vomitando.

La llevé otra vez al baño porque seguía con ascos. Se llenó toda de vomito. Abrí la ducha. Le dije que teníamos que quitarle el vomito. Ella sola se quitó su playera y su pantalón. Después la metí a la tina. Yo sólo me quité los zapatos. Entre la enjuagada y el jabón le seguía acariciando todo el cuerpo. Finalmente se sentó. Se estaba quedando dormida. Yo aproveché para sacarle las tetas del sujetador y para meter un dedo en su vagina. Como reaccionó y se levanto, la sequé y la llevé a su cuarto. Regresé al baño para secar todo y cuando llegué al cuarto se estaba quitando la ropa interior y se estaba acostando, así, desnuda. Eso me calentó mucho más.

Regresé al baño a jalármela, pero la calentura me ganó. Volví al cuarto, le quité un poco las sábanas y empecé a lamer su ano. Ella estaba totalmente borracha y dormida, con la amiga al lado.

Después de lamerlo un buen rato, me chupe un dedo y se lo comencé a meter por el ano un buen rato. Le metí dos. Luego se los metí en la boca para llenarlos más de saliva.

Se los fui metiendo en su linda vagina. Ella estaba acostada boa abajo. Se los iba metiendo cada vez más rápido. Y se puso muy mojada.

Ya no pude aguantar más. Tuve que sacarme la polla y metérsela en la vagina. Ya quería acabar, pero no en su vagina. Se la metí en el culo. Me la ensalivé. Se la metí. Y de tan borracha ni despertó. Y ahí me la terminé de follar y me vacié dentro de ella

Y ya me vestí y me fui a mi casa.

Nueve meses más tarde mi prima dio a luz a un precioso niño. Ella no sabía de quién era, pues no recordaba nada de ése día. Sólo yo sabía quién era el padre de la criatura.

Los pecados de tía Susana

El viaje de Boulder a Denver había sido largo y Miguel se sintió aliviado de llegar a la terminal de los autobuses. Cuando el vehículo se detuvo totalmente, descendió junto con los demás pasajeros, retiró su equipaje del compartimiento, y caminó hacia la terminal.

Aunque hacía tres años que no la veía, Miguel no tuvo problemas para encontrar a su tía Susana entre la multitud al otro lado de la puerta. Ella era una mujer pequeña mediando los treinta y tenía el cabello largo de color castaño oscuro y ojos azules igual que su madre, que era su hermana mayor. Vestía una blusa de algodón y una conservadora falda de color azul, lo que le hizo pensar que venía directamente de su oficina en el centro de Denver. La cara de la tía Susana se iluminó al verlo.

"Miguel cariño, que gusto verte" dijo, mientras le daba un cálido abrazo y un beso en la mejilla. "¡Dios mío, mírate – estas tan alto! ¡Apuesto que debes tener mucha suerte con tus compañeras de la universidad!"

"Eso creo" – murmuró el apenado.

"Cariño, tu tío Pedro y tu primo Juan están tan contentos de pudieras pasar unos días con nosotros estas vacaciones"

"Bien, ya que papá está en el negocio de Bienes raíces, él trata con muchos arquitectos e hizo unas llamadas por mí. Con un poco de suerte, creo que tendré una decente posibilidad de lograr una pasantía pagada este verano."

"Vas a tener que contarme todo en el camino a casa," chilló ella mientras le agarraba la mano llevándolo al estacionamiento.

Durante el trayecto, su tía lo interrogó acerca de sus dos primeros años en la Universidad de Colorado. Parecía estar muy interesada en lo que ocurría con su vida, pero cuando él preguntó sobre su tío Pedro, le pareció detectar cierta tensión en la voz de ella.

Bien, ha habido cierta tensión entre nosotros desde el accidente de Pedro el año pasado, pero al menos. Tiene trabajo repartiendo pizas por las tardes, pero no pierde la esperanza de obtener pronto un empleo mejor.

Miguel sabía que su tío había salido muy golpeado después de volcar con su pick-up. El pobre hombre había pasado meses en el hospital con la pelvis fracturada y un par de vertebras fisuradas. Como consecuencia, su prospero negocio se había venido abajo y la tía Susana había tenido que volver a trabajar.

Aunque Miguel se sentía mal acerca de la situación, lo sentía aún más por su tía. No había convivido mucho con su tío durante su niñez. El hombre rara vez aparecía en las reuniones familiares, y cuando lo hacía, siempre parecía encontrarse en otro lugar. Los familiares de Miguel no tenían gran estima por su tío; tanto, que su padre se refería a él como el "pendejo con el que se había casado Susana". El consenso general era que ella se podría haber casado mucho mejor. Miguel preguntó por su primo Juan, con la esperanza de recibir mejores noticias.

"Él está bien – el típico chico de 11 años que pasa la mas tiempo jugando con su x-box que estudiando, pero ¿Qué vas a hacer? Tal vez algún día un chico mayor como tú tenga una influencia positiva en él.
Miguel recordaba a su primo como un pequeño regordete y llorón, permanentemente de mal humor.

Durante el resto del trayecto la conversación giro en torno trivialidades. La mayor parte de las veces su tía hablo de películas, televisión y chismes de las celebridades en turno. Media hora después abandonaban la autopista para transitar a través de un modesto vecindario lleno de restaurantes de comida rápida y locales comerciales.

Nadie salió a recibirlos cuando entraron al garaje de la casa, y Miguel arrastró su equipaje al interior de la casa.

"Chicos, ya estamos en casa" Gritó al tía Susana, mientras abría la puerta de entrada a la casa.

El tío Pedro dejó de ver el televisor levantándose lentamente del reclinable. Su primo Juan hizo lo mismo mientras al fondo se escuchaba el sonido de la película de acción que estaban viendo.

"Miguel… ¿cómo estás?," preguntó su tío con monotonía dándole un flácido apretón de manos. El tío Pedro se encontraba en el inicio de los cuarenta pero aparentaba más de 50 años. Vestía la camisa rojo y azul del uniforme de una conocida cadena de pizzerías.


"No tan mal tío Pedro, ¿Qué tal tú?"

"Fantástico chico;" replicó. Apenas haciendo esfuerzo por ocultar el sarcasmo.

"Susana, voy a mi turno de trabajo; espérenme al rededor de medianoche," gruñó su tío mientras pasaba junto a Miguel en camino a la puerta.

"No lo culpes," suspiró su tía. "los medicamentos que le están dando para la espalda lo ponen un tanto gruñón algunas veces."

La tía Susana llamó a Juan un par de veces sin obtener respuesta. Solo fue cuando enojada se paro frente a él y apagó el televisor que el regordete chiquillo se dirigió a Miguel con un aburrido "Hola"

Después de un torpe esfuerzo por conversar con su primo, todos se sentaron a la mesa a cenar. Juan devoró su comida en instantes y rápidamente regresó al televisor. Su rápida salida no molestó a Miguel; su tía parecía menos tensa sin la presencia de su hijo. Después de ayudarla con los platos, ella le propuso enseñarle su habitación.

Ella lo condujo a través de la puerta posterior y el pequeño patio trasero hacia el garaje. Dio vuelta al interruptor de la luz y continuó por una crujiente escalera de madera hacia el departamento que había sido de su suegra y que Pedro había construido sobre su taller.

Miguel estaba agradablemente sorprendido, se trataba de un pequeño estudio amueblado con una cama individual, una mesilla de noche, un viejo reclinable, un mini refrigerador, y una mesa con dos sillas. También había un pequeño baño con ducha. Su tía le explicó que hasta hacía poco tiempo, le rentaban el espacio a un joven coreano que trabajaba como mesero en un restaurant local.

"¡Está genial tía, realmente te lo agradezco!"


"Me agrada que te guste cariño, y recuerda que cualquier cosa que necesites, estoy a tan solo unos pasos" contestó ella mientras señalaba por la ventana hacia la casa principal.

"Gracias tía Susana, lo tendré en cuenta"

Ella lo abrazó para despedirse y descendió por las escaleras de regreso a la casa principal.

Miguel desempacó y luego pasó una hora hojeando las revistas que había adquirido en la terminal de autobuses. Después de eso, se desvistió hasta quedar en bóxers y apagó la luz. La habitación olía mal e imaginó que las cosas podrían mejorar si abría una ventana.

Mientras Miguel se aproximaba a la ventana frontal, se dio cuenta de que había una luz prendida en la planta alta de la casa justo frente a él.

Se asomó tras las persianas y vio a su tía Susana de pie frente a la cama y de espaldas a su ventana. Observó con curiosidad mientras ella se quitaba los zapatos y soltaba su largo cabello. Estaba por regresar a su cama cuando ella giró desabotonando su blusa.

Miguel se sintió incomodo por espiar a su tía, pero la sensación de observar a su tía en un momento privado lo excitaba.

La situación se tornó más interesante cuando ella se quitó la blusa y cuidadosamente la puso a un lado. Podría estar a mediados de los treinta años, pero su pequeño cuerpo y su abdomen plano le daban un aspecto juvenil.

Maldición, esto está mal, pensó Miguel mientras la veía caminar por la habitación con un sexy brasier negro.

El permanecía sorprendido mientras ella se volvía de espaldas a la ventana y soltaba su falda dejándola caer al piso. Aunque se sentía culpable, sus hormonas no le permitían dejar de observar.

Vio su apretado trasero enfundado en un par de pantis negras y esto fue capaz de lograr una tremenda erección en él. Podría ser la hermana de su madre, pero eso no la volvía menos mujer.

Su corazón se aceleró cuando ella soltó su brasier mostrando un par de firmes senos. No eran enormes como las de una estrella porno o una desnudista, pero eran bonitas y se mecían con gracia mientras luchaba por abrir el cajón de la ropa sucia.

El excitante show termino cuando ella se puso una enorme playera para dormir. Segundos más tarde, las luces se apagaron y Miguel quedó solo en la oscuridad con su erección.

Saltó a la cama e invocó las imágenes de una escena lésbica protagonizada por Katie Holmes y Scarlett Johanson. Por lo general algo así era suficiente para logara una buena corrida pero, después de veinte minutos de infructuosos tirones, decidió recordar la reciente imagen de su tía Susana a través de la ventana y la corrida se produjo de manera casi instantánea.

Minutos más tarde, dormía como un bebé.

A la mañana siguiente Miguel despertó con el sonido de alguien tocando a la puerta. Medio dormido giró en la cama y se puso unos vaqueros dirigiéndose a la puerta.

Su corazón saltó cuando vio a su tía Susana sonriéndole al otro lado de la puerta.

"Lamento despertarte cariño, pero ya me voy al trabajo y quería decirte que hay waffles en el refrigerador para el desayuno y puedes tomar los emparedados que hay ahí mismo a la hora de comer. Espero que te gusten los de ensalada de pollo.

"Mmm, seguro… gracias tía" – murmuró

"Adiós cariño, te veo a la hora de la cena"- le dio un beso en la mejilla y descendió por las escaleras.

Miguel decidió omitir los waffles. Después de una larga ducha pasó el resto de la mañana, y parte de la tarde, puliendo su currículo en la Laptop. El único contacto que tuvo con su tío Pedro fue cuando el viejo le gruño un fastidiado "buenas tardes" cuando fue a la casa por un sándwich. No vio a su primo Juan para nada, pero escucho los ruidos de los disparos y explosiones en su X-box con cierta frecuencia durante el día.

Alrededor de las seis de la tarde, su tía le llamó para comer. Puesto que el tío Pedro se encontraba trabajando y Juan pasaba la tarde en casa de un amigo, serían solo ellos dos a la mesa.

