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Clases particulares

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Desde hace unos años doy clases particulares de ingles a chicos y chicas de instituto. Nunca llevo demasiados, entre cuatro y cinco por curso. Van y vienen, los mas acaban mejorando después de un año y ya no me necesitan, otros se despiden cuando llega su ansiada selectividad, entonces aparecen otros nuevos, casi siempre por el boca a boca. Al final, casi todos me caen bien, aunque a veces me siento como el "abuelo" contándoles mis batallitas de instituto y mis fiestas, pero solo se debe a que les envidio. Con ellos me gano un dinero que me viene muy bien mientras estudio en la Universidad.


A Sara la conocí hace dos años cuando contaba solo con catorce. Es una chica muy lista, en realidad mis clases nunca fueron de apoyo, pronto me di cuenta de su nivel de receptividad y le aumente el nivel, por lo que se puede decir que va unos dos cursos por encima del nivel que le exigen en el instituto. Sus padres estan encantados conmigo, y a ella le caigo bien, así que no dejan de confiar en mi. Ella es peliroja, y casi sin darme cuenta a pasado a ser una mujercita muy sexy, que con su cinturita de avispa, sus piernas largas y bonito pecho debe traer loco a todos los de su clase. Conmigo se siente comoda, eso se nota, no tiene reparos en recibirme en pijama o estar enseñandome medio culo con esos pantaloncitos caidos y las incribles posturas que coje en la silla, lo cual a mi no me importaba hace dos años pero ahora a veces me incomoda. Una de las cosas que mas bonita la hace es que siempre actua con inocencia, parece que no tiene maldad, te mira con los ojos claros y habla sin reparos, a veces te suelta cosas cargadas de morbo sin darse cuenta y de repente se pone colorada y te suelta una risa muy tierna que te deja con las barreras bajadas.


Las pasadas navidades empecé a darle clases a la prima de Sara, la razón fue la de siempre, un categórico suspenso que alarmó a los padres, y me imagino la conversación:


-Paco, ¿qué tal es el chaval que le da clases a tu hija?-


-Pues encantador, Sara lleva unas notas increibles, saca mas de 9 en todos los examenes...-


-Dame su telefono que algo tengo que hacer con Monica-


-Dejaló Ramón, ya le digo yo lo que hay, así lo comprometo un poco...-


El caso es que una noche me llamó el padre de Sara para ver si podía darle clases a su sobrina, y aunque de primeras me negué pues es cierto que estaba muy liado, al final me sacó un si, con la condición que fuera los viernes a última hora. Me dío su dirección y me dijó que me pasara por su casa el proximo viernes a eso de las 7.


Cuando llégó el día y la hora toqué el timbre, y nadie contestaba, miré el cuadernillo donde apunto las cosas y no me había equivocado, así que insistí y enseguida sonó el ruido del portal al abrirse. Despues del ascensor, otro nuevo timbre, y se abre la puerta. Supuse enseguida que era ella, pero me sorprendió el recibimiento, acababa de salir de la ducha, llevaba un albornoz que le quedaba por encima de las rodillas y el pelo humedo. Su rostro era precioso: piel morena, relucientes ojos azules y una preciosa boca que parecía tener grabada a fuego la sonrisa. Una gotita de agua brillaba en su narizilla y otra recorria la mejilla. Nos presentamos y nos dimos un par de besos. Se discúlpo diciendome que había tenido que salir de aerobic un cuarto de hora antes y venir corriendo para llegar aquí a las 7, pero que para la semana que viene ya no tendría ese problema. Pregunté por su padre, pero me dijo nunca llegaba hasta las 10, aunque quizás hoy vendría una hora antes para hablar conmigo (Su madre me contó Sara había muerto hacía tres años). Me indicó el salón y me pidió cinco minutos.


Tras unas semanas las clases empezaron a tener resultados y aprobó bien la recuperación de su examen. Era también una chica aplicada, como su prima, mas simpática de primeras pero mas reservada en el fondo. Yo como con todos mis alumnos y alumnas era muy profesional, lo que no impedía que cuando se diera la vuelta me quedara mirando ese bonito culo que le hacian los Levi´s con sus 17 años. Las clases siguieron durante el invierno, y ante su mejoría les propuse a las dos primas darles clases de conversación a ellas dos juntas pues así serían mas amenas, y encima ellas eran buenas amigas, por lo que se lo pasarían muy bien y encima aprenderían. Quedamos que cada dos semanas de 8 a 9 les daría la clase conjunta. A Sara le seguía dando una hora los martes. La primera experiencia desde luego fue fenomenal, nos reimos un montón y encima creo que le saqué bastante provecho académico.


