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Ana, mi nueva compañera de piso

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Lo primero que quisiera es describirle un poco mi situación en aquel momento de mi vida en la que transcurrió la historia y describirme tanto a mí, como a mis personajes. Yo soy un muchacho actualmente de 26 años que reside en una ciudad en Andalucía de la cual se podría decir que es de aquellas en las que uno se siente realmente cómodo viviendo ya que sin llegar a tener los inconvenientes de un pueblo pequeño, tiene muchas de sus virtudes y sin embargo carecemos de los agobios propios de una ciudad mas importante, el relato que quiero narrarles sucedió cuando yo contaba con 21 años con esa edad yo ya llevaba tres años estudiando una licenciatura en la capital, ya que a los dieciocho años acabé mis estudios de bachiller y tomé la decisión de irme a estudiar a otra ciudad, en parte porque en mi ciudad no estaba la opción que yo prefería y porque al irme a estudiar fuera tendría mucha mas libertad que en casa, donde al ser el primero de cuatro hermanos, yo era el que debía ir abriendo camino en cuanto a horarios de llegadas nocturnas y menesteres similares.

Mis padres desde primer momento lo vieron bien, ya que a ellos mis abuelos no pudieron permitirles estudios superiores, en el caso de mi padre por que no opto por eso, y en el caso de mi madre porque eran una gran familia y en aquellos momentos España no poseía las facilidades que ahora ahí para que personas capaces estudiaran, viéndose obligada a trabajar desde joven y teniendo que ayudar a mantener la casa ya que era la mayor de cuatro hermanos y mi abuelo materno no poseía la solvencia económica del paterno. Así que a los dieciocho años de edad me encontré viviendo en un piso con dos de mis mejores amigos y sin horarios, sin reglas, y con la única obligación de llevar adelante mis estudios.

El primer año de universidad estuvo bastante bien, realmente ahora que ya ha pasado creo que no lo aproveche todo lo que pude, y al final de este nos vimos mis amigos y yo en que no a todos nos habían ido tan bien las cosas, uno de mis amigos al no haber aprobado casi ninguna asignatura se vio obligado a volver a nuestra ciudad dejando un hueco libre en el piso y teniendo que buscar inquilino, por lo que a mi respecta me sentí bastante mal en aquel momento ya que aquel era con el que mejor me llevaba, y me sentí un poco traicionado ya que fui el ultimo en enterarme, aunque la vida seguía, por lo que el año siguiente tuvimos que buscar otro compañero y seguir estudiando.

La vida con este chico en la casa fue peor, pero ese verano que transcurría entre mi primer año universitario y el segundo, ocurrió lo que yo llevaba buscando mucho tiempo. Tras haber estado un par de veces con una muchacha de mi ciudad digamos que tonteando y sin nada serio, por fin nos hicimos novios más o menos serios, relación que todavía hoy en día dura y con la que me siento muy feliz.

Pero mi relato se centra en el tercer año universitario, ese año después de transcurrido el segundo, siendo un fracaso en tema de convivencia ya que nuestro nuevo compañero era un desastre, mi amigo y yo decidimos cambiar de casa y buscar otros compañeros, ya que este no daba nada mas que problemas y no hacia nada mas que meterse donde no le llamaban, y así comenzamos una búsqueda que finalmente nos llevo a encontrar una casa preciosa muy cercana a la universidad y prácticamente nueva, el problema que poseía dicha casa era que era un poco caro el valor de su alquiler, pero no pensamos que ese fuera un problema grabe a la hora de encontrar compañeros ya que, era prácticamente nueva y muy cercana a la universidad, por lo que rápidamente formalizamos el contrato y la alquilamos.

Una vez teniendo solventado el problema de la vivienda para el año próximo mi amigo y yo nos dimos cuenta de que no nos estaba resultando difícil encontrar un compañero a nuestro gusto, ya que los que si estaban dispuestos a alquilar una habitación no se adaptaban digamos a nuestra filosofía de vida, así que una noche discutiendo y medio de coña propusimos que porque no probábamos con intentar compartirla con chicas, a el le pareció la idea genial, pero alego que si pensaba que iba a ser fácil, en primer lugar teníamos que consultarlo con nuestras novias ya que no queríamos que pensaran que lo hacíamos con una idea preconcebida de que, venga vamos a meter tías, a ver si nos las beneficiamos, y en segundo lugar, que si no encontrábamos chicos que nos convencieran imagínate con chicas, seria peor, yo no estaba muy de acuerdo con el, pero bueno, optamos por decírselo a las novias y ya luego ya veríamos.

Nuestras novias no se mostraron muy receptivas, en especial la mía, ya que la suya sabia que el era incapaz de ponerle los cuernos o de hacer alguna trastada, pero la mía es muy desconfiada, aunque por aquellos momentos nunca le di motivo, pero supongo que no se si por maldad o por que motivo ella intuía que una cosa era que yo viviera con chicos y que pudiera llevarme a cualquiera al piso ya que ella no me controlaba, y otra muy diferente era meter al diablo en casa como se dice, ya que así tendría la tentación mucho mas cercana y a diario. El caso es que viendo que no encontrábamos acompañantes masculinos digamos que no desaprobaron el que buscásemos femeninos, pero que no estaban muy conformes.

Pues imagínense mi amigo y yo cuando lo hablamos, ya empezamos con el cachondeíto de que ya que íbamos a meter tías a vivir con nosotros que tendrían que ser dos pibones, que si el las quería rubias que si yo morenas, tonterías típicas, ya que en el momento que nos encontrábamos, faltando dos semanas para que terminara el curso no teníamos mucho para elegir, y encima nosotros estabas quisquillosos.

Bueno el caso es que una vez que pusimos carteles por la ciudad, para buscar compañeras de piso y demás, técnica que lo estudiantes conocemos muy bien ya que es la mas económica solo te cuesta un par de euros de fotocopias y la caminata de colocarlos y resulta efectiva, nos fuimos por la mañana al piso nuevo a estudiar y a esperar que nos llamasen, para ver como iba la cosa. Ese día nos levantamos temprano nos afeitamos los dos nos maqueamos y a esperar intentando dar la mejor sensación, ya que como luego descubrimos las chicas de principio no son propicias a compartir piso con chicos y aunque la idea luego a muchas les gustara (no malinterpreten que mi amigo y yo seamos dos cañones de tíos, en realidad no nos he descrito, pero básicamente éramos dos muchachos normales, de mediana estatura 1,75 aproximadamente, yo castaño el moreno, ojos verdes yo y el marrones y delgados, un físico estándar de dos universitarios corrientes que practican sus tres o cuatro veces a la semana deporte y que siempre sacan un poco de dinero para ir mas o menos a la moda del momento del que nos pasaban nuestros padres, digamos que éramos resultones, mi amigo siempre decía que nosotros a una chica no la conquistábamos de momento, pero poseíamos y tenemos una virtud que muchos carecen y es que con nosotros las chicas se ríen mucho y se lo pasan muy bien, por lo que el palicazo como nosotros decíamos era nuestra arma mas fuerte), luego nos veíamos en que sus padres no aprobaban el que ellas se vinieran a vivir con nosotros.

Así pasaron dos días hasta que el tercero entraron a eso de las tres de la tarde nuestras futuras compañeras, Ana y Marta, eran amigas de una ciudad cercana a la nuestra y era su segundo año estudiando allí un año mas jóvenes que nosotros, nada mas entrar al piso no se asustaron al ver que iban a compartir piso con dos muchachos ni nada, le explicamos como habíamos dividido las habitaciones y la casa y les mostramos las cuartos que quedaban libres, ya que mi amigo y yo ya habíamos elegido los nuestros, a las chicas les gusto el piso, por lo que nos sentamos en el sofá y empezamos a hablar un poco de nuestras vidas y demás, ellas nos contaron que estudiaban: Ana traducción y Marta filología inglesa, en seguida conectamos y nos tiramos largo tiempo charlando tranquilamente, fumando algún cigarrillo de vez en cuando y tratando los temas de la convivencia y demás. Al cabo de unos cuarenta y cinco minutos ellas se fueron, y quedaron en darnos la respuesta de si les interesaba esa misma noche y Juanjo y yo empezamos a hablar de lo típico:

-Bueno, ¿que te parecen?

-A mi me gustan, se ven simpáticas, no han puesto pegas y son agradables.

-Si eso ya lo se yo, lo que te digo es que como las ves.

-Joder nene la del pelo rojo tiene un polvazo que te cagas y la otra no veas, pero tiene novio, solo la pelirroja esta soltera y tu lo primero que te has apresurado en decirle es que tenemos novia que si patatín patatan.

