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Jugando al doctor

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Lo que relato a continuación ocurrió hace unos años, pero todo empezó hace bastantes años, cuando era chico, por esos entonces de vez en cuando nos quedábamos en mi campo de Valverde del Camino, mi familia y la de mi tío. Tengo una prima llamada Asunción, que tiene un año menos que yo, que era con la que jugaba normalmente, aunque ella determinaba los juegos casi siempre, era bastante autoritaria, solíamos jugar a muchas cosas, pero nuestro juego preferido era el de jugar a los médicos, donde descubríamos nuevas experiencias para ambos.

Pasaron unos años, yo tendría ya unos diecinueve años, tenía novia por esos entonces, coincidí con mi prima y mi familia un día en el campo, fuimos a pasar el fin de semana en verano, Asunción también tenía novio, pero ninguna de nuestras parejas fueron. Asunción había mejorado mucho progresivamente, no se parecía en nada a la niña anterior, morena, alta, delgada, con pechos medianos, y un cuerpo atlético. Por la tarde nos fuimos al pueblo los dos a tomar café, para eso me llevé mi coche, el café se extendió en el tiempo, y decidimos ir a cenar algo, tras esto, nos fuimos a tomar unas copas en un bar cercano, Asunción se bebió unas cuantas, yo solo dos, pues debía conducir después. Cuando dieron sobre las dos de la madrugada, decidimos retornar a casa, subimos al coche y emprendimos el camino de vuelta. Asunción estaba bastante alegre a causa del alcohol, me decía repetidas veces que se lo había pasado muy bien, y que aun no deseaba llegar a casa, me dijo que fuéramos un rato al bosque, a hablar un tiempo, para ver si se le pasaba el efecto del alcohol, yo lo hice, y nos quedamos cerca de donde jugábamos cuando chicos, una vez que paré Asunción sacó una litrona, no se de donde la sacó pues no la vi al montarse, ella me dijo que la pidió en el bar antes de irnos, la abrió y empezamos a beber de ella, estábamos casi al lado de casa, por lo que bebí también bastante, estábamos sentamos en los asientos del coche mientras disfrutábamos de la cerveza, retornado la conversación, al tema de nuestra infancia.

En un momento le comenté señalando el lugar de juego nuestro de la infancia que ahí era donde jugábamos a los médicos, ella me contestó que sí, tras recordar esos momentos un poco, le pregunté que si recordábamos esos tiempos y jugábamos a los doctores ahora, ella me contestó con un esbozo de sonrisa en sus labios que estaba loco, que se me subió la cerveza a la cabeza, acto seguido me cambió el tema, estuvimos hablando de otras cosas, hasta que ella al rato retornó al tema nuevamente, diciéndome que estuvo bien esa época, entonces le dije que si le gustaría repetir lo que hacíamos cuando éramos chicos, Asunción me respondió que en esos años era otra cosa, éramos chicos, le dije de probar, y me replicó que estaba loco, aunque noté en su expresión como un dejo de curiosidad o de lujuria, mientras tenía bajada la cabeza. Continué hablándole, le dije que si antes le gustaba ahora igual, me respondió que antes le gustaba pero que ahora era muy peligroso, le pregunté por el peligro que se corría, y no respondió, aunque se notaba que estaba interesada en hacerlo, así que le dije que yo estaba malo, y que necesitaba un médico, que me iba a ir detrás del árbol, a la consulta del médico y me iba a desnudar, Asunción con una sonrisa me dijo que era un hijo de puta, como diciendo, me convenciste, se quedó un rato pensativa y después me dijo que me fuera a la consulta, pero que ella no iba a hacer nada, no respondí, me bajé del coche y me encaminé hacia detrás del árbol.

Empecé a desnudarme, ella casi no me veía, así que se bajó del coche y se puso a unos metros de mí, observaba curiosamente, me quedé desnudo completamente, ella inmediatamente se percató de mi erección, tras verlo su excitación aumentó, aunque se contenía bastante. Poco después se desinhibió y me ordenó que me acostase boca a bajo, como tratando de evitar lo que había visto, puse una toalla grande que tenía en el suelo y me tumbé, Asunción se acercó y comenzó a frotarme la espalda, hasta que llegó a mis glúteos, ahí se puso a apretármelos y a pellizcarlos, yo me iba calentando cada vez más.