Era una tarde cálida y la tía Susana vestía un top -sin brasier debajo- que le traían a Miguel incómodos recuerdos de la noche anterior. Después de la cena se dirigieron a la sala para platicar.

¿Ahora que ya tienes 19 años, que dices de un poco de vino blanco mientras recordamos viejos tiempos? – propuso la tía Susana…

Antes de que él pudiera contestar, ella le tendía una copa llena de vino. Miguel la aceptó mientras ella se serví una copa también.

Durante una hora más o menos, estuvieron sentados en el sofá platicando animadamente sobre la universidad, sus familiares y su próxima entrevista. Todo era por demás inocente hasta que la tía Susana decidió dar un poco de sabor a las cosas recién terminada su tercera copa de vino.

"¿Dime, estas saliendo con alguien?, preguntó"

"No, no realmente"

"¿Qué quieres decir con no realmente"

"Bien… hay un par de chicas con las que tengo amistad y de vez en cuando nos enredamos."

Miguel se arrepintió de inmediato de haber sido tan inocente. Con certeza ella querría saber que quería decir con "enredarse".

"¡Qué! – ¿Quieres decir que duermen juntos?" ella soltó una risa aniñada. "¡No te preocupes cariño, no voy a decirle a tu madre, sé cuan aprehensiva suele ser mi hermana algunas veces!"

Miguel no contestó; simplemente miró hacia su copa y sonrió. Cuando levantó la mirada vio sus pezones erectos bajo la delgada tela del top.

"Eres un semental" dijo bromeando mientras le acariciaba el pelo cariñosamente.

De inmediato tuvo una erección y se le aterrorizo que su tía pudiera notarlo.

El teléfono sonó en la cocina, y Miguel lanzó un suspiro de alivio cuando ella fue a contestarlo.

"¡Oh hola cariño! Efectivamente ya habré terminado, le oyó decir en el receptor antes de colgar.

"Era Juan; quiere que vaya recogerlo, dijo ella mientras regresaba de la cocina.

"De acuerdo, supongo que te veré mañana," replicó Miguel haciendo un esfuerzo por no ver directo a sus senos.

"Adiós guapo," le dijo mientras le daba un abrazo. Sintió un nudo en la garganta cuando los erectos pezones de su tía se clavaron en su pecho.

Se despidió de él con una cariñosa palmada en el trasero.

De regreso en su habitación, se puso a dar vueltas en ella como león enjaulado. Eventualmente se tranquilizo, tomo un par de aspirinas, y se sentó a estudiar para su entrevista.

Un par de horas después estaba listo para dormir. Se desvistió y se deslizó bajo las sábanas. Sin embargo, la suave luz proveniente de las persianas era difícil de ignorar. Sabía que no debería, pero no podía resistir la tentación de espiar a su tía.

Espió a su tía mientras ella se encontraba acosta sobre su cama encima de las cobijas, leyendo lo que parecía ser una novela romántica. Vestía una bata corta de color rojo estilo kimono y su largo cabello estaba suelto y caía sobre sus hombros.

Ella se sentó a leer en silencio por varios minutos antes de dejar el libro, cerró con fuerza sus ojos y aspiró profundamente. Permaneció inmóvil por unos segundos y después giró abriendo el cajón superior de la mesita de noche. Revolvió un poco antes de encontrar lo que Miguel creyó un teléfono móvil.


Ella acarició el largo objeto cilíndrico al que Miguel calculó al menos 20 centímetros de largo.

Joder – tiene un vibrador, pensó él.

Dio vuelta a un botón en la base y arqueo ligeramente la espalda. Miguel no podía creer lo que pasaba mientras el artilugio cobraba vida con un zumbido.

Una enorme erección le vino al tiempo que ella abría sus piernas e introducía el juguete entre sus muslos.

Su Kimono rodó y Miguel pudo ver sus negros vellos púbicos pulcramente arreglados. Había una sonrisa dichosa en su cara cuando ella abrió un poco más ancho y pasó el aparato de arriba a abajo de los labios exteriores de chocha. Su boca formó una "o" pequeña mientras ella arqueaba más su espalda y suavemente se introducía el juguete.

Lo hizo lentamente pero firmemente al principio, finalmente cogió el paso y encontró su ritmo. Ella se retorcía como serpiente metiéndose el dildo más profundo y más rápido con ambas manos.

Cuando ella empezó a brincar como un potro y su cara se torció en una mueca, Miguel sacó su miembro y comenzó a cascarse una buena paja...

"Sí, córrete pequeña perra caliente" - murmuraba, mientras sonreía con desprecio - tirando de su verga cada vez más rápido.

Sólo entonces, el cuerpo de su tía, sufrió un pequeño espasmo, giró bruscamente, y de repente se puso rígida, Eso era todo lo que Miguel necesitaba - él se corrió intensamente, mientras disparaba espesos chorros de semen sobre las persianas.

La tía Susana permanecía inmóvil en su cama – con las piernas abiertas y el dildo aún enterrado en su chocha. Lentamente fue recuperando las fuerzas y buscó entre sus piernas removiendo su amante de baterías.

Miguel seguía viendo cuando ella se levantó de la cama y guardo nuevamente el juguete en el cajón de donde lo había tomado, dirigiéndose después al baño. Momentos después ella salió enfundada en una playera.

Mientras ella apagaba las luces de su habitación, Miguel vio las luces de la camioneta de su tío que en ese momento llegaba.


Miguel se levantó tarde a la mañana siguiente. Apenas tenía tiempo de bañarse, rasurarse y vestirse para su entrevista con el Sr. Davis de Clark & Asociados, el más importante despacho de arquitectos en Denver.

Durante el viaje en autobús a la ciudad, vívidas imágenes de la tía Susana y su vibrador rondaban por su cabeza. Se preguntó si el coreano que vivía antes que él en el apartamento tuvo la oportunidad de disfrutar del mismo espectáculo.

Llegó a la oficina a las 10:27 AM, justo tres minutos antes de la cita, aunque el Sr. Davis lo tuvo esperando otra media hora antes de recibirlo.

Davis era mucho más joven de lo que Miguel esperaba y la entrevista duró no más de 20 minutos. Para su sorpresa fue extremadamente sencilla, no hubo preguntas difíciles y demostró sin lugar a dudas sus conocimientos en la carrera. Miguel dejó la oficina sintiéndose confiado de obtener el empleo.

Sin prisa por regresar a la casa, él pasó el día explorando el centro de la ciudad, visitando cafés, librerías, y parques. Alrededor de las cinco de la tarde, cuando la mayor parte de la gente se dirigía a casa, decidió entrar a ver una película. Aún seguía consternado por las imágenes de su tía Susana masturbándose y se le hacía incomodo el tener que sentarse frente a ella a la mesa a la hora de cenar.

Se preguntaba si ella habría dejado las cortinas de su habitación abiertas a propósito…

Tonto, es tu tía – pensó – ¿Por qué demonios dejaría abiertas las cortinas intencionalmente?

Era tonto profundizar tanto en la situación. ¿Por qué la culpo a ella? ¡Soy yo el que invade su privacidad! ¡Soy yo el pervertido, no ella! Concluyó

Regresó alrededor de las 8:30 esa noche. Cuando vio el resplandor de la TV en la sala, optó por ir directo a su habitación sin pasar por la casa principal.

Lo primero que hizo fue quitarse el traje y ponerse una playera y un pantalón corto. Tomó una vieja revista de ciencia ficción y se sentó en el reclinable.

Más o menos una hora después, Miguel escuchó el sonido de alguien subiendo por las escaleras. No necesitaba una bola de cristal para adivinar de quién se trataba. Puso la revista a un lado y se levantó para abrir la puerta.

"Miguel, me asustaste" - dijo ella

Extrañamente ella vestía el mismo Kimono de la noche anterior.

"Lo siento, no fue mi intención hacerlo. Escuché tus pasos en las escaleras y me levanté a abrirte la puerta" – dijo invitándola a pasar.

Susana traía con ella un plato de galletas y un vaso de leche los cuales puso en la mesita de noche.

"Sólo quería saber cómo te había ido en la entrevista" – dijo ella.

"De maravilla, creo que me van a contratar para ese internado" – respondió Miguel.

¿En verdad? ¡Es fantástico! Cuando evitaste pasar por la casa, imaginé que no te había ido tan bien y decidí traerte un bocadillo para consolarte.

Se sentó en el borde de la cama y se recostó después sobre sus brazos. El kimono se levanto un poco y Miguel alcanzó a ver parte de sus pantis color azul cielo.

Miguel comenzó a creer que ella estaba jugando algún tipo de perverso juego con él…

Me sentía muy cansado cuando regresé de la ciudad y simplemente deseaba un momento a solas – dijo Miguel tratando de que pareciera verdad.


"¡Oh, está bien, los cariño…! lo entiendo" dijo ella mientras con lentitud abría sus piernas tímidamente para enseñarle otra vez sus bragas.

Su Kimono se había puesto flojo y se había abierto bastante para dar una vista completa de sus pechos desnudos. Ella le vio mirar fijamente y no hizo ningún esfuerzo por cubrirse.

Ésa era toda la prueba que él necesitaba.

"BIEN - ¿QUÉ COÑO PASA AQUÍ, TÍA SUSANA?", exigió.

El enojo en su voz la cogió claramente por sorpresa - ella cerró y abotonó su kimono

"Miguel por favor", gimoteó.

¡No trates de hacerme pendejo! ¡Es tan jodidamente obvio! – ¡El flirteo, andar medio desnuda frente a mí, sin mencionar los espectáculos nocturnos que montas cuando el tío Pedro está repartiendo pizzas!

"Miguel, por favor… tu no entiendes"

Él la agarró por los brazos y la arrinconó contra la pared.

"¿Qué es lo que no entiendo?"

"¡Bien, lo siento! " su voz se quebró y lágrimas inundaron sus ojos. "¡Lo siento mucho cariño - lo siento mucho!"

Ella se derrumbó sollozando entre sus brazos. Su confesión enfrió su enojo un poco y él la abrazó.

"¿De qué va todo esto, tía Susana… dime la verdad?"

Ella lo veía con las mejillas humedecidas por las lágrimas.

"Desde el accidente de tu tío, no ha podido hacerme el amor. ¡Hemos probado todo - Viagra, las salidas románticas, todo! ¡Nada funcionó… los doctores piensan que el daño podría ser permanente! "

Hizo una pausa para limpiar una lágrima con su kimono antes de continuar.

"¡Sólo necesito saber que aún soy capaz de hacer que un hombre me desee! Lamento haberte involucrado, pero no pude evitarlo"

El enojo de Miguel se volvió lástima. Pero cuando él sostuvo su tembloroso cuerpo en sus brazos, sintió que algo más se apoderaba de él. Él tenía una tremenda erección, y sin duda ella podía sentirla presionando contra ella.

Ella buscó y sostuvo su mirada.

"Yo creo que yo te debo algo por ponerte en este aprieto" dijo ella serenamente anunció.

Sin decir otra palabra, se arrodilló delante de él.

Miguel no puso objeción mientras ella bajaba sus pantalones, sacaba su tiesa verga y la lamía lujuriosamente.

¡Joder, mi propia tía me la va a mamar! – pensó

Tiernamente, ella besó el glande de su enhiesto miembro antes de meterlo totalmente en su boca.

Ah, sí… suspiró el mientras su amada tía Susana le daba una tremenda mamada.

Mmmm… mmmm… mmm… gemía ella mientras magistralmente trabajaba la tranca con los labios.