Dos semanas mas tarde cuando toqué el timbre a casa de Monica fue Sara quien abrío la puerta. Yo no la esperaba hasta las 8 asi que le pregunté si quería que dieramos la clase de conversación ahora. Pero me dijo que no, que esperaría viendo El diario de Patricia, y que su prima Monica estaba en el aseo y saldría en dos minutos. Como era costumbre me encaminé a la habitación de Monica para esperar a que saliera y preparar los folios encima del escritorio, iba cargado con la mochila y la carpeta asi que abrí la puerta con algo de dificultad y al levantar la vista me encontré a la preciosa Mónica subiendose las braguitas. El mundo se paró un segundo, su pubis era precioso, de pelo fino y cuidadosamente recortado, su figura perfecta. Llevaba una camiseta amarilla de esas deportivas con numeros grandes en azul, como estaba ligeramente inclinada hacia delante por el escoté pude ver como sus bonitos pechos oscilaban levemente.


Levantó la vista, nuestros ojos se encontraron y pegó un gritito, se dió la vuelta de un santo dejandome ver una decima de segundo de su redondito culo, yo me di la vuelta y cerré la puerta, y le hablé desde allí con voz entrecortada:




-Perdona Monica, ¿cómo iba a imaginar que...? Tu prima me ha dicho que estabas en el aseo... y como siempre entró aquí... Perdona de... Joder, ha sido sin querer...


Tras un segundo de incertidumbre por su silencio una voz serena y clara dijo: -Pasa- Así que entre con la cabeza agachada pidiendo perdón y ella se rió:



-Tranquilo, no pasa nada. Tampoco has visto algo que no hubieses visto nunca y algo que no supieses que yo tenía ¿No?... Se que no has tenido la culpa.


Superados mis nervios iniciales y la cadena de disculpas, la primera hora de clase continuó de forma normal, y al llegar las 8 le indique que saliéramos al salón para la clase con su prima. Pero antes de levantarse me volvió a descolocar al preguntarme si me habían gustado sus braguitas... Yo me puse rojo, pero no iba a dejar que una adolescente me coartara, así que le dije que en general me había gustado lo que había visto, tranpasándole de golpe los colores a sus mejillas, y esbozando una sonrisa timida en su carita. Ella salío delante de mi, y me fijé en su andar cinbreante, creo que durante toda la clase ni la había mirado a la cara, pero tras su ataqué y mi estupendo contrataque me sentí con superioridad moral para mirar fijamente sus formas y sentir orgullo de ello. Intuí en su manera de moverse cierto intento de provocación, quizás inconsciente. Le contamos todo a Sara, la cual se rió con su jovialidad habitual y le quitó hierro al asunto y dimos una clase relajada. Como ejercicio les propuse que vieran una pelicula cada semana como punto de apoyo para las clases de conversación, sacando a partir de la trama cualquier tópico de actualidad para conversar.


Pasó un mes de forma ordinaria, cuando llegué Mónica me dijo que Sara estaba mala y que no iba a poder venir a la clase. Tras una hora, le dijé que ibamos a empezar la clase de conversación:


- ¿Nosotros solos?-



Si, claro, somos dos personas y podemos hablar.-


Es que como pensé que Sara... –


Da igual, tenemos el tema del trabajo y la pelicula... –


Ya, es que no he visto ninguna... como pense qué... –


¿De verdad que no has visto ninguna? ¿Ni te acuerdas de ninguna?-


Si, vi una el finde pasado en casa de mi amiga Laura pero... –


Bueno, hablamos sobre esa ¿de que iba?-


Es que..., joer, me da no se que, es que era una porno...-


Permanecí en silencio un segundo y empecé a hablar en ingles, le dije que no importaba, pues ese era un tema de actualidad y que yo la consideraba ya una persona adulta. Así que le pregunté que le había parecido y siguió la conversación. El morbo era evidente, sobre todo después de lo ocurrido hacía un mes, hablamos de sexo, le expliqué que aunque todo el mundo lo niega en persona por el volumen económico que mueve ese mercado casi todos debemos haber consumido porno alguna vez, que yo incluso lo hacía de vez en cuando (pelis de internet le especifiqué)... Poco a poco fuimos profundizando, así que salío el tema del sexo seguro... entonces tomo las riendas de la conversación, me preguntó si yo usaba condón, si me gustaba mas sin él, cuando había perdido la virginidad... Fui sincero en todas las respuestas, e intenté contrarrestar preguntandole como había sido su primera vez... pero era virgen. Lo dijó con vergüenza, lo cual me hizo sentir ternura por ella, le dije que no se preocupara por el cuando sino por el como y el con quien. Ella, visiblemente colorada y con la vista agachada, estuvó un poco distante el resto de la clase... Para acabar dije unas pequeñas gracias que le hicieron reir a carcajadas y acabar el rato con un tono alegre y distendido. Cuando me iba me dijo que era un tio genial y me dio un beso espontaneo en la mejilla... Me puse colorado, y solté un lacónico "gracias". Le dije que para la siguiente clase de conversación intentaran recordar un sueño reciente...