-No te jode, es que estamos buscando compañeras de piso con las que como mínimo deberíamos vivir un año no una tía para echar el rato gilipollas.

-A mi me gustan, pero el tema es que son muy guapas y a las niñas no le va a hacer gracia que metamos dos pibones a vivir con nosotros, acuérdate que decían que seguro que metíamos dos peazos de tías, pero vamos que todavía no han dicho que si.

-Yo creo que aceptan, no se porque pero lo creo, así que ve preparándote a ver como se lo dices a tu señora.

-Je je je, bromeas a mi, Cris no me dirá nada, yo no soy el zalamero, y la celosa es Julia.

Esa misma noche comprobé que los dos llevábamos razón, las chicas aceptaron, vamos si es que nosotros no poníamos ninguna pega, y Juanjo llevaba razón mi novia Julia, se enfado bastante cuando al preguntarme si las chicas eran guapas yo le dije que si y que encima una estaba soltera, la discusión aquella noche por el móvil fue larga, ya que a mi me cabreaba bastante que ella desconfiara de mi, nunca le di motivo para que fuese celosa y ella en ocasiones era muy cargante, una cosa era que yo bromeara con algunas amigas pero nunca hacia comentarios con dobles sentidos ni buscaba nada, y jamás le fui infiel, es mas nunca se me ocurrió.

El caso es que el curso termino y paso el verano, y como todos los años a principios de septiembre llegamos Juanjo y yo a nuestra nueva casa a hacer los exámenes de las asignaturas que no habíamos aprobado en junio y cuando nosotros llegamos ya vi a lo que se refería mi novia, con lo de que no era lo mismo tener la tentación lejos que cerca, al entrar al piso Juanjo y yo vimos que ellas ya habían llegado uno o dos días antes que nosotros , así que dijimos hola en voz alta y saludamos, entramos al salón y dejamos las maletas, y joder cuando nos las encontramos a las dos en pijama, pero no uno de esos pijamas convencionales, sino uno de esos que son como unos pantaloncitos muy cortos, yo diría que como un culote prácticamente que casi se aprecia un poco de los cachetes del culo y unas camisetitas cortas que ceñidas que mostraban todo el escote y los ombligos con dos respectivos piercings cada una poseía, pensé para mi que aquel año iba a ser muy largo, ellas no se extrañaron de vernos dos dieron dos besos cada una como es costumbre y nos invitaron a café que acababan de hacer, muy simpáticas y hablamos del verano que había pasado y de los exámenes y de todo y de nada a la vez.

Después fuimos cada uno a nuestros cuartos a organizar las maletas, y al poco paso Juanjo a mi cuarto:

-Oye Jorge, que me dices del percal

-No veas macho están que no veas, la suerte es que hemos venido solos, imagínate que vienen Julia y Cris, se pillan un mosqueo de cojones.

-No seas alarmista ellas no sabían que veníamos hoy, además yo duermo en bolas siempre y el año pasado íbamos un montón de veces en gallumbos por el piso y no pasaba nada, puede ser que ellas se estén adaptando, o que simplemente no supieran que llegásemos hoy no le des mas vueltas.

-No si no se las doy, Marta se ha quedado un poco roja cuando nos ha visto llegar, pero a Ana le daba igual.

-Joder Juanjo pareces mi padre, que estamos artos de ver a tías en bikini del verano, y enseñaban mas que estas, y estas que pareces un viejo, vamos.

-Tienes razón.

Bueno el caso es que el se fue, y yo termine de colocar todo y decidí salir a ver un poco como había colocado todo y eso. Al pasar de nuevo en el salón me di cuenta de que eso de vivir con chicas tenia sus ventajas ya que me fije en detalles que el año pasado en nuestro anterior piso no eras comunes, el salón estaba perfumado, con un ambientador, todos los ceniceros estaban vacíos o si acaso tenían una o dos colillas, no llegaban a acumularse las torres que nosotros formábamos, la cocina ya estaba recogida después del desayuno, cosa que nosotros nunca hacíamos, se recogía por la noche y se limpiaba un poco y basta. Y ellas estaban sentadas mirándome un poco extrañadas, hasta que Ana que era mucho más lanzada que Ana me pregunto:

-¿Qué observas tan intrigado, y te aguantas la risa?

Le conté un poco por lo harto todo lo que había pensado, y se echaron a reír las dos, acabando por decirme Marta, a pues eso se ha acabado, ahora vivís con nosotras y tenéis que ser mas organizados que vosotros me vendisteis una moto y no quiero descubrir que no es cierto.

Ella tenia razón nosotros el día que nos conocimos de dijimos que éramos organizadísimos, limpisimos y cien mil cosas mas que terminaran en isimos, claro que obviamente exageramos. Así que yo la tranquilice diciéndole que no, que solo bromeaba y me hice la consigna de que deberíamos esforzarnos por cambiar.

En cierta medida lo conseguimos nuestra casa siempre estaba recogida y organizada, los turnos de limpieza se respetaban y mis compañeros de clase se asombraban cuando venían a mi casa de que hubiera cambiado tanto de un año a otro, era obvio que ellas tenían mucho que ver en esto.

Bueno con el paso del tiempo me fui dando cuenta de que realmente había un ambiente muy bueno de convivencia muchas veces salíamos juntos de fiesta, íbamos a tomarnos cervezas todos o casi todos dependiendo de los quehaceres de cada uno y que habíamos conectado bastante bien, fui descubriendo que Marta estaba muy bien con su novio y que realmente lo quería, tanto como ellas se dieron cuenta de lo mismo respecto a nosotros con nuestras novias, pero digamos que Juanjo estaba mas a gusto con Marta, ya que ella nunca sacaba temas que le comprometiesen ni nada, sin embargo Ana a mayor tiempo que pasaba se sentía mas a gusto conmigo, siempre íbamos juntos a la universidad, esperaba uno al otro, desayunábamos juntos, si se acostaban los demás ella y yo seguíamos hablando tranquilamente fumándonos un cigarro en el salón, o hablando de nuestras cosas, a ella le encantaba preguntarme por Julia, me decía que se veía que la quería mucho, como habíamos empezado a salir, como íbamos, de todo quería saber todo sobre mi, claro ahora que ya han pasado los hecho y que uno tiene un poco mas de experiencia ve las cosas de otro modo, pero yo en aquel momento nunca lo malinterprete, es mas Juanjo y Marta siempre decían que éramos la parejita de echo que si ella cocinaba los platos que mas me gustaban, que yo iba los domingos a por churros porque a ella le gustaban, que nos íbamos juntos a todos lados y demás, y tenia razón, a mas tiempo que yo iba viviendo con ella mas tiempo pasábamos juntos siempre como amigos, hasta que ya lo empecé a ir viendo claro.

Un fin de semana vino mi novia a pasarlo conmigo, y yo vi. que ella no estaba igual no se pequeños detalles pero no eran los mismos, pero los notaba, el sábado ese salimos todos de fiesta, y como era evidente mi novia siempre estaba conmigo en el botellón le gustaba estar hablando conmigo siempre en el mismo grupo dejándome muy pocas veces solo a no ser que fuera a mear o a acompañar a cualquier amiga a dar una vuelta, sin embargo esa noche no se despego de mi literalmente, todo el rato abrazada a mi, en la discoteca bailando siempre conmigo, besando, mordiéndome el cuello tocándome el culo, no se, era raro es verdad que ella es celosa pero no de esa forma no era tan posesiva en publico no le gustaba demostrarlo delante de todos, así que algo pasaba.

Después de llegar de fiesta a mi casa, con todo el mundo rápidamente se paso al cuarto y me dijo que no tardara, yo por mi parte le dije que iba a lavarme los dientes y que en cinco minutos entraba.

Al salir del baño me encontré con Ana que venia de la cocina de hacerse su típico cola-cao de cada noche, y me dijo que si me apetecía un cigarro, como hacíamos siempre, yo se lo rechace diciéndole que me acababa de lavar los dientes, y que no me apetecía, de ese modo ella se fue y cuando iba a entrar a su dormitorio se giro y me dijo, bueno mañana a las once para desayunar no? En ese momento me di cuenta que desde que había llegado todos los domingos ella y yo desayunábamos juntos aunque el día de antes hubiéramos salido de fiesta y luego ya pasábamos el día estudiando un poco o haciendo cualquier otra cosa, pero claro, ese fin de semana que había venido Julia a verme no la podía dejar durmiendo e irme con ella, estaba feo, así que le dije que lo sentía, y que el lunes la invitaba yo, que me lo perdonase, ella se rió y me dijo ya veo que tienes otros planes.