Parecía un sueño, pero cuando volteó hacia abajo y vio a su tía chupándole la verga, supo que se encontraba bien despierto. La tomó de la parte posterior de la cabeza y comenzó a follarle la boca.

Susana continuó masturbándole con la mano cuando se retiro para tomar aire…

"Vamos bebé, córrete" – dijo ella e introdujo de nuevo la tranca en su boca.

Miguel asió su cabeza con ambas manos tomando el control. Él comenzó a bombear en su boca cada vez más rápido con tal fuerza la hizo perder el equilibrio. Como auténtica campeona, se recupero rápidamente y se esmeró más en complacerlo. Parecía como si se alimentara de su propia lujuria.

El cuerpo de Miguel se tensó ante lo inevitable advirtiendo a su tía. Él afianzo su cabeza y una erupción de semen llenó la tibia boca de Susana.

¡¡Ahhhh!!

Ella se atragantó cuando la primera explosión roció sus amígdalas. Sus ojos giraron atrás mientras la leche de Miguel goteaba por su barbilla.

Sus rodillas debilitaron y él perdió el equilibrio cayendo hacia atrás - chorros de leche rociaban la cara de Susana formando espesas gotas

"Oooh… Oooh… Oooh", gemía ella conforme cada borbotón aterrizaba.

Él se asió de la mesa para sostenerse, mientras su Tía Susana se apoyaba atrás y devoraba golosamente el semen que encontraba fuera de su boca. Después de acabar con la última gota, ella lo limpió diligentemente la verga de su sobrino con la lengua antes alejarse para hacerle saber que había hecho más que suficiente.

Después de tomar varias respiraciones profundas, ella se levantó, agarró una camiseta sucia de su bolsa del lavado y limpió lo poco que no había bebido.

"No estoy orgullosa de mí, Miguel… Espero que puedas perdonarme", dijo ella serenamente sin hacer el contacto visual.

Miguel estaba mudo. ¿Aun cuando él pudiera hablar, que podía decir?

"Yo te llevaré mañana a la ciudad. Prometo que yo no habrá jugueteo. Espero que las cosas entre nosotros vuelvan a ser como antes… creo que lo mejor para los dos es que pretendamos que esto nunca pasó", dijo tristemente cuando ella se volvió y salió por la puerta.

Miguel fue a la ventana y vio pasar a su tía por el patio. Él podía ver el resplandor de la TV fluctuar en el cuarto delantero cuando ella abrió la puerta trasera y entró en la casa.

Miguel estaba aturdido.

Sabía que sería imposible pretender que nada de eso había

La mejor mamada

Como todas las noches a la misma hora, mi enorme miembro volvió a endurecerse, "una pena", pensé, "una pena no tener a nadie con quien compartir este precioso instante", no quería pajearme, porque me iba a volver a quedar dormido tras la paja y mañana no recordaría nada.

Al cabo de un rato de sentir la dureza de mi pene, me empezó a doler porque la ropa interior me molestaba, así que me deshice de todo lo que era un estorbo para mi miembro, y duro y liberado como estaba, la sábana que me cubría el cuerpo para que nadie viera mis intimidades, se levantó formando un montículo bastante prominente.

Momentos más tarde me quedé dormido y comencé a soñar:

Ví que una figura femenina pasaba por la puerta de la habitación, sintiéndose asombrada por la enorme "montaña" que había en el centro de la cama.

Como la curiosidad es algo que no se puede evitar, entró para comprobar de qué se trataba, aunque algo intuía, ya sus pezones estaban duros.

Disimuladamente levantó la sábana por el final de la cama, metiendo sus manos y cabeza entre mis piernas que estaban totalmente separadas, no tuvo que hacer mucho esfuerzo, con el tacto, tocó mis huevos, con mucha suavidad, para que no despertara, y se percató de que estaba desnudo, eso la puso a 1000 por hora, como pudo con una mano, se bajó las bragas.

Mientras, con la otra mano consiguió alcanzar mi miembro erecto, y empezó delicadamente a hacerme una paja, y con su otra mano se autocomplacía masajeándose su clítoris.

Después de un rato con la paja, notaba que mi pene se secaba con el roce de la sábana, así que tenía que humedecerse los dedos y la mano completa, los masajes en su clítoris eran tremendos, su respiración comenzaba a ser más acelerada y ruidosa, para callar los síntomas de su bestial corrida, pensó que lo mejor era taparse la boca, y ¿qué mejor tapón que una bien dotada polla?

Así fue que de un pequeño impulso colocó la boca a la altura de mi pene, levantó sus caderas y volvió a acomodar su pajillera mano en su coño mientras su boca se deleitaba con mi polla.

Tras conocer el interior de sus intimidades (era la primera vez que sus dedos llegaban tan profundo), con su lengua mojaba toda mi polla que estaba un poco reseca, primero la pasó de abajo arriba, deteniéndose a la altura del frenillo, tras bajar el prepucio se entretuvo en dicho frenillo que tanto placer da a quien lo tiene,.

Sintió que mi respiración se aceleraba, intuyendo que me iba a correr, se detuvo poniendo el capullo de mi polla en su boca mientras apresuraba sus movimientos vaginales, fue una segunda corrida espectacular la suya.

Continuó con los movimientos mamatorios de su boca, ahora se introducía el pene completo, llegándole a la garganta, una mamada espectacular, se detenía en la punta y besaba el capullo, lo lamía, y lo mamaba, a veces de forma suave, otras veces más rápidamente.

En cierto momento entendió que tenía absoluto control sobre mi polla, así que pensó en hacerme correr mientras ella se corría al unísono. De esa manera empezó una mamada increible, chupando y deteniéndose cada dos por tres, y lo mismo en sus partes bajas, ya se metía los dedos como de repente se paseaba por su chorreando clítoris a tremenda velocidad.

Cuando sintió en las pulsaciones de las venas de mi pene que era imposible detener mi corrida, los movimientos dentro de su vagina se precipitaron, y la boca era un pistón que no paraba de moverse, hacia arriba y hacia abajo, en pocos instantes comenzó a tragarse todo el contenido de mis huevos saliendo de mi polla, no dejó ni gota, su corrida fue descomunal, sintió su mano chorreando por el placer emitido por su coño.

Por la mañana, desperté muy agusto, sentía como si el sueño hubiera sido algo real, no quería que se me olvidara, y con lápiz lo plasmé en un papel, como era inevitable, me empalmé de nuevo y tuve que hacerme otra paja, esta vez me limpié en los slips.

Me incorporé para ir a desayunar y cuando miré a la cama, vi que a la altura de los pies, había una pequeña mancha de sangre, eso me hizo pensar, sobre si fue un sueño o qué sería esa mancha de sangre.

Ya estábamos alrededor de la mesa cuando aparece mi sobrina de 14 años muy contenta y feliz, que se sienta enfrente mía en la mesa.

Mientras desayunábamos, mi sobrina comenzó a contar que había tenido un sueño, un sueño en el que subía a una montaña y tras sofocar una lluvia fina el calor que hacía ese verano, había visto salir el arco iris, con sus intensos colores, y el que más le gustó fue el rojo, el rojo sangre...

Ahí es donde lo comprendí todo.

Mi tia y sus hijos

Siempre me ha atraído mi tía desde muy pequeño, es alta, rubia con unas piernas increíbles y un culito rico. A sus 38 años la verdad es que se conserva muy bien.

El relato inicia a mediados de septiembre, antes decir que yo no soy un súper hombre soy bastante normalito a mis 26 años aun así he tenido varios ligues pero ninguno duro demasiado por lo que siempre ando caliente, en esas fechas me habían dado vacaciones en el curro y me encontraba felizmente haciendo el vago en casa cuando mi madre me llamó y me comento que mi tía iba a realizar algunas chapuzas en casa y que si no me importaba ir a ayudar.

Por un lado no me disgustaba la idea de estar con mi tía por otro lado no tenía ganas de tener que estar de chapuzas en mis vacaciones pero aun así al día siguiente me encontraba en casa de mi tía a las 10:00 de la mañana.

Toque la puerta y me abrió una de mis primas, mi tía tiene 3 hijos de su anterior pareja pero este se había largado desentendiéndose de ellos y ella los adoptó.

Cuando la vi me quede de piedra estaba con una camiseta que le llegaba un poco por debajo de la cintura y que dejaba ver su tanguita blanca con unos corazoncitos rosas. Enseguida empezó a formarse la tienda en mis pantalones y tuve que poner el maletín de herramientas que llevaba delante para que no se notase que me había empalmado.

-Hola primo ¿Qué tal, vienes de faena?

-Si Luisa mi madre me pringo ¿Dónde está tu madre? quiero empezar ya

Luisa es bastante guapa y es la pequeña junto a su hermano mellizo Damián, ambos son altos delgados y la verdad es que muy guapos por encima esta su hermana Jennifer que al haber cumplido los 18 esta de "rebelde sin causa" dando la lata por todo y metiéndose en líos, algunos de ellos graves, aunque por suerte últimamente parece haberse calmado. Es algo gordita y en comparación con su hermana no es tan guapa pero tiene unas tetas increíbles y un culo a juego.

-está terminando de ducharse ahora bien entra y deja las herramientas por ahí.

Y sin más se dio la vuelta y se marcho a su cuarto bamboleando su trasero, mi polla parecía que iba a romper mis pantalones viéndola moviéndose de esa forma tan sexy e incluso me pareció que lo hacía adrede pero eso no podía ser.

Sabía que una de las cosas que había que arreglar era una lámpara suelta en el cuarto de mi tía por lo que decidí ir allí en lugar de esperar a que terminase.

Pase por delante de los cuartos de mis primos de camino al de mi tía que se encontraba al fondo de la casa pero solo estaba Luisa en su cuarto que aun compartía con su hermano.

Si verla moviendo el culito me la había puesto dura ahora era para follarla allí mismo se encontraba tirada en la cama con el culo al aire y moviendo sus ricos piececitos de arriba abajo. Estuve un rato viéndola hasta que ella noto mi presencia y se volteó.

-¿querías algo primo?

-eeh no… Me preguntaba donde están tus hermanos

- Damián no se, Yeni salió temprano a entregar unas cosas para la matricula o algo así.

La casa era grande, pero algo vieja, por lo que era normal estar en un lado y no enterarte de lo que pasaba en el otro.

-Bueno voy al cuarto de tu madre cuando salga dile que estoy allí ¿vale?

Me dolía dejar de ver aquel par de lindos pies y ese culito tan excitante pero con mi prima mirándome fijamente no era plan por lo que decidí continuar con lo que había venido a hacer allí.

Tras pasar un pequeño salón y el estudio me encontraba en el pasillo que comunicaba con la habitación cuando oí un ruidito al ser un tío en seguida me di cuenta que era pero no estaba seguro así que me acerque en silencio y mire por la puerta con cuidado.

Y allí estaba mi primo con un tanga en la nariz y otro alrededor de su polla mientras se encontraba con el pantalón del pijama en los pies y pajeandose con fuerza con la ropa interior de mi tía y de su hermana.

No sé porque pero me quede mirándolo y me excitó muchísimo verlo, nunca me habían atraído los tios pero en aquel momento viendo como mi primo se frotaba la polla con fuerza arriba y abajo me hizo pensar incluso a que sabría. Mi mano bajo casi sin darme cuenta hasta mi polla que seguía dura pero al moverme hice ruido con las herramientas y mi primo se dio cuenta. Cuando me vio se subió los pantalones con la rapidez del rayo y salió del cuarto avergonzado dejando atrás los tangas tirados por el suelo.

