Video Relato

anuncio

Violación

.

Gina Halliwell

Me gusta dormir junto a ti. Me gusta abrir los ojos y encontrarte a mi lado. Me gusta sentir tu mano izquierda en mi cadera, los vellos de tu pecho haciéndome cosquillas en la espalda. Me gusta despertar lentamente, respirar tu aliento que calienta mi cuello, mi hombro y mi oreja; me gusta sentir tus piernas entre las mías hasta que das media vuelta para que sea yo quien te abrace. Me gusta abrazarte. Me gusta sentir tus nalgas rozando mi pubis sin que te des cuenta. Me gusta dejar mi mano derecha sobre tu pecho e irla bajando, acariciar tu abdomen y pasar por tu ombligo, llegar a tu muslo y regresarme para tocar por descuido tu miembro que aún duerme. Me gusta que tu pene despierte poco a poco al compás de mis uñas. Me gusta cómo se endurece, cómo se levanta, cómo me pide que lo acaricie más fuerte, más fuerte, más fuerte... Me gusta quitar las sábanas y dejarte bocarriba, bajar la piel de tu prepucio con mi mano y dejar descubierto tu glande. Me gusta subir y bajar el brazo mientras tú gimes, me gusta que sonrías mientras te masturbo, apenas si abres los ojos y ya me preguntas que qué hago, nada, no estoy haciendo nada, tan sólo te doy los buenos, buenísimos días. Me incorporo para quedar sobre mis rodillas, mi boca está cerca de tu vientre, dejo que mi lengua saboree tu verga, después chupo uno de tus huevos o ambos, regreso a tu miembro y subo por el tronco para comenzar a chuparte, te chupo muy lento y después mucho más fuerte, primero sólo la punta y después me lo trago todo, todo hasta que la punta alcance el fondo de mi garganta, hasta que tus manos se colocan sobre mi cabeza como sin querer y me jalan del cabello para obligarme a tragar más, más de tu verga que está a punto de explotar...

Ahora sí estás bien despierto.

Me separo de tu miembro y me pides que siga pero te digo que no, ahora quiero sentirte adentro, necesito mojarte con mi vagina que escurre y palpita porque quiere que la penetres. Debo violarte en este momento, justo en este instante, no puedo esperar más y me levanto, tomo tu verga con una mano y me siento sobre ella, mis piernas rodean tu cadera y mis labios vaginales se tragan tu miembro hasta sentir tus huevos golpeando mis nalgas. Abro la boca para que escape un suspiro, comienzo a moverme arriba y abajo, primero muy lento, mentira: a mí me gusta más fuerte y mucho más rápido. Acerco mi boca a tu boca, acaricio tu lengua con la mía, te muerdo la oreja y te ruego que grites que soy una puta, sí, tu puta y soy solamente tuya, nadie más existe a quien yo quiera violar como a ti. Quito tus manos de mis caderas para ponerlas en mis pechos, sí, apriétame los pezones, pellízcalos, rasgúñame las nalgas, hazme todo lo que quieras y lo que no quieras hacerme pero no dejes de moverte, no, sólo no dejes de moverte, jálame arriba y hacia abajo, mira cómo me entra tu verga, sí, cómo mi vagina se la traga, cógeme más rápido, cógeme más fuerte y dime que no te gusta esto, que no te gusta cómo te violo, que ya no quieres despertar con mi boca en tu pene. Dime que soy una cerda, que todo el tiempo pienso en cogerte, quiero que te vengas mientras me arañas, lubrica mi culo con tu semen y penétralo sin avisarme, sí, tienes que acostumbrarlo para que claves tu pene cuando tú quieras, para que te vengues de esta violación metiendo tu verga en mis nalgas, sí, cógeme cuando me veas dormida, cada que yo esté despierta y oblígame a mamar tu verga arrodillada bajo la mesa, mientras escribes reportes en la computadora, sí, sigue, sigue, muévete así, eyacúlame adentro, eyacúlame y que tu venida escurra por mis piernas, deja que limpie tu semen con mi saliva, lo que más me gusta de tu verga es saborear tu venida y la mía...

Gina Halliwell

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que es uno de los peores relatos que he leído aquí. Las palabras fuertes se escuchan bien en los textos siempre y cuando estén justificadas y aquí no se justifica ni la historia, ni las palabras, ni nada. Se me hace que el autor sólo quería escribir algo erótico que no le salió. Lo erótico también puede ser elegante, no grotesco. Mi más humilde opinión.

Anónimo dijo...

Me encanta, quisiera leer más de la autora.

Todo asombroso