Ella no se equivoca al pasar a la habitación me di cuenta de que Julia me esperaba de pie, había encendido una pequeña lámpara que tengo que funciona con una vela que atenúa mucho la luz de la habitación y una ramilla de incienso, estaba esperándome con una cara que al mirarla me di cuenta que lo que trataba de decirme era que esperas en follarme de una puta vez.

Yo se muy bien que cuando ella esta así no soporta que la hagan esperar, así que lo que hice fue quedarme en la puerta, pase despacio, la cerré, y le pregunte:

-¿Te pasa algo? ¿Para que has encendido la luz esa? ¿Es que no vamos a dormir?

Ella me miro encendida, y se fue acercando, se había quitado la ropa y me esperaba solo con un conjunto de ropa interior que yo le había regalado que ella sabia que me encantaba y se lo ponía de vez en cuando.

-¿A dormir? Tu estas loco no he venido a verte para dormir, ya hemos estado haciendo demasiado el gilipollas por ahí, cuando teníamos que haber estado aquí.

Ella tenia razón al estudiar cada uno en una ciudad cuando el uno iba a visitar al otro casi todo el tiempo lo pasábamos en la habitación hinchándonos a follar, y ese día había sido una excepción, ella no era muy partidaria de salir de fiesta, pero al final la convencí, claro que después de estar toda la noche restregándonos bailando y encima con varias copas de mas, ahora estaba que ardía.

Su reacción no se hizo esperar, se abalanzo sobre mi rápidamente, y empezó a desnudarme con desesperación, primero me quito la camisa, mientras yo me afanaba en quitarme los zapatos mientras le sobaba el culazo que tiene, cuando me di cuenta estaba tumbado en la cama con ella encima mía bajándome los pantalones no tan rápido, no se porque pero siempre disfruta bajándolos despacio como para hacerse que puede esperar cuando se muy bien que no es así, yo conforme pude le quite el sujetador, me encanta verla encima mía con las dos tetazas colgando y empecé a masajeárselas, primero muy despacio, y luego ya apretándoselas mas fuertemente, yo quería comérselas, pero cuando ella vio mi intención me dijo bruscamente:

-¡Primero me metes las polla! Y luego ya veremos lo que te dejo que me comas

A ella no le gustan los preliminares, rápidamente me quito mis bóxer y con su mano derecha cogió un poco de saliva de la boca, con una cara de viciosa que me encanta, y me la restregó en la punta del capullo, después me apretó la polla fuertemente como queriéndomela reventar y se subió encima mía, quedando yo tumbado y ella de rodillas sobre mis piernas se alzo un poco, y luego despacio, despacio empezó a restregarse mi polla sobre su tanga, dios estaba chorreando, el tanga lo tenia calado, llevaba tiempo sin verla tan mojada, un segundo después note como con su mano izquierda corrió unos centímetros de su tanga hacia un lado y llevo mi polla a la entrada de su coño, si hubiera querido se la habría metido de golpe, pero no lo hizo así, metió solo el capullo, y empezó a aumentar el ritmo de la respiración, mientras me decía:

-Hoy te has portado muy mal conmigo, todo el día por ahí dando vueltas y no me has atendido lo suficiente, por eso no te voy a dejar que me la metas, solo la punta para hacerte sufrir, no te mereces follarme.

No se porque pero cuando ella se pone así a mi me da la risa, se cree que me controla y yo le hago creerlo, en ese momento me incorpore quedando sentado y nuestras caras una enfrente de la otra, la agarre del pelo fuertemente y la bese, ella sin querer o queriendo, dejo que mi polla entrara unos centímetros más, ya le tenía casi la mitad metida, deje de besarla, y le dije:

-Estas tu muy zorra hoy, a ver si es verdad lo que dices que te vas a portar conmigo, venga sácala, sácala, me miraba con una mezcla de rabia y de lujuria, y entonces hizo algo que nunca antes había hecho me escupió a la cara, eso me encendió del todo, la empuje y me tumbe encima de ella, tomando yo ahora el control de la situación:

-Y si ahora te la saco, ¿Qué?, te vas a hacer un deo como esos que me cuentas que te haces por las noches cuando yo no estoy ¿eh?

Ella me cogió con las dos manos del culo y me clavo las uñas acercándome hacia ella, quería que se la clavara entera, pero cuando le faltaban un par de centímetros para que chocaran los cuerpos hice fuerza como para separarme, ella me grito: ¡cabrón! Ven aquí y follame de una puta vez, con lo que me acabo de encender.

Ahora se iba a enterar, le alcé las dos piernas de forma que sus pies se sostenían en mis hombros, para que se le clavara entera, casi nunca quería hacerlo así porque le dolía le llegaba a entrar demasiado y yo notaba como si tocara el final y a ella le hacia daño, pero esta vez me había enfadado, o no se, el caso es que quería darle fuerte así que con sus pies sobre mis hombros me dejé caer encima suyo, y se la clave entera de golpe, ella grito bastante fuerte, y agarrándome de la cintura empezó a acercarme y separarme fuertemente, mis arremetidas eran fortísimas y el choque de nuestros cuerpos parecía como el de dos palmas, ella que al principio empezó gimiendo, ya estaba casi gritando unas borderias que no hacían nada mas que hacer que le diera mas fuerte, y mas fuerte, sin que yo me diera cuenta ella había separado una de sus manos de mi cintura y la había llevado a mi polla, ahí fue cuando note que algo estaba tramando y la reacción no se hizo esperar, ella me cogió las dos pelotas y las apretó fuertemente hasta hacerme daño con lo que instintivamente me moví hacia atrás y ella aprovecho para sacarse mi polla, me miro con esa cara lujuriosa que ella siempre pone cuando como ella dice follamos y no hacemos el amor, se tumbo de lado dándome el culo y alzo una pierna, yo ya sabia lo que quería, le encantaba hacerlo en esa posición porque a la vez que yo la penetraba de espaldas le estimulaba el clítoris con la mano y le decía borderias al oído despacio, pero ella no me dejo tiempo de reacción, tanteo de espaldas mi cuerpo hasta que encontró mi polla:

-¡Dios! Esta chorreando me tienes que parece que me estoy meando peazo de cabrón, ven ya y termina lo que empiezas

Me acerque hacia ella y cuando note donde había llevado ella, mi rabo me extrañe, aquello, no era su coño, era el culo, entonces no lo entendía, ella odiaba que yo le mencionara solo que podríamos intentar el sexo anal, se enfadaba muchísimo y solía tenerme un par de días a palo seco, entonces me dijo:

-¡Te gustaría probarlo hijo de puta! Eh? Y hacia como si quisiera metérsela pero cuando cedía un poco paraba, así un par de intentos hasta que me dijo con voz de zorra: Pues hoy no va a ser y de un tirón se la metió en el coño la muy zorra, yo ya estaba que no podía mas, hoy estaba ella cachonda perdida y se estaba portando como nunca así que empecé a darle bien fuerte mientras ella seguía gimiendo, y me pedía mas y mas, cuando la oí, sigue, sigue, sigue, mas quiero mas, ahí bien dentro así y empezó a apretarme los huevos pero esta vez mas despacio como ella sabia que me gusta, y entonces supe que se estaba corriendo, siempre que se corre es cuando mas borderias suelta y ese día se explayo:

-¡Venga maricón lléname el coño, mas así, llénamelo ahí dentro, lléname el coño!

Ella sabe que cuando se pone tan borde me excita tanto que poco tiempo después termino corriéndome, pero quería darle un poco de su medicina así que le dije al oído despacio:

-Zorra hoy no te vale, hoy te lo quiero dejar sequito sequito hasta que te duela para llenármelo.

Eso termino de hacerla que se corriera, ya que ella misma me lo decía, vamos no solo a mi a todos los de la casa, porque la cabrona estaba gritando a pulmón a las seis de la mañana que se estaba corriendo, y en menos de medio minuto note como la polla empezó ese tembleque característico que antecede a la corrida, ella al notarlo seguía a las suyas, así así llénamelo hijo de puta entero, que me rebose, quiero que se me salga, dámela toda ahí bien dentro. Yo no pude mas y seguí dándole un par de veces mas después de corrernos mientras ella me la pajeaba suavemente, cundo de golpe se levanto de la cama y se la saco, eso me encantaba que se la sacara después sin que yo lo esperara siempre le decía y le digo serás zorra, y ella pone su típica cara de satisfacción como dándome a entender que es ella la que lleva la voz cantante cuando follamos, ese día había sido así, pero normalmente no lo era.