No sabía qué hacer si ir tras él para hablarle o no volver a mencionar jamás el tema pero enseguida mi mente dejo aquellos pensamientos y se fijo en los tangas que había dejado tirados mi primo. Miré rápidamente fuera de la habitación para cerciorarme de que no había nadie.

Deje el maletín a un lado y cogí las tangas, olían a polla juvenil pero sobre todo a coño, estaba claro que habían sido usadas. Volví a mirar fuera del cuarto y tras comprobar que nadie andaba cerca me puse a tocarme la polla mientras olía los tangas. Tras un rato metí la mano y baje un poco el pantalón y el bóxers y seguí con la paja de manera lenta mientras absorbía los olores de aquellas prendas, estuve un rato de esa manera tanto que no me di cuenta cuando mi tía termino de ducharse y volvió al cuarto pescándome con las manos en la masa.

No sabía donde meterme y ella solo alcanzo a mirarme con asombro y luego quitarme las bragas de la mano. El resto del día fue terrible mi primo no se atrevía a acercarse a mí y yo huía de mi tía, hacia lo que ella me pedía y ya está, ni hablamos ni nada, incluso me habían invitado a comer pero puse una escusa y me marche totalmente avergonzado.

Aun así esa noche volví a pajearme imaginándome una orgia con mi tía, mi primita y su hermano mellizo todos revueltos y follando como locos.

Un par de días más tarde mi tía llamo para decirme que la última vez se le había olvidado pedirme que colocara un nuevo espejo en el baño que había comprado que si podía ir y terminar lo que había empezado. Aquello me sonó muy raro y mi calenturientamente enseguida imaginó mil cosas pero me tranquilice un poco y me dije que aquello eran cosas mías y que no pasaría nada.

Cuando llegue a su casa ella me abrió vestida con un pantalón corto algo viejo un top también viejo y unas cholas y me explico que andaba de faena aprovechando que los niños no estaban

Fuimos al baño y nos pusimos a colocar el espejo, era bastante grande y pesado además que tenía unas lámparas que necesitaban conexión eléctrica estuve casi una hora haciendo agujeros y empatando cables pero llegado el mediodía ya había terminado y mi tía me invito a comer, puso la comida al fuego y luego se sentó conmigo y charlamos al principio pensé que querría hablar sobre el incidente de su ropa interior pero no lo mencionó en ningún momento pensé que todo quedaría olvidado hasta que empezó a quejarse de que le dolían un poco los pies y sin más los subió hasta apoyarlos en mi piernas y me pidió que si le podía dar un masajito.

Mi polla dio un brinco en mis pantalones, la imagen de sus lindas piernas sobre las mías y que me pedía que le diera un masaje solo la había tenido en mis sueños húmedos pero ahora era real. Empecé el masaje haciéndolo lento, ella cerro los ojos y hecho la cabeza hacia atrás.

-Mmm sobrino que manos tienes, deberías dedicarte a esto de los masajes.

- ¿Te gusta el masaje?

- si sobrino me encantan los masajes de pies.

Mi polla estaba ya bastante dura y entonces movió un poco una de sus piernas y toco mi duro paquete, espere a que me echara la bronca por haberme empalmado masajeándole los pies pero en lugar de eso me miro directamente y me sonrió como una gata en celo.

-Vaya sobrino a sí que tu tía te pone caliente

- bueno es que uno no es de piedra y tu eres guapa… pero no pienses mal yo solo…

-Shhh déjalo tu tienes ganas de follar y yo llevo ya demasiado tiempo sin nadie para satisfacerme.

Y sin más empezamos, ella se levanto y se bajo el pantaloncito corto que llevaba mostrándome su coño ya que no llevaba bragas se volvió a sentar y abriendo las piernas me indico que me arrodillara y le comiera el coñito. Su coño era riquísimo mientras le lamia bien el clítoris y los labios ella me agarraba la cabeza y gemía.

Mmmm siii… Tenía tantas ganas, no pares sigue lamiendo.

Su coño ardía al contacto con mi lengua y empezaba a humedecerse rápidamente, mi polla también pedía atención por lo que me baje el pantalón y empecé a pajearme pero tras darse cuento movió sus pies para rodear mi polla y empezar una rica paja.

Estuvimos un rato así, yo comiendo sus coño sacándole gemidos de satisfacción y ella pajeandome con sus ricos pies,

-Vamos a un cuarto para estar cómodos

Nos levantamos y yo la seguí viendo como movía su culito pero en lugar de ir a su habitación entramos en la de Damián. Estaba bastante desordenada con trastos por todos lados y la ropa tirada por ahí, parecía y olía a leonera pero a mi tía pareció excitarle aun mas estar en el cuarto de su hijo ya que me llevó a la cama y me sentó en ella mientras se arrodillaba y empezaba a lamerme la polla. Su lengua se movía recorriendo toda mi polla de arriba abajo lentamente llegando a mis huevos donde se entretenía un poco lamiéndolos bien y dándome mucho placer luego subió lentamente y engullo mi polla hasta el fondo. Sus labios apretaban mi tronco y subía y bajaba a un ritmo frenético, me tenía en el cielo con la rica mamada.

-Joder tía que bien la chupas pareces una profesional

- Que pervertido es mi sobrinito, le gusta que su propia tía le coma la polla.

-jamás me la habían chupado tan bien te debe de gustar ¿eh?

Ella no contesto solo aumentó aun más la mamada recorriendo toda mi polla dándome aun mas placer.

Cuando estaba por correrme ella paró y subiéndose a la cama sobre mí me dijo

-Aun no te corras, tenemos tiempo y es hora de cabalgarte un poco

Lentamente fue ensartándose mi polla en su húmedo y caliente coñito mientras mis manos iban a sus tetas suaves.

Cuando estuvo toda dentro empezamos un lento sube y baja, los gemidos podían oírse por toda la casa.

-Siii… vamoooss sobrino dale a tu tía sexo

-oooh tía eras genial me encanta tu coño

Poco a poco las arremetidas empezaron a ser mas rápidas, cambiamos un par de veces de posición, primero ella se puso de perrito y empecé a darle fuerte metiendo mi polla con movimientos rápidos, su coños ya chorreaba de lo excitada que estaba, luego continuamos pero ella debajo con los pies sobre mis hombros y yo la embestía con fuerza arrancándole gritos de placer. En el punto culminante mire a la puerta y me di cuenta que allí medio escondido estaba mi primo y por los movimientos estaba haciéndose una paja viendo el espectáculo de ver a su madre ensartada por su primo pidiendo que la follara más y que no sacara nunca la polla de su coño. En cuanto lo vi empecé a correrme, mi tía bajo los pies de mis hombros y los cruzó sobre mi culo apretando con fuerza, metiendo mi polla aun mas mientras ella también entre gritos y gemidos se corría arqueando un poco la espalda.

-Tía me corroo

-Siii, métela toda mi niñooo, lléname de tu caliente leche, dame maasss.

Fue la mejor corrida de mi vida, estuvimos un rato abrazados con mi polla aun dentro de ella hasta que salió, entonces mire a la puerta pero mi primo no estaba, más tarde hablaría con él y descubriría lo pervertida que era la familia de mi tía, pero eso será en otra historia.

Con mi tia en el pueblo

Para empezar diré que esta historia es totalmente real, y por supuesto me ocurrió a mi personalmente.

Bien, mi nombre es David, la historia nos lleva a una semana en mi pueblo, donde nos juntamos parte de la familia. Por aquel entonces yo tenía 16 años, recién cumplidos ese mismo año unos meses antes.

Sandra , mi tía era una chica simpática, que mediría cerca de 1,70 m, cabellos lacios y castaños, ojos azul cielo, piel bronceada. De su cuerpo puedo decirles que era aun habiendo tenido un hijo estaba muy buena para sus casi 38 años, tenia una 95 de pecho, nada caído, un culito respingon muy apetecible, vientre plano y un cuerpo que muchas veinteañeras desearían, pues nada mas tener el hijo se apunto al gimnasio para no perder su belleza corporal..

Yo, era un chico de 16 años cumplidos de 1.66 m (aun no había dado el estirón que me faltaba) y fuerte porque me había apuntado al gimnasio 1 año atrás y había empezado a fortalecer mis músculos y a realizar ejercicios de todo tipo. Y por supuesto con 16 años mis hormonas estaban totalmente alteradas.

Allí en el pueblo, ese día justo no salí con mis amigos, simplemente me quede en casa y jugando en la terraza con mis primos pequeños a guerra de agua, yo les ayudaba llenando cubos de agua y las pistolas, pues para ellos era demasiado difícil. Tras casi una hora jugando terminemos un tanto cansados y mojados, y mis primos se tenían que duchar, y de ello se encargaría mi tía, Sandra, por supuesto yo también tenia que ducharme, y entre en la ducha para esperar, dentro estaba mi tía con un camisón para ir por casa y mis primos duchándose divirtiéndose a las mil maravillas.

Yo me senté encima del water a esperar, yo no llevaba la camiseta puesta y solamente llevaba un bañador, pues estaba preparado para ducharme.

Por fin terminaron de ducharse mis primos y me dispuse a desnudarme y entrar a la ducha, pero todavía estaba allí mi tía, y claro tenía un poco de vergüenza, aun siendo mi tía .De repente y sorprendiéndome mi tía dijo:

- Venga quítate la ropa que ahora me toca ducharte a ti.

Yo quede totalmente pasmado, y mi cara enrojeció de una manera escandalosa, me hice el remolón. A lo que mi tía contesto:

- ¡Va hombre no tengas vergüenza si no será la primera vez que te he visto desnudo!

- ¡Si claro pero de eso hace muchos años!

- Los dos reímos a dúo soltando unas pequeñas carcajadas.

A lo que seguidamente mi tía repitió:

- Venga yo te ducho como he hecho con tus primos y así veo como has crecido con los años.

Un pequeño silencio inundo ese cuarto de baño y yo di el paso, empecé a quitarme la ropa y me metí a la ducha, mi tía cerro con pestillo la puerta del baño y vino hacia mi, cogio la esponja y empezó a frotarme el cuerpo, solo de ese contacto y del morbo de la situación comencé a tener una erección descomunal que sacaban mis 17 centímetros de esplendor a la vista de mi tía.

Mi tía seguía frotando mi cuerpo y poco a poco bajo hasta mi polla y comenzó a frotarla suavemente, dejo la esponja a un lado ahora hacia lo mismo pero sin esponja, acariciaba mi polla suavemente y luego empezó a masturbarme subiendo y bajando cada vez a una velocidad superior, yo no daba crédito a lo que estaba ocurriendo, hasta que note que me iba a correr, ella se dio cuenta y apretó la base de mi polla cortando la eyaculacion, y me dijo:

Todavía no, cariño.

Y comenzó a quitarse el camisón que llevaba puesto, se lo quito y seguidamente se agacho a coger sus zapatillas y camisón del suelo yo ponerlas a un lado ordenadamente. Al agacharse puso su culo en pompa apuntando a mi polla en ereccion, yo al ver eso no me pude resistir y frote mi glande contra sus labios exteriores, ella pego un espasmo y me dijo:

Ay cariño que gusto me ha dado eso.

Entonces sin dudarlo lo repetí y, daba un gusto tremendo.

Se levanto, se giro y me dio un beso en la boca que yo respondí encantado, nuestras lenguas se juntaron y yo baje la mano hasta su coño, todo afeitado sin un solo pelo, el cual se admiraba toda su belleza y empecé a meterle dos dedos, parecía que se moría de gusto saque los dos dedos y deje de besarla, me quede mirándola fijamente y me lleve esos dos dedos relucientes por sus flujos a la boca, quedo sorprendida, y por supuesto ya la tenia toda en mis manos, era su dueño, su amo, lo confirme cuando de su boca salieron las palabras que tanto esperaba:

¡Vamos follame David!