Nuestras clases solitarias eran muy agradables, ella confiaba en mi, y se mostraba muy abierta y distendida. Cuando llegó la siguiente clase de conversación, Sara y Monica estuvieron riendose mientras yo dejaba la carpeta encima de la silla y buscaba un folio para tomar notas. Les pedí que me contaran el último sueño que recordaran... Sara, como era habitual en ella, contó una historia muy alegre sobre un concurso de pintar arcoiris, creo que se lo inventó en el momento, pero con su sinceridad innata quedó muy bien. Cuando llegó la hora de Monica me preguntó si tenia que ser uno de verdad, le dije que daba igual, pero si era autentico le seria mas facil que improvisar. Y Sara, con su naturalidad de siempre intervino para dejarme helado:



Es que el otro día soño que tu y ella erais pareja en una peli porno...-


Esta vez no solo me puse colorado, al igual que ella, sino que tuve una incomoda erección...



Bueno, da igual, el otro día ya tocamos ese tema, creo que es algo natural... –


Monica se excusó que no tenía suficiente vocabulario como para expresar los actos que hicimos en si sueño, pero mirandome a los ojos dijo:



Pero la verdad es que estuvo muy muy bien...-


Yo, con la tienda de campaña montada, desviaba la conversación hacia temas menos comprometidos, pero de forma reiterada el tema volvía a aparecer, y Sara con su inocencia lo hacia con una soltura que me estaba superando. Pasamos de la clase directamente, y estuvimos 40 minutos hablando de sexo en castellano, entrando en temas de posturas, tamaños, perversiones, etc...


El curso iba pasando, y vivimos en una ciudad muy calurosa, asi que poco a poco la visión de las primas era mas agradable. Sara un día me enseño muy contenta un piercing que se había hecho en el ombligo, y no lo volvería a tapar en todo el verano. Para las clases se ponían comodas y ligeritas, y ya en junio, las veía acaloradas y con la piel brillante. Ellas no se cortaban y cada día enseñaban mas. A principios de Julio, los padres de las primas y ellas mismas se iban todos los fines de semana a la playa, asi que a las 10, cuando llegaba el padre de Mónica se iban a par allí el finde. Las clases durarían hasta finales de Julio.


La segunda semana de Julio sufríamos la ola de calor mas dura de los últimos diez años. Estabamos alcanzando los 45 grados todos los días, a las 7 de la tarde de ese día hacía unos 40. Cuando llegúe allí me abrieron la puerta dos bellezas en bikini. Mónica estaba espectacular, llevaba un bikini rojo de estos con tiritas que se atan, su cuerpo era precioso, sus pezones relucian bajo la tela con una dureza evidente, el contraste del moreno de su piel con el rojo encarnado era sobrecogedor, su larga melena rizada suelta (ella solía llevarlo recogido) y sus ojos azules brillando como faros en la noche la hacian una hembra despampanante. Sara, menos desarrollada fisicamente, pero tambien muy esbelta ya estaba morenita de sus fines de semana en la playa, lucía un bikini blanco muy ajustado por no decir minimo que realzaba todas sus formas. Al verlas un escalofrio recorrio mi espalda. Cuando se dieron la vuelta y ver que las partes de abajo eran tanguitas toda la sangre de mi cuerpo fue a parar al mismo sitio...


Mónica y yo entramos en la habitación, el ventilador apenas hacía otra cosa que desplazar aire caliente, y yo venia sudando. Ella me trajo un poco de agua fresca, y al verme así me preguntó porque no me quitaba la camiseta, que ellas estaban lo mas iban fresquitas que les era posible y no tenía porque darme vergüenza. Me convencí, tenía la camiseta pegada al cuerpo, asi que procedí con cierto esfuerzo. Cuando la arranqué de mi cabeza Monica estaba delante de mi con las manos cubriendo sus pechos y la parte de arriba en el suelo. Mirándome a los ojos me dijó que tenía un torso precioso, y si lo podía tocar.