Tranquilamente se levanto y se encendió un pitillo, se sentó en el borde de la cama, le dio una calada al cigarro y inclinándose hacia mi me beso en los labios para luego echarme el humo en la boca, y que yo lo tragara, (es una forma que tenemos ambos de fumarnos los cigarrillos a medias después de follar, el que cree que se lo ha ganado se lo enciende y al otro solo le pasa el humo), ese día no me pregunto que quien lo encendía sabia ella muy bien que se lo había ganado, después se tumbó en la cama y me dijo:

-¡Los cigarros a medias te los fumas conmigo!

Yo la mire sin comprender lo que ella quería decirme, y ella prosiguió:

-Vamos solo faltaba que te hubieras parado a fumarte un cigarro con esa zorra mientras yo te estaba aquí esperándote, te llegas a parar y salgo y te saco los ojos.

En ese momento me reí, pero a carcajada limpia.

-Vamos no me digas que te has puesto celosa, porque me haya dicho de fumarme un cigarro antes de acostarnos.

-Por eso y más cosas, la muy puta no paraba toda la noche de buscarte, me tenía hasta el coño.

-¿Pero que hablas?

-Vamos Jorge, tu no te darás cuenta, pero si me lo ha dicho hasta la pobre Cris que es mas inocente que todas las cosas, que yo te diré una cosa, eres mi novio, y te quiero mucho, pero cuando estas borracho y empiezas a contar tus tonterías no hay quien se ría, y la muy tonta siempre estaba enfrente tuya mirándote con cara de boba y riéndote las gracias.

-Pues le haría gracia, yo que se.

-Y una mierda

-Anda que estas siempre con lo mismo,

-Y en la discoteca ¿que?, las veces que ponían canciones de reggeatton tardaba en localizarte para ir a buscarte.

-Pero si no ha bailado conmigo ¿Qué hablas?

-Claro, porque yo soy más astuta que esa, y antes de que se te acercara, ya me tenías a mí, y la vez que estaba en el baño le dije a Cris, que como viniera y la viera bailando contigo se montaba, y la pobre se puso a bailar contigo para que no se acercara.

-Mira que montáis líos las mujeres, y pensáis cosas raras, yo no me entero de na y tú te montas unas películas que no veas.

-Vale vale, ¡ah! Esta noche me he enterado que a David le gusta, así que siendo tu tan amigo suyo, y sabiendo que esta tan mal que lo acaba de dejar su novia, porque no lo lías con la zorra esa para que deje a mi novio tranquilo de una puta vez, y no tenga que estar yendo contigo para arriba y para abajo.

-Si hombre, no tengo yo otra cosa que hacer que ponerme de Celestina, si a David le gusta, que se la curre, y eso ya lo se yo, o que te crees que a que viene tanto a verme últimamente, pero yo no lo veo, ¿eh? Ella medio hippie y el con las pintas de pijo alelao que lleva últimamente, no se yo.

-Pues yo si, así que la semana que viene ayuda a tu amigo coño.

-Vale, yo le ayudo pero joder vamos a dejar de hablar ya de Ana, que me cargas, nada mas que una calada me has dado al cigarro, con la mierda de tus historias.

-Te jodes.

Entonces me miro, y cambio un poco la cara de enfado que tenia, al ver que yo estaba realmente cabreado, y se acerco a mi y empezó a darme pequeños besos en el pecho, yo sabia, lo que ella quería siempre después de follar, le gustaba echar un polvo tranquilos, ya sin tanta euforia, como ella decía hacer el amor, acariciándonos, besándonos y sin soltar todos esos improperios que hacemos cuando follamos, pero esa noche no se follaba mas, me había cabreado, así que le di un beso en la mejilla me levante, me puse el pantalón del pijama y me salí al balcón con mi paquete de tabaco, ella me pregunto que a donde iba, y le dije que a tomar el fresco, se enfado, pero quizás pensando un poco, ella vio que quizás había exagerado demasiado todo donde no había realmente nada, y comprendió mi enfado, o por lo menos no me dijo nada y dejo que saliese al balcón sin hacerme mas preguntas.

Una vez fuera tranquilamente, me encendí un cigarrillo, y empecé a pensar en todo lo que había pasado esa noche. Ya mas sereno comprendí que podía ser que quizás realmente yo le gustara a Ana, porque yo no le dije a Julia toda la verdad, yo me había dado cuenta de lo que había pasado esa noche, Ana estaba muy rara desde que llego Julia, no hacia nada mas que hablar de mi con otros delante de Julia como para darle a entender que sabia mucho de mi, de todo lo que hablábamos, o de las veces que íbamos a un sitio a otro, y comprendí que Julia tenia razón, quizás a esa muchacha yo al principio no le gustaba, pero al tener tantas cosas en común y el pasar tanto tiempo juntos, el roce estaba haciendo que surgiera algo mas, y yo lo entendía porque así fue como yo me enamore de Julia, al principio no me atrajo, pero ella siempre me ha dicho y lo sigue manteniendo que cuando me conoció noto algo diferente, la forma que yo tenia de hablar, de bromear, de mirarla, que no lo sabia, pero el caso es que solo quería volver a quedar conmigo un día y otro y otro, hasta que una tarde tranquila los dos en un parque me beso, a mi al principio ella solo me atraía físicamente, pero al irla conociendo me enamore mas y mas de ella, la forma que me trataba solo se preocupaba de mi, era muy atenta, ahora pensándolo me avergüenzo realmente de que fuera ella la que tuviera que hacerlo casi todo y yo como un gilipollas estaba esperando a ver que pasaba, bueno el caso es que podía ser que a Ana le estuviera sucediendo lo mismo que a mi con Julia y no quería que eso llegara a suceder, por lo que pensé que la idea de ella hombre no era muy ortodoxa pero podía funcionar, si empezaba a salir con David, quizás y dejáramos de pasar tanto tiempo juntos volveríamos a tener una simple relación de amistad, como era con mis otros dos compañeros de piso Juanjo y Marta, amigos pero sin tantas historias. Así que después de fumarme dos cigarros seguidos, me pase a la cama, Julia ya estaba casi dormida me quite el pijama me acerque a ella, la bese en la boca y la abrace, oí muy despacio que ella me susurraba algo y entendí que lo que decía era que me quería, yo le dije que también entonces se giro me beso lentamente, y me dijo:

-Estás helado, a quien se le ocurre salir al balcón sin camiseta y sudando, solo faltaba que te resfriaras.

Yo sonreí, esas cosas me hacían sentir que se preocupaba por mi, no se esos detalles nunca los había tenido otra chica conmigo, entonces me abrazo y apoyo su cabeza sobre mi pecho, y al hacerlo note que tenia las mejillas húmedas, había llorado, yo la abracé fuertemente y así permanecimos mucho tiempo hasta que nos dormimos.

A la mañana siguiente nos despertamos los últimos cerca de las tres, y porque el bueno de Juanjo me llamo al móvil, al cogérselo yo extrañado, le pregunte:

-Nene ¿para que coño me llamas?

-Jorge es que hemos hecho de comer para todos y os estábamos esperando para almorzar.

-Coño las tres, ya me despierto, gracias nene.

A los cinco minutos salí al salón y me encontré que Cris la novia de Juanjo que era una excelente cocinera había echo una rica paella para siete y claro ahí había cinco personas esperándome, Juanjo y el novio de Marta al verme aparecer se empezaron a reír, yo no sabia muy bien porque pero al tocarme la espalda, Juanjo lo entendí, Dios como dolía, Julia me la había arañado muchísimo y me había echo un montón de marcas que pese a las horas de sueño todavía duraban y para mi pesar dolían, todos se rieron, bueno todos no, Ana tenia una cara de no gustarle nada, entonces me eche a reír, y Marta me dijo:

-Lo que no nos habías contado es que eras tan brioso en la cama, esperemos que Julia no venga mucho a verte, sino no habrá quien duerma.

-Todos reían.

Y Ana dijo:

-también ya te vale, yo pensaba que eras mas considerado, ayer no había quien durmiera y a ti te la sudaba.

-Anda nena que no es para tanto, dijo Marta.

Yo pasee a mi cuarto me puse una camiseta y termine de despertar a Julia, ya tenían la mesa preparada, y empezamos a comer, la comida fue un poco seca, no se hablaba mucho y Ana a penas me miraba, fue entonces cuando comprendí que Julia tenia razón, pero claro no podía decírselo sino hubiera ido a peor todo, mi ultima duda desapareció en el momento de que Julia salio de mi habitación con una camiseta mía y unos pantalones cortos, ahí me di cuenta de que realmente Ana la miro con cara de odio.