La levante un poco cogiendola con mis brazos (como he dicho antes estaba bastante fuerte) y dirigí mi polla a su coño y empecé a penetrarla nuestros gemidos empezaron a oírse y le dije que bajase un poco el tono que nos podrían escuchar, pero ella seguía con sus gemidos, parecía que gozaba brutalmente, tanto como yo lo hacia, pues era la primera ver que lo hacia "a pelo", ya que sabia que ella tomaba la píldora.

- AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!

- SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!

- UFF QUE GUSTOOOOOO AAAAAHHH CARIÑOO FOLLAME BIEN FOLLAME!

- AAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!

- SIGUEE SIGUEEE DAME MÁS FUERTEEEE!!!

- SIGUEEE QUE ME CORROOOOOOOOOOOO!!!

Note como se corría brutalmente mientras yo seguía bombeando yo sabia que no duraría mucho me estaban volviendo loco sentir como se corría mientras me la seguía follando, y no me equivocaba unos dos minutos después me corría desfasadamente dentro de su coño golpeando 6 o 7 chorros fuertemente contra su útero. Saque mi polla de dentro de su coño, me senté en el water de nuevo y ella se arrodillo ante mi polla y empezó a chuparla limpiando los restos de coño que había dejado mi corrida, pero lo hacia tan bien que no hice nada para que parase y la deje que siguiera siguió y siguió mientras yo le tocaba los pezones de esas maravillosas tetas que tenia, y nuevamente sentí como me corría otra vez, esta vez no fueron tantos chorros los que golpearon contra su garganta, pero se podía apreciar como se le salía de la boca parte del semen que yo había descargado en su boca.

Me quede sentado tirado muerto de gusto ella se levanto se puso el camisón y las zapatillas de nuevo, se enjuago la boca y vino y me dio un beso en la boca y me susurro al oído:

- Te espero esta noche en mi cama, tu tío se ha ido a arreglar unos asuntos de trabajo y no volverá hasta mañana por la tarde.

Salio del cuarto de baño y yo me destine a ducharme. Por la noche fui a su cama y repetimos lo de aquella tarde, durante lo que quedaba de esa semana nos las apañamos varias veces para repetir, parece que le gustó, a mi por supuesto que sí.

David.

Viendo una película con mi hermana

Viendo una película con mí hermana.

¡Buenas! Me llamo Pedro Diarte (es el nombre que voy a dar para estos relatos, evidentemente el mío es otro) resido en una población muy cercana a Valencia (España) les he estado leyendo durante mucho tiempo, pero ésta es la primera vez que me he decidido a escribir un relato, espero a partir de ahora escribir dos o tres relatos a la semana. Algunos de ellos serán reales otros serán imaginarios o fantasías eróticas en ningún caso pienso decir en cada relato si es real o imaginario eso ya es cuestión de cada uno.

Bueno voy a empezar describiéndome tengo 22 años, mido 180 centímetros, peso 70 kilos, soy castaño, ojos marrones, la tengo normalita, de uno 17 centímetros, no soy ni muy guapo ni muy feo, soy normalito (para que nos vamos a engañar).

La historia que les voy a contar esta vez es la primera vez que tuve sexo con mi hermana. Ella tiene 3 años más que yo, se llama Sandra. Es morena, pelo largo rizado, con una mirada muy bonita, delgada, pechos grandes y un culo bien formado.

La verdad que entre ella y yo había una buena relación, la típica relación entre hermanos, nada más nunca había habido sexo ni nada.

Llegó un fin de semana en que nuestros padres se fueron de viaje, ese sábado no tenía idea de salir y mi hermana tampoco…Nos pusimos a ver la televisión pusimos una película, la actriz se parecía un poco a mi hermana. A mitad de la película, había imágenes de sexo, la actriz mostraba sus pechos y miré a mi hermana y me la imaginé a ella desnuda y me empalmé, sólo de pensarlo, al estar los dos en pijama, ella creó que me miró y se dio cuenta, pero no nos dijimos nada. Al acabar la película empezamos a hacer zapping y en un canal había una película porno una chica con cinco chicos. Tenía una polla en el coño, otra en el culo, una en la boca y una en cada mano. Lo dejé un poco y entre yo y mi hermano se produjo este breve intercambio de declaraciones:

-Teta, ¿te vas a ir pronto a dormir?

-¿Qué quieres que me vaya para pajearte?

-Exacto...

-Por mi puedes pajearte igualmente.

Eso hice, me la saqué y empecé a pajearme, mi hermana se quedó mirando, empezamos a hablar de sexo, empezó ella a romper el hielo:

-¿a cuantas chicas te has follado?

-Sólo a dos, a mis dos últimas novias. ¿Y tú?

-A unos cuantos.

-¿La tengo más grande que tus otros ligues o que?

-Más o menos igual.

-Podrías hacerme tú la paja…

-No de eso nada, soy tu hermana.

-Va porfa y mañana limpió yo toda la casa y no les digo a los padres que te has traído esta mañana a tu exnovio…

-Bueno vale…

Entonces fue cuando se me acercó, me pasó una mano por la cara, por el pecho, me dio un besito de hermana en la mejilla, y me puso su mano en mi polla, empezó a mover la mano de arriba abajo, mientras me daba besitos en la mejilla. Entonces posé mi mano en su culito, que a gusto estaba. Nuestras bocas se juntaron y nuestras lenguas empezaron a entremezclarse. Que rica sabía que bien lo hacía, cuanto estaba disfrutando…

Seguíamos morreándonos mientras me pajeaba, le pedí que me la chupara, y eso hizo, se arrodilló y se puso a chupármela. Lo hacía muy suavemente la chupaba de categoría, se notaba que ha comido muchas pollas en su vida… Pasaba la lengua por toda la polla de arriba abajo y se la metía en la boca se la metía entera y subía y bajaba la boca como si fuera un coño y estuviera follándome la polla. Mientras tanto con la otra mano me acariciaba los testículos, me puse a disfrutar. Del contacto de su boca sobre mi piel. No tardé mucho en correrme, se lo tragó todo, me dejó que me corriera en la boca. Ahí fue cuando ella se levantó y me dijo:

-Ya has tenido tu corrida hoy, me voy a dormir…

Y se fue. Eso fue todo por esa noche al día siguiente, nada más levantarme me entraron ganas de ir a mear y fui al baño, entré y me puse a mear, no me di cuenta que mi hermana estaba duchándose, estaba la cortina corrida, y en ese momento estaba con el agua parada.

A la que empecé a mear, ella se dio cuenta, se salió de la ducha, está detrás mía, sin que me diera cuenta y por detrás mía paso la mano y se puso a sujetármela mientras meaba, al girarme la vi desnuda, por primera vez en mi vida, mojadita, preciosa, apoyando sus tetas en mi espalda.

Me puse cachondo y me empalmé, cuando termine de mear giré todo el cuerpo la abracé y nos dimos un beso en los labios, juntabamos nuestras lenguas y empezamos a recorrer nuestros cuerpos con las manos. Nuestros labios unidos, nuestras lenguas jugueteaban, nuestros pechos apoyados el uno sobre el otro, mi pene apoyado sobre su coño… mis manos sobre su espalda, sus manos en mi culo.

En esas estábamos cuando empecé a bajar, a besarle la mejilla, la barbilla, el cuello, los hombros, hasta que llegué a sus pechos… Mordisqueaba sus pezones, pasaba mi lengua por todo su pecho, primero una teta luego la otra, le daba besos por toda su extensión. Seguí bajando besando su tripa, por todas partes, pasando mi lengua, acariciándola toda con mi lengua y con mis manos, me entretuve en su ombligo, y ahí fue cuando me pidió que me sentará en el water, y le hice caso, ella se arrodilló en tierra y empezó a chupármela. Qué placer, que maravilla… Qué bien lo hacía. Sus manos acariciaban mis testículos, ella se metía toda mi polla en su boca, pasaba la lengua por toda ella, subía y bajaba como si su boca fuera un coño que me estuviera follando. Hasta que me corrí, todo mi semen en su boca, que se lo trato. Entonces me volvió a besar en la boca, la hice tumbarse en tierra, y empecé a besarle los pies, a meterme cada dedo de su pie en mi boca, mientras le besaba, le estaba besando cada centímetro de su cuerpo, sus tobillos, sus pantorrillas, sus rodillas, sus muslos, hasta llegar al coño, donde empecé a pasarle la lengua por el coño, a besárselo, mordisqueándoselo, saboreándolo. Entonces le metí un dedo, lo metía y lo sacaba como si fuera mi polla, mientras tanto mi lengua seguía posada y moviéndose sobre su coño, mi otra mano también le acariciaba la zona. Sus movimientos demostraban que el placer que le estaba dando era muy grande, sus sonidos también, estaba disfrutando, de mis dedos, de mi lengua, notando mi respiración tan cerca de esa zona tan delicada. En esas estábamos cuando tuvo un gran orgasmo. Cuando ya estaba cerca del orgasmo su mano se había posado en mi pene, moviéndolo y así había conseguido revitalizarlo. Me había empalmado de nuevo. Estaba bien duro, entonces fue cuando me tumbé encima de ella y puse la punta de mi polla en su coño y me quedé parado, en ese momento recapitulé y cuando fui a sacarla para ir a por un condón, ella me dijo que se tomaba pastillas para no quedarse embarazada, ahí fue cuando la penetré hasta el fondo, que placer más maravilloso. Que gusto... Entraba y metía, sus manos en mi culo ayudaban al movimiento, nuestras bocas no paraban de besarse, nuestras lenguas de buscarse la una a la otra. Estábamos disfrutando mucho. Hasta que nos corrimos, nos vinimos a la vez.

Mamá cambio mucho

Desde que mi padre se fue con su secretaria de 25 años mi madre en principio se sintió muy mal, por el engaño y no poder soportar la nueva situación de mujer separada, fuera de su status habitual. Por el trabajo de mi padre en casa era rara la semana en la que no había algún sarao. De eso se encargaba mi madre. La verdad es que le encanta organizar fiestas. Por eso digo que desde que un día, de buenas a primeras mi padre le dijo que se iba de casa mi madre vamos a decir que se deprimió no por perder a su marido, sino su modo de vida, ya que estaría casi sin contenido, ya que aparte de con algunas amigas…ahora fiestas, pocas.

Para empezar de forma más correcta voy a describir a mi familia. Mi padre, que se ha ido, llamado Carlos, tiene 42 años, juega al paddel y mantiene buena forma. Es lo que muchas mujeres llaman un madurito muy interesante. Otra persona es mi madre, Beatriz (la llaman Bea), un año menor, o sea, 41. Es, al igual que mi padre un poco más alta que la media, como 1,77, rubia de bote como casi todas sus amigas y podemos decir que es una mujer de bandera, a ver, alta, rubia, buenas piernas, culo respingón y un buen par de tetas, que llaman la atención incluso con lo alta que es, más incluso porque marca mucho sus pezones. Por mi parte me llamo Luís, tengo 17 años y estoy en el último curso antes de entrar en la Universidad. Soy un poco más alto que mi padre, pero al menos todavía, con bastante menos cuerpo. Vivimos en Madrid, en una urbanización de viviendas unifamiliares.

Esto de la separación ocurrió un poco después de las últimas Navidades. Mi madre apenas salía de casa, solo quedaba con Lorena y Ana, sus dos mejores amigas, a tomar café, a comer o a salir un rato, pero ni punto de comparación con lo que sucedía antes en casa.

