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Miedo antes de la boda

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Hola mi nombre es Ruth, actualmente tengo 21 años y hace poco mas de dos que me case, aunque estuve a punto de no hacerlo.

Comenzare por describirme, a pesar de mi edad todos dicen que tengo una cara muy bonita casi de niña, y un cuerpo aunque nada espectacular si bastante bien formado, un par de tetas bastante apetecibles y un culo nada despreciable para mi edad pero mejor miren una foto mia para que se den una mejor idea.

Me case a los 18 años me faltaban solo un par de meses para cumplir los 19 años, y aun era virgen ya que a mi futuro esposo le habia dicho que quería llegar virgen al matrimonio, cosa que el no entendía pues es algo mayor que yo, mi hermano fue quien nos presento y me llevaba algo asi como 7 años.

Todo paso el mismo día de la boda, se suponía que la fiesta religiosa seria a eso de las 7:00 de la tarde y de ahí nos trasladaríamos hasta el salón de banquetes.

Como todavía faltaban cosas por arreglar, mi padre dijo que el me esperaría en la iglesia pues el y mis hermanos, pasarían primero por el salón de banquetes para ver que todo estuviera en orden, y mi madre y mis hermanas irían a revisar los arreglos de la iglesia, ya saben las flores y todo eso, asi que mi primo Juan seria quien me llevaría hasta la iglesia, pasaría por mi un par de horas antes para no andar con prisas.

Por fin el día de la boda todos parecen andar de prisa, cada uno se enfoca en sus cosas, mis padres se marchan a sus diligencias y me dicen que no valla hacer esperar a los invitados, Juan ya esta aquí asi que arréglate y nos vemos halla dice mi madre.

Le pido a Juan que espere un poco que ya casi estoy, apenas y termine de ponerme el vestido y de arreglarme escucho a Juan que me llama desde la sala, Ruth que se nos hace tarde ya son las 5:00.

Bajo las escaleras vestida de novia.

"¿pues creo que es todo, no?"

Juan se limita a mirarme en mi vestido de novia, de enorme escote, que deja ver el canal de mis senos y mi espalda al descubierto casi hasta el inicio de las nalgas, el velo me llega a los pies, calzados con unos zapatos de taco alto que me estiliza la figura.

Y de pronto dice:

"¿No es un poco atrevido?"

Fue el que le gusto a Enrique (que es como se llama mi esposo, por cierto)

Lo miro y camino hacia el, no se si son los nervios o que pero me falta la respiración, y sin saber porque me suelto a llorar y corro de vuelta a mi habitación.

¡¿Ruth?! ¡¿Ruth?! ¿Qué pasa? Es lo único que atino a escuchar tras de mi.

Ni bien entro a mi habitación, Juan entra tras de mi…

¿Te encuentras bien, te pasa algo?

No voy a casarme, le digo…

¿Qué? Pero si ya eta todo listo dice el.

Supongo que tendras un motivo, vamos cuéntamelo…

S…So…Soy…V…Vi…Virgen…

El me mira y suelta una sonora carcajada, jajajajajajjajajaja

Y ese es el problema, anda límpiate las lágrimas y vamos para la iglesia.

No, ya te dije que no me caso.

Y que tal si no lo hago bien en mi primer noche de bodas, que tal si no le gusta a enrique, el tiene mas experiencia que yo, yo…

Entonces dijo algo que me sorprendió.

Y si pudieras practicar un poco antes de tu noche de bodas, eso te ayudaría…

Antes de que reaccionara Juan se acerco a mi y me bajo el cierre del vestido el cual caso como si quisiera ser nuestro cómplice cayo al suelo sin esfuerzo.

Juan me hace dar unos pasos hacia el, y desabrocha su bragueta, liberando su enorme pene, para luego hacerme arrodillar frente a el.

Lámelo, es tu primera lección, me dice, y yo obedezco ávida de aprender, paso la lengua, pero el me dice, " Chúpala, chúpala como si fuera un barquillo" me ruega gimiendo.

La meto en la boca, y le mamo la pija.

Me quita el velo que cubre mi cabeza, y agarrándola quiere imprimir mayor celeridad en la chupada.

Juan me dice que la saque de mi boca y que me ponga a cuatro patas como una perrita, para ese momento mi vulva se encuentra toda mojada y espera su ataque.

Se arrodilla tras de mí, y siento la cabeza de su pene tanteando la entrada de mi vagina.

La mete de un golpe, y yo grito por el dolor, intento apartarme pero el me sujeta por las caderas y comienza a bombear, primero despacio y poco a poco aumenta el ritmo, el dolor se convierte en placer, sus embestidas son rápidas, profundas, me llegan hasta lo más hondo de mi cuerpo, me agarra fuerte de las caderas, y su ritmo se vuelve enfebrecido cuando las oleadas del orgasmo nos invaden a ambos, y siento su leche que se descarga en mi cuerpo.

"Lo vez primita no es tan difícil satisfacer a un hombre, te aseguro que lo haras bien"

Apoyo mi cabeza en su hombro, y le agradezco por la lección, al mismo tiempo que me arrepiento por todo el tiempo perdido.

La boda fue un éxito, papá contento me llevó al altar, y mi esposo bebió tanto que ni siquiera noto que su mujercita ya no era virgen en su noche de bodas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

VAya, Vaya que mejor momento para perder su virginidad , en verdad me calento este relato Ruth, ojala y escribas mas de tu vida sexual besos bye.

Anónimo dijo...

Zuk

Todo asombroso