Bueno ese día trascurrió y a la noche acompañe a mi novia, a la estación de autobuses para que cogiera el bus en dirección a la ciudad en donde ella estudiaba, quedamos en vernos en tres semanas en nuestra ciudad, y que como siempre hablaríamos por teléfono todos los días que era lo que nos quedaba al estar cada uno estudiando en ciudades diferentes, nos besamos y nos despedimos y yo volví a mi casa, cuando llegue no había nadie así que me pase a mi cuarto encendí la radio y me puse a escuchar un programa de radio muy conocido en mi país que se emite los domingos por la tarde y que va sobre toda la actualidad deportiva que va aconteciendo ese fin de semana, a la vez que terminaba de dibujar unos bocetos que tenía que entregar la semana siguiente, ya que yo estudiaba arquitectura, digo estudiaba porque gracias a Dios termine y ya soy arquitecto, entonces ajuste el paralé de mi mesa de dibujo encendí un pitillo y empecé con la faena, a la hora y media note empecé a notar movimiento en la casa, ya había gente, pero yo seguí a lo mió, ya que en todo el fin de semana no había hecho nada, y tenia que adelantar bastante, al cabo de un rato o eso me pareció a mi sonaron un par de golpes en la puerta, mire el reloj y me di cuenta de que eran cerca de las once, joder cuando uno esta a lo suyo y comiéndose la cabeza el tiempo no corre vuela, entonces me alcé, grite adelante, y Ana pasó a mi habitación, se me quedo mirando unos segundos y me dijo:

-¿Es que no vas a cenar hoy?

-Puff, es verdad, estaba dibujando y se me ha ido la hora, ya he visto que son cerca de las once. ¿Tú ya has cenado?

-Que va, no tengo a penas comida hasta que el lunes vayamos a hacer la compra.

Ahí noté con el hecho de que fuera a buscarme y ese vayamos, que si había estado enfadada ya se le había pasado.

-Si, lo mismo me pasa a mi.

-había pensado que podíamos ir a tomarnos unas tapas.

Ella quería seguir como antes pero después de yo haberlo visto ya todo muy claro no podía seguir como al principio o por lo menos no en un tiempo hasta que ella se diera realmente cuenta de que la cosa no podía ser, o encontrara a alguien.

-Que va, tengo muchísima tarea, y ya es muy tarde.

Ella me examino el rostro y luego añadió:

-Bueno pero pedir unas pizzas.

-Eso si.

-Anda salte un rato conmigo y haz un descanso, llevas ya cuatro horas ahí metido,

Yo me reí y le dije, no, cinco y media que antes de que tú llegaras, ya estaba liado.

-Mejor me lo pones, además hasta la semana que viene aun queda mucho.

Ella sabía que bocetos estaba haciendo y cuando tenia que entregarlos, normal, ella y yo pasábamos mucho tiempo juntos y hablábamos de todo, de lo que uno debía de entregar en la universidad de las clases de todo.

-Tienes razón.

Me salí al salón con ella y estuvimos charlando de todo y de nada, al rato me contó, que cuando yo llegue ella no estaba en la casa porque se había ido a tomar café con Juanjo, Cris y David, seguramente Julia hablara con Cris de lo de David, y entre amigas ya se sabe, la otra decidió hacer de Celestina ya que a mi no me vio muy por la labor, así que le pregunte:

-¿Y que tal?

-Pues perdona que te lo diga, pero el amigo tuyo ese es gilipollas.

-¿Y eso?

-Solo sabe hablar de si mismo es un egocéntrico, que si tal que si cual, que sus padres le acaban de regalar un coche, es un imbécil.

Yo me eche a reír ella tenía razón, David, es un egocéntrico su técnica en una cita se limita a hablar de si mismo y intentar impresionar a la chica, claro pero con Ana eso no valía, era obvio que eran muy diferentes.

-Pero lo mejor de todos es que me ha ido con un jersey al cuello rosa fucsia, y tres kilos de gomina en el pelo, me dijo ella.

-El suele ir así, ya lo has visto más veces, viene mucho a la casa.

-Pero no lo había visto con el jersey ese, que es para que se lo cojan y lo ahorquen con el en una oliva.

Ahí me eche a reír, ya que ese era una expresión mía, que ella había utilizado a breve o sin querer, entonces comprendí que realmente, ella era muy parecida a mi, se podía pasar uno cantidad de tiempo hablando con ella y siempre habían cosas que contar, o nunca se quejaba si había que ir a un sitio o a otro se amoldaba a todo, era realmente exacta a mi, y lo peor de todo muy guapa, mucho mas que Julia.

-Bueno voy a llamar antes de que sea mas tarde, que sino luego es una putada para el repartidor.

-Vale

-¿Cuál quieres?

-Tú ya lo sabes.

Y es verdad lo sabia, porque habíamos pedido muchas veces y siempre pedía la misma, y luego se comía cada uno mitad de la del otro.

Así que llame por teléfono, y después de colgar sonó mi teléfono, era Julia que acababa de llegar a su casa, y que se iba a duchar y acostarse, estaba cansada del viaje, estuve hablando con ella unos quince minutos y colgué el teléfono. Al poco tiempo llegó el repartidor le pague y empezamos a comer.

Durante la comida, le pregunte por Juanjo y Marta, y me dijo que hoy dormirían en casa de sus novios que estábamos solos, así que seguimos cenando, cuando luego terminamos, ella recogió la mesa y yo decidí ducharme, cuando terminé, me di cuenta de que ella también, se estaba duchando pues la ducha del baño de las chicas se oía y la luz del salón estaba apagada, me fui a mi cuarto , me puse un pantalón corto y una camiseta y salí al salón, encendí la televisión y me disponía a encenderme un cigarro, cuando ella entro al salón con la toalla, Dios, iba preciosa llevaba la toalla anudada en el pecho y no era muy grande le quedaba con un vestido corto que permitía verle todas las piernas y el escote, realmente preciosa, su pelo rojo mojado le colgaba por los hombros y se le veía los inicios de un tatuaje que tiene en la espalda, créanme, en ese momento sentí deseos de levantarme y besarla, era la primera vez que sentí aquello, ella debió de notarlo pues se paró y me dijo riéndose, no te enciendas el cigarro, tengo un poco de chocolate y me apetecería fumarme un porro antes de dormir, pero sola no quiero, yo creo que asentí con la cabeza no lo recuerdo muy bien porque estaba imbecilizado en aquel momento ella sonrió y pasó a su dormitorio que como el mió estaba cerca del salón pegando pared con pared, normal que ella fuera la mas cabreada de la noche anterior los otros dormitorios estaban a la entrada aunque hubieran oído algo igualmente no es lo mismo que estar tabique con tabique.

A los cinco minutos ella salió de su dormitorio, Dios se había vuelto a poner el pijama corto aquel que les conté al principio de la historia que era como un culote y una camiseta ajustada, se sentó conmigo en el sofá y dejo en la mesa como un pequeño monedero en el que ella guardaba el papel y el chocolate, al sentarse me dijo:

-Oye porque no te sacas la radio y escuchamos el programa de miedo.

A ella le encantaba escuchar ese programa pero yo si les digo la verdad soy un poco cagón y todo lo que puedo evitar con ese género lo hago.

-No se yo.

-Joder, anda ya si siempre lo escuchamos.

Tenia razón ella compartía conmigo la pasión por la radio, al igual que a mi prefería escuchar los programas interesantes a no la basura que casi siempre encuentras en la televisión a todas horas, aunque yo ese programa lo escuchaba, porque era asiduo a esa cadena y no lo cambiaba no se si por vicio o no se, pero no me gustaba, se lo garantizo.

-Si pero, hoy fumando porros y to, paso, que luego me emparanollo yo en la habitación que no.

-Venga cagón.

Al final accedí aunque no muy conforme, ella me dijo que terminara de hacer el porro que iba a su cuarto a por una cosa, yo le hice caso sin saber muy bien que tramaba. Cuando regreso y la vi que traía una vela me lo imagine lo que ideaba, quería que escuchásemos el programa a oscuras mientras fumábamos y encima con la luz de una vela, que es peor, ilumina una mierda, y hace sombras con la corriente de la habitación, ya se que es una tontería, pero a mi esas cosas no me gustan.

Así que encendió la vela, apago la luz, y escuchamos el programa de la radio mientras fumábamos, esa noche para mas INRI el programa trataba de supuestos visitantes de dormitorio, seres que mientras uno duerme, según contaban a uno se le aparecen como para decirles algo en algunos casos o en otros aun peores se le aparecen a uno para oprimirle en el pecho e intentar ahogarte mientras duermes, estaba cagándome, cuando ella me dice:

-Pues sabes que a mi me ha pasado una cosa parecida.