En casa, sobre todo por ideales de mi padre la postura habitual era conservadora (ahora me gustaría decirle un par de cosas al respecto), así que no éramos de esas familias que se ven todos desnudos y eso, para nada, en pijama todo lo más, y en la playa mi madre con bikinis normales, nada de tangas ni nada por el estilo.

Las cosas no iban bien ya que mi madre era el centro de atención en las fiestas, porque la mayoría las organizaba ella, pero ahora, no. Iba a pocas y siempre como invitada sin más. A mi me tocó ir a alguna, porque mamá no quería ir sola. A mi me gustaba estar un rato, ya que podía beber algo (una cerveza o un cubata), pero pasado un rato me aburría. La mayoría era gente mayor que se reunía a beber, fumar y cotillear. Por supuesto mamá era de esas. No había nada mejor que juntarse con sus amigas y poner a alguien a caldo mientras se tomaban gin-tonic tras gin-tonic y fumaban. Mamá quería ser el centro de atención allá donde estuviese, y cuando hablaba se la oía muy bien.

Fueron pasando los meses y se acercaba el verano. Mis padres solían ir de viaje a algún sitio de playa mientras a mi me mandaban a Inglaterra a estudiar inglés durante casi todo el verano. Ese año no sabía que podría pasar. En principio pensaba que mamá no querría hacer nada, pero a falta de poco más de un mes para llegar a julio me dijo que ese año nos íbamos a la playa (que a ella le encanta). Ese año no me tocaba ir de viaje de estudios como siempre. Eso era una buena noticia, al fin podría ver mujeres en topless o con bikini, al menos eso esperaba.

Cuando fuimos a salir preparamos las maletas y entonces mi madre me dijo que nos íbamos a Ibiza. Me sorprendió que eligiese esa isla tan liberal. Así que al día siguiente cogimos un taxi hasta el aeropuerto y tras facturar nos fuimos a la zona de embarque. Tras un vuelo de una hora muy bueno llegamos a Ibiza. Se notaba el ambiente nada más llegar al aeropuerto. Mucha gente joven con ganas de marcha y otras con ganas de sol. Cogimos un taxi que nos llevó hasta el apartamento tras una odisea para salir del aeropuerto. No quedaba muy lejos (la isla es pequeña) nos dieron el apartamento. El problema fue que al hacer la reserva con relativamente poco tiempo nos dieron uno con un solo dormitorio, pero con un sofá-cama. Además tenía una terraza-solarium a la que se accedía por una escalera de caracol. Tenía un par de hamacas y una manguera para refrescarte.

Yo pensaba quedarme en el sofá, pero mi madre me dijo que la cama era una king-size, por lo que cabríamos los dos sin problemas, así que deshicimos las maletas y nos fuimos a dar una vuelta. El ambiente era impresionante. Muchísima gente y de lo más variado. La playa no quedaba lejos y nos sentamos a tomar algo. Luego fuimos a comprar cosas para el apartamento y cenamos algo ligero en casa. Para cambiarnos, por la falta de costumbre mi madre lo hizo en el baño mientras yo me puse el pijama en la habitación.

Por la mañana tras desayunar nos fuimos a la playa. A pesar de ser temprano ya había bastante gente. Cogimos unas hamacas y nos tumbamos al sol. Yo miraba de reojo, ya que el 95% de las mujeres iban si al menos una pieza del bikini (y bastantes sin las dos). Mamá por su parte lo más atrevido era soltarse la tira posterior del bikini cuando estaba boca abajo. Estuvimos unas horas y cuando nos volvíamos al apartamento a comer mi madre me dijo que fuera preparando las cosas que tenía que comprar algo. Fui al apartamento, puse la mesa, preparé una ensalada y puse unos filetes al fuego. Cuando estaba terminado de prepararlo llegó mi madre, dejó unas bolsas en el dormitorio y nos pusimos a comer, con una cervecita bien fresca. Tras una siesta de una horita (yo en el sofá y mamá en la cama) me puse a ver algo en la tele.

- Luis, me voy a tomar un rato el sol en la terraza- dijo mamá

- Vale, mami, subo en un rato.

- Cuando subas trae algo fresco para beber- respondió mi madre.

- Ok.

Cuando me aburrí de ver la tele fui a la cocina, cogí un par de cervezas y subí por la escalera de caracol hasta la terraza.

- Ya estoy a…quí- dije al ver a mi madre tomando el sol en topless, con unas tetas más grandes de lo que me imaginaba, muy blancas y con gran cantidad de protector solar, a la vez que tuve una erección que traté de disimular.

- ¿Qué pasa, Luis? ¿No has visto nunca a una mujer en topless, o qué?- preguntó mamá.

- A una mujer si, pero a ti, no- respondí.

- ¿Qué pasa, que yo no soy una mujer?

- Si, claro que si, pero eres mi madre- insistí.

- Pues ya ves. Tu madre también tiene dos tetas como todas.

- Como todas no- le contesté

- ¿Qué quieres decir?

- Pues…que las tuyas son más grandes que las de la mayoría.

- Ya lo se, pero eso es mi naturaleza. Igual que mi madre y mis hermanas, con pecho grande y pezones gordos y grandes. Además ahora no tengo la represión de tu padre. Espero que no te parezca mal, pero no creo que tenga que pedirte permiso a ti.

- Por supuesto que no. Habrás visto que en la playa la mayoría de las mujeres iban como tú ahora, solo me ha sorprendido- respondí

- Me di cuenta. Por eso fui a comprarme un bikini nuevo, ya que además de ir en topless, vamos a decir que van a al moda.

- También me di cuenta que tus bikinis eran un poco pasados de moda.

Esa noche salimos a cenar y a tomar algo, pero en plan tranquilo. Volvimos pronto al apartamento para aprovechar el día siguiente en la playa.

Nos levantamos y tras desayunar nos dirigimos al mismo sitio que el día anterior. La diferencia fue que al quitarse el pareo y la camiseta, mi madre apareció en topless y con un bikini tipo tanga muy de la temporada. Tuve otra erección inmediata. Al rato fuimos al agua. Mi madre movía sus tetas de lado a lado al caminar, eran increíbles. Debo reconocer que a pesar de estar como un tren nunca había visto a mi madre como icono sexual. Nos comimos un sándwich en la playa para seguir un rato más. Fuimos a dar un paseo. Llegamos a una zona donde todo el mundo estaba desnudo. En ese momento mamá se metió en el agua.

- Mira, Luis- me dijo mientras me enseñaba las braguitas del bikini en una zona en la que el agua le llegaba al ombligo- entra, el agua está buenísima.

- Voy- No me quedaba más remedio que entrar, ya que con solo imaginarme a mamá desnuda, mi polla se puso a mil.

- Vamos, hijo, atrévete, quítate el bañador y siéntete libre, uuuh- dijo mamá mientras daba unos saltitos por lo que podía verle los pelillos del coño- no seas cobarde

No tuve más remedio que tirar del bañador hacia abajo y despojarme del mismo.

- ¡Bravo!- aplaudió mi madre.

- Venga, mami, que me da un poco de corte- le respondí.

- Nada de corte, hijo…libertad. Además si mis tetas son grandes, por lo que puedo ver, tu…herramienta tampoco se queda atrás.

Estuvimos nadando un rato, hasta que mi madre se cansó y fuimos hacia la orilla. Antes de llegar, me quitó el bañador y salió corriendo.

- Venga, mami, dame el bañador- le supliqué

- Tómalo, aquí está- respondió

- No estoy jugando…

- Ay, hijo, que soso eres

- ¿Soso, yo?- pregunté

- Siii- respondió mi madre

A grandes zancadas me dirigí a mi madre.

- ¿Ves como no soy un soso?

- Bueno, bueno…ja,ja- se reía mi madre mientras me ponía el bañador y ella la braguita

Volvimos a las hamacas y tras un par de horas volvimos al apartamento. Como quedaba sol subimos a la terraza.

- ¿No quieres aprovechar para ponerte moreno, hijo?- preguntó mami mientras se denudaba en la hamaca de la terraza

- Bueno, esto, supongo que si.- respondí mientras me quité el bañador y me puse boca abajo, mirando hacia el lado contrario al de mi madre para evitar malos pensamientos. Cuando menos me lo esperaba me sobresalté al recibir un chorro de agua de la manguera.- Serás…

- Ja, ja..¿Seré qué?

- Nada…-me mordí la lengua.

- ¿Serás zorra? Es lo que pensabas, ¿No?- preguntó mi madre divertida.

- Bueno, es que estaba medio dormido…

- Ja,ja,ja…no pasa nada, hijo, es que al verte así medio dormido como dices…no me pude resistir…

- Pero ya sabes…

- ¿Ya se que?

- Que donde las dan, las toman- le dije mientras cogí la manguera y le duché entera.

- Serás…- fue lo que dijo a hora mi madre.

- ¿Seré qué?- me tocaba a mí.

- Serás…hijo de puta- rió mi madre divertida otra vez. Estuvimos un rato jugando a mojarnos mutuamente.- Oye Luís, esta noche podríamos ir a una disco de las de aquí. A ver si es verdad la fama que tienen.

- Por mi genial.

Cenamos en el apartamento y salimos a dar una vuelta, tomamos algo en una terraza y nos fuimos a Amne..a, una de las discos más conocidas de Ibiza. Pagamos la entrada y no me pidieron nada, quizá por ir de la mano de mi madre. Fuimos a la barra a pedir la consumición que te daban con el ticket de entrada (bastante caro, por cierto).yo pedí un ron con cola y mi mami uno de sus gin-tonics. Nos pusimos a ver la pista, con la gente bailando y las y los gogós. Era increíble. Nos tomamos un par de copas más y mi madre dijo que fuéramos a la pista a bailar. Estuvimos un rato bailando y luego paramos a tomar algo. Volvimos a la pista y empezó la fiesta de la espuma. La gente se volvía como loca, se frotaba la espuma por el cuerpo, mucha gente se quitaba la parte de arriba de la ropa, incluso chicas. Era una autentica locura. La gente aprovechaba para tocar lo que podía. En esto me doy cuenta que mi madre se había quitado la camiseta y se estaba desabrochando el sujetador. No me lo podía creer, unas copas y un poco de espuma volvía loca a la gente. Vi como un tío le tocaba las tetas a mi madre. A ella no pareció molestarle lo más mínimo, pero a mi, he de reconocer que si, un poco. Fui hacia donde estaba ella. Estaba saltando, loca de alegría. Al verme me quitó la camisa

- Guau, ¿que pasada, eh, Luís?- preguntó mi madre.

- Si, es una locura.- respondí, mientras seguíamos saltando como locos. Pude ver como otro par de chicos le tocaban las tetas a mamá sin que ella siquiera hiciera el mínimo gesto de desaprobación. Me fui a dar una vuelta e hice lo mismo, tocar cacho. Parece que a nadie le molestaba. Volví cerca de mi madre y disimuladamente le toqué una teta…como si nada, estaba en su salsa. Al verme luego me sonrió y se acercó, se puso delante y apoyando su culo contra mi paquete empezó a bailar, subiendo y bajando. Estaba fuera de si. Al subir me agarraba con las manos hacia atrás, apretando bien mi culo. Por mi parte también estaba un poco desinhibido y una de las veces que subió le agarré las tetas. Pensé que quizá se enfadaría, pero lejos de eso giró la cabeza hacia mí, sonrió y me dio un beso en los labios. Eso me envalentonó y la seguí en su baile, subiendo y bajando con ella y agarrándole las tetas de una forma más continua.