Mi mente cambió de disposición de forma inmediata, me sentí relajado al mismo tiempo que el sexo pasaba a controlar todos mis actos. Ella encaminó sus manos hacia mis pectorales lentamente, dejando los suyos al descubierto, yo me quedé quieto al principio y dejé que sus manos me alcanzaran. Ella me palpó los brazos, acarició mis pezones, descendió lentamente al ombligo mientras mi espalda se estremecía, apoyó sus manos en mis muslos y acercó su boca a la mía. Nos besamos suavemente, apenas apretaba sus labios entre los mios y mis manos ascendieron por sus caderas hasta alcanzar sus pechos. Los abarqué de forma completa y comprobé su firmeza y textura. Mis pulgares pasaban por encima de sus pezones acariziandolos y notando su excitación. Tras unos segundos separó sus labios de los mios y mirandome me dijó que todas las noches se repetía el mismo sueño...


Me levante y la hice levantarse. De frente la acerque a mi cuerpo, la aprisionaba por los brazos con firmeza, ella pudo notar mi erección en su vientre, la bese esta vez con pasión, la devoré, la saboreé, nuestras salivas se mezclaron como dos elixires afrodisiacos. Noté como sus manos alcanzaban mi entrepierna, palpando y buscando una forma para liberar mi cimbel. Dandome cuenta de esto me saparé y ella se agachó para bajarme la bragueta y soltarme el botón. Una vez hecho esto me sentí aliviado al tener mas espacio pero no la dejé seguir con el slip, aunque mi glande ya sobresalía por encima del elástico. La empujé a la cama y me coloqué encima, ella intentaba hacer fuerza, pero yo le susurré al oido para buscar su calma, volví a besarla y ella respondió agradecida. De nuevo libamos nuestros aromas, su boca era dulce y melosa. Mis labios resbalaron por su cuello y se detuvieron en sus senos, acariciando con mis dientes sus pezones, lamiendolos, humedeciendolos mientras se empezaban a intuir gemidos en su garganta. Seguí despacio bajando sobre su vientre, su cuerpo exhalaba deseo, el finisimo bello sobre su vientre no podía ocultar su excitación. Me detuve a allí introduciendo la lengua en su delicioso ombliguito, mientras mis manos recorrian sus costados hasta alcanzar sus pechos y volvían a descender a su caderas en un lento movimiento. Ella arqueaba levemente la espalda a cada recorrido. Me encantaba el sabor de ese caramelo de azucar moreno. Levante la vista en desafio buscando sus ojos, que al notar la pausa me miraron suplicantes.


Descendí mas colocandome sobre la parte inferior de su bikini, mordisqueando la tela, rozando sobre ella mi boca y mi cara, volví a mirarla y pidió mas... mi cara se apoyó en sus rodillas y mis manos fueron directas a los nuditos que unian la tela encarnada que cubrian su sexo, mi anhelo. Los deshice y los arrastré hacia abajo con lentitud. Ella se acariciaba el cuerpo y una mano descendío mientras lo hacía el bikini tapando con timidez su total desnudez, acariciando su superficie.


Aproveché entonces para despojarme de toda mi ropa, mi asta aparecío iniesta y hambrienta y ella asustada gimio:



Es muy grande, ¿me va a doler? –


Yo me volví a colocar sobre ella, mi pene reposó sobre su vientre, superaba en unos cinco centimetros la altura de su ombligo. Me miró fijamente y le dijé que lo haría con suavidad. Aprisioné su boca y nuestras lenguas juguetaron indefinidamente. Perdido en el tiempo rompí el nexo y volví a descender hasta sus rodillas, le abrí ligeramente las piernas y pude contemplar su flor humedecida, a la que ella volvío a llevar instintivamente una mano. Empece a besar la cara interna de sus muslos en movimiento descendente desde las rodillas, pero sin llegar a la parte mas baja, primero la pierna derecha y luego la izquierda, cuando mas cerca llegaba sustituia los besos por dibujos con la punta de la lengua. Repetí el movimiento . adentrándome cada vez mas, alcanzando sus ingles primero, sus labios externos despues... Monica no podía retener sus movimientos pelvicos, frotaba su culito contra las sabanas, sus manos recorrian su cuerpo, acariciaban su vientre, apretaban con fuerza sus senos.


Ella no ocultaba mas su rajita y abría hasta el limite sus piernas, dejando a la vista su interioridad, sus labios internos brillantes, el hilito de piel que escondía su clitoris, su insinuante cuevecita de placer. Oí la televisión fuera y eso me hizo detenerme.