-No me interesa, le dije secamente.

-Vamos cagón, que tan poco es para tanto.

-Que te lo digo en serio que ya tengo bastante mientras escucho esta mierda, para que tu me cuentes historias que luego me creo, y me emparanoyo con los porros, que no me interesan.

Hizo como que empezaba a contarme la historia cuando yo pille y me levante con dirección a mi habitación, pasaba que me calentara la cabeza con historias para no dormir. A los dos o tres minutos de estar tumbado en mi cama se apago la luz, la muy cabrona seguro que había cortado los fusibles, para acojonarme, y al cabo de medio minuto note como la puerta de mi habitación se abría, Ana entraba lentamente portando la vela como queriendo asustarme, pero su casa era de risa:

-Si vamos, tienes una gracia cuando te lo propones.

-Venga no te cabrees salte conmigo, y no te cuento nada.

-Paso, ya estoy aquí.

-Anda, que no quiero quedarme sola escuchándolo.

-Haberlo pensado antes.

Ella se giro y salio de mi habitación, y a los pocos segundos la luz volvió a la casa, había subido los fusibles, y ya teníamos de nuevo electricidad, poco después se oía en el salón trastear, y en un minuto la vi de nuevo en la puerta de mi habitación cargando todos los bártulos: radio, vela, su monedero con los porros en el interior, y sin preguntar pasó y cerró la puerta dirigiéndome una mirada y espetando:

-Pues si no te sales, me paso aquí contigo.

-Haz lo que quieras, pero aquí en mi habitación no me montes tus mierdas.

Ella me sonreía, encendió la radio, y se sentó en el filo de mi cama, como divirtiéndose al observarme y me dijo:

-Eres como un niño, pera que asustarte de esas tonterías.

-No me asusto, ya te lo he dicho, no me gustan, y no quiero escucharlas.

-Bueno, ya está, no te lo cuento, pero eso si apaga la luz y enciende otra cosa, que tu cuarto tienes demasiada iluminación.

Ahí ella llevaba razón, al estudiar arquitectura había elegido la habitación mas amplia, con más luz, ya que pasaba muchas horas delante de la mesa de dibujo, los que como yo, sean de mi gremio entenderán todo lo que acarrea la mesa de dibujo, para que uno cuando termine nunca mas tenga que usarla y solo trabaje con el autocad, pero bueno, me levante de la cama, encendí una pequeña lámpara que tenía en una mesa en una esquina de la habitación que llevaba una pequeña vela detrás de un cristal de colores azules y verdes haciendo mosaico, que iluminaba muy poco y daba una iluminación muy intima y quizás muy poco apropiada, ya que era la que yo utilizaba cuando iba Julia a verme mientras fallábamos, ella al verla me sonrío y me dijo:

-Me encanta, esa lámpara es genial, ¿donde la has conseguido?

-Me la trajeron mis padres cuando fueron a Marruecos.

-Es genial.

También encendí una varilla de incienso, ya que aunque soy fumador, detesto el olor a tabaco en mi habitación, siempre la tengo llena de varillas de incienso o algún quemador con una esencia, para que apacigüe el olor del tabaco, ya que evito fumar en mi habitación, pero cuando lo hago, siempre tomo una de estas medidas.

Ella empezó a liarse el porro mientras, yo caí que la habitación estaba exactamente igual, que el día anterior en el que me había follado a Julia, decidí no pensar más en eso, y me fui a mi cama, me tumbe y ella cuando termino de liarlo, cogió un cenicero de la mesita de noche y me imitó.

-Sabes tu habitación, me gusta mas que la mía, lo que no entiendo es porque no te cogiste la cama de matrimonio y la dejaste en mi habitación si es un poco mas grande que la mía.

-Pues por la mesa de dibujo, no me quedaba espacio y cuando la traje en julio y la monte cambiamos Juanjo y yo las camas de mi habitación a la tuya, la tuya era de 1,05 y la prefería a la de matrimonio, además casi siempre duermo solo, y cuando viene Julia esta es suficientemente amplia, y así la habitación queda mas espaciosa.

-Tienes razón.

Ella me pasó el porro y se tumbo en la cama de lado dándome la espalda mirando hacia donde estaba la lámpara y escuchando la radio, yo seguía tumbado boca arriba, pensando claramente en lo que estaba pasando, ahí estaba ella tumbada en mi cama, medio fumada, con ese pijamita que llevaba, y en ese momento mi conciencia empezó a asediarme, empecé realmente a sentirme mal, me decía a mi mismo que era un capullo que estaba traicionando a Julia que eso no podía ser, mil razones que repetía para mi cuando noté que ella se tumbo boca arriba y me cogió la mano:

-¿Te importa?

-No, me da igual.

Los dos seguíamos tumbados escuchando la radio, o al menos fingiéndolo en mi caso al menos así era porque lo que sucedía o se narraba ya ni lo recuerdo, cuando note como ella me empezó sutilmente con la yema de sus dedos a acariciar la palma de mi mano, muy despacio, al rato paraba, y después de medio minuto continuaba, era una tontería lo que me estaba haciendo pero, eso realmente me excito muchísimo, noté como se me ponía el vello de punta y la garganta se me iba secando a un ritmo brutal, al punto de que cuando ella me pregunto algo que no recuerdo no me salía la voz, y solo atine a decirle un "hum" o algo por el estilo en señal de afirmación, al paso de los minutos note como ya no era ella la que me acariciaba a mi la mano, sino que lo estábamos haciendo el uno al otro, al punto de que sin darme cuenta ya le acariciaba también la muñeca y el antebrazo, siempre con la yema de los dedos, muy sutilmente como queriendo hacer cosquillas pero no tan despacio, era una sensación muy agradable, como la que solía hacer mi madre cuando yo era pequeño, evidentemente sin esas consecuencias.

No nos decíamos nada, quizás porque creo que no había tampoco que decir, fingíamos como que escuchábamos la radio mientras nos acariciábamos, hasta que me di cuenta el programa ya había terminado, y que no me había dado cuenta, a ella o lo había pasado igual o no quería realmente romper el momento, sin embargo, las pocas fuerzas que me quedaban de conciencia, hicieron que con un hilillo de voz, ya que tenía realmente la garganta seca, le dijese:

-Bueno ya ha terminado el programa.

Ella se giró y me miró sin saber muy bien que hacer y decir, hasta que añadió:

-¿Quieres que me traiga un cd de música chill-out y la escuchamos tranquilos un rato antes de irnos a dormir? Es que todavía no tengo mucho sueño y estoy aquí a gusto contigo hablando.

Era evidente que lo de a gusto era verdad, pero lo de hablando lo había dicho por decir algo y justificar que quería quedarse, ya que ninguno estaba diciendo ni una palabra al otro.

-Vale, atiné a decir, y ella tan rápidamente se levanta y se fue, como volvió, metió el cd en la mini cadena de música y volvió a acostarse a mi lado pero esta vez, se recostó de lado como lo había hecho al principio, con la salvedad quedándose como mas en pompa, dejando la mano que quedaba apoyada sobre el colchón detrás de su espalda, con la que empezó de nuevo muy tranquilamente a acariciarme el brazo, mientras ella con una voz muy tenue, creó que le sucedía como a mi que tenía la garganta seca, me preguntó si le podía arrascar la espalda que le picaba un poco. Yo me tumbé de lado como ella y con la mano que ella no me acariciaba le empecé a arrascar la espalda, cuando ella me dijo que si se lo podía hacer como ella me arrascaba el brazo. Comprendí que ella quería que le acariciara la espalda, y trataba de ir muy despacio, como queriendo estar muy segura en cada momento de ser el momento idóneo de dar el siguiente paso, yo le alcé un poco la camiseta del pijama y empecé a acariciarla con la yema de mis dedos por toda la columna en un principio y al cabo de unos minutos por los costados y hombros, ella por su parte cada vez me iba acariciando mas fuerte mi brazo, pero el caso es que ella instintivamente iba aumentando la intensidad en la forma que yo quería, quizás por el ritmo en que yo le acariciaba la espalda o posiblemente a medida de que se iba excitando más, no lo se, el caso es que estaba genial, y en esa estábamos cuando sin yo entender muy bien como le dije:

-¿Te puedo quitar la camiseta para acariciarte toda la espalda?