Estuvimos un buen rato más hasta que nos fuimos, pero mi madre tenía unas ganas de marcha locas. Se notaba que hacía tiempo que no iba de fiesta. Al llegar al apartamento se quitó los zapatos, puso música disco en la radio y fue a preparar unas bebidas…

- ¡Uuuuu…fiesta!- dijo mientras me entregaba un cubata

- ¡Fiesta!- le respondí, mientras ella empezaba a bailar

- Vamos, quítate los zapatos y vamos a bailar. ¡Me gusta Ibizaaaaa!- gritaba un poco fuera de si. Me quité los zapatos y la acompañé en su frenético baile. Encendió un pitillo a la vez que bailaba.

- ¡Siiii, uuuuuuh!- en ese momento en la radio pusieron la canción que estábamos bailando de forma tan sensual en la disco.

- Guai, como en la disco…ven vamos a bailar como allí- dijo mientras se quitaba la camiseta todavía mojada por la espuma (el sujetador no se lo había puesto). Me quité la camiseta y fui con ella, empezando a bailar como antes, es decir, apretando su culo contra mi paquete. Enseguida le cogí las tetas. Mamá me sonrió y como anteriormente me dio un beso en los labios, con la salvedad que este fue un poco más largo…y le siguió otro con lengua, bastante más largo. Apagó el cigarrillo en el cenicero de la mesa y se giró completamente, rodeándome el cuello con sus brazos. Seguíamos bailando, pero en vez de frotarme con su culo ahora lo hacia con su chocho y nos estábamos besando. Poco a poco se fue quitando los vaqueros hasta quedarse en bragas y luego desabrochar mis botones para quitarme los míos. Tenía la polla a mil- veo que la cosa esta bien.

- Si…claro- respondí

- ¿Claro por que?- preguntó mamá

- Hombre con semejante estímulo

- Gracias, por lo que me toca.

- Te toca todo.

- Pues toca…todo- dijo mamá mientras me volvía a besar. Cogiéndole la palabra empecé a tocarle las tetas y pellizcarle los pezones- así mi amor, así, que bueno

- Tienes unas tetas de locura- conseguí decirle a mamá entre gemidos.

- Tu no te quedas atrás, vamos a ver…-me bajó los calzoncillos dejando mi polla totalmente empalmada delante de ella. Se la metió en la boca casi de inmediato- ¡Hijo! Casi no me cabe- me dijo, pero era incapaz de hablar. Mi madre siguió chupándome la polla como una posesa. Cuando estaba a punto así se lo hice saber.

- Mamá, me voy…ya estoy- ella lejos de apartarse recibió la primera descarga en su boca y luego apuntó mi polla hacia sus tetas, llenándolas completamente con mi corrida. Después de relamerse mi madre me dio otro beso.

- Bueno, Luís, te habrás quedado a gusto…que barbaridad de leche- dijo mami riéndose.

- Pues todavía hay más- le respondí.

- Eso espero…porque yo…estoy a dos velas.- Esto lo decía al tiempo que señalaba su coño. Capté la indirecta y tras sentarla en el sofá le quité las bragas, le abrí las piernas y clavé mi lengua en su coño súper mojado- Oh, que bueno, hijo, que bien lo haces, sigue así, mi amor, sigue comiéndole el coñito a mami…que rico, diossss, que rico.

- Ummm, que bueno está- era todo lo que podía decir. Cuando mi polla recuperó su esplendor me puse en pie y ayudé a levantarse a mi madre, nos besamos un poco y la cogí, de forma que ella rodeaba mi cuerpo con sus piernas, dejando vía libre para que mi polla penetrase en su coño, como fue sucediendo.

- Despacio mi amor, que es muy grande…así, para un poco, déjame acostumbrarme…que bueno, que bueno…ahora, sigue un poco, así, mi amor, así, un poco más, ahora, más, hasta el fondo, siiii, así, así-decía mi madre con los ojos cerrados mientras sus tetas se movían como con vida propia- me voy mi amor, me voy, me corroooo!- mi madre se puso rígida mientras yo seguía follándomela, ya que a mi me quedaba un poco.

- Ahora, mamá, estoy a punto- le dije cuando estaba a punto de irme, para ver que hacía.

- Y yo otra vez…córrete conmigo, hijo, córrete…lléname el coño, cariño…siiii

- Siiii, me voy.

Nos estuvimos besando un rato, con mi polla chorreando todavía dentro del coño de mamá, hasta que nos fuimos a la ducha y luego a dormir.

Por la mañana no sabía si había sido un sueño o que…hasta que mamá dijo…

- Buenos días cariño. ¿Qué quieres hacer hoy?- a la vez que me daba un beso en los labios y seguía totalmente desnuda.

- Buenos días…ummm, quiero hacer muchas cosas- le respondí.

- ¿Lo primero?

- Déjame pensar… comerte el coño- le dije

- Ja,ja,ja. ¿Y después?

- Pues…echarte un polvo.

- Me encanta el planning del día. ¿Piensas ir a la playa?

- Hombre, claro. Habrá que descansar algo, ¿no?

- Si, pero vamos a la de ayer. Me ha gustado eso de no llevar ropa.

- Ya me he dado cuenta. Estas irreconocible…pareces no se…

- Una zorra…una puta…me encanta

Sueños mojados

Cuando los sueños pasan a formar parte de la realidad, todos los parámetros mentales sufren un sacudón y debemos reordenar nuestra forma de pensar para sobrellevar con éxito el reajuste.

Leyendo las historias que los lectores suben a Internet, he decidido compartir algunas de mis experiencias que espero les agrade.

Todo comenzó por exceso de trabajo. Dada mi forma de ser algo obsesiva con todo lo que emprendo, siempre termino súper estresado, sobre todo en lo que tiene que ver con lo laboral y por ello el médico me indicó medicamentos para descansar bien a la noche.

Coincidiendo con el inicio del tratamiento llegó a nuestra casa una sobrina de diez y siete años que vive en una ciudad del interior del país y debía rendir unos exámenes en la Universidad, pues solamente en la capital se impartía la carrera que tenía pensado estudiar.

Nuestra casa tiene espacio suficiente ya que nuestras dos hijas formaron sus propios hogares y hace un tiempo vivimos solo mi mujer y yo en un apartamento para cuatro. Nosotros tenemos cincuenta años y aun mantenemos una vida sexual muy activa, aunque para mi gusto algo tradicional, ya que a mi esposa no le agrada "hacer cosas raras", como dice ella.

El tema es que con la llegada de Luana nuestra rutina se vio algo alterada, ella es un vendaval de alegría y conversa constantemente de todos los temas que se le vienen a la mente. En su casa la rutina diaria incluía ir al dormitorio de sus padres con su hermano antes de acostarse a la noche y conversar con ellos de la jornada o de los temas mas variados.

Ella comenzó a venir a nuestro dormitorio luego que nos acostábamos, se sentaba en la cama del lado de su tía y comentaba su día o pedía consejos sobre determinados temas que la preocupaban. Yo intervenía al inicio, pero pronto hacía efecto el medicamento que había tomado antes de acostarme y quedaba profundamente dormido hasta el otro día en que me despertaba completamente despejado.

Lo extraño de la historia es que comencé a tener sueños eróticos de una vivencia asombrosa, cosa no muy habitual en mí, por lo tanto se lo adjudiqué al medicamento para dormir.

Los sueños comenzaban siempre de la misma manera, estábamos en la cama, llegaba nuestra sobrina, comenzábamos a conversar y me quedaba profundamente dormido, pero podía oír la charla de mi mujer y mi sobrina. Luana le pedía consejos a mi mujer sobre temas sexuales ya que aun era virgen y había conocido a un chico que le gustaba mucho, con el que cabía la posibilidad de tener su primer relación sexual. El muchacho tenía diez y ocho años y según Luana era hermoso, física y espiritualmente, habían congeniado muy bien y compartían mucho tiempo contándose sus vidas. El tampoco había tenido relaciones sexuales hasta ahora y también quería que ella fuera la primera.

Mi esposa le decía a nuestra sobrina que no era necesario tener relaciones pre matrimoniales, que si hay amor se puede soportar hasta el matrimonio y que si los dos eran vírgenes sería maravilloso que juntos descubrieran el sexo, que ella había llegado virgen al matrimonio y que no se arrepentía ni un minuto. Entre sueños yo pensaba que era cierto, que cuanto trabajo me había costado vencer su temor al sexo y derribar una serie de tabúes que traía de su infancia.

Mi sobrina le decía que entendía su punto de vista, pero que los tiempos habían cambiado y no llegar virgen al matrimonio no era algo que la sociedad actual condenase sobre manera, que se podría en todo caso conservar la virginidad vaginal y disfrutar de otras formas.

Mi mujer, algo tradicional como ya dije, rebatía su punto de vista diciendo que si comenzaba con este joven no era garantía que el sería con quien se casaría, y mi sobrina confirmaba ese punto de vista, pero le decía que Ignacio era tan divino y estaba tan bueno, que su deseo por él era ya enfermizo, pero que algo de miedo sentía pues en los momentos en que habían estado besándose y acariciándose, se había dado cuenta que el pene de él era inmenso y le aterraba la idea de que le hiciera daño.

¿Comparado con qué afirmas lo del tamaño, viste algún pene antes?, le pregunta mi mujer

Nunca, pero te juro que era algo inmenso, largo y grueso

¿Pero en centímetros, cuánto calculas?

Y no sé, diez, quince tal vez

Ese no es un gran tamaño, es un tamaño normal, tu tío tiene un pene de 17 cms. y me ha dado muchas satisfacciones

¿17 cms, podíamos mirarlo?, está tan dormido que ni se enteraría

¿Estás loca nena?, pero pensando bien no es una mala idea, él no se entera y tu aprendes algo y todo queda entre nosotras dos

En el sueño estoy acostado boca arriba con las piernas algo separadas, ellas me destapan completamente, aparezco completamente desnudo, con toda mi zona genital depilada, el pene y las bolas colgando sobre el periné.

¡Oh!, exclama Luana al ver en vivo su primer pene, ¡pero está chiquito tía!

Eso se debe a que no está excitado, pero a lo mejor si lo tocamos un poco se despierta y podrás ver su real tamaño

¿Puedo tocarlo?, pregunta, ya decidida a que el aprendizaje sea completo

Dale dice mi mujer, total nadie se enterará y el secreto será nuestro

Luana comienza tocando con la punta de los dedos, se asombra por lo caliente que está, va tomando coraje, lo sostiene con la mano, le encanta su tersura, pero piensa que el de Ignacio es muchísimo mas grande.

Mi mujer que la observa, ve como la sobrina va juntando valor y comienza a acariciar también las bolas, siente una descarga erótica y nota como su vagina comienza a segregar líquidos, en un rapto de locura sexual le propone a la sobrina disfrutar juntas del esposo y tío dormido.

¿Cómo hacemos eso?, pregunta la joven

Para empezar nos quitamos los camisones y la ropa interior para estar todos en las mismas condiciones

Con cierta timidez ambas mujeres de ayudan a quitarse la ropa y se observan los cuerpos, la joven comenta lo hermosa que está aun la tía y ésta a su vez admira la juventud del cuerpo de la sobrina. Casi sin darse cuenta comienzan a tocar las partes que van señalando una de otra y la excitación crece en ambas de tal modo que pronto se acarician abiertamente y se olvidan del hombre que yace dormido y completamente desnudo a su lado.