Cariño, ¿quieres que siga?... –


La dulce Mónica, tras unos segundos de silencio susurró:




Quiero que hagas mi sueño realidad... –


Lo cierto es que esta chica me producía ternura, no era como un polvete rapido de fin de semana, quería que su primera vez fuera conmigo, y yo tenía que hacer del momento algo maravilloso. Tenía mis dudas pues su prima estaba afuera y pese a la confianza que nos demostrabamos en las últimas clases, me daba algo de corte que se supiera esto, y para colmo la puerta no tenía pestillo, yo siempre he sido un chico timido y correcto, pero sus palabras me animaron a seguir.


Me levante y cogí una pluma de plumaje artificial muy delicada de color rosa claro que había en su escritorio. Ella miraba mi erección con ansiedad. Con la pluma acaricie su cuello, descendí recreándome en sus pezones, bajé hasta el pubis y descendí por las piernas, yo estaba a su lado, y ella pillandome de improviso acaricío mi pene, lo cual me dio una descarga electrica. Hubiera deseado en ese momento ponerme sobre ella y follarla sin piedad, pero me contuve. Me coloqué abajo de nuevo, y le abrí las piernas, volví al divertimento del descenso esta vez con la plumita, Alcanzando al tercer intento el exterior de su vagina en un vuelo apenas superficial, ella se estremecío y tras la pluma, mi lengua con la punta recorrió superficialmente su rajita, me detuve a mirarla y había cerrado los ojos, en un segundo intento me adentré mas y ella abrió ligeramente la boca, a la tercera me sumí entre sus labios internos y alcanzó un delicado orgasmó. Me detuve a contemplar su reacción, era delicioso verla disfrutar. Una de sus manos agarraba la tela de la sabana, la otra apretaba su cuerpo justo encima del pubis, sus pezones se habían vuelto completamente morados...


Volví a sumergirme en su humedad, su sexo emanaba un aroma que me volvía loco, mi polla se tensó mas todavía y no sabía cuanto podría esperar. Localicé su botoncito y mientras le abría los labios con mis manos, describía circulitos a su alrededor, bajando e introduciendola en ocasiones su delicada cavidad. Yo estaba en extasis y puse en practica un truco que utilizaba con mi ex para que tuviera varios orgasmos seguidos, mi lengua empezó a dibujar sobre su clitoris las letras del abecedario...


Ella se retorcía de placer mientras yo deletreaba muy lentamente sobre su apéndice -a, b, c, d – sus efluvios se deslizaban hacia debajo de su agujerito y mi lengua los recogía cada cierto rato para saborearlos y lubricar su tejido - e,f,g, h – ella emitía pequeños gemidos, tuvo otro orgasmo, los musculos alrededor de sus genitales se estremecian, la cavidad cobraba movimiento, y se abría y cerraba en ligeros movimientos, la pelvis se agitaba de forma que me hacía dificil continuar – i,j,k,l- mi cara se empapaba de su viscosidad, su sabor era cada vez mas intenso o por lo menos eso me parecía, muy distinto a cualquiera que hubiera probado, mas dulce y cálido desde luego que el de mi ex – m, n, o, p- Volvió a estallar, esta vez con mas fuerza, su espalda se arqueó completamente y como un elástico dio las respingo que golpeó mi barbilla, su coño flotaba en el aire mientras yo desesperado queria aferrarme de nuevo a su cachito, la deseaba, la amaba y quería hacerla gemir de placer – q, r, s t- la empujé hacía abajo y volví a libarla con fuerza, humedecí uno de mis dedos en su vagina introduciendolo despacio- - u, v , w, x- gemió tan fuerte que me asustó que Sara lo oyera, creo que había tenido otro por como sus musculos apretaban el dedo anular que yo tenía sumergido en ella, relanticé todos mis movimientos, saque el dedo anular y tras el descendió una cantidad considerable de flujo vaginal alcanzando su ano que yo acaricie con el dedo recién desprotegido, donde lo reintroduje con cuidado, pero sin dificultad gracias a que estaba perfectamente lubricado, sorbí el sobrante y aprentando mi lengua con fuerza y lentitud, dibujé lo restante- y, z- y me quedé durante unos segundos descibriendo el zigzigueante dibujo de la última letra, hasta que alcanzó uno nuevo y precioso, gritó esta vez con demasiada fuerza , y para callarla me tumbé completamente sobre ella para morder su boca y callarla. Cuando solté su boca suspiraba con fuerza me rogó que la follara, volví a besarla dandolé a conocer el sabor de su caramelo.