Ella se giro, me sonrió muy dulcemente y ella misma conforme estaba de espaldas se la quito, sin dejar ver nada pero mostrándome el tribal que posee tatuado en su espalda, y observé que debajo de esa pequeña camiseta, no quedaba nada mas de ropa, no llevaba sujetador, cosa que se apreciaba, mientras ella se tumbaba, me dijo:

-¿Te molesta si te quitas la camiseta y así te puedo arrascar yo a ti el pecho?

Es curioso que los dos pronunciábamos siempre la palabra arrascar y en ningún momento la palabra acariciar que era realmente lo que los dos estábamos haciendo en ese preciso instante, evidentemente me la quite y volví a tumbarme en la cama de costado a su lado pero un poco mas cerca de lo que estaba unos minutos antes, volví a acariciarla lentamente como estaba haciendo anteriormente, mientras que ella con su parte empezó a digamos solamente tocar ligeramente con sus dedos mis pectorales solamente, para luego pasar a unas caricias muy suaves por todo el pecho y barriga, yo cada vez estaba peor, tenía la peor calentura de mi vida, y solamente me estaba acariciando el pecho, notaba como el bello del cuerpo lo sentía erizado, ya no solo la boca, sino que también la garganta la tenia seca, y estaba realmente ardiendo, cuando ella de golpe se levantó, yo no podía verle los pechos ya que estaba de espaldas hacia mi, me quedé cortado sin saber que hacer, que decir, cuando observé que cruelmente despacio ella se iba acercando hacia la mesa en que se encontraba la lámpara con la vela, no se, si lo hacia para recrearse ante mis ojos, para hacerme sufrir, o aumentar mi calentura, pero el caso es que estaba consiguiendo las tres cosas. Al llegar a la lámpara, lanzó un soplido quedando en ese momento toda mi habitación en penumbra, y aunque casi tenía los ojos acostumbrados a la oscuridad todavía no era lo suficiente como para apreciarla cuando se acercaba hacia mi y poder observar sus pechos, ella se sentó en la cama y me dijo, con la voz mas dulce que jamás he oído:

-Es que quiero que me acaricies el cuello, los hombros y la barriga, pero no quería que estuvieras incomodo al verme los pechos.

Que coño iba a estar incomodo bastaba que se hubiera girado y punto, pero no se, ella quería estar haciéndolo todo muy despacio y asegurándose siempre de que estaba segura de que yo daría el siguiente paso, pero en ese momento ya hacía algo de tiempo que la poca decencia que me quedaba había volado. Ella se tumbo a mi lado y yo hize lo que me había sugerido ella, me incorpore un poco apoyándome en un codo quedando un poco inclinado hacia ella y empecé a acariciarla por todas las partes indicadas, empecé acariciándola en los hombros por las parte delantera, siempre muy despacio y como queriendo detenerme antes de llegar a un nuevo lugar, continué con sus hombros cuando noté que ella con una de sus manos me estaba arañando muy suavemente la parte baja del estomago justo por debajo del ombligo y justamente encima de la costura de mis pantalones cortos, ambos ya respirábamos a un ritmo mas acompasado, y las caricias eran cada vez mas efusivas, cuando estaba acariciándole su estomago, note que su mano agarro la mía suavemente y que ahora era ella la que dirigía el ritmo y la fuerza con la que iba pasando mi mano por todo su cuerpo, yo seguía recorriéndola paso a paso hasta que note que ella me había dirigido lentamente hacia uno de sus pechos, entonces levantó un poco mi mano y fue haciendo que cerrara los dedos uno a uno hasta solo dejar mi dedo índice, y volvió de nuevo lentamente a aproximarla hasta su pecho para que solo con este dedo empezara a acariciarla, empezó un juego tonto en el cual mi mano llevaba un recorrido en espiral lento hasta que el final del trayecto fuera uno de su pezones, y en esas me encontraba a punto de llegar al final del trayecto, cuando de nuevo me levanto la mano, y esta vez dejando de acariciarme me cogió con su mano izquierda mi barbilla, mientras que con la derecha me acariciaba la mejilla, ya mis ojos para entonces se habían habituado y durante todo ese largo tiempo de caricias pude apreciar sus pechos firmes y turgentes, los cuales casi siempre llevaba sin ningún sujetador como yo ya había notado mas de una vez al habérsele marcado los pezones en las blusas o camisetas que llevara, me acercó mi rostro al suyo y me beso, fue un beso igual de ligero y liviano que las caricias a la que los dos nos habíamos estados sometiendo, y después de ese beso vino otro, mucho mas candente, en el cual ella con la punta de su lengua rozaba mis labios, para luego después morder mi labio inferior. De golpe ella me empujo y me tumbo, sentándose sobre mi cadera, y empezó a acariciarme todo el cuello lentamente con su lengua, dándome de vez en cuando algún pequeño bocado cerca del lóbulo de la oreja o próximo a la nuez, Dios no se como ella podía ir tan despacio, realmente me estaba volviendo loco, nunca mi novia ni otra chica me había excitado de esa forma, mientras ella seguía yo la introduje mis manos por debajo del culote y empecé a acariciarle el trasero lentamente, haciendo una extraña sincronía la cual consistía en que cuando ella me mordía, yo clavaba mis uñas fuertemente hasta que sentía como se le iba escapando un ligero gemido, ella se inclino sobre mi y se quito la única prenda que le quedaba, quedando por fin desnuda, y pude apreciar que al contrario de Julia que aunque se depilaba siempre se dejaba una delgada línea de vello, ella lo tenía totalmente rasurado, el ambiente se cargo en ese momento de un olor a jugos que embriagaba, y cuando ella levanto una pierna para luego pasarla lentamente sobre las dos mías y así quedar sentada sobre solo mi pierna izquierda pude notar, el porque de aquel olor, ella estaba literalmente chorreando, en mi pierna conforme ella se movía con pequeños movimientos hacia delante y detrás iban quedando restos de sus jugos, ya que se notaba la calidez y el como ella cada vez disminuí la fricción del rocé hasta llegar a apreciarse que parecía que se estaba escurriendo, de golpe ella empezó a respirar mas bruscamente, hasta que sus respiros se volvieron gemidos bruscos, apretándose cada vez mas sobre mi pierna, hasta que cerro de golpe sus dos piernas apresando la mía, e inclinándose hacia delante como cansada, la muy zorra se acababa de correr sin que ni siquiera le hubiese tocado el coño, después de unos segundos de reposo, ella me bajo muy lentamente mis pantalones y bóxer a la vez, para dejar de una vez libre mi polla, cosa que agradecí mas que en ninguna otra ocasión, ya que ese día realmente estaba en un punto que me dolían ya las pelotas.

Ana al verme desnudo, me sonrió y en tono pícaro me comento:

-Ya se porque Julia gritaba ayer.

En ese momento ese comentario me devolvió a la realidad de lo que estaba haciendo, y me sentí mal, realmente mal, la cara de mi novia me miraba con lagrimas en mis pensamientos, y creo que ella rápidamente noto lo desafortunado de su comentario, ya que sin dar mas margen a duda , se abalanzó sobre mi polla y empezó a jugar con su lengua en la punta de mi glande, aquella era la primera mamada que me hacían, nunca antes mi novia me la había hecho, ni ninguna otra chica, no es que yo, no se lo hubiera dicho y a ella tampoco lo desagradaba, lo que sucedía es que siempre se las ingeniaba para no dar pie a eso, siempre intentaba, calentarme muy rápido y hacer que la penetrase rápidamente, Ana era totalmente opuesta le encantaban las caricias, juegos y no ponía ningún tabú de antemano, estaba dispuesta solo a disfrutar y hacer disfrutar.

Mientras me la estaba comiendo literalmente, note que ella tenia algo en la boca, entonces recordé que ella poseía un piercing en la boca, y mas de una vez para mi pensé como sería que a uno se la mamaran con un piercing, claro a mi me encanto, pero como después pude comprobar cuando mi novia me lo hizo, el toque del piercing es mucho mas placentero, ya que ella se afanaba en que su piercing tocara casi siempre mi capullo, lo que me estaba llevando al punto del clímax, yo intente que ella parase, ya que estaba cerca de correrme, pero ella no quería, hasta que la agarre del pelo fuertemente y la levante, ella me miro extrañada y me dijo:

-¿No quieres que siga?

-No es eso, pero no quiero... tu ya me entiendes verdad?

-Que tonto eres, a mi no me importa.

-Da igual déjalo.

Me sonrió y se tumbo boca arriba, yo me tumbe sobre ella y me dispuse a penetrarla, cuando oí:

-¿No se te olvida algo?