La mujer mayor emplea todos los trucos aprendidos a lo largo de su vida con su esposo y la joven usa su instinto, que se despierta y crece a pasos agigantados

Comienzan a besarse, a acariciarse, se chupan los erectos pezones, se acarician íntimamente buscando el ardiente clítoris que sienten estallar cuando ambas lenguas los descubren.

Mientras, el hombre sueña lo que está realmente ocurriendo, y su sueño es tan real que su pene se erecta totalmente, llegando a su máxima dimensión y segregando líquidos pre seminales en cantidades, oye como las mujeres gimen a su lado y se da cuenta que están llegando al orgasmo, siente el calor de los cuerpos que yacen a su lado y siente también las vibraciones que transmiten, oye un último grito gutural y con eco al llegar tía y sobrina al orgasmo en forma conjunta.

Ambas mujeres retornan a la realidad y con algo de pudor se miran cómplices, esperando ver en el rostro de la otra que tipo de reacción tendrán luego de ese maravilloso momento. Ambas sonríen, se abrazan gozosas, felices al descubrir que lo que disfrutaron es solo el comienzo, que las posibilidades son inmensas. La mujer mayor piensa que ese cuerpo joven e inocente que está disfrutando es como una inyección de energía erótica para su rutinaria vida sexual. La más joven mira asombrada a su tía, pensando como engañan las apariencias, que su tía, una mujer mayor y tan seria pudiera esconder ese potencial sexual bajo su habitual forma de ser.

¿Te gustó bebé?, pregunta la tía

Me encantó tía, sobre todo ese estallido final que me dejó totalmente extasiada

¿Te gustaría probar con un pene?, te aseguro que lo que sentiste hasta ahora no es nada comparado con el placer de lamer, chupar y meterte un pene en la vagina

La idea no es mala, ¿pero de dónde sacamos uno que no me haga daño?, recordarás que todo esto comenzó hablando del gran pedazo que creo tiene Ignacio.

Si te das vuelta vas a ver la herramienta adecuada y además en excelentes condiciones de tamaño y lubricación para no provocarte sino placer, dijo la tía señalando por sobre el hombro de la joven.

Luana gira su cabeza y ve con asombro como el dormido pene de su dormido tío está totalmente erecto y con una sustancia transparente saliendo por el orificio del glande, que dicho sea de paso es mucho más grande que el resto del pene y de un color amoratado brillante.

¡Guauuu, qué diferencia!, ¿qué le pasó tía?

Posiblemente tu tío esté teniendo un sueño erótico y debido a eso se encuentra en ese estado.

Pero igualmente es grande para que pueda meterme eso sin que me provoque dolor, y recuerda que me gustaría llegar virgen al matrimonio

¡Ay pequeña, cómo el desconocimiento de algo nos hace pensar equivocadamente!, no vas a sufrir, vas a disfrutar muchísimo, lo que tenemos que hacer es prepararte adecuadamente

¿Y cómo hacemos eso?

Primero lo primero, vas a aprender a mamar, a chupar un pene, los hombres disfrutan mucho con eso, observa como lo hago y luego sigues tu.

Mi mujer comienza a lamer mi pene, a pasarle la lengua desde la base hasta el orificio del glande, a darle pequeñas chupadas, lamiendo el líquido pre seminal que a esa altura salía en cantidad dado mi calentura.

¿Puedo yo ahora, pregunta Luana?

Es toda tuya, dice mi mujer, veamos como te defiendes.

Luana imitando a su tía lame, chupa y se mete mi pene hasta la garganta, haciendo arcadas cuando la cabeza rozaba su campanilla.

Mientras la joven estaba entusiasmada con el nuevo juguete, mi mujer comenzó a besarle las nalgas y a acariciarle el culo, con la intención de dilatarlo para cumplir con una idea que se le estaba ocurriendo.

¿Qué haces tía?, me gusta eso

Sigue con la mamada que yo me encargo de tu culito, pues tu primer cogida la vas a tener por ahí, de ese modo seguirás siendo virgen por delante como es tu deseo.

Mi mujer ya tenía un dedo metido en el culo de su sobrina y ésta meneaba las caderas pidiendo más, mientras seguía tragándose mi verga.

Al primer dedo siguieron dos y tres dilatando tremendamente el virginal culo de Luana que estalló en otro fenomenal orgasmo.

Mientras la sobrina se reponía del orgasmo que la dejó casi desmayada, la tía tomó un condón del cajón de la mesita de noche y me lo colocó en el endurecido pene.

¿Qué haces tía?, preguntó la joven

Cuidando tu salud y la de tu tío, usando siempre preservativo, evitarás muchos dolores de cabeza

Y mientras decía esto lubricaba mi verga y el culo de nuestra sobrina, que miraba toda la actividad con algo de temor en el rostro, a pesar de la calentura que aun tenía creía que ese pedazo de carne no le iba a entrar por más dilatación y lubricación que usasen.

Bueno pequeña, llegó la hora de hacerte mujer y de gozar en el intento, dijo mi mujer, ayudando a Luana a incorporarse para sentarla en mi pija

Tía tengo algo de miedo, aunque también estoy deseando tenerla adentro para ver si es como decís vos, que va a ser inolvidable

Ya verás muchacha, déjate caer suavemente, jugando con la cabeza de la pija para que te vaya abriendo el culo lentamente

Si tía, ¡qué placer!, siento como este pedazo me va abriendo el agujero que tu me dilataste con los dedos, pero siento también que de la vagina me salen jugos a carradas, ¿no te los quieres tomar?

Aprendes rápido mi niña, por supuesto que sí, dijo mi mujer y se abalanzó sobre la conchita de la sobrina que ya tenía como media pija metida en el culo, subiendo y bajando para ir tragando más

Mientras esto ocurría en la cama a mi lado y encima de mi dormido cuerpo pero despierto pene, en mis sueños ocurría exactamente lo mismo, y sentía que estaba a punto de llegar a un descomunal orgasmo pues la niña seguía subiendo y bajando y se tragaba mi verga hasta el tronco

Tía siento que el pene del tío se agranda más y como que vibra en mi culo

Nena, mi marido está por eyacular, trata de apurar la cabalgata para llegar juntos al orgasmo

Me mueeero tía, estoy acabando otra vez y siento como los chorros de semen caliente salen del pene del tío y quedan atrapados en el condón, dijo la niña y cayó desmayada en brazos de su tía

Mi mujer retiró el cuerpo sin fuerzas de su sobrina y lo recostó en la cama a mi lado, sacó el condón de mi pija y dejó que el semen cayera por todo mi vientre.

Me desperté temprano como siempre, sentí la pija y el vientre tirante de leche seca y pensé, otro sueño mojado, voy a tener que hablar con el médico para ver si es normal esa reacción del organismo.

Me di una ducha y mientras me vestía miraba el rostro de mi mujer, una sonrisa de satisfacción le adornaba el rostro y yo pensé, si supieras lo que soñé anoche, no tendrías esa sonrisa y mandarías a Luana para su casa urgente.

Follando con mi mejor amiga

Fue una tarde de verano, una de esas que ansías sexo por todos lados. Quedé con una amiga para tomarnos unas copas. Quedamos en el centro de la ciudad, y me dijo que quería un sitio tranquilo, donde poder charlar tranquilamente sin que nadie nos moleste, así que la llevé a un pub que conozco a las afueras de la ciudad. Serían las 8 de la tarde.

Al llegar, me ofrecí a invitarle a lo que se tomase, lo cual ella aceptó encantada. Comenzamos a hablar de su novio. Era un tipo que no la trataba bien, ni si quiera en el ámbito sexual. Pasó el tiempo, y después de algunas copas más, decidimos irnos de allí. Le pregunté si quería que la llevase a casa, pero me dijo que no, que si no me importaba que se viniese a mi casa, y allí nos tomábamos el último trago, lo cual, yo accedí encantado.

Llegamos a las 11 de la noche, y hacía mucho calor en el salón, por lo que le pregunte si le importaba que me quitase la camiseta. Nos servimos unos tapones de tequila, y brindamos por nosotros. Empezamos a hablar y el tema se desvió al sexual. Empezamos a contarnos anécdotas, algunas graciosas y otras excitantes. Las miradas se iban cruzando, y yo, con las ansias de sexo, y el alcohol que había tomado, no pude controlarme y cogí de los brazos y le dije: "Bésame". Ella, en principio, se quedó paralizada, no sabía que hacer, pero su mirada daba a entender que estaba deseando tener sexo conmigo, por lo que tomé la iniciativa y la besé en los labios con pasión. Ella accedió y respondió metiendo su larga lengua por mi boca, jugando con la mía. Fui bajando con mi boca hasta el cuello, besándolo y mordisqueándolo suavemente. Su respiración se aceleraba, y me agarraba fuerte, como si no quisiera que la soltase nunca.

Le quité su camisa, y desabroché el sujetador, dejando sus redondeados al descubierto. Comencé a besar y a succionar sus preciosos pezones, y ella comenzó a gemir y a clavarme las uñas. Su cuerpo se movía cadenciosamente. Al poco le dije al oído: "quiero que me la chupes", y ella aceptó sin inmutarse. Me desabrochó los pantalones bruscamente, y me los bajó hasta las rodillas junto con los calzoncillos, cogió mi verga y se la fue metiendo en la boca poco a poco, haciéndome sentir un enorme placer. Ella me miraba, y al ver la cara de placer que tenía, se excitaba más, moviendo su cabeza más rápidamente. Cuando creí que ya no aguantaba más, ella paró, como si lo adivinase y me dijo: "aún no, quiero que te corras dentro de mi", lo cual me excitó muchísimo, así que me decidí a bajarle los pantalones y dejarla completamente desnuda, la subí encima de la mesa, le abrí las piernas, y le comencé a chupar su lindo coño, haciéndola gemir de placer. Sus jugos me ponían enfermo, y mi polla estaba dura como una estaca. Ella me pedía a gritos que la follara, así que accedí encantado. Introduje mi verga suavemente en su coño, y ella gimió otra vez, mientras me decía: "hazme tuya, clávamela hasta el fondo, quiero sentirte muy dentro de mi". Estas palabras me ponían cada vez peor; ella movía sus caderas cada vez más rápido, y yo no podía aguantar más, hasta que al final exploté.

Ella quedó algo defraudada, asi que le dije: "tranquila, en dos minutos volveré a la carga", lo cual le alegró muchísimo. Así que yo seguí acariciándole su clítoris, que en ese momento estaba excitado, y ella lo agradeció cogiéndome la verga y masturbándome. A los pocos minutos mi polla estaba otra vez erecta, y ella la dirigió hacia su entrada vaginal. Antes de meterla, acaricié su clítoris con mi pene, pero ella me dijo: "métemela hasta el fondo", asi que obedecí. Ella gimió de placer, pero al estar incómodos en el salón, la cogí entre mis brazos y la llevé a mi habitación. Una vez allí, me coloqué encima de ella, y comencé a penetrarla suavemente. Poco a poco fui incrementando la velocidad, hasta que ella llegó al orgasmo más brutal que había visto en mi vida. Su cuerpo se retorció y ella me sonrió de manera pícara, y me dijo: "ahora te toca a ti". Se incorporó y cogió mi polla entre sus manos, y comenzó a chupármela con energía, y mientras tanto me acariciaba los genitales con suavidad, hasta que no pude aguantar más y me corrí dentro de su boca. Nos recostamos el uno junto al otro y nos fumamos un cigarrillo, y ella me comentó que con su novio no había disfrutado tanto como conmigo. Después nos vestimos y la acerqué a casa, pensando que esta seria la primera de tantas veces que podría follar con mi mejor amiga

Todo asombroso