Mi prima continuaba con los masajes, hasta que comenzó a acariciar con su dedo mi ano, para después jugar con mis testículos, me excito bastante, siguió jugando, hasta que me dio la vuelta, viendo que mi polla estaba súper dura. Tras observarla me comentó que le parecía que el paciente estaba calentito, a la vez que me empezaba a besar las tetillas, bajando lentamente por mi barriga hasta mi pene, cuando llegó empezó una serie de besos en la zona, con unas suaves y deliciosas chupadas, se metía mi glande en su boca, pasaba la lengua sobre él, era delicioso ver a mi prima deleitarme de esa forma.

Pasados unos pocos minutos Asunción se paró y me dijo que ya estaba bueno, le pregunté que como que ya estaba y me respondió que sí que no se iba a pasar toda la noche chupándomela, que era su turno, sin decir nada más, comenzó a quitarse la ropa, quedándose en ropa interior, quitándome de la toalla y tirándose boca abajo, le dije que así con la ropa interior no podía curarla y ella acto seguido se quitó el sujetador y me dijo que las bragas no se las quitaba, no pude ver sus tetas, pero si su atractivo culo cubierto por las bragas negras y sus duras piernas.

Comencé a revisarla, empecé por su espalda, hombros, para bajar por la espalda hasta sus pies, volviendo a subir por esas piernas, hasta llegar a sus muslos, lentamente acerqué mis manos a sus glúteos, y los acaricié, amasándolos, después metí mis dedos entre las nalgas, aparté sus bragas y los deslicé hasta llegar al ano, lo acaricié, haciendo círculos sobre él, luego le introduje de forma suave un poco de mi dedo, ella soltó varias exclamaciones de placer, le saqué el dedo y le volví a meter un poco de mi dedo, así repetidas veces, ella disfrutaba con eso, gemía de placer, sentía como un suave temblor en su cuerpo, entonces llegó el momento en el que mi prima me dijo que necesitaba que la revisasen por delante, dándose la vuelta a la vez, mostrando sus tetas, bien formadas y duras con sus pezones rosados con sus puntas bien erguidas, sus braguitas dejaban aflorar algo de vello de su pubis.

Comencé a tocarle sus hombros, fui bajando mis manos hasta llegar a sus tetas, que estaban bastantes duras y con sus pezones muy tiesos, después me metí las tetas en mi boca, una tras otra, chupándolas, lamiéndolas, saboreándolas, ella clamaba de placer. Seguí succionándolas hasta que bajé mi mano hasta introducirla en su braga metiendo mis dedos en su raja, la cual emanaba sus jugos vaginales, ella no ofrecía ninguna resistencia, se notaba que estaba muy caliente y gozaba como loca, yo continué acariciando su rajita, arriba y abajo, acariciando su clítoris, metiéndole los dedos en la vagina, todo esto durante un gran tiempo, hasta que mi prima empezó a agitarse desenfrenadamente, hasta que empezó a soltar gritos de placer, me pedía que no parase, continué así hasta que mi prima se vino y tuvo un salvaje orgasmo, seguí masturbándola mientras le iba quitando su última prenda, no ofreció demasiada resistencia.

Una vez desnuda, le dije que estaba muy caliente, que deseaba penetrarla, ella respondió que estaba bien, que no me preocupase, se puso boca abajo, y después a cuatro patas, me puse detrás de ella, tomé mi miembro y lo empecé a introducir por ese hermoso coñito que tenía, poco a poco le fue entrando, hasta que tuvo mi pene por completo dentro de ella, agarré sus nalgas y le saqué despacio mi polla, para después metérsela lentamente, así varias veces, a ella le gustaba, podía ver su culito cerrado ante mí, y su vagina penetrada por mi polla, continuaba penetrándola, notaba su goce ante cada uno de mis movimientos, se advertía que le gustaba, por que cada vez se estremecía más y me pedía que siguiera.

Fui poco a poco aumentando el ritmo, iba fallándomela cada vez más rápido, ambos gozábamos con eso, ella a cuatro patas iba recibiendo una y otra vez mi polla en su vagina, permanecimos así bastantes minutos, hasta que ella empezó a gemir sonoramente, estaba cerca un nuevo orgasmo, así que aceleré y cuando noté su orgasmo, saqué mi polla de su coñito y derramé mi leche sobre sus nalgas, las cuales se pusieron blancas.

Tras esto fui al coche a por clinex, nos limpiamos, y retornamos a casa en el coche, por el camino nos dimos varios besos। Cuando llegamos, nos acostamos, y al levantarnos seguimos disfrutando del campo con la familia. El fin de semana terminó y retornamos a nuestras casas con nuestras parejas como si nada hubiera pasado.

(agentepgr@yahoo.com)

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