Me coloqué de rodillas sobre la cama y estire de su cuerpo hasta poner su culo sobre mis muslos, sus piernas se doblaban tras mi espalda, su espalda quedaba un poco en el aire y su vagina algo inclidada respecto a la posición natural del pene, para una lucha de fuerzas contradictorias. Volví a recordar que era virgen, y yo nunca había desvirgado a nadie, por lo que no sabría cuanto dolor sufriría. Le introduje el dedo indice y creo que pude sentir su himen. Mi polla miraba al cielo, y ella intentó alcanzarla con las manos, las cuales yo agarré con fuerza y volvi a emitir ese resoplo susurrado que antes la calmó:



Dejate llevar...-


Empecé a acariciar sus labios con mi glande, del cual brillaba en la punta el liquido preseminal, me dio ganas de acercarsela a su boca, pues con mis dos anteriores novias nunca follabamos sin sexo oral reciproco previo, pero pensé que hoy me tenía que dedicar mas a su placer. Hice igual una segunda vez pero profundizando hasta sus labios internos y dejándolo apoyado en la apertura. Tenía ganas de penetrarla violentamente y correrme rápido, mis testiculos ardían desde hacía rato pero su rostro era pura gloria, lo cual me contuvo, pero me hizo recordar que con tal grado de excitación lo mejor era tomar precauciones. Así que sin cambiar de postura me estiré hacia un lado de la cama para alcanzar mis pantalones. En el movimiento todo mi glande se clavó en su vagina y ella suspiró. Saqué mi cartera y de ella un preservativo. Ella alargó la mano para cogerlo, se lo dí, saqué despacito mi glande mientras ella lo miraba quedando otra vez mi pene en plena ascensión. Me dijó:



¿Lo vas a usar?-


Si, estoy muy excitado y no se si podré controlarme...


Es una pena, me hubiera encantado sentirlo sin nada... y que te corrieras en mi...-


A decir esto cogí mi pene e introdujé un tercio, me tumbé sobre ella y la besé:



Cariño a mi también me encantaría...-


Volví a mi posición y empecé un lento y cuidadoso mete-saca, noté que estaba golpeando su himen, ella seguía acompasada mis movimientos y suspiraba con fuerza, seguí friccionando sus paredes con lentitud. Por su estrechez se adivinaba su virginidad, las se ajustaban mi pene como un guante y ella mientras tanto, gemía con intentando aguantar la respiración. Estaba algo nervioso por ello, así que me decidí a hacerlo de golpe, y di un estocada con fuerza. Ella gritó con dolor, la miré a los ojos, y vi como apretaba los labios, como estrechaba el preservativo en su mano izquierda, la había introducido hasta mas o menos el dos terceras partes y me detuve, pero quizas al sentir dentro mi carne, sus gemidos de dolor se tornaron en placer, sorprendentemente para mi le sobrevino otro orgasmo, quizás por el mismo dolor, y aunque yo no me movía gemia cada vez con mas fuerza. Disfrute de la visión y la saqué despacito y al hacerlo ella emitio un fuerte suspiro. Tenía unos restos de sangré, me la limpié con las sabanas pues de todas formas tenian que ir a la lavadora. Iba a coger el condón pero ella apartó la mano, se lo acercó a la boca y lo abrió.



Acercamela, quiero ser yo quien te lo ponga-


Me zafé de la postura y me posicioné de tal forma que mi polla estaba a la altura de sus tetas, ella lo colocó sobre la punta, y lo hizo resbalar hacia abajo. Mis testiculos querian estallar...



¿Lo hago bien? –


Si, mi amor...


Ahora te toca a ti disfrutar-


Dicho esto la recorrió con las dos manos, pense que era la chica mas bella a la que iba a hacer el amor. Sin mas complicaciones me tumbé sobre ella, localicé su apertura, y la penetré despacio. La besé e inicié el lento movimiento mientras notaba como se abría mas, sus piernas se abrazaron a mi espalda inclinando así su pelvis, lamí su cuello y reposé mi cabeza sobre su hombro. Sus pechos se friccionaba en el lento movimiento con mi torso, y a medida que aceleraba el ritmo, se adivinaba en ella una dificultad para continuar el aliento... Me sentí el tio mas afortunado del mundo, todo pareció desaparecer a nuestro alrededor, nuestras pieles formaban un solo mapa, sus jadeos eran la melodía mas dulce...