Es verdad ella tenia razón mi novia tomaba la píldora anticonceptiva pero ella no, claro eso era un dilema yo no tenía condones que hacer, ella al notar mi frustración, me dijo:

-¿No me jodas que no tienes ninguno?

-Joder, claro que no, dime para que lo quiero. ¿Tú no tienes?

-Pues no

Me reí con desgana y le dije:

-¿Y que?

Ella entonces como iluminada por la Inmaculada, me dijo que esperara y se levanto corriendo, y en medio minuto volvió con una caja de condones.

-¿De donde los has sacado?

-Son de Marta, el novio siempre tiene una caja aquí, esta casi llena.

Se sentó en la cama cogió uno, lo abrió y no me dio oportunidad a que yo me lo pusiera, fue ella la que me lo coloco sobre mi polla y lo desenrolló lentamente hasta que me cubrió todo el rabo, después sentándose encima mía pero sin mirarme dándome la espalda se la metió muy lentamente hasta que note como se le clavo entera, Dios aquel coño era mucho mas estrecho que el de mi novia, me la apretaba mucho mas, pero sin embargo como yo recordaba en los comienzos de mis relaciones el realizarlo con condón me restaba mucha mas sensibilidad, aunque aquello estaba resultando genial, ella se movía lentamente vaivenes acompasados moviendo sus caderas hacia delante y hacia atrás, y cuando paso un poco de tiempo se dejo caer hacia atrás apoyándose sobre mi espalda, lo que permitió acariciarle los pechos, pero esta vez se los cogí fuertemente se los apretaba cuando ella se inclinaba hacia delante clavándosela entera, mientras que cuando soltaba se separaba un poco, aquel juego me gustó así que empecé a apretarlos fuertemente y soltarlos, ella se movía rítmicamente a un ritmo brutal, en menos de dos minutos, no pude aguantar mas y me corrí, ella lo noto y dejo caer todo su peso sobre mi polla haciendo mi corrida mucho mas placentera, siguiendo luego después un par de arremetidas bruscas hasta que note que ella también se inclinaba hacia delante perdiendo fuerza y gimiendo mucho mas fuerte, creo que se volvió a correr pero esta vez si les digo la verdad no estoy tan seguro como en la primera, lentamente se fue separando de mi agarrando la cepa de polla sujetando el condón y uno vez se la hubo sacada del todo, se aproximo a ella para darme un bocado en unos de mis huevos, lo que me hizo dar un gran gemido. Ella se tumbo a mi lado y se encendió un cigarro y me dio otro mientras empezamos a hablar:

-Joder Jorge, que polvo me acabas de echar.

-¿Yo? Pero si lo has hecho todo tú.

Ella me sonrió, sabía que llevaba razón.

-Entonces digamos que menudo polvo me has dejado que te eche.

-Estamos en deuda, añadí.

-¿Por?

-Ahora me toca echarte a mi uno, apagando mi cigarro, lentamente.

-Pues venga, veamos que es lo que haces, me dijo ella riéndose

Yo la tumbe de espaldas y empecé a pasarle la lengua desde la parte mas baja de la espalda hasta llegar al cuello, eso a ella como estaba descubriendo le encantaba notaba como se le erizaba el bello y se encorvaba un poco hacia delante, cuando llegue al cuello decidí hacer la misma operación pero a la inversa, empecé muy despacio y pase por su espalda hasta llegar a la raja del culo, después me pase a un cachete y continué bajando hasta llegar a un muslo, después subí de nuevo hacia arriba llegando de nuevo a su cachete pasándome al otro y ahí me detuve para morderle bien fuerte, eso la estremeció después decidí levantarla un poco, le separe los cachetes y metiendo mi cabeza entre sus muslos, comencé a pasarle la lengua por toda la raja, ella estaba chorreando, el sabor de sus jugos, un poco amargo me embriago llegando a tirarme creo mas de cinco minutos comiéndoselo, ella en aquel instante comenzó a hablarme, no decía las borderias que me solía decir mi novia, pero no paraba de instarme a que siguiera y me repetía mil veces que quería mas, que siguiera, hasta que agarrándome del pelo empezó a restregar literalmente mi cara en su coño, ahí se deshizo, yo en ese momento le metí dos dedos en el coño, y empecé a untarlos bien de sus jugos para llevárselos luego al culo, ella sabía lo que quería, y como no me dijo nada, seguí a lo mió, comiéndoselo y en pocos instantes empecé a meterle mi primer dedo en el culo, ella gemía mas y mas, lo tenia muy dilatado, supuse que ya le habían dado y que le gustaba porque no paraba y hacia movimientos para que le entrara mas y mas, cuando me dijo:

-Deja de meterme un dedo ya, coño y métemela que me tiene que entrar.

Yo me levante y poniéndome detrás suyo, lleve mi polla contra aquel agujero, ella se separó las nalgas, y yo comencé a empujar, Dios notaba como el capullo me entro pero ya una vez dentro era como si no pudiera entrar más, ella se movía un poco hacia delante para luego empujar para atrás con fuerza, como si quisiera que le taladrara el culo, a mi eso me estaba encantando, era como si te apretaran el capullo fuertemente y te hicieran que chocara contra algo que poco a poco va cediendo. Después de un par de arremetidas le tenía la mitad de la polla enterrada ya cuando ella me pidió que tuviera mas paciencia que aquello llevaba su tiempo, pero en realidad era ella la que quería metérsela rápidamente, y seguía apretando con fuerza hacia atrás mas y mas, hasta que en menos de un minuto, note como mis huevos se impregnaban de sus jugos, ya se la había clavado entera y su coño chocaba contra mis pelotas. Al principio fue ella la que se movió de adelante a atrás hasta casi sacarla para volver a metérsela despacio, aquello me estaba literalmente soyando la polla, pero me estaba encantando. Yo decidí cuando ella se alejaba de mí sacársela sin que lo esperase, cuando oí:

-So cabronazo, no me la quites.

Me hizo gracia, lo que yo pretendía era escupirle en el agujero un par de veces para lubricarla un poco y echarme un poco de saliva en el capullo para así facilitar el trabajo, eso fue lo que hice, volví a metérsela de nuevo, al volver a enterrársela ví que aquello iba mejor, y ya cogiendola de las caderas empecé unas arremetidas brutales, menos mal que no había nadie en la casa, porque debía oír las palmetadas hasta los vecinos, ella no paraba de gemir y seguí, estuve por lo menos 20 minutos dándole bien fuerte hasta que note que me iba a correr, seguí dándole diciéndole que me corría, me dijo que siguiera que quería más, aquella corrida fue genial, era literalmente como si su culo me estuviera succionando todo el semen, y gracias a este se le lubrico aun mas, proseguí unos cuantos minutos con las arremetidas hasta que se la saque y vi que literalmente le había roto el culo, tenia un par de hilos de color rosa (mezcla de semen y sangre) que le bajaban por los muslos, la verdad es que asuste, ella me sonrió y me dijo:

-Tranquilo no pasa nada, nunca me lo habían echo así, anda vete al baño y lávatela bien, no vaya a ser que pilles una infección y no queremos eso.

-¿Pero estas bien?

-Que si tonto, yo voy a darme una ducha rápida, oye ¿podemos dormir juntos?

-Claro tonta.

Se levanto y me abrazo fuertemente, ella es más bajita que yo y me sentí un poco raro abrazando a alguien tan bajito, mi novia era más alta que ella, yo no estaba acostumbrado a eso.

Me duche, pero cambié un poco su plan esperé a que se oyera su ducha y pase sin hacer ruido al baño, abrí la mampara y pase, ella se extrañó:

-¿Qué haces?

-Me quiero duchar contigo, ¿me dejas?

-Venga pasa tonto.

Pase y nos besamos, acto seguido ella cogió el gel se echó bastante en una mano y empezó a frotarme la polla, diciendo:

-Es que no quiero que se ponga malita, a penas me la han presentado, tengo que conocerla todavía mejor.

Yo me reí y empecé a enjabonarla, nos duchamos tranquilamente, y después de secar el uno al otro, decidimos irnos a dormir a su dormitorio ya que tenia cama de matrimonio, y paso toda la noche abrazada a mi, de vez en cuando yo me movía por lo incomodo que me resultaba y ella no tardaba entre sueños en buscarme y volver a abrazarme, estuve toda la noche pensando las consecuencias que traería aquello y a penas pude concebir el sueño, hasta que finalmente me quede dormido.

1 comentarios:

Strigoi77 dijo...

Publicado por Hipnos con mucho exito en TodoRelatos de donde fuè tomado. Deberian mostrar respeto y mencionar al autor por lo minimo.

Publicaciòn original

Todo asombroso