Sara abrió la puerta:


-Son ya las... ¡Que cabrona, te lo estas...!-



Yo, aunque sabía que estaba allí ni la miré, mi placer era tan intenso que no pensé en las circunstancias. Quería correrme, pero deseaba también mantener ese placer... de forma instintiva la saqué y moví a Mónica para situarnos tumbados de costado, volví a buscar su entrada y a penetrarla... Durante el movimiento se oyó decir:



Dios..., es enorme-


Hacia esfuerzos por mantener a mis soldados en el cuartel, en esa postura con una mano le sostenía una pierna en el aire y profundizaba desde atrás mas todavía en su cavidad. Sentía sus gemidos como si fueran sus latidos. Mis testiculos golpeaban sus genitales haciendo un sonido acompasado, yo resolplaba de tanto en tanto... con dificultad situé la mano libre sobre la suya que acariciaba su clitoris. Tras un rató ella giró la cabeza para fundirnos en un nuevo besó que duró hasta que decidí cambiar de posición.


La coloqué a cuatro patas sobre la cama, respire unos instantes mientras acariciaba su cuca con mi mano,


Retomé la respiración, volví a colocarla y me agarré a sus caderas. Empecé un violento bamboleo entonces, noté como ella estallaba sin dificultad y gemía, pero no paré, aunque ella hizo un ademan de separarse, seguí con fuerza y aunque estaba cerca, no quería acabar así, quería correrme mirandola a los ojos, quería además aguantar lo suficiente como para que acabaramos juntos...


La volví de nuevo, y la tumbé de espaldas, me situé sobre ella en la postura inicial, la besé, empezé a penetrarla muy aceleradamente, ya con prisas. Hacía esfuerzos para contener mi explosión, tanto que incluso los testiculos me habian empezado a doler. Noté como sus gemidos volvian a acelerarse, y yo aumente la marcha con ellos, la miré a los ojos mientras notaba como sus paredes vaginales latian de forma complusiva sobre mi miembro. Me corrí y suspire en su supiro, la besé, reposé un segundo sobre su hombro y me giré a un lado para quedarme tumbado a si lado...


Casi mareado desplacé la vista a un lado y vi a Sara desnuda, sentada en la silla, masturbandose...


No se cuanto tiempo paso, un minuto cinco... Pero cuando volví a la realidad Sara estaba a un lado de la cama, dandole un beso en la mejilla a su prima y diciendo:



Enhorabuena tía, es el mejor polvo que he visto, y encima con quien tu querias...-


Ha sido genial...-


Mientras decia esto entre suspiros se volvió hacia mi y me besó en la boca, yo estaba mirando al techo, hasta que noté como me tocaban el pene.



Tía, pero te has dejado lo mejor...-


Sara me quitaba el condón, mi polla estaba a un sesenta o setenta por ciento de su explendor, lo suficiente dura como para no doblarse y Sara empezó a darle lametones comiendose todo mi semen... La dulce e inocente Sara, cuando la vi casi me da un pasmo, su lengua jugueteaba habilmente en la punta de mi glande y descendia a los testiculos. Tenía el condón en la mano, apretando la apertura de forma que no se vaciara del todo.



-A mi lo que mas me gusta es comerme las pollas despues de que se corran, pero nadie de mi clase la tiene tan grande...-


Al decir esto se metío todo el glande en su garganta, engulliendo hasta donde le cabía, y volviendo atrás haciendo presión con sus labios.



Ni siquiera ese nuevo que es negro la tiene así..., casi ni puedo comermela, ...y eso que no esta dura del todo...-


Lo que oian mis oidos me escandalizaba en cierta forma, habiamos hablado de ligues y tal, pero siempre me pareció tan inocente que no sospeché que supiera tanto. La estaba saboreando, mientras mi sable descendia a un cuarenta o cincuenta por ciento de sus posibilidades. La limpiaba con ufanosidad y yo la miraba excitado y estupefacto a un tiempo.



Descansa un rato, campeón-


Había acabado y se dirigío a su prima que estaba recostada a mi lado y la hizo que se tumbara, cogío el condón y vació su contenido sobre propias sus pechos, y lo extendío y los acercó al rostro de Monica. Me fijé entonces en Sara, sus pechos eran pequeños y sus pezones tenian ahora un tamaño desproporcionado, parecian casi lanzas. Los tenía blanquitos respecto al resto de la piel, lo cual hacía mas llamativa el rojo fuerte de su pezón encarnado. Su inocencia activada sexualmente se convertian en una picardía insoportable. Yo había estado paralizado ante la escena, pero cuando vi como Monica sacaba la lengua alcanzando los pechos de su prima me puse de lado y estiré mi mano hacia el culo de Sara.


- Prueba a que sabe tu hombre-


Empecé a acariciarla mientras notaba como mi miembro reverdecía ante tal maravilla de culo, mi mano descendió a su cuquita, y Sarita se ladeo para besarme en la boca. No lo pensé cuando me di cuenta que el extraño sabor era mi propio semen, lo cual me dio un poco de asco pero no pude parar ante el jugueteo de nuestras lenguas.



¿Tu hombre pronto va a querer guerra, me lo prestas verdad?-


Monica estaba ensimismada en sus pechos y no contestó. Yo jugaba con el coñito de Sara, tenia un fino bello que cubría sus labios completamente, le introduje un dedito y lo movia circularmente.


Sara mandaba sobre la situación, se giró poniendo su cabeza sobre mi pene y dejando su coño sobre la cara de su prima, que empezó a lamerlo como si nada hubiera cambiado. Inmediatamente ella me agarró el cimbel, que ya andaba cerca del ochenta por ciento de su envergadura. Lo asió como si fuera algo común, con la naturalidad con la que yo cojo un boligrafo, creo que ni yo me masturbo con tanta tranquilidad. Empezo a masturbarme lentamente mientras le decía cosas a mi pene:



Me vas a destrozar pequeño-


Cuantos coños habras partido ya-


Me miró y dijo:



Fran, tienes una polla increible, cuantas clases divertidas nos hemos perdido-


Se nota que tienes experiencia- No pude contenerme.


Si, me encanta el sexo y muchas veces me he masturbado pensando en ti, o pensaba que eras tu quien me follaba cuando lo hacia con mi novio-


Tras decir eso se la metió en la boca, casi hasta donde pudo. Yo ya estaba a mil. Me notaba desconocido... Yo siempre era mi simple en mis relaciones, no tenía fantasias de este tipo, y tanta fogosidad y seguridad en ella despertaban en mi una fiera...



Y encima tienes la polla mas rica que he probado-


Monica al oir esto se incorporó y soltó:



Dejame probar prima, que despues de todo no se la he chupado-


En Monica no hacia falta ser atento para advertir su inexperiencia, y eso que era un año mayor que su prima. La sujetaba con miedo y apenas chupaba. Antes de que yo pudiera decir nada Sarita intervino:



Asi no prima, mira imita lo que yo hago...-


Sara la cogío y la engullio, mientras su mano subia y bajaba tambien hizo el movimiento con la cabeza, se la sacó y la lamío del glande hasta los huevos, volvío al glande y se quedó allí unos segundos con la punta de su lengua. Era una chupadora fenomenal... Monica cogió el relevó y lo repitío exactamente, pero mas lentamente. Nuestros ojos se cruzaron y casi me corro en ese instante. Asi que los mantuve cerrados por un rato en el cual, las primas me dieron un hermoso viaje.



Monica, no te animes que me toca a mi...-


Abrí los ojos, y vi como Mónica se apartaba, para sentarse en la silla, mientras Sara se sentaba sobre mi.



Cariño no me quedan condones- le dije.


Da igual, tomo la pildora para estar tranquila con mi novio-


Dios, tenia una seguridad que asustaba, tenía 16 años, pero mandaba como una experta. Me cogío la polla y se fue dejando caer sobre ella, gimiendo, no precisaba muchos prolegomenos, pues empezó enseguida una cabalgadura violenta y no para de hablar...



Es enorme,...-


Prima..., ..., si no lo quieres..., ..., me lo quedo yo-


Sigue cabrón. –


Se bajó, y me dijó: - Te toca mover el culo a ti-


Me puse sobre ella, y se la metí con mucha fuerza, ella gritaba... Pensaba en el gusto que iba a dar correrme en su interior. Con ella todo pasaba mas rapido, era menos bonito pero mas salvaje.


Sonó el telefono movil de Mónica y esta contestó. Puse una mano en la boca de Sara para acallar sus gemidos.


Cuando colgó Sara, entre suspiros preguntó:


-¿Quien era?-



-Mi padre, que tiene cena de empresa en un restaurante en la playa, se quedará a dormir alli y vendrá a recogernos mañana al medio día, puesto que tus padres ya deben estar alli. –


En esos momentos, yo estaba a punto de estallar, llevabamos uns 10 minutos de penetración y la cabrona de Sara había tenido cuatro orgasmos. Yo por un lado queria correme dentro, pero no me fie de lo dijó así que la saque y se la acerqué a la cara, me la agite dos veces y empezé a soltar leche como un loco. Ella me la agarró con la boca, y Monica se acercó y empezo a pasar su lengua por mi glande... Sara dijo:


-Genial, yo voy a llamar a mi novio para que vaya a mi casa... y tu primita creo que esta noche tienes Clases Particulares.-

1 comentarios:

Anónimo dijo...

buen relato.... excelente...

Todo asombroso